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RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Introducción
La colecistectomía laparoscópica (CL) fue
realizada por primera vez en el año 1987 por
el médico francés Phillipe Mouret. Desde
entonces ha ido ganando gran aceptación
en todo el mundo convirtiéndose en el es-
tándar de oro para el tratamiento quirúrgico
de la colelitiasis sintomática no complicada
o los pólipos de la vesícula biliar. Es un pro-
cedimiento mínimamente invasivo con me-
nos complicaciones quirúrgicas, pulmona-
res y disminución del dolor postoperatorio.
Brinda una estancia hospitalaria significati-
vamente más corta, costos generales redu-
cidos y una convalecencia más rápida en
comparación con la colecistectomía abierta
clásica. (Marcelo Luciano, 2019)
La enfermedad biliar es una de las más co-
munes y costosas de las enfermedades di-
gestivas, informes de necropsias muestran
una prevalencia de 11-36%. Los cálculos
biliares se forman por insolubilidad de los
elementos sólidos. Los principales solutos
orgánicos en la bilis son bilirrubina, sales bi-
liares, fósforo y colesterol. El diagnóstico se
basa en la clínica asociado a un ultrasonido
de la vesícula biliar y del árbol biliar, la cual
es la prueba diagnóstica estándar, con una
sensibilidad y especificidad de 95%. La co-
lecistectomía laparoscópica revolucionó su
tratamiento considerándose actualmente el
tratamiento de elección en pacientes con
cálculos biliares sintomáticos, aun en los
casos agudos. (González et al., 2015)
En Ecuador, la colelitiasis representa el
16.96 de los egresos hospitalarios totales
por cada 10.000 habitantes, convirtiéndo-
se en la segunda causa de morbilidad más
frecuente en los últimos dos años, tan solo
después de la COVID-19, factor que denota
la importancia de esta patología y su res-
pectivo manejo en este país. (Ramos Alen-
castro, 2022)
Poco después de su introducción, la co-
lecistectomía laparoscópica (CL) ha sido
adoptada rápidamente por los cirujanos
como el tratamiento de elección para la en-
fermedad de cálculos biliares sintomática.
El procedimiento generalmente requiere
anestesia general con intubación traqueal
para evitar la aspiración y las complicacio-
nes respiratorias secundarias a la inducción
de neumoperitoneo. Los estudios prospecti-
vos y retrospectivos han demostrado que la
anestesia espinal es una excelente opción
para la CL en comparación con la aneste-
sia general. El empleo de anestesia regional
de tipo espinal se ha indicado en forma ais-
lada en pacientes con patología pulmonar
severa. Recientemente se han publicado
resultados preliminares en pacientes sin pa-
tologías médicas mayores a los que se les
practicó colecistectomías laparoscópicas
bajo anestesia espinal, reportando que es
una técnica exitosa y segura en pacientes
sanos. (Chiriboga & Aguayo, 2019)
La cirugía laparoscópica, también llamada
de invasión mínima, se extiende de forma
importante en el campo quirúrgico, y tiene
gran aceptación entre los cirujanos, pero
para el anestesiólogo representa una se-
rie de dificultades. Esto lo obliga a emplear
técnicas que permitan óptimas condiciones
quirúrgicas, brindar seguridad al paciente,
minimizar los riesgos y complicaciones, evi-
tar efectos secundarios para proporcionar
así al paciente un despertar rápido y agra-
dable. No cabe duda que la anestesia ge-
neral es la técnica de elección para la cole-
cistectomía laparoscópica. Las principales
razones son que es menos incómoda por
los cambios de posición requeridos para la
realización del procedimiento, el control de
la respiración se realiza fácilmente con la
asistencia respiratoria mecánica y, durante
la cirugía, no se ocasiona dolor referido a
hombro o cuello debido al dióxido de car-
bono CO2 subdiafragmático, producido por
el neumoperitoneo. (Barrueco et al., 2011)
Tanto las colecistectomías abiertas como
las laparoscópicas se han realizado tradi-
cionalmente bajo anestesia general (AG).
La anestesia general es generalmente favo-
recida debido a su conveniencia, perfil de
seguridad bien estudiado y entendido. Sin
CALLE GÓMEZ, M. A., DEVONISH NAVA, N., & GURUMENDI ESPAÑA, I. E.