662
RECIMUNDO VOL. 6 N°4 (2022)
Introducción
En el contexto global de la pandemia se
perdieron más de 140 millones de empleos,
la riqueza mundial aumentó un 7,4% en
2020 debido al crecimiento de los merca-
dos bursátiles, la apreciación del sector in-
mobiliario, las bajas tasas de interés y los
ahorros imprevistos como consecuencia del
confinamiento. Los mayores incrementos
se dieron en los Estados Unidos y el Cana-
dá (12,4%), Europa (9,2%) y China (4,4%),
mientras que en la India la riqueza se redu-
jo un 4,4% y en América Latina y el Caribe
disminuyó un 11,4%, cifra en la que incidió
negativamente la evolución de los tipos de
cambio. Siguiendo el patrón histórico, el 1%
de las personas más ricas concentraron
cerca del 50% de la riqueza mundial (Cre-
dit Suisse Research Institute, 2021) En un
contexto mundial en que se agudizan las
asimetrías económicas, sociales y ambien-
tales, la pandemia llevó a que la economía
de la región experimentara la mayor con-
tracción del PIB desde 1900 (6,8%) y regis-
trara el peor desempeño entre las regiones
en desarrollo.
El impacto económico del COVID-19 en
América Latina refleja una situación de alta
complejidad, debido a la caída en las ex-
portaciones, la fuga de capitales, el desplo-
me del turismo, el colapso de las remesas
y la contracción económica y el desempleo
causados por las restricciones impuestas
para controlar la pandemia. Probablemente
la única certeza sobre la crisis global cau-
sada por el coronavirus es que no es un
tema de corto plazo, sino que podrían pa-
sar meses, e incluso años, antes de que vol-
ver a algo parecido a la normalidad. Según
Ríos (2020), dependiendo de la duración y
la profundidad de la crisis económica, se
producirán cambios fundamentales en las
dinámicas de los mercados, tanto de con-
sumo como de producción. Se ha converti-
do en un lugar común afirmar que el mundo
no volverá a ser el mismo después de esta
pandemia, tanto por los impactos sanitarios
y económicos, como por las políticas públi-
cas sin precedentes que se están diseñan-
do e implementando a nivel mundial para
mitigar los efectos del COVID-19.
En cuanto a la ola del desempleo en el
mundo, por cuenta de la pandemia, según
la Organización Internacional del Trabajo
(OIT,2020) se hace sentir con mayor fuer-
za en América Latina. Las restricciones al
comercio, a la vida laboral y al turismo, en-
tre otros, como medidas de contingencia
para tratar de frenar la propagación delCo-
vid-19, deja 41 millones de personas des-
ocupadas en esta región, según un balance
de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT). Esto significa que a los 26 millones de
personas que ya se encontraban sin traba-
jo antes de la emergencia sanitaria, se han
sumado otros 15 millonesque perdieron sus
empleos durante los meses de cuarentena.
Se trata de "un récord histórico, la cifra más
alta de desocupación", desde que hay re-
gistros, aseguró el director de la OITpara
América Latina y el Caribe. La organización
resalta que se perdieron 400 millones de
empleos en todo el planeta, pero en Améri-
ca Latina se registra un descenso de 18,3%
de horas laborales en el segundo trimestre
de 2020, por encima del 14 % de la dismi-
nución a nivel mundial, en el mismo periodo.
En cuanto a la precarización, tal como se
refiere Álvarez (2020), en el proyecto (In)
Movilidad en las Américas y Covid-19, una
de las paradojas que expresa la violencia
del sistema capitalista actual es el cierre de
las fronteras de los estado-nación, sin que
eso signifique necesariamente la inmovili-
dad absoluta de las personas que migran
en el continente.
Pese a que “las actividades que realizan
los migrantes resultan esenciales para la
reproducción de las sociedades en esos
espacios nacionales”, perversamente la
gran mayoría de ellos “no han dejado de ser
mano de obra irregularizada, precarizada,
criminalizada, discriminada, y explotada”,
en medio del reforzamiento del control mi-
gratorio y la deportación, bajo el argumento
PERAZA DE APARICIO, C. X.