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RECIMUNDO VOL. 7 N°1 (2023)
ya que a mediano y largo plazo produce
un deterioro en la movilidad, en la función y
retrasa la reparación tisular, independiente-
mente de factores como el patrón de la frac-
tura, la calidad del hueso, el grado de lesión
de las estructuras periarticulares y el dolor.
Dentro del manejo fisioterapéutico conven-
cional utilizado para reducir el edema, está
el uso de hielo, la elevación y la compresión
del segmento. Al mismo tiempo, la literatura
describe otras modalidades fisioterapéuti-
cas como el drenaje manual linfático simple
y modificado, la movilidad activa, el vendaje
neuromuscular, la electroterapia y la com-
presión neumática. (Moran Bazan, 2017)
Esta técnica sigue los siguientes principios:
– Iniciar el tratamiento en la zona proximal
para dejar pasar el líquido procedente
de la zona distal.
– Maniobras de presión suave.
– La piel no debe enrojecerse.
– Movimientos en círculo y repetitivos.
– Movimientos dirigidos a los vasos Linfá-
ticos aferentes.
– No debe provocar dolor
Crioterapia
Se puede utilizar para controlar la inflama-
ción aguda y acelerar así la recuperación
después de una lesión o un traumatismo.
La disminución de la temperatura del tejido
ralentiza la actividad de las reacciones quí-
micas que se producen durante la respues-
ta inflamatoria aguda y reduce también el
calor, el enrojecimiento, el edema, el dolor
y la pérdida de funcionalidad asociados a
esta fase de la cicatrización de los tejidos.
La crioterapia reduce directamente el calor
asociado a la inflamación al disminuir la tem-
peratura de la zona sobre la cual se aplica.
La disminución del flujo sanguíneo causa-
da por la vasoconstricción, y el aumento de
la viscosidad de la sangre y la disminución
de la permeabilidad capilar asociados a la
crioterapia impiden el movimiento de líqui-
do desde los capilares al líquido intersticial,
controlando así la pérdida de sangre y líqui-
do después de un traumatismo agudo. Se
piensa que en las lesiones de partes blan-
das, la crioterapia previene también en par-
te el daño microvascular al disminuir la ac-
tividad de los leucocitos, los cuales dañan
las paredes de los vasos y aumentan la per-
meabilidad de los capilares. Estos efectos
reducen el enrojecimiento y el edema aso-
ciados a la inflamación. Se considera que
la crioterapia controla el dolor al disminuir
la actividad de las fibras del dolor A-delta y
bloqueándolo a nivel medular. El control del
edema y del dolor asociado a la inflamación
limita la pérdida de funcionalidad que se
produce en esta fase de la cicatrización de
los tejidos. Se recomienda aplicar la criote-
rapia inmediatamente después de que se
produzca la lesión y durante toda la fase in-
flamatoria aguda. (Moran Bazan, 2017)
Termoterapia
La utilización del calor se utilizará para con-
trolar el dolor, aumentar la extensibilidad de
partes blandas y la circulación y acelerar la
cicatrización. No se debe aplicar cuando
la zona aún está en proceso inflamatorio,
a pesar de que la zona pueda estar pre-
sentando dolor para esto se utilizara otros
agentes. (Moran Bazan, 2017)
Aumento del arco de movilidad y disminuir
la rigidez articular
La rigidez articular, la cual es una cualidad
relacionada con la magnitud de la fuerza y
el tiempo requerido para mover una articu-
lación; a medida que disminuye la rigidez
articular, disminuye también la fuerza y el
tiempo necesarios para producir movimien-
to articular. Cuando se usa un agente de ca-
lentamiento para aumentar la extensibilidad
de partes blandas antes del estiramiento, se
debe usar un agente que pueda alcanzar el
tejido acortado. Por tanto, el uso de agentes
superficiales, como bolsas de calor, parafi-
na o lámparas de infrarrojos, está indicado
antes del estiramiento de la piel, músculos
superficiales, articulaciones o aponeurosis,
ZAPATA NAULA, J. F., SILVA POALACIN, T. DE LOS A., NEACATO ITURRALDE, G. C., & CÁRDENAS PÉREZ, D. C.