DOI: 10.26820/recimundo/6.(4).octubre.2022.369-383
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/1861
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de investigación
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 369-383
Niveles de cortisol plasmático en mujeres víctimas de
violencia de género
Plasma cortisol levels in women victims of gender violence
Níveis de cortisol plasmático nas mulheres vítimas de violência
baseada no género
Karina Johana Cevallos Cárdenas
1
; Ana María Viteri Rojas
2
; Andy Smith Valencia Cevallos
3
; Tania
Dolores Indacochea Loor
4
RECIBIDO: 11/07/2022 ACEPTADO: 03/09/2022 PUBLICADO: 30/10/2022
1. Magíster en Atención Primaria y Clínica Infantil; Médico; Médico del Concejo de la Judicatura; Guayaquil, Ecuador; karin-
acevallos75@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0002-3551-3231
2. Especialista en Cirugía General; Doctora en Medicina y Cirugía; Docente de la Facultad de Ciencias Médicas en la Univer-
sidad de Guayaquil; Guayaquil, Ecuador; ana.viterir@ug.edu.ec; https://orcid.org/0000-0002-5279-0089
3. Abogado de los Tribunales y Juzgados de La República del Ecuador; Abogado Asesor Jurídico de la Asociación Judicial
del Consejo de la Judicatura del Guayas; Guayaquil, Ecuador; notificacion.eslecc@gmail.com; https://orcid.org/0000-
0001-6005-9512
4. Médico; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; taysind@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0002-8054-
3384
CORRESPONDENCIA
Karina Johana Cevallos Cárdenas
karinacevallos75@hotmail.com
Guayaquil, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2022
RESUMEN
La violencia ejercida sobre cualquier ser humano puede exponerlos a padecer efectos negativos sobre su
salud física y mental, en el caso de las mujeres, las consecuencias de padecer este flagelo no solo influyen
en su persona, sino que, en caso de estar en estado de gravidez puede aumentar el riesgo de padecer
condiciones patológicas propias de la madre y el niño. Existen algunos marcadores biológicos que pueden
orientar la confirmación diagnóstica de tales efectos en la salud, el objetivo es estudiar los niveles de cor-
tisol plasmático en mujeres víctimas de violencia de género. Se aplicarán los recursos bibliográficos para
orientar teóricamente la hipótesis planteada a través de la investigación cualitativa de producción académi-
ca y científica de las variables. Se espera demostrar la relación positiva y directa que hay entre la violencia
y su severidad con el nivel plasmático de cortisol en mujeres.
Palabras clave: Violencia, Cortisol Plasmático, Violencia de Género, Salud Física, Salud Mental, Marca-
dores Bilógicos.
ABSTRACT
The violence exercised on any human being can expose them to suffer negative effects on their physical
and mental health, in the case of women, the consequences of suffering this scourge not only influence their
person, but, in case of being in a state of pregnancy can increase the risk of suffering pathological condi-
tions of the mother and child. There are some biological markers that can guide the diagnostic confirmation
of such effects on health, the objective is to study the levels of plasma cortisol in women victims of gender
violence. Bibliographic resources will be applied to theoretically orient the hypothesis proposed through
qualitative research of academic and scientific production of the variables. It is expected to demonstrate the
positive and direct relationship between violence and its severity with the plasma level of cortisol in women.
Keywords: Violence, Plasma Cortisol, Gender Violence, Physical Health, Mental Health, Biological Markers.
RESUMO
A violência contra qualquer ser humano pode expô-las a efeitos negativos na sua saúde física e mental. No
caso das mulheres, as consequências do sofrimento deste flagelo não só as afectam pessoalmente, mas
também, se estiverem grávidas, podem aumentar o risco de sofrer condições patológicas para a mãe e
para o filho. Existem alguns marcadores biológicos que podem orientar a confirmação diagnóstica de tais
efeitos na saúde, o objectivo é estudar os níveis de cortisol plasmático nas mulheres vítimas de violência
de género. Os recursos bibliográficos serão aplicados para orientar teoricamente as hipóteses propostas
através da investigação qualitativa da produção académica e científica das variáveis. Espera-se demons-
trar a relação positiva e directa entre a violência e a sua gravidade com o nível plasmático de cortisol nas
mulheres.
Palavras-chave: Violência, Cortisol plasmático, Violência de Género, Saúde Física, Saúde Mental, Mar-
cadores Biológicos.
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Introducción
Planteamiento del problema
Estudiar la definición de la violencia es uno
de los principales problemas para conocer
sus formas y con ellas, sus consecuencias.
Se entiende que, con usar la fuerza, sea fí-
sica o psicológica en función de ocasionar
mal en otra persona de manera premedita-
da, es aplicar la violencia.
Entre ellas se observa tipificada la violen-
cia de género, es decir, aquella que se da
como consecuencia del simple hecho de
ostentar un género determinado. En el caso
de la mujer ocurre con mayor frecuencia
en el seno de la familia. La violencia intra-
familiar es un problema social, que afec-
ta importantes sectores de la población y
trasciende los aspectos raciales, religiosos,
educacionales, económicos y es considera-
da un problema de salud pública. (Gidder
et al., 2004)
Sobre la dinámica de la violencia en la pa-
reja, parecería haber al menos dos modali-
dades: modalidad grave (llamado maltrato
físico) se caracteriza diversas formas de
maltrato, amedrentamiento y amenazas,
aunadas a una conducta posesiva y un
comportamiento dominante por parte del
agresor; y forma moderada de violencia (de-
nominada violencia común de pareja) en las
relaciones íntimas, en que la frustración y la
ira continuas ocasionalmente estallan en for-
ma de agresión física. (Veracruzana, 2014)
La violencia contra la mujer, es definida por
la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) como todo acto de violencia basa-
do en la pertenencia al sexo femenino, que
tenga o pueda tener un daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico para la mujer;
así mismo, la amenaza de tales actos, la
coacción o privación arbitraria de la liber-
tad, tanto en la vida pública como en la pri-
vada. (Bello-Urrego, 2013)
La violencia contra la mujer puede expresar-
se en forma física, psicológica, sexual o eco-
nómica. En el caso concreto de la violencia
física hacia la mujer embarazada, se ha do-
cumentado que puede provocar ruptura de
útero, hígado o bazo, fractura de pelvis y he-
morragias. Las mujeres que han sufrido gol-
pes presentan un riesgo dos veces mayor de
abortar, tener desprendimiento prematuro de
placenta, presentar corioamnionitis, precipi-
tación del parto y complicaciones post-parto
y, como consecuencia fatal, la muerte. Ade-
más de las lesiones físicas, las mujeres desa-
rrollan un cuadro de estrés permanente que
se acompaña de síntomas de depresión, an-
siedad, fobias, angustia y se perciben a sí
mismas como enfermas. Tienden a aislarse,
presentan una baja autoestima y un alto ries-
go de desarrollar adicción a drogas, alcohol
o ambos. (Rachana et al., 2002); (Cuevas et
al., 2006)
El escenario más desfavorable lo represen-
ta la violencia contra la mujer embarazada.
algunas estadísticas apuntan que mundial-
mente es aceptado que una de cada 4 mu-
jeres es maltratada durante el embarazo, las
consecuencias de la violencia incluyen au-
mento del tabaquismo, mayor riesgo de abor-
to, preeclampsia, restricción del crecimiento
intrauterino, colestasis intrahepática, parto
pretérmino, bajo peso al nacer y finalmente
muerte fetal y materna. (Gidder et al., 2004)
Conociendo lo anterior, es importante bus-
car algunos marcadores que permitan te-
ner una aproximación al efecto biológico y
psicológico de las mujeres embarazadas
violentadas, de lo que surge el estudio del
cortisol como hormona que expresa en tér-
minos biológicos la exposición al estrés
crónico al que están sometidas las mujeres
víctima de violencia de género.
La hormona cortisol es el principal gluco-
corticoide en humanos y su contraparte en
roedores es la corticosterona; ambos son
sintetizados a partir del colesterol en célu-
las de la corteza adrenal. En individuos sa-
ludables la secreción de cortisol es de 10
a 20 mg diarios y está bajo el control de un
ritmo circadiano (mediado por la actividad
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
372
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
del núcleo supraquiasmático). La concen-
tración sérica de cortisol es cambiante y
presenta un máximo en las primeras horas
del día y un punto más bajo hacia la media-
noche. Sin embargo, la liberación de corti-
sol puede ocurrir en respuesta a una des-
estabilización física o emocional y de ese
modo escapar en cualquier momento del
control circadiano. (Cortés, 2011)
El cortisol es un marcador biológico encar-
gado de activar los sistemas nervioso, me-
tabólico e inmune ante situaciones percibi-
das como amenazantes. La actividad del
eje HPA es sensible a aspectos del ambien-
te como el estatus social, la estabilidad y la
calidad de las relaciones. En condiciones
normales, el nivel de cortisol suele ser ma-
yor al despertar e ir disminuyendo durante
el día. La exposición frecuente y prolongada
a estresores psicosociales, como el duelo,
el desempleo y desastres producidos por
el ser humano, ocasiona alteraciones en su
secreción. (Zapata Yance et al., 2017)
En atención a estos planteamientos, es pre-
ciso avanzar a la realización de un estudio
que nos permita relacionar los niveles plas-
máticos de cortisol con la violencia de gé-
nero en mujeres.
Metodología
Se hará un estudio desde el punto de vis-
ta teórico, con la realización de la investi-
gación se ubicarán fuentes documentales
especializadas en el área, por lo tanto, se
podrá iniciar el proceso de construcción
teórica sobre la relación entre cortisol y
violencia en, lo cual puede ofrecer un insu-
mo teórico para la toma de decisiones con
respecto al problema objeto de estudio. El
estudio teórico permitirá contribuir aún más
al estudio epidemiológico y clínico de la vio-
lencia de género en las mujeres.
Se podrá desarrollar el proyecto de una ma-
nera sistemática y rigurosa, considerando
la identificación de las dimensiones propias
de la violencia y la determinación de cortisol
a través del estudio de métodos, técnicas e
instrumentos estandarizados que recaben
resultados válidos y confiables, traducidos
a su vez en conclusiones y recomendacio-
nes que permitan mejorar la productividad
de la toma de decisiones sanitarias.
También, se pretende exponer los resulta-
dos que abordan esta problemática desde
los antecedentes prácticos realizados en
distintos ámbitos promoviendo una mirada
integral y multidisciplinaria sobre la violen-
cia y su relación con cortisol plasmáticos
mujeres, fenómeno con múltiples implica-
ciones sociales y culturales que influyen a
la aplicación de tales políticas y medidas de
control sanitario y judicial.
Resultados
El cortisol: Origen y síntesis
El cortisol es denominado hormona del
estrés. Se trata de una hormona gluco-
corticoide (esteroide) que juega un papel
importante en el desarrollo normal y es el
producto final del eje HPA, uno de los siste-
mas de respuesta al estrés del organismo.
El eje HPA está regulado por la liberación
de CRH, que a su vez libera hormona corti-
cotropina (ACTH). La ACTH, secretada des-
de la pituitaria, desencadena la producción
de cortisol desde la corteza suprarrenal. El
cortisol afecta a muchos sistemas corpora-
les y especialmente al crecimiento óseo, al
control de la tensión arterial, funcionamien-
to del sistema inmunitario, el metabolismo
de las grasas y proteínas, el funcionamiento
del sistema nervioso y la respuesta al es-
trés. (Echart Broto, 2015)
El cortisol es el esteroide suprarrenal más
conocido. Su biosíntesis tiene lugar en la
capa fasciculada por acción de las enzimas
ya mencionadas y su producción diaria es
de 10-20 mg. La corticosterona sirve de pre-
cursora de la aldosterona y su producción
es de sólo 2-5 mg a día. La vida media del
cortisol es de unos 90 minutos y su concen-
tración en plasma es de 10-20μg/dL, mien-
tras que la corticosterona es de 1-2 μg/dL.
El cortisol circula en su mayoría unido a una
CEVALLOS CÁRDENAS, K. J., VITERI ROJAS, A. M., VALENCIA CEVALLOS, A. S., & INDACOCHEA LOOR, T. D.
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proteína transportadora (CBG) y sólo un 5%
circula libre (0,2- 0,5 μg/dL), pero se une a
la albúmina si su concentración es muy alta.
La CBG aumenta con los estrógenos, en la
hepatitis y en el embarazo, y disminuye en
la cirrosis, la nefrosis y el hipertiroidismo. Su
función no es esencial para las acciones del
cortisol, ya que cuando aumenta o disminu-
ye o incluso si está ausente (de forma con-
génita) el cortisol libre permanece normal,
que es el verdaderamente activo. El cortisol
posee un ritmo circadiano, el primero de los
descritos, con pico al amanecer y valle a las
23:00h, algo posterior al de la ACTH, de la
que es secundario, que a su vez está con-
trolado por el hipotálamo y el SNC. (Nora C
et al., 2014)
Su control hipotalámico lo hace la Hormona
liberadora de Corticotropina (CRH) y el ser-
vomecanismo del cortisol se efectúa princi-
palmente en el hipotálamo, pero también en
la hipófisis, (eje SNC-CRH-ACTH cortisol),
y existen otros dos sistemas de regulación,
uno desde la médula adrenal (interrelacio-
nes intrasuprarrenales) y el tercero desde
el sistema inmunitario: IL-1, IL-6 y factor de
necrosis tumoral α (TNFα), que en realidad
puede actuar sobre el SNC-CRH o sobre
la propia ACTH sensibilizándola a la CRH,
como sucede también en el estrés y en las
infecciones. La ACTH se une a receptores
específicos acoplados a proteína G para
activar la adenilatociclasa y aumentar los
niveles de AMPc. Existen dos tipos de efec-
tos de la ACTH sobre la esteroidogénesis:
Los agudos, producidos en pocos minutos,
y los crónicos, que requieren horas o días.
(Nora C et al., 2014)
El efecto agudo de la ACTH consiste en au-
mentar la transformación del colesterol en
pregnenolona, que viene a constituir la pri-
mera etapa limitante en la esteroidogénesis,
y se consigue activando la enzima P450.
Por otro lado, los efectos crónicos del ACTH
consisten en aumentar la síntesis de la ma-
yoría de enzimas de la esteroidogénesis y en
efectos sobre la síntesis de proteínas y DNA
de las células suprarrenales, provocando
hipertrofia (aumento del tamaño de las cé-
lulas) e hiperplasia (aumento de la cantidad
de células) de la glándula. Estos efectos so-
bre la transcripción se producen, al menos
en parte, mediante el aumento de la activi-
dad de la PKA (proteinkinasa A) que fosforila
varios factores reguladores de la transcrip-
ción. La ACTH también estimula la síntesis
de otras proteínas necesarias para la este-
roidogénesis, como la adrenodoxina, StAR
y, en la suprarrenal fetal, la HMG-CoAreduc-
tasa necesaria para la síntesis de novo del
colesterol. (Nora C et al., 2014)
La ACTH se libera en pulsos secretores de
amplitud variable durante el día y la noche.
El ritmo diurno normal de secreción de cor-
tisol está causado por las distintas amplitu-
des de los pulsos de ACTH. Los pulsos de
ACTH y de cortisol se producen cada 30-
120 minutos, son más elevados en el mo-
mento de despertar, son bajos en la última
parte de la tarde y por la noche y alcanzan
su punto más bajo 1 o 2 horas después de
que comienza el sueño. La CRH es el es-
tímulo principal de la secreción de ACTH.
(Nora C et al., 2014)
La hormona antidiurética (ADH) aumenta
la secreción de la CRH. Los estímulos ner-
viosos provenientes del cerebro producen
la liberación de CRH y ADH. Estas dos se
secretan en la circulación portal de forma
pulsátil. Esta secreción pulsátil parece ser
la responsable de la liberación circadiana
de ACTH. El ritmo circadiano de la libera-
ción de corticotrofina está probablemente
inducido por un correspondiente ritmo cir-
cadiano de la secreción de CRH hipotalámi-
ca, regulado por el núcleo supraquiasmá-
tico con influencias desde otras áreas del
cerebro. El cortisol ejerce una retroalimen-
tación negativa sobre la síntesis y secreción
de ACTH, CRH y ADH. La ACTH inhibe su
propia secreción, un efecto de retroalimen-
tación mediado por el hipotálamo. Por ello,
la secreción de cortisol es el resultado de la
interacción del hipotálamo, la hipófisis y las
glándulas suprarrenales y otros estímulos
nerviosos. (Nora C et al., 2014)
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Acciones bilógicas del cortisol y otros
glucocorticoides
Los GCC, principalmente cortisol, son
esenciales para la supervivencia. El término
glucocorticoide se refiere a las propiedades
reguladoras de la glucosa de estas hormo-
nas. Sin embargo, los GCC tienen múltiples
efectos sobre el metabolismo de los hidra-
tos de carbono, los lípidos y las proteínas.
También regulan la función inmunitaria,
circulatoria y renal. Influyen sobre el creci-
miento, el desarrollo, el metabolismo óseo y
la actividad del SNC. En situaciones de es-
trés la secreción de GCC puede aumentar
hasta diez veces. Se cree que este incre-
mento favorece la supervivencia mediante
un aumento de contractilidad cardíaca, del
gasto cardíaco, de la sensibilidad de los
efectos constrictores de las catecolaminas
y otras hormonas vasoconstrictoras, de la
capacidad de trabajo de los músculos es-
queléticos y de la capacidad de movilizar
depósitos de energía. (Nora C et al., 2014)
Efectos metabólicos
La acción principal de los glucocorticoides
sobre el metabolismo de los hidratos de
carbono es el aumento de la producción de
glucosa mediante el aumento de la gluco-
neogénesis hepática. Los glucocorticoides
también aumentan la resistencia celular a la
insulina, por lo que disminuyen la entrada
de glucosa a la célula. Esta inhibición de
la captación de glucosa se produce en los
adipocitos, las células musculares y los fi-
broblastos. Además de oponerse a la ac-
ción de la insulina, los GCC pueden funcio-
nar en paralelo con la insulina para proteger
contra el ayuno prolongado mediante la es-
timulación del depósito y la producción de
glucógeno en el hígado. Ambas hormonas
estimulan la actividad de la glucógenosinte-
tasa y disminuyen la glucogenolísis. (Nora
C et al., 2014)
El exceso de GCC puede producir hiperglu-
cemia, mientras que su déficit puede cau-
sar hipoglucemia. Los GCC aumentan los
niveles de ácidos grasos libres mediante
la estimulación de la lipólisis, al disminuir la
captación celular de glucosa y la produc-
ción de glicerol, que es necesario para la
reesterificación de los ácidos grasos. Este
aumento de la lipólisis, que ocurre predomi-
nantemente en las extremidades, también
se estimula a través del incremento permi-
sivo de la acción lipolítica de otros factores
como la adrenalina. (Nora C et al., 2014)
En el paciente con exceso de GCC, se pierde
la grasa de las extremidades, pero aumenta
en el tronco (obesidad centrípeta), el cuello
y la cara (cara de luna llena). Por lo general,
los GCC ejercen un efecto catabólico/anti
anabólico sobre el metabolismo proteico. La
proteólisis en la grasa, el músculo esquelé-
tico, el hueso, el tejido linfoide y conjuntivo
aumenta los aminoácidos, que pueden ser
utilizados como sustratos en la gluconeogé-
nesis. El músculo cardíaco y el diafragma
están casi completamente exentos de este
efecto catabólico. (Nora C et al., 2014)
Efectos circulatorios y renales
Los GCC tienen una influencia inotrópica
positiva en el corazón, al aumentar el índi-
ce de trabajo del ventrículo izquierdo. Ade-
más, tienen un efecto permisivo sobre las
acciones de la adrenalina y la noradrena-
lina tanto en el corazón como en los vasos
sanguíneos. En ausencia de GCC, puede
producirse una disminución del gasto car-
díaco y shock, en los estados de exceso de
GCC, con frecuencia se observa hiperten-
sión. Esto puede deberse a la activación de
los receptores de los MR, que se producen
cuando la 11β-HSD renal se satura por las
excesivas concentraciones de GCC. (Nora
C et al., 2014)
Crecimiento
El exceso de GCC inhibe el crecimiento
longitudinal y la maduración esquelética en
los niños. Esto se debe sobre todo al efec-
to inhibitorio de los GCC sobre las epífisis.
Esto puede estar mediado en parte por los
niveles decrecientes de hormona y del IGF-
1 y por el aumento de la proteína transpor-
CEVALLOS CÁRDENAS, K. J., VITERI ROJAS, A. M., VALENCIA CEVALLOS, A. S., & INDACOCHEA LOOR, T. D.
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tadora de IGF-1, que inhibe el crecimiento
somático mediante la disminución de los
niveles circulantes de IGF-1 libre. Aunque
su exceso claramente altera el crecimiento,
retrasándolo o inhibiéndolo, los glucocorti-
coides son necesarios para el crecimiento
y desarrollo normales. (Nora C et al., 2014)
En el feto y en el recién nacido, aceleran
la diferenciación y el desarrollo de varios
tejidos. Estas acciones comprenden el de-
sarrollo de los sistemas hepáticos y gas-
trointestinales, así como la producción de
surfactante por los pulmones fetales. Los
GCC suelen administrarse a las mujeres
embarazadas con riesgo de parto prema-
turo para intentar acelerar estos procesos
madurativos (de gran importancia en Obs-
tetricia). (Nora C et al., 2014)
Efectos inmunológicos
Los GCC tienen una función esencial en la
regulación inmunológica. Inhiben la síntesis
de glucolípidos y precursores de prosta-
glandinas y las acciones de la bradicinina.
También bloquean la secreción y los efec-
tos de la histamina y de las citoquinas infla-
matorias (factor de necrosis tumoral α, IL-1
e IL-6). Estas acciones reducen el proceso
inflamatorio. Las dosis altas de glucocorti-
coides deplecionan los monocitos, los eosi-
nófilos y los linfocitos, en especial las célu-
las T. (Nora C et al., 2014)
Según (Nora C et al., 2014), realizan estas
acciones, al menos en parte por la induc-
ción de una parada del ciclo celular en
la fase G1 y mediante la activación de la
apoptosis mediante los efectos mediados
por los receptores de GCC. Los efectos so-
bre los linfocitos se ejercen sobre todo so-
bre las células T colaboradoras de tipo 1 y
por tanto sobre la inmunidad celular, mien-
tras que las células T colaboradoras de tipo
2 quedan exentas de estas acciones, lo que
conlleva una respuesta inmunitaria predo-
minantemente humoral. Las dosis farmaco-
lógicas de GCC también pueden disminuir
el tamaño de los tejidos linfoides (es decir el
bazo, el timo y los ganglios linfáticos).
Los GCC aumentan los recuentos de neu-
trófilos o polimorfonucleares circulantes,
sobre todo porque evitan su salida de la cir-
culación, disminuyen la diapédesis, la qui-
miotaxis y la fagocitosis de los mismos. Por
ello la movilidad de estas células esta alte-
rada de tal forma que no llegan al lugar de
la inflamación para organizar una respuesta
inmunitaria apropiada. Los niveles altos de
los GCC mantenidos crónicamente disminu-
yen las respuestas inflamatorias e inmunita-
rias celulares y aumentan la susceptibilidad
a determinadas infecciones bacterianas
víricas, fúngicas y parasitarias (¡recordar
esto a la hora de realizar un tratamiento con
GCC). (Nora C et al., 2014)
Efectos sobre la piel, el hueso y el calcio
Según (Nora C et al., 2014). Los GCC inhi-
ben a los fibroblastos, lo que produce un
aumento de la formación de equimosis (san-
grado por debajo de la piel a partir de vasos
sanguíneos rotos en un área relativamente
grande, mal llamado hematoma) y alteran la
curación de las heridas produciendo atrofia
cutánea. Este efecto explica el adelgaza-
miento de la piel y las estrías que se ven
en los pacientes con síndrome de Cushing
(patología por exceso de GCC).
Los GCC tienen un efecto global de dismi-
nución de la calcemia. Es probable que este
efecto hipocalcemiante se deba a una dis-
minución de la absorción intestinal de calcio
y a la reabsorción renal de calcio y fósforo.
La calcemia, sin embargo, no suele dismi-
nuir por debajo de los niveles normales de-
bido al aumento secundario de la secreción
de hormona paratiroidea. El efecto más sig-
nificativo del exceso de GCC a largo plazo
sobre el calcio y el metabolismo óseo son
la osteopenia y la osteoporosis. Los GCC
inhiben la actividad osteoblástica mediante
la disminución del número y la actividad de
los osteoblastos. La tendencia de los GCC
a disminuir la calcemia y los niveles de fos-
fato causa hiperparatiroidismo secundario.
Estas acciones reducen el crecimiento óseo
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
y causan una pérdida neta de hueso mine-
ral. (Nora C et al., 2014)
Efectos sobre el sistema nervioso central
(SNC)
Los GCC atraviesan con facilidad la barrera
hematoencefálica y tienen efectos directos
sobre el metabolismo cerebral. Disminuyen
determinados tipos de edemas del SNC y
se emplean con frecuencia para tratar la hi-
pertensión intracraneal. Estimulan el apetito
y producen insomnio. Existe una alteración
de la memoria y de la capacidad para con-
centrarse. El exceso leve o moderado de
GCC durante un período limitado de tiempo
suele producir un sentimiento de euforia o
bienestar, pero el exceso y déficit de GCC
puede asociarse a depresión clínica. (Nora
C et al., 2014)
Los efectos sobre el cerebro están media-
dos en gran parte por las interacciones por
los receptores de mineralocorticoides y de
glucocorticoides (denominados en este
contexto receptores corticoides de tipo I y
II, respectivamente). La activación de los
receptores de tipo II aumenta la sensibili-
dad de las neuronas del hipocampo al neu-
rotransmisor serotonina, lo que puede expli-
car la euforia asociada con las altas dosis
de GCC. Los GCC y otros esteroides pue-
den tener efectos no genómicos median-
te la modulación de la actividad de los re-
ceptores del ácido γ-aminobutírico (GABA).
(Nora C et al., 2014)
Medición del cortisol para su aplicación
clínica
Según (Maidana et al., 2013), el primer paso
en la exploración bioquímica de la función
adrenocortical se basa en la determinación
del cortisol sérico total. No obstante, la inter-
pretación de su medición requiere un análi-
sis cuidadoso. El cortisol presenta un ritmo
circadiano característico: en una persona
normal con períodos sueño/vigilias esta-
bles, se presenta con episodios secretorios
a lo largo de las 24 horas. La concentración
plasmática de cortisol es más alta al des-
pertar y declina durante el día, hasta llegar
a un mínimo durante la primera y segunda
horas del sueño. Luego, sus niveles suben
en forma gradual en las fases ulteriores del
sueño para volver a un máximo al despertar.
Este ritmo circadiano puede modificarse al-
terando el patrón del sueño, pero sólo si la
alteración persiste varios días. Los ciclos de
luz y oscuridad también influyen sobre el rit-
mo circadiano. Por otra parte, este ritmo es
modulado por el estrés, la actividad física,
la dieta y la ingesta de fármacos.
Medida de cortisol libre urinario
La determinación de cortisol libre urinario
(CLU) es una determinación habitual en la
evaluación bioquímica del eje adrenal que
se usa desde los años 60. Representa la
fracción de cortisol que no se metaboliza
para ser eliminado por orina, y que se fil-
tra como cortisol libre. Esta fracción es muy
sensible para detectar hipercortisolismo de-
bido a que la CBG se satura a una concen-
tración de 25 μg/dl de cortisol. Superando
ese valor, aumenta la cantidad de cortisol
libre que se elimina en orina. Se puede rea-
lizar en orina de una hora o en orina de 24
horas. Este último constituye un ensayo in-
tegrado de la secreción de cortisol de 24
horas, siempre y cuando se efectúe una co-
rrecta recolección de la muestra. De las de-
terminaciones en una hora, la medición más
usada es la de CLU de 22-23 h que se uti-
liza para establecer la presencia o pérdida
del ritmo circadiano. (Maidana et al., 2013)
Medida de cortisol salival
La medida de cortisol en saliva constituye un
método no invasivo para medir cortisol libre.
El cortisol difunde libremente a través de los
ácimos celulares de las glándulas salivales
y su concentración es independiente de la
tasa de flujo salival. Las principales ventajas
son que el paciente puede obtener la saliva
en su casa en situación libre de estrés, que
es una muestra muy adecuada para niños
en los cuales la venopunción puede resul-
tar traumática, y que es una muestra esta-
ble. No obstante, se deben tomar algunos
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
recaudos para su recolección como no ce-
pillarse los dientes por lo menos 30 minutos
antes de la obtención, evitar comer, beber
y no realizar actividad física por lo menos 3
horas antes. (Maidana et al., 2013)
Medida de cortisol libre plasmático
Para la determinación y medición de corti-
sol plasmático se han descripto dos méto-
dos, uno es el equilibrio de diálisis y el otro
es métodos de ultrafiltración; cada uno de
ellos con ventas y desventajas, pero ambos
son usados de manera rutinaria en la prác-
tica clínica.
Equilibrio de diálisis
El método de diálisis es el método de re-
ferencia para la medida de hormonas este-
roides libres en general y en particular de
cortisol libre. El dispositivo de diálisis usado
consiste en dos compartimentos separa-
dos uno de otro por una membrana semi-
permeable que permite que moléculas pe-
queñas circulen libremente y que moléculas
grandes no lo hagan. El método histórico de
cuantificación de cortisol consiste en eva-
luar el porcentaje de distribución entre am-
bos compartimentos de una pequeña can-
tidad de cortisol marcado con tritio, luego
de una incubación en un agitador durante
30 minutos a 37°C de una muestra de suero
a la cual se le adiciona además un buffer
adecuado. (Maidana et al., 2013)
De esa manera, el dializado se mantiene en
contacto físico con la membrana que retie-
ne las proteínas de unión. Una vez que se
alcanza el equilibrio (dentro de 16 a 24 ho-
ras), la concentración de hormona libre es
igual en ambos compartimentos. Luego se
cuantifica la radiactividad en ambas frac-
ciones. El porcentaje de radiactividad en el
dializado multiplicado por la concentración
de cortisol total equivale a la concentración
de cortisol libre. La técnica de diálisis de
equilibrio no es apropiada para el uso ha-
bitual en la práctica diaria, debido a que es
una técnica laboriosa y que insume mucho
tiempo de realización. Sin embargo, algu-
nos autores sugieren utilizar la técnica de
ultrafiltración, que arrojaría resultados equi-
valentes y es más simple de implementar.
(Maidana et al., 2013)
Método de ultraltración
Se usa un dispositivo de ultrafiltración des-
echable, en el cual se coloca plasma y se
centrifuga a 37°C. El suero se equilibra 30
minutos a 37°C en un tubo de vidrio donde
previamente se evaporó una solución eta-
nólica de cortisol tritiado. Esta técnica no
introduce ninguna modificación o dilución
del suero y requiere un corto período de in-
cubación, en contraste con la diálisis que
requiere dilución de la muestra, utiliza un
buffer que puede cambiar la capacidad de
unión de suero y es de incubación prolon-
gada. Una de las desventajas de la ultrafil-
tración, así como de la diálisis de equilibrio,
es la necesidad de trabajar a 37°C debido a
que la afinidad de la proteína depende de la
temperatura. (Maidana et al., 2013)
El efecto de la temperatura en la unión
de cortisol ha sido descrito por Vogeser y
Briegel, citado por (Maidana et al., 2013)
que comprobaron que se puede obtener un
aumento de 80% en el cortisol libre cuando
la temperatura de incubación de la mues-
tra durante la diálisis de equilibrio aumenta
de 37 a 41°C. Esto explicaría el aumento de
la disponibilidad de cortisol libre en la fase
aguda de enfermedades asociadas con fie-
bre. La elección de la membrana de ultrafil-
tración es crítica: debe permitir la difusión
de moléculas pequeñas solamente.
Además, antes de utilizar una membrana de
ultrafiltración o de diálisis se debe lavar con
agua destilada para eliminar los agentes con-
servantes. Por otra parte, el cortisol tritiado
utilizado debe tener alta pureza. De hecho,
los productos de radiólisis no se unen a las
proteínas plasmáticas o lo hacen débilmente
y se encuentran principalmente en el ultra-
filtrado. También se puede medir la fracción
libre del dializado o ultrafiltrado usando un
inmunoensayo o espectrometría de cromato-
grafía líquida de masa. (Maidana et al., 2013)
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Principal aplicación clínica
Con relación a su utilización clínica, debe
distinguirse las causas fisiológicas tales
como el aumento de valores en el emba-
razo, por toma de anticonceptivos orales,
debidos al incremento normal de la CBG
o en situaciones de gran estrés orgánico
por aumento de la secreción adrenal, e in-
versamente su disminución hasta valores
indetectables a medianoche. En el síndro-
me de Cushing pueden observarse a veces
concentraciones supra normales de cortisol
sérico, aunque no es lo habitual, siendo de
mucho mayor valor su determinación en ori-
na de 24h. La corticoterapia habitualmente
realizada con corticoides sintéticos no me-
dibles como cortisol ya sea prolongada o
por pocos días, pero reciente, induce una
inhibición del eje hipotálamo-hipófisis-adre-
nal de duración variable según la circuns-
tancia, que se expresa en valores bajos de
cortisol sérico. (Maidana et al., 2013)
La medición aislada de cortisol sérico tie-
ne por lo general escaso valor diagnóstico.
Por ello, se recurre generalmente al empleo
de pruebas dinámicas de estimulación (in-
yección de ACTH sintética, metopirona,
hipoglucemia insulínica, test de CRH o
desmopresina) o de supresión del eje hipo-
tálamo-hipófisis-adrenal (test de inhibición
nocturna con 1 mg o con 8 mg de dexa-
metasona)28. Asimismo, la determinación
de cortisol en muestras salivales o urinarias
nocturnas permite investigar la normalidad
o pérdida de la variación circadiana que
se produce en el síndrome de Cushing. Un
análisis detallado de los diversos estudios
dinámicos empleados para investigar la
función adrenal está más allá del alcance
de esta revisión, pudiendo el lector orientar-
se para ello a otras publicaciones. (Maida-
na et al., 2013)
Cortisol y embarazo
(Echart Broto, 2015) realiza una síntesis de
los efectos del cortisol en embarazo. La re-
gulación del eje HPA cambia, ya que la pla-
centa también sintetiza y libera CRH, que
es bioquímicamente idéntica a la CRH hipo-
talámica. El cortisol estimula la producción
de CRH placentario resultando en un bucle
de retroalimentación positiva que permite
el incremento simultáneo de CRH, ACTH y
cortisol (Fink, 2010).
La exposición fetal a un incremento en las
concentraciones de cortisol materno está
regulada por una enzima placentaria, la
11β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa tipo 2
(11β-HSD2), que oxida el cortisol convirtién-
dolo en su forma inactiva, la cortisona. Aun-
que la actividad de esta enzima aumenta a
la vez que avanza el embarazo, únicamen-
te protege parcialmente al feto del cortisol
materno, permitiendo al 10-20% alcanzar el
feto. Hacia el final de la gestación la acti-
vidad enzimática disminuye, lo que supone
que, durante el tercer trimestre de gesta-
ción, el feto está expuesto a niveles supe-
riores de cortisol, importante y necesario
a su vez para la maduración de órganos y
sistemas, incluidos los pulmones fetales, y
para la preparación del feto para el parto.
(Echart Broto, 2015)
Además, estos incrementos moderados de
glucocorticoides tienen efectos saludables
en la regulación conductual del futuro bebé
y en su desarrollo cerebral, iniciando la ma-
duración terminal, remodelación de axones
y dendritas y afectando a la supervivencia.
Así lo confirman algunos estudios quienes
reportaron un ligero desarrollo positivo se-
guido de la exposición a estrés prenatal.
Los autores sugieren que una pequeña can-
tidad de estrés prenatal puede promover
un ritmo acelerado del desarrollo cerebral,
aunque estos datos esperan ser confirma-
dos celular. (Echart Broto, 2015)
Por otro lado, los aumentos excesivos de
cortisol materno en la gestación tempra-
na resultarán en una sobreexposición del
feto con consecuencias potencialmente
dañinas. Esto es debido a que la enzima
11β-HSD2 es solamente una barrera parcial,
y el cortisol materno activo atraviesa la pla-
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
centa, por lo que los niveles de cortisol fetal
estarán significativamente correlacionados
con los maternos. (Echart Broto, 2015)
Se ha evidenciado que el tratamiento con
dosis altas de glucocorticoides en mujeres
en riesgo de parto pretérmino (administra-
do para la maduración pulmonar fetal), está
correlacionado con la reducción de peso al
nacer, circunferencia cefálica reducida, res-
puestas anómalas al estrés en el lactante,
trastornos emocionales y deterioro en la me-
moria en los niños en edad escolar, retrasos
en el neurodesarrollo en niños de 1-2 años,
aumento de la tensión arterial en la adoles-
cencia, y aumento de los niveles de insulina
en el adulto. El potencial del cortisol para
alterar el neurodesarrollo se ha demostrado
por microanálisis de explantes cerebrales
fetales. (Echart Broto, 2015)
El estrés materno durante la gestación tam-
bién puede retrasar la adaptación inmuni-
taria postparto. El sistema inmunitario del
neonato es básicamente un sistema Th2,
y poco después de nacer, hay un cambio
natural desde la inmunidad Th2 (respues-
ta humoral) a la Th1 (inmunidad celular). Se
ha identificado una producción aumentada
de citoquinas Th2 como la IL-4 en neonatos
que más adelante desarrollaron una enfer-
medad atópica. Otros problemas inductores
de citoquinas son la ansiedad, depresión y
déficits cognitivos. (Echart Broto, 2015)
Antecedentes sobre los niveles de corti-
sol en personas víctimas de violencia.
En esta investigación se ubicó un estudio
realizado por (Cerda-Molina et al., 2017),
en su trabajo “Reactividad del cortisol y sa-
lud mental en adultos expuestos a violencia
temprana: revisión sistemática”, plantearon
como objetivo analizar los resultados con
respecto a la reactividad del cortisol (RC)
ante un paradigma de estrés experimental
en adultos con o sin algún trastorno psi-
quiátrico que sufrieron violencia en etapas
tempranas de desarrollo (infancia y adoles-
cencia temprana) y con ello proponer una
herramienta clínica para el establecimien-
to de indicadores biológicos de estrés. Se
realizó una revisión sistemática en diversas
bases de datos, siguiendo los criterios PRIS-
MA; de un total de 231 artículos, 16 cumplie-
ron los criterios de inclusión y los resultados
fueron analizados de manera cualitativa.
Como resultado, a pesar de la heteroge-
neidad, los resultados sugieren que las
personas que sufrieron violencia temprana
presentan un patrón de baja RC. Contraria-
mente, la población que además desarrolló
síntomas de trastorno de estrés postraumá-
tico y depresión, independientemente del
tipo de violencia, mostró incrementada RC.
La mayoría de los trabajos se centraron en
población que sufrió abuso sexual en la in-
fancia y la mitad de los artículos apoya la
hipótesis de que la RC es más pronunciada
en hombres que en mujeres.
Al analizar el efecto del tipo de prueba de
estrés de laboratorio utilizada, se observó
que los patrones antes citados de RC fue-
ron independientes del tipo de estresor. El
abuso sexual y el desarrollo de TEPT o DD
provocaron hiperreactividad del cortisol,
independientemente del estresor. En los 3
artículos donde citan mujeres con historia
de abuso sexual y aplicación de pruebas
de separación-reunión del bebé, se obtuvo
un resultado consistente: RC elevada don-
de hubo síntomas de TEPT, y baja cuando
no hubo dicho trastorno. Un total de 9 ar-
culos incluyeron ambos sexos en sus pro-
cedimientos, aun en los reportes de abuso
sexual. De estos artículos, 4 no reportan di-
ferencias por género (36-37, 39, 40) y los
restantes 5 reportan que el efecto del corti-
sol fue más pronunciado en los hombres o
incluso sólo significativo en ellos.
Esta revisión apoya la evidencia de que la
violencia y el trauma experimentados en
etapas tempranas de la vida alteran la sa-
lud mental y el eje HHA a largo plazo, por
lo tanto, el patrón de secreción del cortisol
puede considerarse como un biomarcador
para algunos desórdenes psiquiátricos re-
lacionados con el estrés. Podemos sugerir
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
380
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
que la hiperreactividad del cortisol puede
considerarse como un marcador de estrés
en la mayoría de los casos de mujeres que
desarrollaron DD y en los casos de perso-
nas con TEPT. Una característica de las
personas que presentan algún desorden
mental es que se observa un deterioro pro-
gresivo en la organización de sus sistemas
biológicos y psicológicos, ante el esfuerzo
de adaptarse adecuadamente a experien-
cias estresantes y adversas.
Los resultados observados en esta revisión,
mostraron que en la mayoría de los casos el
patrón de secreción de cortisol no dependió
del tipo de violencia o del tipo de prueba de
estrés; en cambio, la presencia de síntomas
de TEPT y DD, en la mayoría de los casos,
fue característica de una respuesta elevada
del cortisol e hiperreactividad. Este resulta-
do apoya la hipótesis de la desregulación
de la retroalimentación negativa del cortisol,
generando una respuesta incrementada de
secreción de CRH, ante un estresor de na-
turaleza incontrolable, que amenaza la inte-
gridad, como lo es el abuso sexual.
En conclusión, los resultados de esta revi-
sión nos permiten sugerir que es posible
considerar la hiperreactividad del cortisol
como un biomarcador para el tratamiento
e intervención de población con trastorno
de estrés postraumático y depresión que
sufrieron violencia temprana. Además, apo-
yan la evidencia de que sufrir violencia alte-
ra la respuesta del estrés y la salud mental
a largo plazo. Sin embargo, es necesario
realizar más estudios principalmente los
que se refieren a la hiporreactividad y a las
diferencias de género.
(Zapata Yance et al., 2017) en su estudio
“Efecto de la Violencia y Esquemas Cogni-
tivos en el Cortisol de Mujeres Violentadas
por sus Parejas”, presentaron el objetivo de-
terminar el impacto del tipo de violencia de
que son víctimas las mujeres por parte de
su pareja y sus esquemas cognitivos en el
nivel del cortisol. Para ello se aplicó una ver-
sión traducida de la Encuesta de Severidad
de Violencia en contra de la Mujer, la forma
corta del Cuestionario de Esquemas Cogni-
tivos de Young y se extrajeron muestras de
cortisol plasmático diurno a 43 mujeres par-
ticipantes en un programa de intervención.
Como resultado, se estructuró un modelo
de regresión el cual confirmó que las ame-
nazas, las agresiones sexuales y esquemas
cognitivos como Abandono, Aislamiento so-
cial, Apego, Fracaso, Vulnerabilidad al Daño,
Subyugación y Estándares Inflexibles, afec-
taron el nivel del cortisol de esta población.
Los resultados de las correlaciones de Pear-
son entre el nivel de cortisol y las variables
que resultaron significativas en el modelo
de regresión expuesto anteriormente. Esto
es, Amenazas (TV1), Agresión Sexual (TV3),
Abandono (ES2), Aislamiento Social (ES5),
Fracaso (ES6), Vulnerabilidad al daño (ES8),
Apego (ES9), Subyugación (ES10) y Están-
dares Inflexibles (ES13). La primera fila de
esa tabla corresponde a los valores de la
correlación(r), mientras que la segunda fila
es el valor obtenido de la significancia (p).
Para un nivel de significancia α=0.05, el
análisis de correlación mostró que no hay
una relación estadísticamente significativa
entre los niveles de cortisol y los tipos de
violencia Amenazas (TV1, p = 0.549 > α) y
Agresión Sexual (TV3, p = 0.092 > α). Adi-
cionalmente, el análisis mostró que no hay
una relación significativa entre el nivel de
cortisol y el Fracaso (ES6) (p = 0.279 > α),
Vulnerabilidad al daño (ES8) (p = 0.463 >
α), y Subyugación (ES10) (p = 0.974 > α).
Sin embargo, se encontró que hay una rela-
ción estadísticamente significativa y direc-
tamente proporcional entre el nivel de cor-
tisol y los esquemas cognitivos: Abandono
(ES2) (r = 0.44, p = 0.003< α), Aislamiento
Social (ES5) (r = 0.49, p = 0.001< α), Apego
(ES9) (r = 0.33, p = 0.030 < α) y Estándares
Inflexibles (ES13) (r = 0.40, p = 0.007< α).
En resumen, el modelo que aquí se pre-
senta permite discriminar cuales esquemas
cognitivos incrementan los niveles de corti-
sol en mujeres violentadas por sus parejas
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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
y cuales esquemas lo disminuyen. En este
sentido la creencia por parte de las mujeres
violentadas por sus parejas de que serán
abandonadas por las personas afectiva-
mente importantes en sus vidas, y la actitud
hipercrítica hacia sí misma y hacia los de-
más, contribuyen significativamente al au-
mento del cortisol. Sin embargo, otros tipos
de creencias como la incapacidad percibi-
da para afrontar una tarea o situación exito-
samente, disminuyen el nivel de cortisol de
estas mujeres.
Pese a la complejidad de las relaciones
expuestas y las limitaciones del estudio, la
identificación de la relación entre esquemas
cognitivos y cortisol puede llegar a explicar
cómo la violencia impacta profundamente a
las mujeres, alterando sus creencias y con
esto, el funcionamiento de su propio cuerpo.
(Kim et al., 2015), en su estudio “Intimate
partner violence and diurnal cortisol patter-
ns in couples”, examinó si la victimización
de la violencia física entre parejas íntimas
(IPV) se asoció con los patrones diurnos de
cortisol salival en una muestra de la comu-
nidad de 122 parejas en sus 30 años de an-
tecedentes de un estado socioeconómico
predominantemente inferior.
El modelo incondicional indicó que los nive-
les promedio de cortisol de los hombres y
las mujeres 30 minutos después de la vigi-
lia fueron significativamente más altos que
sus niveles de cortisol al despertarse. Del
mismo modo, tanto hombres como mujeres
tenían niveles de cortisol a mediodía signifi-
cativamente mayores que cero, disminucio-
nes lineales significativas en los niveles de
cortisol al mediodía y un cambio no lineal
significativo o amortiguación en los niveles
de cortisol en el transcurso del día.
Los ocho efectos aleatorios que definen
la variabilidad alrededor de los patrones
de cortisol diurno promedio de hombres
y mujeres (es decir, CAR, intersecciones,
pendientes y efectos cuadráticos) fueron
significativos, excepto el efecto cuadráti-
co aleatorio de los hombres que fue mar-
ginalmente significativo. En promedio, los
niveles de cortisol en el segundo, tercer y
cuarto mediodía de los hombres y las mu-
jeres no fueron significativamente más altos
o más bajos que sus niveles de cortisol al
mediodía en el primer día de la recolección.
De manera similar, la variabilidad en los ni-
veles de cortisol de hombres y mujeres en
el primer día de recolección no difirió signi-
ficativamente de la variabilidad en ninguno
de los otros tres días de recolección, excep-
to en los niveles de cortisol de las mujeres
en el cuarto día. Los tiempos de despertar
de las personas, si las recolecciones ocu-
rrieron en un día laborable versus fin de
semana, y la variable de indicador que in-
dica el uso de medicamentos, el consumo
de alcohol y nicotina y el ejercicio no fueron
significativos para los niveles de cortisol en
hombres y mujeres.
De igual forma, analizó si las diferencias
entre los patrones de cortisol diurno de los
individuos se asociaron con el nivel de vic-
timización física de IPV de hombres y mu-
jeres en el último año. En primer lugar, el
ajuste general del modelo mejoró significa-
tivamente al permitir que los efectos de la
IPV física en los cuatro parámetros del cor-
tisol diurno fueran diferentes para hombres
y mujeres (diferencia Sca2 a escala [4] =
11.87, p =.018). Del mismo modo, la adición
de IPV físico produjo una mejora significati-
va en el ajuste general del modelo sobre el
modelo incondicional (Escala χ2 diferencia
[8] = 29.19, p <.001).
Los hombres con niveles más altos de victi-
mización física por IPV, en comparación con
los hombres con niveles más bajos de vic-
timización física por IPV, tenían niveles de
cortisol significativamente más altos al me-
diodía (intercepta). No se observaron efec-
tos significativos de la victimización física
por IPV para las CAR de hombres, las tasas
de cambio en el cortisol al mediodía (pen-
dientes) y los cambios no lineales en los ni-
veles de cortisol a lo largo del día (cuadráti-
cos). Por otro lado, las mujeres con mayores
NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
382
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
niveles de victimización física -en compara-
ción con las mujeres con niveles más bajos
de victimización física- tenían CAR signifi-
cativamente menores, niveles más altos de
cortisol al mediodía, disminución lineal del
cortisol al mediodía y menos amortiguación
no lineal de los niveles de cortisol durante el
curso del día.
La inclusión de las variables de control no
alteró los efectos significativos de la vic-
timización física de IPV de las mujeres en
sus parámetros diurnos de cortisol, y la sig-
nificación de todos los otros efectos fijos y
aleatorios se mantuvo sin cambios con res-
pecto al Modelo I. Las únicas excepciones
fueron que los efectos de la IPV física en
los niveles de cortisol en el mediodía en los
hombres y en las CAR femeninas se atenua-
ron en presencia de variables de control. Se
observaron disminuciones lineales mayores
en los niveles de cortisol en el mediodía (es
decir, pendientes menos planas) para los
hombres que tenían más hijos y tenían pa-
rejas que trabajaron más horas el año ante-
rior, en comparación con los hombres que
tenían menos hijos y parejas que trabajaban
menos.
El empleo de las mujeres también se re-
lacionó positivamente con los CAR para
hombres, pero ninguna de las variables de
control se relacionó significativamente con
los parámetros de cortisol diurno de las mu-
jeres. El modelo II no produjo una mejoría
significativa en el ajuste general del modelo
con respecto al modelo 1 (Escala χ2diferen-
cia [32] = 30.61, p = .54). La Figura 1 mues-
tra los patrones de cortisol diurno predichos
por hombres y mujeres, dados los niveles
de victimización física de IPV por parte de
los hombres y las mujeres para el modelo
completamente ajustado (Modelo II).
Los resultados indican que las mujeres con
niveles más altos de victimización exhibieron
patrones más planos de cortisol diurno ca-
racterizados por niveles más altos al medio-
día y disminuciones más atenuadas en los
niveles de cortisol a lo largo del día, en com-
paración con las mujeres con niveles más
bajos de victimización. Sin embargo, la vic-
timización de los hombres no se asoció con
sus niveles diurnos de cortisol. Este estudio
avanza en nuestra comprensión de la aso-
ciación entre la victimización física por IPV y
el funcionamiento desviado del eje hipotalá-
mico-pituitario-adrenal (HPA) en mujeres,
Inslicht y col (2006), en su investigación “Au-
mento de cortisol en mujeres con trastorno
de estrés postraumático relacionado con la
violencia de pareja”, examinamos la función
neuroendocrina en mujeres sobrevivientes
de violencia de pareja (IPV) con PTSD de por
vida (actual o remitido) (n = 29) y en mujeres
que estuvieron expuestas a IPV, pero nunca
desarrollaron PTSD (n = 20). El cortisol sa-
lival se recolectó como un marcador de la
función del eje HPA a 1, 4, 9 y 11 h después
del despertar. La epinefrina y la norepinefri-
na plaquetarias se analizaron como marca-
dores de activación simpático- adrenal.
Como resultados, las mujeres con TEPT de
por vida tuvieron niveles de cortisol signi-
ficativamente más altos durante el día en
comparación con los participantes expues-
tos al abuso sin TEPT, después de controlar
la edad, la depresión, la gravedad y la la-
tencia del abuso. No hubo diferencias gru-
pales significativas en los niveles de cate-
colaminas plaquetarias. En conclusión, los
niveles elevados de cortisol pueden ser un
biomarcador de PTSD de por vida relacio-
nado con IPV, que refleja los cambios de
larga duración asociados con la exposición
al trauma o posiblemente un reflejo del ries-
go de trastorno de estrés postraumático en
las mujeres.
Conclusión
El nivel de la hormona cortisol suele ser bajo
en horas de la mañana y va aumentando a
lo largo del día. Este patrón de actividad
hormonal está asociado a trastornos car-
diovasculares y al aumento del peso corpo-
ral y ha sido identificado en personas con
Trastorno de Estrés Postraumático. El com-
portamiento del cortisol en mujeres víctimas
CEVALLOS CÁRDENAS, K. J., VITERI ROJAS, A. M., VALENCIA CEVALLOS, A. S., & INDACOCHEA LOOR, T. D.
383
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
de violencia de pareja ha sido abordado en
varios estudios, que sugieren alteraciones
en la secreción de la hormona.
Es necesario dirigir estudios prácticos que
permitan de mostrar las causas fisiológicas
tales como el aumento de valores en los
distintos escenarios, ya sea por efecto de
farmacoterapias o bien sea por situaciones
psicológicas del entorno en donde se en-
vuelve la población en estudio.
Es importante direccionarlas investigacio-
nes científicas que den cuenta de la rela-
ción positiva y directa o no que hay entre la
violencia y su severidad con el nivel plasmá-
tico de cortisol en mujeres, incluso pudiera
considerarse su comportamiento durante el
embarazo o en su ausencia lo que se po-
drá proponer formar distintas de abordar el
tema de violencia en la mujer en cualquier
momento de su desarrollo biológico.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Cevallos Cárdenas, K. J., Viteri Rojas, A. M., Valencia Cevallos, A. S., & Indaco-
chea Loor, T. D. (2022). Niveles de cortisol plasmático en mujeres víctimas de
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NIVELES DE CORTISOL PLASMÁTICO EN MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO