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RECIMUNDO VOL. 7 N°1 (2023)
ACIDEMIA PROPIÓNICA EN ECUADOR A PROPÓSITO UN CASO
Ante la sospecha de cualquier error innato
del metabolismo lo primero que debe ha-
cerse es solicitar: gasometría, lactato, glu-
cemia, cuerpos cetónicos, amonio, iones,
transaminasas y coagulación. Enseguida,
para el diagnóstico específico: estudios de
sangre (aminoácidos, acilcarnitinas y acti-
vidad de biotinidasa), orina (aminoácidos,
ácidos orgánicos y ácido orótico) y genéti-
ca (Saldaña García et al., 2021).
Tratamiento
Actualmente, no existe cura para la AP, por
lo que el tratamiento de la enfermedad se
basa en una corrección metabólica que
alivie la sintomatología y mejore la calidad
de vida de los pacientes. El tratamiento a
largo plazo está fundamentalmente basa-
do en una dieta restringida en proteínas y
suplementada con una mezcla de aminoá-
cidos exenta de los aminoácidos propiono-
génicos, en evitar estados de ayuno que
fomenten el catabolismo de proteínas y en
un tratamiento con antibióticos para evitar
la producción de propionato por parte de la
flora intestinal. Esta dieta suele suplemen-
tarse con L-carnitina, para corregir los ba-
jos niveles de carnitina libre y promover la
excreción de metabolitos tóxicos. Durante
las crisis agudas, la hiperamonemia puede
ser tratada con N-carbamilglutamato para
estimular el ciclo de la urea o benzoato de
sodio y sesiones de hemodiálisis o hemo-
filtración en los casos más agudos; la ce-
toacidosis es tratada mediante bicarbonato
sódico (Alonso Barroso, 2020).
El tratamiento de los errores innatos del
metabolismo con hiperamoniemia (más de
150 mM/L), como es el caso de la acide-
mia propiónica, es una urgencia médica. Lo
primero que debe hacerse es interrumpir
el aporte proteico durante 24 a 48 horas y
mantener un alto aporte calórico, casi siem-
pre a expensas de hidratos de carbono, in-
cluso asociando insulina si fuera necesario.
Si no se sospecha un defecto de la betaoxi-
dación, que casi siempre cursa con acido-
sis metabólica con anión GAP aumentado,
hipoglucemia y cuerpos cetónicos nega-
tivos, podrán agregarse lípidos intraveno-
sos como fuente de energía para favorecer
el anabolismo. Así, en recién nacidos, se
aconseja aportar mínimo 80 Kcal/kg/día a
expensas de hidratos de carbono y, si no se
sospecha un defecto de la betaoxidación, a
expensas de lípidos e hidratos de carbono
(Saldaña García et al., 2021).
Se dispone de diferentes fármacos que ac-
túan en distintos sitios: estimulan el ciclo de
la urea (L-arginina y ácido carbaglúmico o
N-carbamilglutamato), quelando el amonio
(benzoato sódico, fenilbutirato y fenilace-
tato) o mejorando las vías metabólicas de
otros errores innatos del metabolismo que,
secundariamente, inhiben el ciclo de la urea
(carnitina, hidroxicobalamina, biotina...). En
todas las hiperamoniemias, sobre todo en
los defectos del ciclo de la urea, debe in-
dicarse, al menos, un quelante del amonio
(benzoato sódico o fenilbutirato). A su vez,
en todas las hiperamoniemias puede agre-
garse L-arginina para estimular el ciclo de
la urea y carnitina como cofactor. En el caso
de las acidemias orgánicas, defectos de la
beta-oxidación, la enfermedad de la orina
con olor a jarabe de arce y otras (por ejem-
plo, insuficiencia hepática aguda), puede
agregarse N-acetilcarbamilglutamato (Sal-
daña García et al., 2021).
El trasplante hepático también es usado
como otra posible estrategia terapéutica, ya
que el hígado es el principal órgano metabo-
lizador de PCAA. Tras el trasplante, los estu-
dios muestran una reversión de la enferme-
dad hacía un fenotipo menos severo en el que
se reduce la aparición de crisis metabólicas
agudas y mejora la tolerancia a las proteínas.
Además, se ha observado que, en aproxima-
damente la mitad de los pacientes trasplan-
tados, se produce una reversión de la cardio-
miopatía y, en algunos casos, también mejora
la sintomatología neurológica. Sin embargo,
el alto coste económico y las complicaciones
derivadas del propio trasplante hacen que no
sea la terapia más adecuada en todos los ca-
sos (Alonso Barroso, 2020).