DOI: 10.26820/recimundo/7.(2).jun.2023.365-382
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/2062
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de Investigación
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 365-382
Fundamentos en el uso actual de los beta-bloqueadores
como tratamiento de la hipertensión arterial
Fundamentals in the current use of beta-blockers as a treatment for arterial
hypertension
HFundamentos da utilização atual dos beta-bloqueadores no tratamento
da hipertensão arterial
Kenia Yulexi Ajila Espinoza
1
; Jaime Jair Solano Muñoz
2
; Roberto Eduardo Aguirre Fernández
3
RECIBIDO: 29/04/2023 ACEPTADO: 22/05/2023 PUBLICADO: 31/06/2023
1. Estudiante de Medicina; Universidad Técnica de Machala; Machala, Ecuador; kajilaespinoza.1011@gmail.
com; https://orcid.org/0009-0004-9161-8443
2. Estudiante de Medicina; Universidad Técnica de Machala; Machala, Ecuador; solanomunozjaimejair5@
gmail.com; https://orcid.org/0000-0002-0721-6352
3. Especialista de Primer Grado en Cirugía General; Doctor en Ciencias Médicas; Doctor en Medicina; Uni-
versidad Técnica de Machala; Machala, Ecuador; reaguirre@utmachala.edu.ec; https://orcid.org/0000-
0001-5289-6687
CORRESPONDENCIA
Kenia Yulexi Ajila Espinoza
kajilaespinoza.1011@gmail.com
Machala, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2023
RESUMEN
Este estudio se enfoca en el uso contemporáneo de los betabloqueantes como herramientas terapéuticas en el trata-
miento de la hipertensión arterial, con una atención particular en los antagonistas de los receptores adrenérgicos beta
1. Objetivo: Proporcionar una evaluación actualizada y exhaustiva de los fundamentos que respaldan el uso de los
betabloqueantes en la gestión de la hipertensión, y cotejar su eficacia y seguridad con otros agentes antihipertensivos.
Métodos: Se llevó a cabo un análisis retrospectivo descriptivo a través de una revisión sistemática de literatura. Se
implementó una búsqueda comprensiva en diversas bases de datos, incluyendo LILACS, Cochrane, PubMed, Web Of
Science, Scopus y ELSEVIER, utilizando palabras clave relevantes: Antagonistas de Receptores Adrenérgicos Beta 1,
Hipertensión, Tratamiento Farmacológico, y Usos Terapéuticos. Resultados: A pesar de una eficacia en la reducción de
la presión arterial comparable a otros agentes antihipertensivos, los betabloqueantes demostraron una efectividad menor
en la prevención de eventos cardiovasculares y la reducción de la morbimortalidad, en contraste con medicamentos como
los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y los antagonistas de los receptores de angiotensina II
(ARA II). Se observaron también efectos secundarios, entre ellos la fatiga, mareos y disfunción sexual. Conclusiones: Los
betabloqueantes pueden seguir siendo una alternativa terapéutica viable en la gestión de la hipertensión, particularmente
en pacientes con enfermedades cardíacas coexistentes, como la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca. No
obstante, la selección de estos agentes debe estar fundamentada en una evaluación individual del paciente, teniendo en
cuenta los posibles efectos adversos. Implicaciones: Este estudio amplía el conocimiento sobre la eficacia y seguridad
de los betabloqueantes en el tratamiento de la hipertensión arterial, proporcionando información valiosa para la práctica
clínica y orientando investigaciones futuras en el campo de la hipertensión arterial.
Palabras clave: Antagonistas de Receptores Adrenérgicos Beta 1, Hipertensión, Tratamiento Farmacológico, Usos
Terapéuticos.
ABSTRACT
This study focuses on the contemporary use of beta-blockers as therapeutic tools in the treatment of arterial hypertension,
with particular attention to beta 1 adrenergic receptor antagonists. Objective: To provide an updated and comprehensive
assessment of the foundations supporting the use of beta-blockers in the management of hypertension, and to compare
their efficacy and safety with other antihypertensive agents. Methods: A descriptive retrospective analysis was carried
out through a systematic review of literature. A comprehensive search was implemented in various databases, including
LILACS, Cochrane, PubMed, Web Of Science, Scopus, and ELSEVIER, using relevant keywords: Beta 1 Adrenergic Re-
ceptor Antagonists, Hypertension, Pharmacological Treatment, and Therapeutic Uses. Results: Despite an efficacy in
reducing blood pressure comparable to other antihypertensive agents, beta-blockers demonstrated lower effectiveness
in preventing cardiovascular events and reducing morbidity and mortality, in contrast to medications such as angioten-
sin-converting enzyme inhibitors (ACEI) and angiotensin II receptor antagonists (ARA II). Side effects were also observed,
among them fatigue, dizziness, and sexual dysfunction. Conclusions: Beta-blockers can continue to be a viable therapeu-
tic alternative in the management of hypertension, particularly in patients with coexisting cardiac diseases, such as coro-
nary disease and heart failure. However, the selection of these agents should be based on an individual evaluation of the
patient, taking into account possible adverse effects. Implications: This study broadens the knowledge about the efficacy
and safety of beta-blockers in the treatment of arterial hypertension, providing valuable information for clinical practice and
guiding future research in the field of arterial hypertension.
Keywords: Adrenergic Receptor Antagonists Beta 1, Hypertension, Drug Treatment, Therapeutic Uses.
RESUMO
Este estudo centra-se na utilização contemporânea dos beta-bloqueantes como instrumentos terapêuticos no tratamento
da hipertensão arterial, com especial atenção para os antagonistas dos receptores beta 1 adrenérgicos. Objetivo: Forne-
cer uma avaliação actualizada e abrangente dos fundamentos que suportam o uso de beta-bloqueadores no tratamento
da hipertensão arterial, e comparar a sua eficácia e segurança com outros agentes anti-hipertensores. Métodos: Foi
efectuada uma análise retrospetiva descritiva através de uma revisão sistemática da literatura. Foi efectuada uma pes-
quisa exaustiva em várias bases de dados, incluindo LILACS, Cochrane, PubMed, Web Of Science, Scopus e ELSEVIER,
utilizando palavras-chave relevantes: Beta 1 Adrenergic Recetor Antagonists, Hypertension, Pharmacological Treatment,
and Therapeutic Uses. Resultados: Apesar de uma eficácia na redução da pressão arterial comparável a outros agentes
anti-hipertensivos, os beta-bloqueadores demonstraram menor eficácia na prevenção de eventos cardiovasculares e na
redução da morbimortalidade, em contraste com medicamentos como os inibidores da enzima conversora da angioten-
sina (IECA) e os antagonistas dos receptores da angiotensina II (ARA II). Foram também observados efeitos secundá-
rios, entre os quais fadiga, tonturas e disfunção sexual. Conclusões: Os beta-bloqueantes podem continuar a ser uma
alternativa terapêutica viável no tratamento da hipertensão arterial, particularmente em doentes com doenças cardíacas
coexistentes, como a doença coronária e a insuficiência cardíaca. No entanto, a seleção destes agentes deve ser basea-
da numa avaliação individual do doente, tendo em conta os possíveis efeitos adversos. Implicações: Este estudo amplia
o conhecimento sobre a eficácia e segurança dos beta-bloqueadores no tratamento da hipertensão arterial, fornecendo
informações valiosas para a prática clínica e orientando futuras pesquisas no campo da hipertensão arterial.
Palavras-chave: Antagonistas dos Receptores Adrenérgicos Beta 1, Hipertensão Arterial, Tratamento Medicamentoso,
Usos Terapêuticos.
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RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
Introducción
La hipertensión arterial (HTA) es una condi-
ción médica que tiene gran impacto en las
causas de morbilidad y mortalidad a nivel
mundial, es el principal factor de riesgo car-
diovascular
1
. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) la denomina como el “asesino
silencioso” debido a que las manifestaciones
clínicas son más evidentes cuando la en-
fermedad ya está en una etapa avanzada
2
,
ocupando el segundo lugar dentro de las
enfermedades crónicas degenerativas no
transmisibles dentro de la población adulta.
A pesar de las estrategias terapéuticas
implementadas para mantener el control
de las cifras tensionales sistólicas me-
nor a 140mmHg y cifras diastólicas menor
90mmHg, afectando a millones de perso-
nas alrededor del mundo, según la OMS, el
40% de los adultos mayores de 25 años son
diagnosticados con HTA y esta incidencia
es más destacable con un 50% en los adul-
tos mayores de 60 años
3
.
En el ámbito farmacológico, existen diver-
sos medicamentos para su tratamiento,
entre ellos encontramos a los antagonistas
de los receptores adrenérgicos beta 1 (Be-
ta-bloqueadores), inhiben los efectos de las
catecolaminas en los receptores betaadre-
nérgicos, reduciendo la frecuencia cardia-
ca, reduce las fuerzas de contracción del
corazón y dilatas las arterias, produciendo
una reducción de la presión arterial
4
.
En la actualidad existen múltiples debates
en la comunidad científica acerca de la efi-
cacia y seguridad que brinda en compara-
ción con otros antihipertensivos, en benefi-
cio de la calidad de vida del paciente
5
. El
tratamiento de la HTA es un área de inves-
tigación activa debido a la variedad dispo-
nibles de betabloqueantes presentes en el
mercado, cada cual presenta su propio per-
fil de efectos secundarios, presentando un
reto al optar por el medicamento más ade-
cuado para cada paciente
6
.
FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
TENSIÓN ARTERIAL
Este artículo tiene como objetivo gene-
ral proporcionar una revisión sistemática,
actualizada y completa, analizando los
fundamentos en el uso actual de los be-
ta-bloqueadores como tratamiento de la
hipertensión arterial. Los objetivos especí-
ficos que abarcaremos son: identificar los
mecanismos de acción de los antagonistas
de los receptores adrenérgicos beta 1 en el
contexto de la hipertensión arterial, compa-
rar la eficacia y seguridad del tratamiento
farmacológico con betabloqueantes para la
hipertensión arterial, revisar los usos tera-
péuticos actuales de los betabloqueantes
en la hipertensión y sintetizar las ventajas
y desventajas de los betabloqueantes en
comparación con otros antihipertensivos.
La pregunta de investigación que rige nues-
tro estudio es: ¿Cuál es el impacto de los be-
ta-bloqueadores en el tratamiento de la hiper-
tensión arterial? Comparando su eficacia y
seguridad de consumo de los beta-bloquea-
dores en el tratamiento de la hipertensión ar-
terial a través de una revisión sistemática.
Metodología
La presente investigación es un estudio re-
trospectivo descriptivo, fundamentando en la
revisión de artículos científicos de viabilidad
e impacto. Se realizaron búsquedas exhaus-
tivas de información en las bases de datos
de LILACS, Cochrane, PubMed, Web Of
Science, Scopus y ELSEVIER, con el objetivo
de proporcionar una perspectiva tanto de la
lengua inglesa como de Latinoamericana.
La estrategia de búsqueda incluyó las si-
guientes palabras clave: Antagonista de
Receptores Adrenérgicos Beta 1, Hiperten-
sión, Tratamiento Farmacológico y Usos Te-
rapéuticos, seleccionadas por su relevancia
para el objetivo de la investigación.
Se establecieron criterios de inclusión como
estudios publicados en los últimos 5 años,
en español e inglés, trabajos originales y
de autoría. Por otro lado, se establecieron
criterios de exclusión como tesis de grado,
368
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
artículos incompletos y publicados fuera
del tiempo delimitado, ya que no son aptos
para el objetivo del estudio.
Para la redacción se utilizó el paquete de
Microsoft Office, Mendeley como gestor
bibliográfico para las citas y referencias, y
Adobe Illustrator para la creación de imáge-
nes relevantes para el estudio. Todas estas
medidas se tomaron para garantizar que el
estudio se llevara a cabo con el máximo cui-
dado y precisión.
Resultados y discusión
Resultados
Los betabloqueantes son medicamentos
eficaces en el manejo de diversas condi-
ciones, particularmente en enfermedades
cardiovasculares e hipertensión. Su meca-
nismo de acción implica el bloqueo de los
receptores betaadrenérgicos, lo que lleva a
una disminución de la frecuencia cardíaca y
de la fuerza de contracción del corazón. Es-
tas modificaciones resultan en una reduc-
ción efectiva de la presión arterial, lo que
contribuye a su utilidad en el tratamiento de
la hipertensión arterial.
Asimismo, los betabloqueantes tienen un pa-
pel preventivo al aminorar las complicaciones
asociadas con la hipertensión. Estas incluyen
enfermedad cardíaca, accidente cerebrovas-
cular y enfermedad renal. Al reducir la pre-
sión arterial, los betabloqueantes disminuyen
el riesgo de estos eventos cardiovasculares,
propiciando así una mejora en la salud a lar-
go plazo de los pacientes hipertensos.
Además, los beneficios de los betablo-
queantes no se limitan a su papel antihi-
pertensivo. Se ha demostrado que estos
fármacos mejoran los resultados a largo
plazo en pacientes con enfermedades car-
diovasculares como la cardiopatía isquémi-
ca y la insuficiencia cardíaca. A través de
este mecanismo, estos medicamentos han
demostrado su capacidad para reducir la
mortalidad y mejorar la calidad de vida en
pacientes con dichas condiciones.
Los betabloqueantes son medicamentos
útiles y eficaces en la reducción de la pre-
sión arterial, la prevención de complicacio-
nes de la hipertensión y la mejora de los
resultados a largo plazo en enfermedades
cardiovasculares. Sin embargo, su eficacia
puede variar dependiendo del paciente y la
condición médica específica. Por lo tanto,
es crucial la individualización del tratamien-
to y la consideración de otros factores clíni-
cos al tomar decisiones terapéuticas.
El uso de betabloqueantes implica diversas
consideraciones clínicas, que incluyen la
dosis recomendada, los ajustes de dosis,
las circunstancias para el inicio y la discon-
tinuación del tratamiento, y el manejo de los
posibles efectos secundarios.
La dosis recomendada de los betabloquean-
tes es variable, dependiendo tanto del me-
dicamento específico como de la condición
médica del paciente. La pauta habitual su-
giere comenzar con una dosis baja, que
luego se irá ajustando gradualmente hasta
alcanzar la dosis óptima para controlar la en-
fermedad. Este proceso debe estar guiado
por las indicaciones del médico, quien de-
terminará los ajustes de dosis necesarios.
Antes de iniciar el tratamiento con betablo-
queantes, es crucial evaluar detenidamen-
te los antecedentes médicos del pacien-
te, incluyendo las posibles enfermedades
cardíacas, pulmonares y metabólicas pre-
existentes. La potencial interacción de los
betabloqueantes con otros fármacos que
el paciente pueda estar tomando también
debe ser considerada. En cuanto a la dis-
continuación del tratamiento, la recomenda-
ción general es reducir la dosis de manera
gradual para evitar efectos de rebote.
Los betabloqueantes pueden tener efec-
tos secundarios, entre los que se incluyen
fatiga, mareos, disfunción sexual y bronco-
constricción, especialmente en pacientes
con enfermedad pulmonar obstructiva cró-
nica (EPOC). En algunos casos, pueden in-
cluso exacerbar la insuficiencia cardíaca. Si
se presentan estos efectos secundarios, es
AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.
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RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
esencial informar al médico para que pue-
da evaluar la situación y, si es necesario,
realizar ajustes en el tratamiento.
Las guías internacionales, europeas y de
Ecuador reconocen a los betabloqueantes
como una opción válida para el tratamien-
to de la hipertensión arterial. Sin embargo,
su uso ha disminuido en comparación con
otros antihipertensivos debido a la eviden-
cia limitada en la reducción de eventos car-
diovasculares y la posibilidad de efectos
secundarios potenciales.
Al comparar la eficacia en la reducción de la
presión arterial, los betabloqueantes mues-
tran una eficacia similar a la de otros anti-
hipertensivos, incluyendo los inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina
(IECA), los antagonistas de los receptores
de angiotensina II (ARA II), los bloqueado-
res de los canales de calcio (BCC) y los
diuréticos. No obstante, en la prevención
de eventos cardiovasculares y la reducción
de la morbimortalidad, los betabloquean-
tes han demostrado ser menos efectivos en
comparación con otros antihipertensivos,
especialmente los IECA y los ARA II.
En términos de seguridad, se pueden pre-
sentar efectos secundarios con el uso de
betabloqueantes, como fatiga, mareos, dis-
función sexual y broncoconstricción en pa-
cientes con enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica (EPOC). Además, en algunos
casos, los betabloqueantes pueden exacer-
bar la insuficiencia cardíaca.
Aunque los betabloqueantes no son la pri-
mera opción para tratar la hipertensión arte-
rial según las mencionadas guías, pueden
ser la opción preferida en determinados ca-
sos. En particular, los pacientes con enfer-
medades cardíacas concomitantes, como la
enfermedad coronaria o la insuficiencia car-
díaca, pueden beneficiarse del uso de estos
medicamentos, puesto que han demostrado
mejorar los resultados en estas condiciones.
Las guías internacionales, europeas y de
Ecuador reconocen a los betabloqueantes
como una opción válida para el tratamien-
to de la hipertensión arterial. Sin embargo,
su uso ha disminuido en comparación con
otros antihipertensivos, como los inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina
(IECA), los antagonistas de los receptores
de angiotensina II (ARA II), los bloqueado-
res de los canales de calcio (BCC) y los diu-
réticos, debido a la limitada evidencia so-
bre su eficacia en la reducción de eventos
cardiovasculares y la posibilidad de efectos
secundarios potenciales.
Si bien los betabloqueantes tienen una
eficacia similar en la reducción de la pre-
sión arterial en comparación con otros an-
tihipertensivos, han demostrado ser menos
efectivos en la prevención de eventos car-
diovasculares y en la reducción de la morbi-
mortalidad en comparación con, por ejem-
plo, los IECA y los ARA II.
En relación con la seguridad, los betablo-
queantes pueden provocar efectos secun-
darios como fatiga, mareos, disfunción se-
xual y broncoconstricción en pacientes con
enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC). Además, se ha observado que es-
tos medicamentos pueden exacerbar la in-
suficiencia cardíaca en algunos casos.
Aunque no son la primera opción para tratar
la hipertensión arterial según las menciona-
das guías, los betabloqueantes pueden ser
la opción preferida en determinados casos.
En particular, se pueden preferir en pacien-
tes con enfermedades cardíacas concomi-
tantes, como la enfermedad coronaria o la
insuficiencia cardíaca, ya que han demos-
trado beneficios en la reducción de eventos
cardiovasculares y la mejora de los resulta-
dos a largo plazo en estos pacientes. Ade-
más, también se pueden preferir en pacien-
tes con ciertas condiciones, como migraña,
temblor esencial, ansiedad o hipertiroidis-
mo, dada la potencialidad de estos medi-
camentos para tener efectos beneficiosos
adicionales en estas condiciones.
FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
TENSIÓN ARTERIAL
370
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
Los betabloqueantes se utilizan en contex-
tos clínicos específicos, aunque requieren
consideraciones especiales dependiendo
de la población de pacientes:
En pacientes ancianos, los betabloquean-
tes pueden ser efectivos, pero es importan-
te iniciar el tratamiento con dosis bajas y
ajustar gradualmente según la respuesta in-
dividual. Es necesario tomar precauciones
adicionales en pacientes con enfermeda-
des cardíacas, pulmonares o metabólicas
debido a los posibles efectos secundarios
de estos medicamentos.
Finalmente, en pacientes con comorbilida-
des, como enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica (EPOC), diabetes, insuficiencia
cardíaca o enfermedad renal, es funda-
mental tener en cuenta las consideracio-
nes especiales al utilizar betabloqueantes.
En algunos casos, se pueden preferir otros
antihipertensivos que no exacerben estas
condiciones. Adicionalmente, la dosis debe
ajustarse y la respuesta del paciente debe
ser monitoreada de cerca.
Discusión
Epidemiología de la hipertensión arterial
Las enfermedades cardiovasculares (ECV)
son una clase de enfermedades que invo-
lucran el corazón o los vasos sanguíneos,
ocupando la principal causa de muerte en
todo el mundo
7
. La medida epidemiológi-
ca conocida como Atribución Fraccionada
(PAF), la hipertensión arterial es el principal
factor de riesgo de los casos de ECV con un
25% de su prevalencia
8
.
A nivel mundial, presión arterial sistólica alta
es un factor de riesgo significativo dentro de
las patologías cardiovasculares, contribu-
yendo de manera importante a la carga de
enfermedades presentadas en los servicios
de salud, pero con un aumento del 50% en
los países de mediano a bajo ingreso, en
comparación de países desarrollos
9
.
La Organización Mundial de la Salud (OMS),
destaca que 1.28 mil millones de adultos en-
tre 30 a 79 años alrededor del mundo tiene
hipertensión, de entre ellos 32% son muje-
res y 34% son varones
10
. En cambio, solo un
42% de la cifra total son diagnosticados y
tratados, pero 1 de cada 5 adultos (21%) de
este último grupo con hipertensión arterial
mantiene regulada a niveles saludables
10
.
En América Latina, la Organización Pana-
mericana de la Salud (OPS) menciona un
aumento de decesos debido a ECV con 1.6
millones de muertes al año, de lo cual 40%
presentaba HTA, de los cuales tenían una
media de edad entre los 42 a 48 años en
hombres y 52 años en mujeres
1112
.
Las Guías Latinoamericas sobre HTA con-
firman su diagnóstico debido a una presión
arterial (PA)>140/90 mmHg, solo un 58,9%
son alertadas en etapas tempranas de su
enfermedad, el 53,3% llevan un tratamiento
y 37,7% realiza un monitoreo y control apro-
piado de su PA< 140/90 mmHg9,12. Ade-
más, el 68% corresponde a zonas urbanas,
mientras que el 32% restante pertenece a
las áreas rurales
12
.
En Ecuador, datos del Ministerio de Salud
Pública (MSP) junto al Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INEC) y OMS/OPS,
tiene una prevalencia del 19,8% entre 18 a
69 años, siendo mayor en hombre 23,8% que
en mujeres 16%, sin embargo, a los 45 a 69
años, su mayor incidencia con 38,9% hom-
bres a diferencia del 31,1% para mujeres
13
.
Del último grupo el 45,2% desconoce su
diagnóstico, el 54,8% de la población se
encuentra al tanto de su condición, pero
solo el 26% mantiene un tratamiento ade-
cuado que le permite mantener niveles sa-
ludables de presión arterial13. Por otro lado,
el 12,6% de las personas no llevan ningún
tratamiento debido a que desconoce su
diagnóstico, y el 16,2% se encuentra en tra-
tamiento, pero no tiene un control adecuado
de su presión arterial13. Además, el 51% de
los individuos con HTA, se caracteriza por
una elevación de la presión arterial sistóli-
AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.
371
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
ca
9
. Al considerar la alta prevalencia entre
las enfermedades cardiovasculares y la hi-
pertensión arterial, los beta-bloqueadores
destacan su desempeño en la prevención y
tratamiento cardioprotector a lo largo de 24
horas después de su ingesta, reduciendo
un 38% de riesgos cardiovasculares.
Hipertensión Arterial
El primer registro de la medición de la pre-
sión arterial fue en 1733 por Stephen Ha-
les, mediante experimento con animales
14
.
Posteriormente, en 1856, el cirujano Faivre
midió con precisión la presión arterial en hu-
manos mediante métodos quirúrgico
2,14
. En
1881, Samuel K. von Basch inventó el esfig-
momanómetro inicial, que media la presión
arterial a través de una columna de líquido
en lugar de una punción arterial
15
.
La definición de hipertensión arterial se de-
fine globalmente mediante la evaluación de
la presión arterial, que mide la fuerza de la
sangre ejercida contra las paredes arteria-
les
16
.
La Sociedad Europea de Cardiología (ECS)
y la Sociedad Europea de Hipertensión
(ESH), define como hipertensión arterial
(HTA), al aumento de la presión arterial sis-
tólica > 140 mmHg y presión arterial diastó-
lica > 90 mmHg
15
, llegando a afectar a 1.5
billones de personas para el año 2025, au-
mentando la morbilidad y la mortalidad
15,16
El origen de la hipertensión arterial es un
fenómeno complejo y multifactorial que se
deriva una combinación de afecciones ge-
néticas, ambientales, demográficas y afec-
ciones médicas preexistentes determina la
etiología de la hipertensión arterial. Sin em-
bargo, el impacto individual de cada factor
sigue siendo pequeño
17
.
Los factores genéticos desempeñan un pa-
pel crucial dentro de la hipertensión arterial,
debido a sus variantes genéticas alteran la
regulación del sodio y metabolismo de las
hormonas esteroideas, aunque la población
con esta condición médica es muy redu-
cida
18
. Los factores ambientales como la
obesidad, el consumo excesivo de sal, la
resistencia a la insulina, el consumo de al-
cohol, la falta de actividad física y una dieta
muy poco saludable contribuyen significati-
vamente al desarrollo de hipertensión arte-
rial
19,20
.
Los factores demográficos como la edad, la
raza pueden aumentar el riesgo de desarro-
llar dicha patología
21
. La rigidez arterial se
relaciona con la edad y la flexibilidad reduci-
da contribuyen al desarrollo de la hiperten-
sión arterial
22
. La ascendencia afroamerica-
na también se ha asociado con una mayor
prevalencia de hipertensión
23
. Además, los
antecedentes familiares de hipertensión ar-
terial pueden aumentar la probabilidad de
desarrollarla
24
.
Las afecciones medicas preexistentes,
como la diabetes tipo 2 y la enfermedad re-
nal crónica, comparten factores de riesgo
con la hipertensión, como la obesidad y la
resistencia a la insulina
20
. La apnea del sue-
ño, también se ha desarrollado con mayor
riesgo de presentar hipertensión arterial
20,24
.
La fisiopatología de la hipertensión arterial es
compleja y no está comprendido completa-
mente. Sin embargo, múltiples mecanismos
implicados en el desarrollo de la hiperten-
sión arterial. Entre estos mecanismos, el au-
mento de la rigidez arterial que se produce
con el envejecimiento es un factor clave. Se
cree que el envejecimiento gradual de la red
elástica, las alteraciones en la reticulación
de los componentes de la matriz extracelu-
lar, la fibrosis y la calcificación de las fibras
elásticas provocan el aumento de la rigidez.
Además, se ha propuesto la teoría del mo-
saico para explicar la hipertensión arterial,
lo que sugiere que varios factores genéticos
y ambientales interactúan para contribuir al
desarrollo de la hipertensión. La disfunción
del sistema renina-angiotensina-aldostero-
na es un mecanismo importante en la hi-
pertensión arterial. La angiotensina II, una
hormona vasoconstrictora, puede aumentar
la presión arterial al estimular la constric-
FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
TENSIÓN ARTERIAL
372
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
ción de los vasos sanguíneos y promover
la retención de sodio y agua en los riñones,
resultando en la expansión del volumen del
fluido extracelular y un incremento en la re-
sistencia vascular sistemática.
La disfunción endotelial, implica una altera-
ción en la función de las células que recu-
bren los vasos sanguíneos, afectando a la
regulación del tono vascular y prolongando
la respuesta inflamatoria. La disfunción del
sistema nervioso simpático que contribuye al
aumento de la presión arterial, debido a que
el sistema nervioso simpático es responsa-
ble de regular la respuesta del cuerpo para
huir o luchar y su hiperactividad puede es-
timular la constricción de los vasos sanguí-
neos aumentando la frecuencia cardiaca.
Es importante señalar que la hipertensión
arterial es una afección multifactorial que
resulta de la combinación de factores gené-
ticos y ambientales. Estos factores actúan
de manera conjunta para aumentar la rigi-
dez arterial y disfunción endotelial, ocasio-
nando cambios estructurales y funcionales
en el corazón y vasos sanguíneos.
Beta-bloqueadores
En el siglo XX, la evolución de los betablo-
queantes (B-bloqueadores, agentes blo-
queantes betaadrenérgicos, antagonistas
beta, antagonistas betaadrenérgicos, anta-
gonistas betaadrenérgicos, anatomistas be-
ta-adrenorreceptores) se inició con la pro-
puesta de Raymond Ahlquist en 1948, que
estableció la existencia de los receptores
adrenérgicos alfa y beta. James Black llevo
este concepto a la práctica al descubrir los
betabloqueantes en la década de 1950, lo
que llevó a la creación del propranolol, un
betabloqueante no selectivo.
El primer betabloqueante selectivo para
el receptor beta-1, el practolol, se introdu-
jo en la década de 1960. La identificación
de nuevos subtipos beta, como el receptor
beta-3 en el tejido adiposo pardo, ha permi-
tido desarrollar nuevas versiones de beta-
bloqueantes con propiedades específicas.
El 1970 se lanzó el practolol como betablo-
queante no selectivo, sin embargo, en 1975
se retiró del mercado por sus efectos secun-
darios. El atenolol se introdujo en 1976 para
el tratamiento de la hipertensión arterial,
pero actualmente es uno de los fármacos
más aceptados cardioprotectores. En estos
últimos tiempos han surgido la creación de
una tercera generación de betabloquean-
tes, caracterizado por poseer propiedades
vasodilatadoras y causar menos efectos se-
cundarios metabólicos.
Los betabloqueantes son fármacos am-
pliamente utilizados para tratar una serie
de enfermedades cardiovasculares y otras
condiciones que implican un aumento de la
actividad simpática. Actúan inhibiendo la in-
teracción de las catecolaminas endógenas,
como la adrenalina y la noradrenalina, con
los receptores adrenérgicos beta-1, beta-2
y beta-3. Los receptores beta adrenérgicos,
localizados de forma heterogénea en el or-
ganismo, desempeñan un papel crucial en
la regulación de una amplia variedad de
funciones fisiológicas.
Los betabloqueantes se categorizan según
su farmacodinamia, farmacocinética y dura-
ción de acción. Los cardioselectivos sin ac-
tividad simpaticomimética intrínseca (ISA),
como atenolol, betaxolol, bisoprolol, esmolol,
metoprolol y nebivolol, afectan principalmen-
te a los receptores beta-1. Los cardioselecti-
vos con ISA, como acebutolol y pindolol, no
solo bloquean los receptores beta sino que
también poseen una ligera actividad estimu-
lante sobre estos. Por otro lado, los no se-
lectivos como propranolol, nadolol y timolol
inhiben la acción de los receptores beta-1
y beta-2 por igual. Existen también aquellos
con actividad bloqueante alfa, como carve-
dilol y labetalol, que inhiben tanto los recep-
tores beta como los alfa adrenérgicos.
El mecanismo de acción de los betablo-
queantes implica la interferencia selectiva
con los receptores beta-adrenérgicos ubi-
cados en estructuras variadas del orga-
nismo. Al prevenir la unión de las cateco-
AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.
373
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
laminas a estos receptores, se reduce la
activación de una cascada de señalización
intracelular que culmina en una serie de
respuestas celulares, como la contracción
del músculo cardíaco y la relajación de los
músculos lisos vasculares.
Los receptores beta-1 se encuentran princi-
palmente en el corazón y riñones, los beta-2
en los pulmones, el tracto gastrointestinal, el
músculo liso vascular y el músculo esquelé-
tico, y los beta-3 en el tejido adiposo. Los
receptores alfa, en cambio, se sitúan en las
células del músculo liso de los vasos san-
guíneos, el tracto gastrointestinal y urinario
y en las neuronas presinápticas y algunas
células postsinápticas.
El camino de señalización adrenérgica co-
mienza cuando una catecolamina interac-
túa con un receptor beta-adrenérgico en la
membrana celular, activando la proteína G,
que a su vez activa la enzima adenilato ci-
clasa. Esta enzima transforma el trifosfato de
adenosina (ATP) en monofosfato de adeno-
sina cíclico (cAMP), el cual activa la proteína
quinasa dependiente de cAMP (PKA), des-
encadenando varias respuestas celulares.
Los betabloqueantes modulan la actividad
de los receptores adrenérgicos, desempe-
ñando un papel vital en la regulación de la
función cardiovascular, la contracción del
músculo liso, la liberación de glucógeno, en-
tre otros procesos fisiológicos. Su elección y
uso deben ser decididos por un profesional
de la salud, teniendo en cuenta las necesi-
dades individuales del paciente, debido a
sus propiedades farmacocinéticas únicas y
potenciales efectos secundarios específicos.
Hipertensión Arterial y los beta-bloqueadores
La hipertensión arterial se categoriza en dos
tipos principales: Hipertensión arterial pri-
maria también, conocida como esencial o
idiopática, siendo la más prevalente, debido
a su relación con los factores de exposición
genéticos, ambientales y su estilo de vida.
Hipertensión secundaria es la menos común,
debido a la causa de su presentación puede
ser identificable e incluye, estrechamiento
de las arterias renales, patología del tejido
renal, medicación de ciertos medicamentos,
embarazo y coartación de la aorta.
Las pautas médicas para el diagnóstico de
la hipertensión arterial, se realiza a partir de
la medición de la presión arterial alta duran-
te al menos dos visitas al médico, separa-
das por varias semanas
25
. En cada visita, es
necesario que descanse durante al menos
5 minutos, el paciente no debe haber con-
sumido cafeína, haber fumado ni haber rea-
lizado ejercicio en los 30 minutos previos a
la medición
25
.
Después del período mencionado ante-
riormente, es imprescindible controlar la
presión arterial por separado durante un
mínimo de dos minutos utilizando los ins-
trumentos y manguitos de presión para el
tamaño de brazo adecuado
15,16
.
El diagnóstico de hipertensión arterial se
realiza a través de la implementación pre-
cisa y coherente de mediciones de la pre-
sión arterial, utilizando un esfigmomanóme-
tro estándar. Este instrumento cuenta con
un manguito inflable, capaz de ser inflado
de forma manual o automática, en coordi-
nación con un manómetro de mercurio
26
.
Siguiendo las directrices clínicas interna-
cionales y las Guías Ecuatorianas para el
Diagnóstico y Tratamiento de la Hiperten-
sión Arterial, un individuo es diagnosticado
con hipertensión arterial si las lecturas de la
presión arterial sistólica alcanzan o superan
los 140 mmHg y/o las lecturas de la presión
arterial diastólica llegan o exceden los 90
mmHg, estas lecturas deben obtenerse de
al menos dos mediciones independientes
realizadas en diferentes visitas
27
.
Para pacientes con diabetes mellitus o enfer-
medad renal crónica, se considera hiperten-
sión si la presión arteriales sistólica es igual
o superior a 130 mmHg y/o la presión arterial
diastólica es igual o superior a 80 mmHg, en
al menos dos mediciones separadas. Estas
mediciones deben realizarse en condiciones
adecuadas, siguiendo las recomendaciones
FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
TENSIÓN ARTERIAL
374
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
de las guías, tales como: el paciente debe
reposar al menos 5 minutos, sentado con
la espalda apoyada y los pies en el suelo,
usando un manguito de tamaño adecuado.
Además de las mediciones en la clínica,
es de vital importancia realizar mediciones
adicionales en un entorno extraclínico para
confirmar el diagnóstico de hipertensión.
Estas mediciones pueden involucrar la mo-
nitorización ambulatoria de la presión arterial
(MAPA), la cual proporciona un seguimiento
de la presión arterial en un período de 24 ho-
ras, o la automedición de la presión arterial
en el hogar (AMPA), en la que el paciente
usa un dispositivo validado para monitorear
su presión arterial. Se espera que en el futu-
ro, tecnologías con control remoto y manejo
virtual faciliten aún más el diagnóstico y se-
guimiento de la hipertensión arterial
28
.
El diagnóstico de hipertensión arterial no se
basa únicamente en las mediciones, tam-
bién es fundamental evaluar varios factores
que pueden afectar las lecturas de la pre-
sión arterial como el estrés, la actividad físi-
ca, el uso de medicamentos y otros factores
de riesgo comunes como la edad, el géne-
ro, el índice de masa corporal (IMC), la obe-
sidad, los niveles de lipoproteínas y coles-
terol, el hábito de fumar y los antecedentes
familiares. Adicionalmente, se deben reali-
zar evaluaciones adicionales para determi-
nar la presencia de daño en órganos diana
como el corazón, los vasos sanguíneos, los
riñones y el cerebro, a través de pruebas de
laboratorio y estudios de imagen
29
.
En cuanto al manejo de la hipertensión ar-
terial, se ha discutido la eficacia de la beta
bloqueadores en comparación con otros
medicamentos antihipertensivos, como los
antagonistas de los receptores de la angio-
tensina (ARA), los bloqueadores de los ca-
nales de calcio (BCC), los inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina (IECA)
y los bloqueadores de los receptores de an-
giotensina II (BRA). Algunos estudios han
sugerido que los beta bloqueadores pueden
ser menos efectivos en controlar la presión
arterial, sin embargo, la eficacia de estos
medicamentos puede variar dependiendo
del subtipo de beta bloqueador empleado
28
.
Beta bloqueadores de tercera generación,
como el carvedilol y el nebivolol, han de-
mostrado ser efectivos en el tratamiento de
la hipertensión arterial y se sugieren como
tratamiento de primera línea. Estos medica-
mentos tienen propiedades antidiabéticas y
hipolipidémicas, haciéndolos útiles en pa-
cientes con síndrome metabólico y factores
de riesgo cardiovascular
30
.
El uso de beta bloqueadores en pacientes
hipertensos tiene asociado beneficios como
la reducción de la presión arterial y la protec-
ción cardiovascular, además de ser espe-
cialmente beneficiosos en pacientes con en-
fermedad coronaria, insuficiencia y arritmias
cardíacas. Sin embargo, también existen
riesgos asociados, como efectos secunda-
rios y contraindicaciones en ciertos pacien-
tes, y posibles interacciones medicamento-
sas
31
. Por lo tanto, es vital que los pacientes
hipertensos consulten con su médico para
determinar el tratamiento más adecuado,
tomando en cuenta las características indi-
viduales del paciente, las comorbilidades,
la respuesta individual al tratamiento y los
efectos secundarios potenciales.
Betabloqueadores y otras patologías
Lo betabloqueadores son medicamentos
empleados extensivamente en el tratamien-
to de diversas enfermedades cardiovas-
culares y no cardiovasculares debido a su
capacidad de disminuir la frecuencia car-
díaca, la contractilidad y la respuesta a la
estimulación adrenérgica.
En el manejo de la insuficiencia cardíaca
crónica con fracción de eyección reduci-
da, los beta bloqueadores son considera-
dos fundamentales. Reducen la carga de
trabajo del corazón, mejorando su función
y aliviando los síntomas asociados. Se ha
demostrado que estos medicamentos tam-
bién disminuyen la mortalidad y mejoran la
calidad de vida de estos pacientes
32
.
AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.
375
RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
Estos fármacos también son eficaces en
el tratamiento de la angina de pecho es-
table, al disminuir la demanda de oxígeno
del corazón. Pueden aumentar la tolerancia
al ejercicio y mitigar la frecuencia y severi-
dad de los episodios de angina. Asimismo,
son elementos cruciales en la prevención
secundaria tras un infarto de miocardio al
estabilizar la presión arterial
33
.
Además, los beta bloqueadores son em-
pleados en el manejo de diversas arritmias
cardíacas como la fibrilación auricular, la ta-
quicardia supraventricular y la taquicardia
ventricular. En estos casos, ayudan a con-
trolar y estabilizar el ritmo cardíaco, prevenir
recurrencias y reducir el riesgo de compli-
caciones cardiovasculares. Sin embargo,
en ciertos casos de taquicardia ventricular,
se pueden preferir otros medicamentos an-
tiarrítmicos más específicos
34
.
En el ámbito de las enfermedades no cardio-
vasculares, los beta bloqueadores también
tienen diversas aplicaciones35. En el mane-
jo de la ansiedad y el estrés postraumático,
controlan los síntomas físicos como taquicar-
dia y temblores
36
. En el tratamiento del tem-
blor esencial, reducen la excitabilidad del
sistema nervioso, disminuyendo la frecuen-
cia e intensidad de los temblores. Algunos,
como el timolol, se utilizan en el tratamiento
del glaucoma para disminuir la producción
de líquido en el ojo y mejorar su drenaje. En
el control de la migraña, estos medicamen-
tos reducen la frecuencia e intensidad de los
ataques. Específicamente, el propranolol ha
demostrado ser eficaz en la reducción de
la incidencia de los ataques de migraña en
aproximadamente el 60% de los pacientes
37
.
No obstante, los beta bloqueadores pueden
presentar efectos secundarios, tanto comu-
nes como graves, y tienen contraindicacio-
nes específicas. Entre los efectos secunda-
rios comunes se incluyen fatiga, debilidad,
mareos, vértigo, trastornos del sueño, pro-
blemas gastrointestinales y cambios en la
función sexual. Los efectos secundarios
graves, aunque raros, pueden abarcar reac-
ciones alérgicas, problemas respiratorios,
agravamiento de la insuficiencia cardíaca y
hipoglucemia en personas con diabetes
38
.
Las contraindicaciones para su uso incluyen
asma o enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC), insuficiencia cardíaca no
controlada, bloqueo cardíaco de segundo o
tercer grado, e hipotensión severa
39
. Es im-
portante seguir las pautas médicas para el
uso adecuado de estos medicamentos en
cada situación clínica y tener en cuenta las
contraindicaciones y precauciones antes
de su uso
40
.
Conclusiones
En conclusión, las guías internacionales,
europeas y de Ecuador no recomiendan
los betabloqueantes como tratamiento de
primera línea para la hipertensión arte-
rial. En lugar de ello, se sugiere el uso de
otras clases de antihipertensivos, como los
inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina (IECA), los antagonistas de
los receptores de angiotensina II (ARA II),
los bloqueadores de los canales de calcio
(BCC) y los diuréticos como opciones pre-
ferentes para el tratamiento inicial.
Sin embargo, los betabloqueantes no quedan
descartados completamente, ya que pueden
ser una opción de tratamiento viable en ca-
sos específicos. Por ejemplo, se pueden con-
siderar para pacientes con enfermedades
cardíacas concomitantes, en los que estos
medicamentos han demostrado beneficios
en la reducción de eventos cardiovasculares
y la mejora de los resultados a largo plazo.
Además, los betabloqueantes pueden ser
útiles en el tratamiento de otras condicio-
nes como la migraña, el temblor esencial,
la ansiedad y el hipertiroidismo, donde es-
tos medicamentos pueden ofrecer benefi-
cios adicionales. A pesar de que no son la
primera elección para el tratamiento de la
hipertensión arterial, su uso debe ser con-
siderado y personalizado en función de la
condición clínica y las necesidades indivi-
duales del paciente.
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CITAR ESTE ARTICULO:
Ajila Espinoza, K. Y., Solano Muñoz, J. J., & Aguirre Fernández, R. E. (2023).
Fundamentos en el uso actual de los beta-bloqueadores como tratamiento de
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AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.
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RECIMUNDO VOL. 7 N°2 (2023)
FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
TENSIÓN ARTERIAL
Anexos
Figuras y tablas
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FUNDAMENTOS EN EL USO ACTUAL DE LOS BETA-BLOQUEADORES COMO TRATAMIENTO DE LA HIPER-
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AJILA ESPINOZA, K. Y., SOLANO MUÑOZ, J. J., & AGUIRRE FERNÁNDEZ, R. E.