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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
muestran la reducción del uso de opioides
postoperatorios con el uso de lidocaína in-
travenosa tras laparotomía, la OFA no está
descrita para la realización de laparotomía”.
Argumentan en su experiencia en cuanto a
esta técnica, la laparotomía supone un es-
trés quirúrgico muy superior a la laparosco-
pia, “sería difícil prescindir de la adminis-
tración de opiáceos para su control” (Díaz,
et al., 2018). Es por esto que la técnica re-
comendada para este tipo de cirugía es la
anestesia combinada. Concluyen en este
caso, no existía la posibilidad de usar esta
técnica en el caso descrito anteriormente,
porque la laparotomía no estaba prevista y
no se colocó un catéter epidural antes de
iniciar la cirugía.
No obstante, la hemodinámica como el do-
lor fueron adecuadamente controlados y
la paciente no presentó durante su estan-
cia hospitalaria complicaciones como las
PONV, ni un aumento del tiempo de ingreso
habitual. La posibilidad de realizar una anal-
gesia locorregional en la URPA contribuyó a
la ausencia de dolor y al confort de la pa-
ciente en el postoperatorio, no requiriendo
mórficos en el ingreso. En este grupo de
pacientes la colocación de un catéter epi-
dural puede ser dificultosa y no exenta de
riesgos, por lo que se plantea la OFA como
una posible alternativa.
Los opiáceos presentan numerosos efec-
tos secundarios (Díaz, et al., 2018) como:
depresión respiratoria, prurito, náuseas y
vómitos, obstrucción intestinal, estreñimien-
to, retención urinaria, disminución del gas-
to cardiaco, mareos, somnolencia y rigidez
muscular de corta duración, tolerancia por
insensibilización e hiperalgesia inmediata,
que pueden evolucionar a síndrome de dolor
crónico. La anestesia libre de opioide surgió
como alternativa para evitar estos proble-
mas en pacientes especialmente sensibles,
siendo las indicaciones más aceptadas de la
misma la obesidad, la apnea obstructiva del
sueño, la adicción a los opioides y los síndro-
mes de hiperalgesia o de dolor crónico.
Otro estudio pero realizado en España es
el de (Malo, et al., 2020) fue observacional,
prospectivo, descriptivo en serie de casos
durante el año 2018 en el Hospital Univer-
sitario Virgen de la Victoria (Málaga). Se
incluyeron todos los pacientes sometidos
a cirugía bariátrica laparoscópica que die-
ron consentimiento para la realización de
la técnica de OFA y no presentaron con-
traindicación para dicha técnica conforme
al protocolo Anestesia libre de opioides:
“hipersensibilidad a los fármacos, bloqueo
cardiaco avanzado (grado 2 o 3) en ausen-
cia de marcapasos, hipotensión no contro-
lada, enfermedad cerebrovascular aguda,
insuficiencia hepática y sepsis”.
Los datos quedaron recogidos en las histo-
rias clínicas de los pacientes. El protocolo
se inicia premedicando con 300 mg de ga-
bapentina 1 hora antes del inicio de la cirugía.
Al llegar a quirófano, y tras monitorización de
electro-cardiograma, saturación y tensión ar-
terial no invasiva (Malo, et al., 2020):
“se inicia perfusión continua de dexme-
detomidina de 0,1 µg/Kg/h, lidocaína 1
mg/Kg/h y ketamina 0,1 mg/Kg/h. Se-
guidamente se administra metamizol 2
g, dexketoprofeno 50 mg, dexametaso-
na 10 mg y sulfato de magnesio 3 g.
A continuación, se procede a la induc-
ción con bolo de dexmedetomidina de
0,1 µg/Kg, lidocaína 1 mg/Kg, ketamina
0,1 mg/Kg, propofol 3 mg/Kg y rocuro-
nio 1 mg/Kg. Previamente a la incisión
se infiltraron los puertos de la laparos-
copia con 25 mg de levobupivacaína
0,25%. El mantenimiento anestésico se
inicia con sevoflurano o desflurano para
mantener el índice biespectral (BIS) en-
tre 40 y 60, rocuronio para mantener re-
lajación profunda y dexmedetomidina,
lidocaína y ketamina según valores he-
modinámicos”.
Las variables recogidas fueron: sexo,
edad, índice de masa corporal (IMC), mi-
nutos en el quirófano, hipertensión arterial
(HTA) tras la intubación orotraqueal (IOT),
CHAVEZ RUIZ, C. N., ESCOBAR FLORES, A. E., ORTIZ ANDRADE, L. A., & ULLOA VALLEJO, L. V.