Felix Cristobal
Hablich Sánchez a;
Ingrid Irene Toala
Rocuano b, Mercy Victoria Agila Maldonado c
Las empresas
públicas con economía mixta en
el mercado de valores
en el Ecuador
Revista Científica Mundo de la
Investigación y el Conocimiento. Vol. 2 núm., 1,
febrero, ISSN: 2588-073X, 2018,
pp. 784-799
DOI: 10.26820/recimundo/2.1.2018.784-799
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 05/12/2017 Aceptado:
10/02/2018
I. Universidad de Guayaquil.
II. Universidad de Guayaquil.
III. Universidad de Guayaquil.
Resumen
La Constitución de la República
del
Ecuador dispone
que el Estado constituya empresa pública
para la gestión de sectores estratégicos, la prestación de servicios públicos, el aprovechamiento sustentable
de los recursos naturales o de bienes públicos y el desarrollo de otras actividades
económicas Tomando en cuenta los procesos de
transformación que se han desarrollado en los
últimos tiempos, resulta de interés realizar una investigación respecto a las posibilidades reales de que las empresas públicas no solo decidan llevar economías mixtas en donde se
pretende una descentralización
de
las decisiones
sino
que la economía
de mercado, vista
desde
las
posibilidades de inversión en el mercado de valores, muestren alternativas reales de la autogestión, refinanciamiento e independencia económica
sustentable para
disminuir el gasto
público e incentivar la inversión social con miras a la cogestión. A través del análisis crítico de
una realidad socioeconómica, el científico social obtiene
herramientas de observación que
permiten proponer hipótesis económicas. Aunque
el
Estado ha tenido signos de impulsar el
Mercado de Valores, la conclusión respecto a
la participación de las empresas públicas en el mismo se centra en la confianza. De
haber una fortaleza
real del mundo bursátil ecuatoriano, las empresas publicas mismas deberían ser las primeras obligadas a destinar parte
de sus rentas al impulso y fortalecimiento del sistema bursátil, pero atendiendo la investigación, la decisión para
el
razonamiento economicista sería
que aún no existe
una variable de confianza
que apruebe
la inversión del capital mixto de una empresa
pública en un mercado de valores con las
debilidades
que muestra.
Palabras Claves:
Mercado,
bursátil, empresa,
publica, capital.
Summary
The
Constitution of the Republic of Ecuador provides that the State constitutes a public company
for the management of strategic sectors, the
provision of public services, the
sustainable
use of natural resources or public goods and the development of other economic activities Taking into
account the processes
of transformation
that have been developed
in recent times,
it is interesting to conduct research on the real possibilities that public companies not only
decide to lead mixed economies where the aim is to decentralize
decisions but the market economy, seen from the
possibilities of investment in the stock
market, show real alternatives of self-management,
refinancing and sustainable economic independence to reduce public spending
and
encourage social investment with a view to
co-management. Through the
critical analysis of a socioeconomic reality, the social scientist
obtains observation tools that allow proposing economic hypotheses. Although the State has had signs of boosting the Stock Market, the conclusion regarding the participation of public companies in the same focuses on trust. If there
is a real strength of
the Ecuadorian stock market, the
public companies themselves should be
the first ones to allocate part of their income to the impulse and strengthening of the stock market
system, but taking into account
the research, the decision for economistic reasoning
would be that there is still no variable of confidence that approves the investment of the mixed capital of a public company in a stock
market with the weaknesses that
it shows.
Key Words:
Market, stock
market, company, public,
capital.
Introducción.
Quizás el tema más recurrente planteado en la actual discusión
sobre la crisis es el de
los roles del Estado.
Se trata por cierto de
un tópico universal, que abarca tanto a las sociedades del
centro como a las de la semiperiferia; a las economías centralmente planificadas como a
las mixtas. La controversia emerge en los años 70 y se corresponde con la decadencia del llamado Estado de Bienestar en los países capitalistas avanzados y del Estado de compromiso nacional en
las sociedades más atrasadas. Los
años 80 colocaron a buena parte de los países latinoamericanos ante un desafío particular: la combinación entre la voluntad de construcción de regímenes
democráticos y una gran crisis
económica, que obliga a redefinir las relaciones entre Estado y
sociedad; entre Gobierno y
mercado; entre política y
economía. Se trata, pues, de una doble oportunidad: la de superar las formas del autoritarismo y la de modificar un tipo de acumulación, que desde finales
de
los
60
ha
perdido su
capacidad expansiva. Y ambas
tareas pasan centralmente por
reformas en el Estado.
Así, todo suele resumirse
en
el enfrentamiento abstracto
entre «privatistas» y «estatistas» sobre un tema también parcial, como es el de la situación de las
empresas en manos de los gobiernos. Hacen falta fórmulas innovadoras, originales, imaginativas, capaces de renovar esquemas propios ya perimidos y de enfrentar la ofensiva de la Nueva Derecha.
La vía para ello tiene
como presupuesto teórico
una
distinta proyección
de
las
relaciones entre Estado y sociedad. Surge “lo público”, entendido como un espacio que pueda
asegurar una mayor información, participación y
descentralización de las decisiones. Es este crecimiento del poder de la sociedad civil; es este fortalecimiento del espacio público con relación al orden estatal y al orden privado, lo que le permite a la teoría democrática vincular la
reforma económico-social del Estado con la reforma política del Estado. Esta opción de ningún modo elimina los roles del mercado, ni subestima los roles decisorios del Estado. Lo que potencia es la reconstrucción de la sociedad ahogada
por el centralismo burocrático, tanto como por la mercantilización de todas las relaciones humanas. (Portantiero, 2013, pág. 158, 164 y 167).
El Artículo 315 de
la Constitución de la República del Ecuador dispone que el Estado constituya empresa pública para la gestión de sectores estratégicos, la
prestación de servicios públicos, el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales o de bienes públicos y
el desarrollo de otras actividades económicas y el artículo 5 de la Ley Orgánica de Empresas
Públicas, los Gobiernos Autónomos, están facultados para constituir, organizar, fusionar y
liquidar empresas públicas, mediante ordenanzas que
permitan la prestación eficiente de los servicios públicos que
son de su competencia.
(Bustamante
& Bustamante, 2017, pág.
1).
Los mercados
financieros se pueden clasificar
en dos principales: monetario
y de capitales. El primero, a través del mercado de dinero, tiene como papel principal trasladar
el ahorro a
la inversión, vía la intermediación financiera, con lo cual capta recursos
del público y otorga financiamiento de
corto plazo con la participación de
bancos, sociedades financieras, cooperativas y otros intermediarios financieros. El mercado de capital tiene como función captar
ahorro y financiar inversión, la que se realiza a través del mercado de valores y mercado de
crédito de mediano y largo plazo. El mercado de capital juega un papel importante tanto en la
asignación
de recursos como
en el crecimiento
económico.
(Rosero, 2010, pág.
24).
Tomando en
cuenta los procesos de
transformación
que se han desarrollado
en los últimos tiempos, no solo en Ecuador, sino en Latinoamérica, además de la discusión acerca del alcance o limitación del mercado de capital versus el rol del Estado resulta
de interés realizar una investigación respecto a las posibilidades reales de que las empresas públicas no solo decidan
llevar economías mixtas en donde se pretende
una desentralización de las decisiones sino que la economía de mercado, vista
desde las posibilidades de inversión en el mercado de valores,
muestren alternativas reales de la autogestión, refinanciamiento e independencia económica sustentable para disminuir el gasto publico e incentivar la inversión social con miras a la cogestión.
Materiales y Métodos.
A través del análisis crítico de una realidad socioeconómica, el científico social obtiene herramientas de observación que permiten proponer hipótesis económicas. La importancia de este hecho científico recae que, en las ciencias sociales, la investigación positivista no
suele dar verdaderas
respuestas a la incognita académica sobre la
cosa social.
Se ha hecho uso de las investigaciones académicas y las herramientas tecnológicas de
información y comunicación para acceder al debate económico respecto al rol del Estado en la Economía, las funciones de las empresas públicas, el manejo mixto del capital corporativo y la participación en el Mercado de
valores, delimitado en Ecuador como espacio físico de
estudio para identificar una idea global
planteado en el
título
de ésta trabajo.
Haciendo uso de la lectura, resumen y
análisis se hace una recopilación bibliográfica no
experimental para
proponer las conclusiones que hubiera a lugar según la información disponible en revistas científicas, libros y
reportes disponibles on-line bajo el reconocimiento académico de la información expuesta.
Resultados.
A través de los modelos organizacionales se
implementa un desarrollo integral para el
buen vivir, sustentado a niveles de alta gerencia, administrativo y
con
el desarrollo de las comunidades, fortalecimiento y creación de nuevas capacidades, facilitando la ejecución de un
modelo de desarrollo socio económico a través del establecimiento de una planificación eficiente
y la incorporación de una gestión por resultados que logre un desarrollo integral sustentable,
permitiendo la optimización de
recursos económicos y laborales con que cuentan estas empresas
adscritas al Gobierno, propiciando resultados positivos dirigidos a
la comunidad, mediante planificación y
optimización de recursos del personal de las empresas públicas logrando un modelo
de desarrollo organizacional eficiente, inversión en servicio social y
en
obras prioritarias
que permitan mejorar la calidad de vida y el desarrollo humano en los sectores más vulnerables y
de atención prioritaria.
(Bustamante &
Bustamante, 2017, pág.
1).
Lo que debería
seriamente debatirse, en cambio, es la transformación estructural del
Estado, en lo económico y en lo político. Esa transformación se refiere, por lo menos, a cuatro áreas de actividad: la administrativa, para mejorar sus rendimientos; la económica, no solo en lo que se refiere a la posibilidad de privatizar total o parcialmente empresas estatales, sino también a
la de «privatizar» al capitalismo subsidiado que vive de la protección del Estado; la social, tratando de reestructurar el gasto, minimizando
los costos burocráticos y maximizándolos en términos de equidad, para
orientarlos hacia las categorías más débiles, reduciendo la ayuda a otras; y por fin, la institucional, que en muchos casos, como el de Argentina, supone la reforma de una Constitución decimonónica para adaptarla a los tiempos actuales. (Portantiero, 2013, pág. 164 y 165).
La revolución tecnológica
en
marcha está sin duda
hegemonizada
por el centro capitalista
y hasta las grandes economías planificadas y
centralizadas que se diseñaron como alternativa deben subordinarse, para
poder salir de su propia crisis. El discurso ideológico que lo nutrió
tradicionalmente, que concedía al
Estado
un
rol
central como
agente
de cambio, no se compadece ya con la realidad, entre otras cosas, porque ese Estado está hoy
feudalizado por las corporaciones. (Portantiero, 2013,
pág.
165).
El
mercado de valores es
una alternativa muy
relevante al mercado del
dinero de tal manera que un ahorrista tiene la potestad de invertir el mismo, a
través de
la compra de una
acción, con emisiones de una empresa que le permita tener recursos monetarios para
mejorar sus condiciones financieras.
En el Ecuador las transacciones
totales de la Bolsa de Valores en
relación al PIB representan entre el 8.9% y
9.4%
en el periodo entre el 2006 y 2010. Para el año
del
2011 las inversiones se en 5.7%
del
PIB por lo que resulta
necesario optimizar los incentivos
tributarios. (Pérez, Rivera, &
Solís, 2015, pág. 9).
El mercado de valores propenden a la capitalización de recursos
financieros, ya que
asegura una
fuente de financiamiento para
las empresas, esto requiere a su vez del concurso del
potencial humano y de la tecnología. El mercado de valores ecuatoriano está poco desarrollado, debido a una marcada tradición al financiamiento con deuda por parte de las mismas empresas, es decir los pequeños y medianos empresarios son renuentes a acudir al mercado de valores para financiarse; lo que es un grave problema de democratización de los recursos. (Pérez, Rivera, & Solís, 2015, pág. 9 y 10).
El gobierno de
Rafael Correa ha impulsado la nueva arquitectura
financiera regional,
aprobada por la Asamblea en Mayo de 2010, mediante la cual se crea el Banco del Sur y el
Sistema Único de
Compensación Regional (SUCRE) lo cual se presenta
como
una alternativa al
sistema financiero internacional
establecido en Bretton Woods,
del cual surgieron los organismos financieros internacionales como el FMI y el Banco Mundial. El gobierno actual está planteando
una nueva arquitectura financiera interna, cuyo contenido todavía no está claro, pero hay indicios de
su construcción con la modernización de la red de seguridad financiera1, las reformas al
Banco Central2, la creación del Banco del Instituto Ecuatoriano del Seguro Social, el estudio de
la redefinición del rol de la banca pública, el papel del Banco del Pacífico, la nueva ley del mercado de
valores, etc. Se
estaría apuntando a una reforma financiera, cuyos primeros pasos ya
se han dado. (Rosero, 2010,
pág.
23).
La expedición
de la Ley de Mercado de Valores es uno de los pasos que ha dado el Ecuador, para tratar de insertarse dentro del
nuevo proceso
de internacionalización
de
la
economía y conseguir la atracción de la inversión extranjera; los mismos que son factores exógenos que ayudaron a dar este significativo paso. En definitiva, los aportes y beneficios que
ha pretendido dar la Ley, son una mejor utilización
de los instrumentos financieros
en el
Mercado de Valores, para
tratar de permitir
una excelente
canalización del ahorro, lo que debería fortalecer el sector productivo. En cuanto al crédito otorgado por el Mercado de
Valores resulta
más eficiente y eficaz que cualquier otra fuente de financiamiento, se adaptan a las necesidades de financiamiento e inversión y sus posibilidades de pago a tasas de interés que son mayores respecto de la tasa pasiva para los inversionistas y menores que la tasa activa para
los emisores, a plazos más prolongados que las que
ofrece el sistema financiero tradicional. La
propuesta de Ley de Mercado de Valores que está bajo el cargo del Ministerio de
Coordinación de la Política Económica, trae consigo nuevas perspectivas, como la potencial democratización de esta actividad y el surgimiento
del mercado alternativo (Pérez, Rivera, & Solís,
2015, pág. 10).
El desarrollo socioeconómico de las comunidades mediante la ejecución de proyectos de desarrollo socioeconómico constituye un valioso aporte hacia la prosperidad y la igualdad social en los diferentes entornos y en los diferentes estratos sociales; por lo general estos proyectos se direccionan a la solución de
problemas que de forma directa obstaculizan el crecimiento económico y social de las poblaciones; como es el caso de la falta de sistemas de riego, falta de capacitación en determinado tema de necesidad, falta de una organización comunitaria, falta
de servicios básicos, entre otros. (Bustamante & Bustamante, 2017, pág. 12).
Adicionalmente, se debe indicar que nuestro mercado es sobre todo un gran nicho para
la venta de renta fija
donde las empresas que
han
conocido de las bondades del mercado han sabido beneficiarse de tasas de interés más bajas sin costos de garantías y
además sin perder el control societario, lo que se debe destacar
considerando el altísimo número de compañías familiares en
nuestro país. Concomitantemente, los inversores han tenido la oportunidad de
confiar de manera
segura sus
inversiones y obtener
más rendimiento por
sus inversiones.
Las
negociaciones de renta variable son muy
escasas y
de los emisores que han inscrito sus acciones
son muy pocas las que se transan constantemente en nuestras bolsas de valores, tal como podemos ver por el bajísimo % de las negociaciones de los últimos años en la Bolsa de Valores ecuatoriana, menos
del 5%. Del total negociado.
En los últimos años ha destacado las negociaciones de valores producto de procesos de
titularización y entre
ellas de las denominadas
titularizaciones de flujos,
a
las
que
nos
referiremos más adelante. Estos son valores ante todo
de renta fija que han sido adquiridos por inversionistas institucionales del sector público y privado, La mayoría
de los valores emitidos se
presentan todavía de
manera física. La
desmaterialización de
los valores se ha incrementado en
los últimos años pero
todavía
tenemos un mercado en el que
prevalece la circulación de documentos impresos, lo que atenta contra la agilidad y seguridad que se obtiene con la desmaterialización. Adicionalmente, es importante recalcar la participación de las instituciones financieras
en
nuestro mercado de valores, siendo
actores permanentes
del mismo
como emisores ante todo de obligaciones y papel comercial. Sin embargo, estos valores en muchas ocasiones fueron adquiridos por miembros del mismo grupo financiero y
que se limitaron a un
mercado primario para solamente cumplir requisitos de encaje obligatorio y
para cumplir exigencias
de patrimonio técnico,
en
caso de las obligaciones convertibles en acciones. Por lo tanto estas negociaciones no han ayudado a dinamizar realmente
nuestro mercado de valores
siendo en muchos casos simplemente
un aporte estadístico
para los volúmenes
negociados.
No se
debe desconocer la participación permanente del sector
público en las negociaciones en el mercado de valores, a pesar que a partir del 31 de diciembre de 2008, se reformó el Art. 37 de la Ley de Mercado de Valores a través de la Ley de Creación de la Red de Seguridad Financiera y por lo tanto no siempre existe la obligatoriedad que el sector público negocie en bolsa.
En consecuencia, sobre todo en este año, se percibe una
disminución importante de
la participación del Estado en las negociaciones bursátiles. Se
debe destacar, dentro de los inversionistas compradores del sector público y de
nuestro mercado de valores en general, al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), hoy Banco del IESS (BIESS), a lo largo de la historia de nuestro país. Este inversionista institucional, que ante todo compra
valores en un mercado primario y espera los vencimientos de los plazos de sus inversiones, como podemos
apreciar en el siguiente gráfico, ha
tenido una importantísima participación sobre el total negociado cada año. La excepción está dada en los últimos
períodos por su considerable
disminución de participación en el mercado bursátil debido a la
reforma ya indicada sobre
la obligación legal que las
instituciones públicas siempre inviertan en valores a través del mercado bursátil. Si es que un
mercado de valores presenta pocos emisores y pocos inversores, la
consecuencia natural es que su peso en la economía nacional
sea muy bajo. Por lo que esta escasa participación del volumen de las negociaciones bursátiles se refleja en un pobre % del PIB de nuestro
país y también a nivel
internacional
(Lovato Saltos,
2013, pág. 225, 226 y 227).
No existen límites
mínimos para la participación en el mercado bursátil, pero es más
importante reconocer que emitir o abrir su
capital en Bolsa
implica trabajar de una
forma diferente, con mayor orden, transparencia de
cuentas, balances auditados, etc. Sobretodo el
reconocimiento del gobierno
corporativo como una
forma de operar porque
la propiedad de
la empresa se comparte en el caso de las acciones – renta variable- o se debe mostrar solidez para poder
hacer frente a las obligaciones, en el caso
de las obligaciones-renta fija. Los requisitos
para emitir:
• Solicitar a la Superintendencia de Compañías su inscripción
al Registro de Mercado de
Valores.
• Publicar en un diario de la localidad, la resolución de inscripción de la compañía en el
Registro
de Mercado de Valores.
• Elaboración de un prospecto de oferta pública primaria, en donde se indicará la actividad
de la empresa, estados financieros, características de
la emisión, calificación de riesgo y
otros elementos importantes
para el futuro inversionista.
• Inscribirse
en la Bolsa de valores
como emisor, previa
resolución de su directorio.
• Identificar la casa de valores que lo acompañará como bróker en su colocación para asegurar
su gestión
efectiva.
• Cancelar cuota de inscripción para negociar sus títulos en la Bolsa de Valores. (Prado &
Mariela, 2016, pág. 3).
Conclusiones.
El Estado, dentro de este proyecto de democratización sustantiva, deja de
absorber a lo público para transformarse en un núcleo regulador, en el que las
distintas alternativas generadas en la sociedad pueden tener expresión. El Estado, así, se descongestiona de demandas y
de poderes, que pasan a ser autoadministrados por la comunidad, sin transformarse en parte
del mundo de la mercancía. La forma de esta democratización en lo económico y social es la cogestión, la autogestión, la cooperativización, que crean entre lo privado y lo estatal un espacio de socialización, de descentralización y de autonomización
de las decisiones.
Esta economía de estructura
mixta, bajo control de la sociedad, exige un tipo de organización política que acerque a representantes y representados,
que desburocratice la gestión
y la
haga más transparente, que incremente la participación del ciudadano. Todo ello implica reformas institucionales profundas, que abarcan desde la organización
del
Estado hasta la modernización del sistema de partidos y el fortalecimiento del poder de éstos frente a las corporaciones y
los «anillos burocráticos»
que penetran en la administración gubernamental. En muchos
países esos cambios suponen una reforma de las Constituciones vigentes (Portantiero, 2013, pág. 167).
El
mercado de valores
ha
tenido
ciertas
variaciones en
los
montos negociados
anualmente, según un breve análisis Bursátil de la evolución de este Mercado realizado durante el año 2012 manifiesta que la capitalización bursátil se mantiene en un constante crecimiento. El
Mercado de Valores Ecuatoriano se desempeña
como un organismo base que tiene como
propósito corroborar el correcto
funcionamiento
de grandes entidades
financieras
del Estado, regulando entidades elementales como lo es la Bolsa de
Valores de Guayaquil, Bolsa de Valores
de Quito, Casas de Valores, El Decevale entre otros, tiene un bajo crecimiento debido a la falta de implementación de mecanismos de captación de nuevas empresas y de sus formas de operar El desconocimiento sobre las
transacciones que
se operan en un mercado de valores es debido al
desinterés de invertir en el mismo. Existe
una limitada capacidad de decisión para crear acciones y
ampliar el capital. A su vez la falta de conocimiento sobre análisis técnico para saber cómo invertir en un mercado de valores, causa
un bajo nivel de
rentabilidad por no manejar adecuadamente las inversiones, por lo que
las empresas se rehúsan a contraer
un riesgo, a corto o
largo plazo, en la compra de productos en un mercado de valores evitando pérdidas por una mala administración de los ahorros o excedentes de dinero que decidan invertir. (Pérez, Rivera, & Solís,
2015, pág. 9, 10, 11, 14 y 15).
El mercado en sí mismo se encuentra limitado por
sus propios agentes, la libertad de mercado no ha sido eficiente para
dinamizar una actividad que procura el bienestar común reduciendo
costos de financiamiento, incentivando la inversión productiva y el ahorro a largo
plazo, beneficios relevantes del fortalecimiento del mercado de valores. Por ello, se requiere la intervención efectiva de políticas del regulador, Consejo Nacional de
Valores coordinadas con
SRI, cartera de economía y producción (Prado & Mariela, 2016)
Aunque
el
Estado ha tenido signos de impulsar el Mercado de Valores, la conclusión respecto a
la participación de
las empresas públicas en el mismo se
centra en la confianza. Es
preciso la procedencia o el fin del capital el que retiene la decisión del destino de las rentas. De haber una fortaleza real del mundo bursátil ecuatoriano, las empresas públicas mismas deberían ser las primeras obligadas a destinar parte de sus rentas al impulso y
fortalecimiento del sistema bursátil.
Por lo tanto, se pueden desarrollar estrategias para la participación en el Mercado de Valores, pero atendiendo el
primer paso para
la planificación,
la investigación,
la
decisión para el
razonamiento economicista sería que aún no existe una variable de confianza que sostenga la responsabilidad
que implica la inversión del capital mixto de una empresa pública en un
mercado
de valores con
las debilidades que muestra.
Entendiendo
que el Estado maneja la economía que sustenta a todo un país y regula las
transacciones económicas, no puede
dar
un uso irresponsable
de sus bienes puesto que trae como consecuencia
el quiebre
de
la
economía
y con él
consecuencias sociales
de
envergadura poniendo en riesgo
la gobernabilidad y sostenibilidad del
Estado
mismo.
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