DOI: 10.26820/recimundo/6.(4).octubre.2022.58-67
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/1815
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 58-67
Fracturas expuestas, manejo clínico y quirúrgico
Exposed fractures, clinical and surgical management
Fracturas expostas, gestão clínica e cirúrgica
Cristhian Alexander Quinaluisa Erazo1; José Francisco Zapata Naula2;
Mébil Leonardo Menéndez Zambrano3; Jean Paul Martínez Calderón4
RECIBIDO: 11/07/2022 ACEPTADO: 03/09/2022 PUBLICADO: 01/10/2022
1. Posgradista de Ortopedia y Traumatología de La Universidad De Las Américas - UDLA; Médico; Investigador
Independiente; Quito, Ecuador; alex_trmf@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0003-1897-2441
2. Médico; Investigador Independiente; Quito, Ecuador; josezapata_93@hotmail.com; https://orcid.org/0000-
0002-1289-9944
3. Médico Cirujano; Investigador Independiente; Quito, Ecuador; mebilmenendez@hotmail.com; https://orcid.
org/0000-0001-7069-6742
4. Médico; Investigador Independiente; Quito, Ecuador; Marcaljean@gmail.com; https://orcid.org/0000-0002-
7811-0125
CORRESPONDENCIA
Cristhian Alexander Quinaluisa Erazo
alex_trmf@hotmail.com
Quito, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2022
RESUMEN
Las fracturas expuestas son lesiones en la que la fractura y su hematoma se comunican con el entorno a través de un defecto traumático
en los tejidos blandos circundantes y la piel que los recubre. Estas lesiones son particularmente susceptibles a las infecciones tanto de
los huesos como de los tejidos blandos, y las estrategias de manejo temprano deben apuntar a minimizar el riesgo de tales infecciones.
En el transcurso de los años se ha buscado un tratamiento apropiado para las fracturas expuestas logrando avances significativos; sin
embargo, hoy en día las complicaciones que estas acarrean aun constituyen un inconveniente para la salud. En virtud de lo cual, el ob-
jetivo principal de la presente investigación es compendiar el manejo clínico y quirúrgico de las fracturas expuestas. La investigación se
desarrolló mediante una metodología de tipo documental bibliográfica bajo la modalidad de revisión. De la revisión se encontró que la
antibioticoterapia adecuada y precoz minimiza el riesgo de infección y también mejora el pronóstico de la lesión. En cuanto al desbrida-
miento quirúrgico radical disminuye igualmente el riesgo de infección. Abordar debidamente factores tales como una limpieza quirúrgica
de calidad, cobertura adecuada de la herida, así como la fijación definitiva de la fractura, incide de manera favorable en la disminución
de los días de estancia hospitalaria, así como de las complicaciones propias de la fractura. Por último, es importante destacar que cada
fractura expuesta es distinta, em vista de lo cual se pueden seguir las generalidades del manejo clínico, no obstante, el tratamiento se
debe adecuar a cada paciente y a cada tipo de fractura en particular.
Palabras clave: Fractura, Expuesta, Manejo clínico, Quirúrgico, Tratamiento.
ABSTRACT
Open fractures are injuries in which the fracture and its hematoma communicate with the environment through a traumatic defect in the
surrounding soft tissues and the overlying skin. These injuries are particularly susceptible to both bone and soft tissue infections, and early
management strategies should aim to minimize the risk of such infections. Over the years, an appropriate treatment for open fractures
has been sought, achieving significant advances; however, today the complications that these entail are still a health inconvenience. By
virtue of which, the main objective of this research is to summarize the clinical and surgical management of open fractures. The research
was developed through a bibliographical documentary type methodology under the review modality. From the review it was found that
adequate and early antibiotic therapy minimizes the risk of infection and also improves the prognosis of the injury. As for radical surgical
debridement, it also reduces the risk of infection. Properly addressing factors such as quality surgical cleaning, adequate coverage of the
wound, as well as definitive fixation of the fracture, favorably affects the reduction of days of hospital stay, as well as the complications of
the fracture. Finally, it is important to highlight that each open fracture is different, in view of which the generalities of clinical management
can be followed, however, the treatment must be adapted to each patient and each type of fracture in particular.
Keywords: Fracture, Exposed, Clinical Management, Surgical, Treatment.
RESUMO
As fracturas abertas são lesões em que a fractura e o seu hematoma comunicam com o ambiente através de um defeito
traumático nos tecidos moles circundantes e na pele sobrejacente. Estas lesões são particularmente susceptíveis a infec-
ções tanto nos ossos como nos tecidos moles, e as estratégias de gestão precoce devem ter como objectivo minimizar
o risco de tais infecções. Ao longo dos anos, tem sido procurado um tratamento adequado para as fracturas abertas,
conseguindo-se avanços significativos; no entanto, hoje em dia, as complicações que estas implicam continuam a ser um
inconveniente para a saúde. Em virtude do qual, o principal objectivo desta investigação é resumir a gestão clínica e cirúr-
gica das fracturas abertas. A investigação foi desenvolvida através de uma metodologia de tipo documentário bibliográ-
fico sob a modalidade de revisão. A partir da revisão verificou-se que a terapia antibiótica adequada e precoce minimiza
o risco de infecção e também melhora o prognóstico da lesão. Quanto ao desbridamento cirúrgico radical, também reduz
o risco de infecção. A abordagem adequada de factores como a limpeza cirúrgica de qualidade, cobertura adequada da
ferida, bem como a fixação definitiva da fractura, afecta favoravelmente a redução dos dias de internamento hospitalar,
bem como as complicações da fractura. Finalmente, é importante salientar que cada fractura aberta é diferente, tendo em
vista que as generalidades da gestão clínica podem ser seguidas, no entanto, o tratamento deve ser adaptado a cada
paciente e a cada tipo de fractura em particular.
Palavras-chave: Fractura, Exposta, Gestão clínica, Cirúrgica, Tratamento.
60 RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Introducción
Las fracturas pueden llegar a constituir una
emergencia traumatológica, especialmente
aquellas que tienen un alto riesgo de com-
plicaciones. Estas pueden ir desde una fi-
sura pequeña en un hueso del pie, que mu-
chas veces puede pasar inadvertida, hasta
una importante fractura pélvica que podría
poner en riesgo la vida del paciente. En su
definición se trata de la rotura de un hueso.
La mayoría de las fracturas se debe a una
única aplicación de una fuerza significativa
sobre un hueso normal. Las fracturas pue-
den ser cerradas, cuando la piel supraya-
cente está intacta o abierta, cuando la piel
suprayacente se altera y el hueso roto está
en comunicación con el medio ambiente a
través de una herida cutánea. (Campagne,
2021)
En este sentido, una fractura abierta o ex-
puesta es aquella lesión en la que la fractura
y su hematoma se comunican con el entor-
no a través de un defecto traumático en los
tejidos blandos circundantes y la piel que
los recubre. Estas lesiones son particular-
mente susceptibles a las infecciones tanto
de los huesos como de los tejidos blandos,
y las estrategias de manejo temprano de-
ben apuntar a minimizar el riesgo de tales
infecciones. (Filippini, Bianchi, & Filomeno,
2020)
Las fracturas expuestas ocurren con mayor
frecuencia en hombres que en mujeres. La
edad promedio es de 40 y 56 años respec-
tivamente. Asimismo, se presentan con ma-
yor frecuencia en la tibia; esto por la situa-
ción subcutánea de la cara antero interna
de la tibia, su prevalencia abarca del 20%
al 40% de los casos, seguidamente el fémur
con 12%, metacarpianos y ulna. (Orozco
Montoya, Morales Brenes, & Serrano Calvo,
2021)
Se han evidenciado escritos con siglos de
antigüedad donde se describen las fractu-
ras expuestas junto con su diagnóstico y
tratamiento. En el transcurso de los años se
ha buscado un tratamiento apropiado para
QUINALUISA ERAZO, C. A., ZAPATA NAULA, J. F., MENÉNDEZ ZAMBRANO, M. L., & MARTÍNEZ CALDERÓN, J. P.
las fracturas expuestas logrando avances
significativos; sin embargo, hoy en día las
complicaciones que estas acarrean aun
constituyen un inconveniente para la salud,
constituyendo un alto porcentaje de ingre-
sos hospitalarios en todo el mundo. (Gua-
mán, Heras, & Guerrero, 2017, pág. 12)
En virtud de lo cual, el objetivo principal de
la presente investigación es compendiar el
manejo clínico y quirúrgico de las fracturas
expuestas.
Materiales y Métodos
Con la finalidad de desarrollar la investiga-
ción se requirió de computadores perso-
nales con conexión a internet, por medio
de los cuales se ubicó el material que sir-
vió como base y aporte de información de
calidad y actualizada respecto al tema. En
consecuencia, la presente investigación se
clasifica como de tipo documental biblio-
gráfica, bajo la modalidad de revisión.
Se encuentra enfocada en la búsqueda y
revisión sistemática de literatura científi-
co-académica seleccionada y disponible
en las siguientes bases de datos: Medline-
Plus, Manuales MSD, SciELO, Dialnet, EL-
SEVIER, Cochrane, entre otras.
Es importante mencionar los descriptores
por medio de los cuales se llevó a cabo la
búsqueda aleatoria y consecutiva, los cua-
les fueron: “Fracturas expuestas”, “Fractu-
ras expuestas + manejo clínico”, “Fractu-
ras expuestas + tratamiento” y “Fracturas
expuestas + manejo quirúrgico”. Además,
se usaron los siguientes filtros: idioma espa-
ñol, relevancia, correlación temática. Igual-
mente, la fecha de publicación estuvo entre
2010 y 2022.
El material ubicado incluyó títulos de artí-
culos científicos, ensayos, revisiones siste-
máticas, libros, boletines, folletos, tesis de
grado, posgrado y doctorado, noticias cien-
tíficas, entre otros documentos e informa-
ción de interés científico y académico.
61
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
FRACTURAS EXPUESTAS, MANEJO CLÍNICO Y QUIRÚRGICO
La inclusión o exclusión de las referencias
en la presente investigación estuvo definida
por el consenso todos los participantes en
este proceso, y de la misma forma fueron
resueltas las decisiones desiguales.
Resultados
Clasicación de las fracturas abiertas
Es importante para la presente revisión co-
menzar definiendo la clasificación de las
fracturas abiertas, que pueden dividirse,
según el mecanismo de la lesión, la grave-
dad de las lesiones de los tejidos blandos,
la configuración de la fractura y el grado de
contaminación. Existen varios sistemas de
clasificación entre ellos Cauchoix y Duparc
que fue seguido por otros autores y fue el
precursor de la clasificación descrita por
Gustilo y Anderson, que posteriormente fue
modificada por el mismo autor y es la que
se utiliza en la actualidad. También se pue-
de clasificar según el tiempo transcurrido
y el lugar de origen, las fracturas recientes
o contaminadas son aquellas que han sido
expuestas al medio externo por un periodo
de tiempo menor a seis horas, con un máxi-
mo de doce horas siempre que el daño sea
mínimo. Mientras que las fracturas expues-
tas tardías o infectadas son aquellas en las
que existe un alto grado de destrucción de
los tejidos blandos, ya sean producto de un
accidente sobre un plano en movimiento o
fijo. Generalmente los lugares donde llega
a ocurrir este tipo de trauma, son muy con-
taminados, razón por la cual se debe con-
siderar que la fractura ya está infectada y
la exposición no debe extenderse más allá
de las 6 horas pues a medida que vaya au-
mentando el tiempo los focos de infección
también se incrementarán. (Castro López,
2016, pág. 348)
La clasificación de Gustilo y Anderson es
la más utilizada, difundida y aceptada en la
literatura médica. Esta utiliza tres grados y
divide el último en tres subtipos (ver Tabla
1). Entre más gradación de lesión abierta,
mayor prevalencia de infección. Las frac-
turas expuestas debidas a desastres natu-
rales, severamente contaminadas o conmi-
nuta, se clasifican automáticamente como
fracturas grado III, independientemente del
tamaño de la herida. La clasificación de las
fracturas expuestas se basa en el tipo de
fractura, la contaminación, el tamaño de la
herida y la lesión de las partes blandas. En
el caso de las fracturas tipo I, son heridas
limpias transversas u oblicuas menores de
1 cm. Las fracturas expuestas de tipo II pre-
sentan una contaminación moderada, con
conminución, herida mayor a 1 cm que no
presenta lesión de partes blandas. Las frac-
turas tipo III se subclasifican en III A, III B y
III C, en cuanto al tamaño de la herida no
puede ser valorable debido a que son heri-
das de alta energía y conminutas, el subti-
po A se caracteriza por una fractura de alta
energía, contaminada, conminutas y seg-
mentarias que pueden tener cobertura con
las partes blandas. El subtipo B presenta
contaminación masiva, con despegamiento
perióstico, requiere de reconstrucción local
con colgajos. El subtipo C es cualquier frac-
tura expuesta que presenta daño de vasos,
independiente del tamaño o contaminación
de la herida. (Orozco Montoya, Morales
Brenes, & Serrano Calvo, 2021)
62 RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Tabla 1. Clasificación de Gustilo y Anderson.
Fuente: Tomado de: Orozco Montoya et al., (2021).
Manejo inicial
Según la fundamentación del estudio de
Amigo, Rodríguez, Oliver, Domínguez, &
Amigo, (2021) pese a que la mayoría de
los traumatismos musculoesqueléticos no
suponen de inmediato peligro para la vida,
hay casos, como por ejemplo una fractura
de fémur, que pueden estar asociados a
una hemorragia suficiente como para cau-
sar un shock hemorrágico; por ello se en-
fatizan los principios de estabilización tem-
prana y reparación operativa. La evaluación
y el manejo ortopédicos deben comenzar
tan pronto como se hayan estabilizado las
condiciones de peligro inmediato. Una ins-
pección sistemática de cada miembro es
crítica; las fracturas abiertas pueden pasar-
se por alto si el médico examinador no ex-
pone circunferencialmente toda la extremi-
dad. Las dimensiones, las ubicaciones y el
grado de afectación de los tejidos blandos
de las heridas abiertas, deben tenerse en
cuenta antes de la reducción o la inmovili-
zación. Se debe realizar un examen neuro-
vascular completo.
Cultivo de herida
La falta de consenso entre los diferentes
estudios sobre la utilidad de los cultivos ini-
ciales llevó en 2015 a Lingaraj et al., (2015)
a realizar un estudio piloto para determinar
la flora bacteriana inicial de las fracturas
abiertas y la correlación entre la infección
posterior (si la hubiera) y la flora bacteriana
inicial. En dicho estudio se determinó que la
flora inicial no son los mismos organismos
infecciosos en las heridas de fractura abier-
ta, y los cultivos de heridas previas al des-
bridamiento no tienen valor en la infección
de la herida posterior al desbridamiento.
Por lo tanto, no se recomiendan los cultivos
QUINALUISA ERAZO, C. A., ZAPATA NAULA, J. F., MENÉNDEZ ZAMBRANO, M. L., & MARTÍNEZ CALDERÓN, J. P.
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
de heridas antes del desbridamiento quirúr-
gico.
Prolaxis antitetánica
Aunque la vacunación adecuada debería
proporcionar protección suficiente contra
el tétanos, los médicos pueden administrar
una dosis de vacuna que contenga toxoi-
de tetánico, preferiblemente Td, en caso
de una lesión, además de otras medidas
preventivas como parte del tratamiento in-
tegral de la herida si la lesión es grave o
si la historia de inmunización previa contra
el tétanos del paciente no es confiable. El
programa de vacunación debe completarse
lo antes posible para aquellos que no han
recibido todas las dosis de toxoide tetá-
nico requeridas para la protección de por
vida. Además, la inmunización pasiva con
inmunoglobulina antitetánica (TIG), prefe-
riblemente de origen humano, puede ser
necesaria para la profilaxis en casos de he-
ridas sucias en pacientes con inmunización
incompleta. En adultos y niños mayores de
10 años se realiza la inmunización activa
con toxoide tetánico (TT) o con la vacuna
contra el tétanos y la difteria (Td) a razón
de 1 dosis (0,5 ml) por inyección intramus-
cular o subcutánea profunda. En cuanto a
la inmunoglobulina se utiliza igual dosis en
niños y adultos a razón de inmunoglobuli-
na tetánica (humana) 500 unidades / vial
250 unidades por inyección intramuscular,
aumentada a 500 unidades si se aplica al-
guna de las siguientes condiciones: herida
de más de 12 horas; presencia o riesgo de
contaminación fuerte; o si el paciente pesa
más de 90 kg. Aun cuando no hay estudios
que evalúen los beneficios de la profilaxis
antitetánica después de fracturas abiertas,
la gravedad de la enfermedad, junto con la
mínima morbilidad de la administración, ha
hecho de la profilaxis antitetánica una prác-
tica habitual después de las fracturas abier-
tas. (Brenes Méndez, 2020)
Antibioticoterapia
Amigo et al., (2021) en su estudio expre-
san que históricamente, una fractura abier-
ta resultaría en una amputación temprana,
debido a la preocupación por el desarrollo
de una sepsis abrumadora. Sin embargo,
con el desarrollo de una técnica aséptica y
más tarde la introducción del uso de anti-
bióticos, el manejo exitoso de las fracturas
abiertas se ha convertido en algo común,
pero la administración de la primera dosis
de antibióticos en el momento adecuado es
una prioridad. La administración tardía de
la primera dosis de profilaxis antibiótica au-
menta notablemente el riesgo de infección.
Por su parte, Muñóz, Caba, & Martí, (2010)
manifiestan que las recomendaciones de
tratamiento antibiótico se establecen de
acuerdo con la clasificación de Gustilo, aun-
que hay que recordar que la fiabilidad intra
observador de esta clasificación es baja,
de un 60%, por lo que la decisión del trata-
miento debe individualizarse en función de
la lesión de partes blandas, el tiempo trans-
currido y la contaminación de la herida (ver
Tabla 2). (p. 401)
FRACTURAS EXPUESTAS, MANEJO CLÍNICO Y QUIRÚRGICO
64 RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Tabla 2. Tratamiento antibiótico según clasificación de Gustilo.
Fuente: *administración de cefazolina durante la cirugía; IV: intra venoso. Tomado de:
Muñóz, Caba, & Martí, (2010).
Desbridamiento quirúrgico
El tratamiento antibiótico es el complemento
del desbridamiento. Debe ser realizado con
abundante irrigación. El desbridamiento se
basa en la valoración clínica de la necrosis,
por ende, todos los tejidos desvitalizados,
incluyendo el hueso, deben ser desbrida-
dos. Este desbridamiento debe realizarse
en sala de operaciones y con la mayor asep-
sia posible. La cantidad de suero fisiológico
a utilizar se basa en la clasificación de Gus-
tilo-Anderson, siendo así, en las fracturas
expuestas tipo I se utiliza una cura tópica, y
hasta 3 litros de suero fisiológico, mientras
que en las fracturas tipo II y III se utiliza 6 y
9 litros respectivamente. El desbridamiento
debe realizarse en orden, se empieza por la
piel y se avanza hacia la profundidad, pre-
servando las estructuras nerviosas y vascu-
lares. La ampliación de la herida se debe
realizar en las fracturas de alta energía para
determinar la vascularización de los frag-
mentos conminutos, presencia de cuerpos
extraños o la viabilidad del músculo que se
encuentra alrededor. Posteriormente al ha-
ber finalizado el desbridamiento inicial, se
puede clasificar con mayor seguridad el
tipo de fractura, así como también se de-
termina cuál será el tipo de estabilización
óptima para la fractura.
Estabilización de la fractura
La estabilización permite a los pacientes
más movilidad, evita mayores daños en los
tejidos blandos circundantes y hace más
fácil todo el proceso del tratamiento en ge-
neral. El sistema de estabilización (fijación
interna o externa) depende de la localiza-
ción de la fractura y de la magnitud de las
lesiones en los tejidos blandos. (Pontificia
Universidad Católica de Chile, 2022)
Fijación externa
Con base en la investigación de Brenes
Méndez, (2020) la fijación externa es una
medida eficaz de temporización en pacien-
tes con politraumatismos, particularmente en
casos de defectos de tejidos blandos. Gene-
ralmente se usa como un método temporal y,
cuando es posible, se convierte en fijación
QUINALUISA ERAZO, C. A., ZAPATA NAULA, J. F., MENÉNDEZ ZAMBRANO, M. L., & MARTÍNEZ CALDERÓN, J. P.
65
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
interna, generalmente en forma de un cla-
vo intramedular. También se puede utilizar
como un tratamiento definitivo con buenos
resultados. Edwards et al, mostró una tasa
de unión del 93% con fijación externa en una
media de seguimiento de 9 meses en 202
fracturas tibiales abiertas tipo III.
Asimismo, es importante destacar entre
las ventajas de la fijación externa que esta
necesita poco tiempo de cirugía y produ-
ce una pérdida sanguínea muy escasa. Se
aplica a distancia de la zona de lesión y, por
lo tanto, no interfiere con el manejo de la he-
rida. Se debe recordar que, con el uso de la
fijación externa, los callos son endósticos y
poco voluminosos por lo que mantienen un
riesgo de refractura al retirar el fijador. Esto
obliga, en muchos casos, a mantener el fi-
jador por tiempo prolongado. (Ferrer, More-
jón, & Oquendo, 2018, pág. 654)
Fijación intramedular
El enclavamiento intramedular es el trata-
miento estándar para las fracturas de los 2
huesos largos de las extremidades inferio-
res. La fijación externa temporal antes del
enclavamiento intramedular definitivo se
usa ocasionalmente en fracturas con afec-
tación severa de tejidos blandos (Gustillo y
Anderson grado III) y/o compromiso vascu-
lar. En comparación con la fijación externa,
el clavo intramedular proporciona la venta-
ja de un tiempo más rápido para soportar
peso, menos procedimientos posteriores,
mayor nivel de cumplimiento del paciente y
menor incidencia de mala alineación. El cla-
vado intramedular no parece estar asocia-
do con tasas de infección más altas que la
fijación externa. (Amigo, Rodríguez, Oliver,
Domínguez, & Amigo, 2021)
Placas y tornillos
La fijación con placas y tornillos es otro mé-
todo de fijación, pero el uso de este método
ha disminuido porque sus tasas de com-
plicaciones (osteomielitis 19%; falla del im-
plante 12%) son mayores que las de otros
métodos de fijación. (Duyos et al., 2017)
Al comparar la fijación de la placa con la
fijación externa para fracturas tibiales abier-
tas tipo II y III de Gustilo, Bach y Hansen
informaron un aumento de seis veces en la
tasa de osteomielitis severa. (Brenes Mén-
dez, 2020)
Injerto óseo y procedimientos complemen-
tarios: estos procedimientos se practican
cuando la herida está limpia, cerrada y
seca. En las fracturas expuestas de tibia
graves, los injertos óseos profilácticos pue-
den acortar el tiempo que tardan en consoli-
darse. Se discute cuál es el mejor momento.
Algunos autores defienden que los injertos
deben colocarse en el momento del cierre
definitivo de la herida; otros abogan por es-
perar un tiempo (típicamente seis semanas)
después del cierre definitivo. La incidencia
de reintervenciones en las fracturas expues-
tas de tibia se reduce si se aplica proteína
ósea morfogenética humana recombinante
(rhBMP-2). (Pontificia Universidad Católica
de Chile, 2022)
Cobertura y cierre de la herida
La cobertura de la piel debe realizarse lo
antes posible cuando los bordes del de-
fecto de la piel sean viables. La conver-
sión rápida de fractura abierta a cerrada
es fundamental. El cierre tardío de la herida
puede aumentar el riesgo de infección con
microorganismos gramnegativos nosoco-
miales, como las especies de Pseudomo-
nas, Enterobacter y S. Aureus resistente a
la meticilina. Para las heridas con pérdida
extensa de tejido (lesiones tipo IIIB y IIIC),
Gopal et al., favoreció la fijación temprana
de fracturas y la cobertura con colgajo (en
72 horas). (Brenes Méndez, 2020)
Amputación
La extremidad severamente traumatizada
hace énfasis a un miembro con afectación
de al menos tres de los cuatros sistemas;
tejido blando, hueso, nervios y vasos. Exis-
ten muchos sistemas de puntuación para
predecir el rescate de extremidades infe-
riores, el sistema MESS (Mangled Extremity
FRACTURAS EXPUESTAS, MANEJO CLÍNICO Y QUIRÚRGICO
66 RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Severity Score) es el más utilizado en la práctica clínica (ver Tabla 3). Dicho sistema toma en
cuenta el grado de lesión del esqueleto y los tejidos blandos, la isquemia de las extremida-
des, la presencia de shock, la edad del paciente y el tiempo de isquemia. Una puntuación
menor a 7 indica que un intento de salvamiento primario, una puntuación entre 7 y 9 son
pacientes potencialmente rescatables de amputaciones. Es de suma importancia hacer
uso simultáneo de la clasificación de Gustilo-Anderson y la escala de MESS dentro de los
protocolos de toda fractura expuesta, para ayudar a mejorar la descripción y pronóstico de
las lesiones. (Orozco Montoya, Morales Brenes, & Serrano Calvo, 2021)
Tabla 3. Escala de la extremidad severamente lesionada (MESS). MESS (Mangled Extre-
mity Severity Score). Puntuación para la extremidad severamente lesionada.
Fuente: Modificado de: Johansen, K.; Daines, M.; Howey, T.; Helfet, D.; Hansen S. T. Jr.,
(1990) por Águila et al., (2019).
Conclusión
De la revisión se desprende que tanto la cla-
sificación de las fracturas expuestas como
su manejo clínico es de vital importancia
para ofrecer al paciente un tratamiento más
adecuado y mejorar su pronóstico.
Asimismo, la antibioticoterapia adecuada
y precoz minimiza el riesgo de infección y
también mejora el pronóstico de la lesión.
En cuanto al desbridamiento quirúrgico ra-
dical disminuye igualmente el riesgo de in-
fección.
Abordar debidamente factores tales como
una limpieza quirúrgica de calidad, cober-
tura adecuada de la herida, así como la
fijación definitiva de la fractura, incide de
manera favorable en la disminución de los
días de estancia hospitalaria, así como de
las complicaciones propias de la fractura.
Por último, es importante destacar que
cada fractura expuesta es distinta, em vista
de lo cual se pueden seguir las generalida-
des del manejo clínico, no obstante, el trata-
miento se debe adecuar a cada paciente y
a cada tipo de fractura en particular.
Bibliografía
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
CITAR ESTE ARTICULO:
Quinaluisa Erazo, C. A., Zapata Naula, J. F., Menéndez Zambrano, M. L., &
Martínez Calderón, J. P. (2022). Fracturas expuestas, manejo clínico y qui-
rúrgico. RECIMUNDO, 6(4), 46-67. https://doi.org/10.26820/recimundo/6.(4).
octubre.2022.46-67
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FRACTURAS EXPUESTAS, MANEJO CLÍNICO Y QUIRÚRGICO