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RECIMUNDO VOL. 7 N°1 (2023)
días disuelve el alquitrán residual. En pa-
cientes con un dolor insoportable además
de los opioides IV, se puede usar anestesia
local o regional antes de iniciar la curación
de la herida. Sin embargo, se debe evitar
la inyección directa en la herida o la aplica-
ción tópica. (Cueva Castro, 2020)
Reanimación hídrica
El objetivo de la reanimación con líquidos
es volver a expandir el volumen intravas-
cular para mantener la perfusión de los
órganos y tejidos; sin embargo, hay que
evitar de igual manera las complicaciones
de una reanimación excesiva. Las vías in-
travenosas se pueden colocar a través del
tejido quemado, para evitar retrasos en la
reanimación o bien cuando no es posible la
canalización en piel no lesionada. Se debe
optar por un catéter de gran calibre, pero
además hay que considerar obtener un ac-
ceso venoso central32,33. Dos determinan-
tes básicas guían la reanimación inicial: el
tamaño de la quemadura y el tamaño de la
persona quemada; cuanto más grande es
una u otra, más líquido se necesitará para
la reanimación. Se han recomendado diver-
sas fórmulas utilizando estas dos variables,
la mayoría con soluciones cristaloides ba-
lanceadas, especialmente Ringer lactato.
(Marín-Landa et al., 2022)
Por consenso, la ABA publicó en 2008 una
declaración que establecía los límites supe-
rior e inferior para el cálculo de los líquidos
a infundir en las primeras 24 horas después
de la lesión. Estos límites derivan de las dos
fórmulas de reanimación más comúnmen-
te aplicadas: Parkland (4 ml/kg/%SCQ) y
Brooke modificada (2 ml/kg/%SCQ), con la
mitad del volumen total a administrar den-
tro de las primeras 8 horas posteriores a la
quemadura y la otra mitad en las siguientes
16 horas. (Marín-Landa et al., 2022)
Otro método para estimar las necesidades
iniciales de líquidos es la «regla de los diez».
El porcentaje de SCQ se multiplica por 10
para obtener la tasa de infusión en ml/h para
pacientes que pesan entre 40 y 80 kg (adul-
tos); se añaden 100 ml a esta tasa por cada
10 kg por encima de 80 kg de peso del pa-
ciente. (Marín-Landa et al., 2022)
Tratamiento quirúrgico
• Escarotomía: En los pacientes con que-
maduras dérmicas profundas y de espe-
sor total, la dermis puede volverse rígida
e inflexible formando lo que se conoce
como escara. La escarotomía (incisión
de una escara) puede ser necesaria
para preservar la función respiratoria
o prevenir la isquemia. Las incisiones
de escarotomía se pueden realizar con
electrocauterización que causa menos
sangrado o un bisturí. Las incisiones en
las extremidades deben extenderse a
través de la escara hasta el tejido gra-
so justo debajo, pero no más; la fascia
debe dejarse intacta. Las incisiones
adecuadas deberían mejorar la circula-
ción distal.
• Los injertos de piel de espesor parcial
(toma piel de la epidermis y de la dermis)
son versátiles y se usan para reconstruir
grandes áreas de quemaduras y para
proporcionar cobertura para los sitios
de colgajo de donantes. El sitio donan-
te puede provenir de cualquier lugar del
cuerpo (la mayoría de las veces, es una
zona no expuesta como son los glúteos
o la parte interior del muslo). Cuando los
sitios donantes son limitados, la expan-
sión de este tipo de injertos utilizando
técnicas de mallado y la recolección de
sitios donantes sanos permite la cober-
tura de quemaduras de gran superficie.
• Los injertos de piel de espesor total
(grueso completo de la piel) proporcio-
nan una apariencia estética más satis-
factoria debido a su flexibilidad y se uti-
lizan en áreas de especial importancia
anatómica y funcional. El uso de susti-
tutos de la piel ha aumentado el núme-
ro de opciones reconstructivas para los
cirujanos de quemaduras. Además, la
calidad, la elasticidad y la flexibilidad
de los injertos de piel dividida se pue-
GAIBOR MESTANZA, P. M., CURICHO IMBACUÁN, D. A., CAJAS TIPÁN, V. D., & ROLDÁN PINARGOTE, F. E.