DOI: 10.26820/recimundo/8.(1).ene.2024.12-21
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/2159
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de investigación
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 12-21
Ecacia de la rifaximina en encefalopatía hepática
Efficacy of rifaximin in hepatic encephalopathy
Eficácia da rifaximina na encefalopatia hepática
Denisse Alicia Sánchez Escobar
1
; Christian Alexander Reyes Melo
2
; Dayana Elizabeth Jiménez Correa
3
;
Sugey Carolina Baque Valdiviezo
4
RECIBIDO: 10/12/2023 ACEPTADO: 15/01/2024 PUBLICADO: 05/03/2024
1. Médico; Investigadora Idependiente; Guayaquil, Ecuador; denisse.sancheze1@gmail.com; https://orcid.
org/0000-0003-2521-0832
2. Médico;Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; christianreyesmelo@gmail.com; https://or-
cid.org/0009-0006-4052-728X
3. Médica; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; dayanajimenezcor@hotmail.com; ht-
tps://orcid.org/0009-0006-8524-8161
4. Médica General; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; carolina_sgb@outlook.es; https://
orcid.org/0000-0002-8638-904X
CORRESPONDENCIA
Denisse Alicia Sánchez Escobar
denisse.sancheze1@gmail.com
Guayaquil, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
La encefalopatía hepática es una complicación desafiante en pacientes con enfermedad hepática avanzada. Puede
definirse como un síndrome neuropsiquiátrico causado por una derivación venosa portosistémica, que va desde una
encefalopatía hepática mínima hasta una manifiesta encefalopatía hepática o coma. Su fisiopatología aún no está clara,
aunque los niveles elevados de amoníaco desempeñan un papel clave. El diagnóstico de la encefalopatía hepática ac-
tualmente se basa en pruebas específicas que evalúan el estado neuropsiquiátrico de los pacientes y su calidad de vida;
la gravedad de la encefalopatía hepática se mide mediante los criterios de West Haven. El tratamiento de la encefalopatía
hepática consiste en medidas farmacológicas y correctivas, así como intervenciones nutricionales. La rifaximina recibió
aprobación para el tratamiento de la encefalopatía hepática en 2010 debido a sus pocos efectos secundarios y beneficios
farmacológicos. El objetivo de este trabajo es revisar el uso y la eficacia de la rifaximina tanto en el tratamiento agudo
como a largo plazo de la encefalopatía hepática. El tratamiento de la encefalopatía hepática manifiesta implica el manejo
del episodio agudo, así como el mantenimiento de la remisión en aquellos pacientes que han experimentado un episodio
previamente, con el fin de mejorar su calidad de vida. También se analiza el efecto positivo de la rifaximina en la reducción
de los costos de atención médica.
Palabras clave: Encefalopatía Hepática Aguda, Encefalopatía Hepática Recurrente, Rifaximina, Lactulosa, Costo, Cali-
dad de Vida Relacionada con la Salud.
ABSTRACT
Hepatic encephalopathy is a challenging complication in patients with advanced liver disease. It can be defined as a neu-
ropsychiatric syndrome caused by a portosystemic venous shunt, ranging from minimal hepatic encephalopathy to overt
hepatic encephalopathy or coma. Its pathophysiology is still unclear, although elevated ammonia levels play a key role.
The diagnosis of hepatic encephalopathy is currently based on specific tests that evaluate the neuropsychiatric status of
patients and their quality of life; The severity of hepatic encephalopathy is measured using the West Haven criteria. Treat-
ment of hepatic encephalopathy consists of pharmacological and corrective measures, as well as nutritional interventions.
Rifaximin received approval for the treatment of hepatic encephalopathy in 2010 due to its few side effects and pharmaco-
logical benefits. The objective of this work is to review the use and effectiveness of rifaximin in both the acute and long-term
treatment of hepatic encephalopathy. The treatment of overt hepatic encephalopathy involves the management of the acute
episode, as well as the maintenance of remission in those patients who have previously experienced an episode, in order
to improve their quality of life. The positive effect of rifaximin on reducing healthcare costs is also discussed.
Keywords: Acute Hepatic Encephalopathy, Recurrent Hepatic Encephalopathy, Rifaximin, Lactulose, Cost, Health-Re-
lated Quality of Life.
RESUMO
A encefalopatia hepática é uma complicação difícil em doentes com doença hepática avançada. Pode ser definida como
uma síndrome neuropsiquiátrica causada por uma derivação venosa portossistémica, que varia desde uma encefalopatia
hepática mínima até uma encefalopatia hepática manifesta ou coma. A sua fisiopatologia ainda não é clara, embora os
níveis elevados de amoníaco desempenhem um papel fundamental. Atualmente, o diagnóstico da encefalopatia hepática
baseia-se em exames específicos que avaliam o estado neuropsiquiátrico dos doentes e a sua qualidade de vida. A gravi-
dade da encefalopatia hepática é medida com base nos critérios de West Haven. O tratamento da encefalopatia hepática
consiste em medidas farmacológicas e correctivas, bem como em intervenções nutricionais. A rifaximina foi aprovada
para o tratamento da encefalopatia hepática em 2010 devido aos seus poucos efeitos secundários e benefícios farma-
cológicos. O objetivo deste trabalho é rever a utilização e a eficácia da rifaximina no tratamento agudo e a longo prazo
da encefalopatia hepática. O tratamento da encefalopatia hepática manifesta envolve o controlo do episódio agudo, bem
como a manutenção da remissão nos doentes que já sofreram um episódio, a fim de melhorar a sua qualidade de vida. É
também discutido o efeito positivo da rifaximina na redução dos custos de saúde.
Palavras-chave: Encefalopatia Hepática Aguda, Encefalopatia Hepática Recorrente, Rifaximina, Lactulose, Custo,
Qualidade de Vida Relacionada com a Saúde.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
Introducción
La encefalopatía hepática es una compli-
cación desafiante en pacientes con enfer-
medad hepática avanzada. Puede definirse
como un síndrome neuropsiquiátrico cau-
sado por una derivación venosa portosis-
témica, que va desde encefalopatía hepá-
tica mínima a manifiesta o coma profundo
(1). La encefalopatía hepática mínima es la
forma más leve de encefalopatía hepática
y los pacientes afectados no presentan sín-
tomas clínicos reconocibles del trastorno,
pero tienen anomalías sutiles (provocadas
por pruebas psicométricas o técnicas elec-
trofisiológicas) en la velocidad psicomoto-
ra, la actividad visomotora y la inhibición de
la respuesta, así como enlentecimiento del
electroencefalograma y prolongación de los
potenciales evocados cognitivos.
La encefalopatía hepática ocurre en aproxi-
madamente el 30%-45% de los pacientes,
pacientes con cirrosis y entre el 10% y el
50% de los pacientes con derivación porto-
sistémica intrahepática transyugular, mien-
tras que la encefalopatía hepática mínima
afecta aproximadamente entre el 20% y el
60% de los pacientes con enfermedad he-
pática (2). La encefalopatía hepática es un
evento importante en la progresión natural
de la enfermedad hepática terminal. enfer-
medad del hígado; ejerce un efecto negati-
vo sobre la calidad de vida de los pacientes
y sus cuidadores, y aumenta las tasas de
hospitalización, con un impacto económico
considerable. Aunque la aparición de epi-
sodios de encefalopatía hepática parece no
estar relacionada con la causa de la cirrosis,
los aumentos en la frecuencia y la gravedad
de tales episodios predicen un mayor ries-
go de muerte (después del primer episodio
de encefalopatía hepática, el período de
uno y tres años las tasas de supervivencia
son del 42% y el 23%, respectivamente) (3).
Muchos detalles de la fisiopatología que
conducen a la encefalopatía aún no están
claros. Se cree que la patogénesis de la en-
cefalopatía hepática mínima es similar a la
SÁNCHEZ ESCOBAR, D. A., REYES MELO, C. A., JIMÉNEZ CORREA, D. E., & BAQUE VALDIVIEZO, S. C.
de la encefalopatía hepática manifiesta, en
la que el aumento de los niveles de amonía-
co derivado de la flora bacteriana entérica
desempeña un papel clave. Esto conduce a
la inflamación de los astrocitos, lo que pue-
de provocar edema cerebral, aumento de la
presión intracraneal y hernia cerebral. Los
astrocitos son las únicas células del cerebro
que pueden desintoxicar el amoníaco.
Contienen transportadores de glutamato
que están regulados negativamente por el
alto nivel de amoníaco, lo que lleva a una
neurotransmisión glutamatérgica anormal.
Además, dentro de los astrocitos, el glu-
tamato se combina con el amoníaco para
formar glutamina, que es responsable del
edema de los astrocitos, la producción de
nitrógeno reactivo y especies de oxígeno
(4). Los neuro esteroides se sintetizan en
el cerebro principalmente por astrocitos y
se sugiere que desempeñan un papel en
la patogénesis de la encefalopatía hepáti-
ca. El amoníaco también induce una regu-
lación positiva de los receptores periféricos
de benzodiazepinas, lo que resulta en una
mayor síntesis de neuro esteroides, que
se unen a los receptores A del ácido gam-
ma-aminobutírico y causan neuro inhibición.
Dado que existe una mala correlación entre
el nivel de amoníaco en plasma y la grave-
dad de la encefalopatía hepática, la par-
ticipación de factores concurrentes se ha
propuesto. Los pacientes cirróticos tienen al-
teraciones sustanciales en su micro ecología
intestinal que se han atribuido, al menos en
parte, a una disminución de la motilidad del
intestino delgado. Gupta et al plantearon la
hipótesis de que el crecimiento excesivo de
bacterias en el intestino delgado podría estar
asociado con la presencia de encefalopatía
hepática mínima entre pacientes con cirro-
sis hepática (5). Otros mecanismos, como la
acumulación de manganeso en los ganglios
basales del cerebro (que promueve la for-
mación de astrocitosis tipo II de Alzheimer
y síntomas parkinsonianos), cambios en la
barrera hematoencefálica y alteraciones de
la neurotransmisión también estan presente.
15
RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
EFICACIA DE LA RIFAXIMINA EN ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
Otro factor contribuyente puede ser el sín-
drome de respuesta inflamatoria sistémica,
que se deriva de la disfunción de los neutró-
filos inducida por el amoníaco, lo que lleva
a una respuesta inflamatoria sistémica y a
la liberación de citocinas proinflamatorias
(como la interleucina-6 y el factor de necro-
sis tumoral alfa) que favorece la inflamación
de los astrocitos. Además, se considera
que la hiperamonemia es el principal fac-
tor de muerte en la insuficiencia hepática
aguda, incluso si el aumento del amoníaco
es más lento y progresivo. Sin embargo, se
han implicado otros mecanismos, incluida
la inflamación sistémica, la hipotensión ar-
terial (resultante de una vasodilatación ar-
teriolar sistémica extensa), el aumento del
flujo sanguíneo cerebral y la presión intra-
craneal elevada.
Actualmente el diagnóstico de encefalopa-
tía hepática mínima es basado en pruebas
neuro psicométricas, incluida la prueba de
conexión de números, la prueba de sím-
bolos de dígitos y la prueba de diseño de
bloques. Además, se utilizan cada vez más
las pruebas psicométricas computarizadas
(como la prueba del simulador de conduc-
ción) y la prueba de frecuencia de parpadeo
crítica. La prueba del perfil de impacto de la
enfermedad se utiliza para evaluar la cali-
dad de vida del paciente. Además, la elec-
troencefalografía se asocia con una dismi-
nución de la calidad de vida y frecuencia de
la actividad eléctrica en el cerebro (con una
sensibilidad diagnóstica que oscila entre el
43% y el 100%), mientras que la resonancia
magnética puede ayudar a detectar edema
cerebral de bajo grado (1).
No se recomienda la medición de los nive-
les séricos de amoníaco de forma rutinaria,
dado que los resultados de la prueba no
cambiarían ni el enfoque del diagnóstico ni
el tratamiento de la encefalopatía hepática.
La gravedad de los episodios de encefa-
lopatía hepática se mide en cinco etapas
progresivas de deterioro conocidas como
criterios de West Haven (o puntuación de
Conn), que van desde la etapa 0 (falta de
cambios detectables en la personalidad o
la conciencia) hasta la etapa 4 (coma). Los
signos de deterioro neuromotor (incluyendo
hiperreflexia, rigidez, mioclono y asterixis)
se miden utilizando la escala de gravedad
de la asterixis.
En el tratamiento de la encefalopatía hepá-
tica, el médico debe seguir el algoritmo de
los “tres pasos”:
Descartar otras causas potenciales de
encefalopatía que a menudo ocurren en
pacientes con cirrosis (p. ej., hematoma
subdural debido al mayor riesgo de caí-
das y coagulopatías, y efectos secunda-
rios de la medicación que causan dis-
función del hígado, es decir, el sitio del
metabolismo de primer paso)
Identificar y corregir los factores precipi-
tantes (gastrointestinales), hemorragia,
deshidratación, sobrecarga de proteí-
nas en la dieta, infección) presentes en
el 97% de los pacientes con encefalopa-
tía hepática episódica y en más del 70%
con encefalopatía hepática persistente
Tratamiento empírico de prueba (como
se analiza a continuación); una respues-
ta rápida que confirma el diagnóstico de
encefalopatía hepática, mientras que la
falta de respuesta dentro de las 72 ho-
ras indica que se debe considerar trata-
miento adicional o causas (7).
En base a lo anteriormente expuesto, se
presenta una revisión literaria donde se ex-
pone la eficacia de la rifaximina enfocado
en la encefalopatía hepática para brindar
información del tema a lectores y especia-
listas para que sirva como parte de investi-
gaciones futuras.
Metodología
Esta investigación está dirigida al estudio
del tema “Ecacia de la rifaximina en en-
cefalopatía hepática". Para realizarlo se
usó una metodología descriptiva, con un en-
foque documental, es decir, revisar fuentes
disponibles en la red, cuyo contenido sea
16
RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
actual, publicados en revistas de ciencia,
disponibles en Google Académico, lo más
ajustadas al propósito del escrito, con con-
tenido oportuno y relevante desde el punto
de vista científico para dar respuesta a lo
tratado en el presente artículo y que sirvan
de inspiración para realizar otros proyectos.
Las mismas pueden ser estudiadas al final,
en la bibliografía.
Resultados
Tratamiento de la encefalopatía hepática.
El tratamiento de un episodio de encefalo-
patía hepática incluye medidas correctivas,
intervención nutricional y terapia farmaco-
lógica. Como ya se mencionó, la identifi-
cación y corrección de los factores preci-
pitantes se considera terapia de primera
línea e incluye el control de la hemorragia,
la corrección de los trastornos metabólicos
y el tratamiento de la infección. Además, es
necesario mantener una nutrición adecua-
da, con un aporte energético de 35-40 kcal/
kg/día y un aporte proteico de 1,2-1,5 g/kg/
día, y la dieta de los pacientes con cirrosis
debe complementarse con alimentos ramifi-
cados. aminoácidos de cadena y proteínas
vegetales una vez que se ha desarrollado la
encefalopatía hepática (8).
El objetivo del tratamiento farmacológico
es tanto reducir la producción de amonia-
co como favorecer su fijación y excreción.
El arsenal clínico contra la encefalopatía
hepática es limitado; El tratamiento médico
para la encefalopatía hepática no ha cam-
biado en los últimos 30 años, no porque los
medicamentos disponibles sean opciones
de tratamiento altamente efectivas y basa-
das en evidencia para la encefalopatía he-
pática, sino debido a la falta de conocimien-
to sobre la patogénesis de la encefalopatía
hepática, su heterogeneidad clínica y eva-
luación variable de su gravedad.
El tratamiento de la encefalopatía hepática
tradicionalmente incluye lactulosa, neomici-
na o metronidazol y, más recientemente, ri-
faximina. El estándar actual de atención para
pacientes con encefalopatía hepática inclu-
ye lactulosa y rifaximina, que se asocia con
una mejora del estado mental; sin embargo,
debido a que los factores precipitantes se
corrigen simultáneamente, es difícil estable-
cer la verdadera razón de la mejoría (8).
La lactulosa es un disacárido sintético no ab-
sorbible, que llega al colon inalterado, donde
tiene un efecto catártico y es catabolizado
por la flora bacteriana del colon para produ-
cir ácido láctico, ácido y ácido acético (9).
El ambiente ácido del colon resultante inhibe
el crecimiento de bacterias coliformes gené-
ticas de amoníaco y favorece la conversión
de amoníaco en amonio no absorbible.
La lactulosa se puede administrar por vía
oral a través de una sonda nasogástrica a
un paciente en coma o que no responde o
por vía rectal a través de un enema. La do-
sis oral habitual es de aproximadamente 15
a 30 ml dos veces al día para inducir 2 a 3
deposiciones blandas al día. Sin embargo,
los efectos secundarios de este medicamen-
to, incluido un sabor excesivamente dulce
y efectos secundarios gastrointestinales,
como hinchazón, flatulencia y diarrea inten-
sa, que pueden provocar deshidratación, a
menudo resultan en incumplimiento (9).
Para los pacientes que no pueden tolerar o
no responden al tratamiento con lactulosa,
se recomiendan antibióticos orales como
neomicina, vancomicina, paromomicina y
metronidazol como tratamiento alternativo.
Todos ellos son eficaces en el tratamien-
to de la encefalopatía hepática, pero sus
efectos secundarios graves (ototoxicidad
y nefrotoxicidad para la neomicina y la pa-
romomicina y neuropatía periférica para el
metronidazol) limitan su uso como trata-
miento de primera línea o a largo plazo.
Rifaximina: farmacología, farmacocinéti-
ca y modo de acción
La rifaximina es un antibiótico oral semisin-
tético, selectivo para el intestino y no absor-
bible, derivado de la rifamicina y un análogo
estructural de rifampicina. Actúa localmente
SÁNCHEZ ESCOBAR, D. A., REYES MELO, C. A., JIMÉNEZ CORREA, D. E., & BAQUE VALDIVIEZO, S. C.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
en el tracto gastrointestinal, con efectos ad-
versos sistémicos similares al placebo. Es
activo contra una variedad de organismos
grampositivos y gramnegativos aeróbicos
y anaeróbicos, así como contra infecciones
por protozoos (10). Los datos in vitro indi-
can que la susceptibilidad de los organis-
mos grampositivos a la rifaximina es mayor
que la de los organismos gramnegativos.
La rifaximina posee una buena actividad in-
hibidora contra especies de estafilococos,
estreptococos y enterococos, así como
contra Bacillus cereus, Moraxella catarrha-
lis y Hemophilus influenzae. La actividad es
menor contra especies de Enterobacteria-
ceae, Pseudomonas, Acinetobacter y He-
licobacter, y existen datos contradictorios
sobre la actividad contra Bacteroides spp
(5). Al igual que otros agentes antibacteria-
nos de rifamicina, la rifaximina actúa sobre
la subunidad β de la enzima polimerasa
del ácido ribonucleico (ARN) dependien-
te del ácido desoxirribonucleico (ADN) en
las bacterias para inhibir la síntesis de ARN
bacteriano. Se observó una actividad anti-
microbiana comparable entre la rifaximina y
otros antimicrobianos para Escherichia coli.
Además, la actividad contra Clostridium di-
fficile fue comparable a la del metronidazol
y la vancomicina.
Dosicación y administración
La dosis recomendada de rifaximina para
adultos y niños mayores de 12 años es de
10 a 15 mg/kg/día, mientras que en niños
más pequeños se sugiere una dosis diaria
más alta de 20 a 30 mg/kg/día (8).
La duración del tratamiento no debe exce-
der los 7 días en niños. Rifaximina no debe
administrarse a pacientes con evidencia de
lesiones ulcerativas intestinales graves u
obstrucción. La dosificación de rifaximina se
puede abordar de dos formas generales: cí-
clica o continua. En Italia se prefiere la dosi-
ficación cíclica y varios ensayos clínicos han
demostrado beneficios del tratamiento con
rifaximina durante 2 semanas al mes (11).
La alternativa es la terapia diaria con ri-
faximina, como se utiliza actualmente en
Estados Unidos. Existen posibles ventajas
y desventajas para cada enfoque; la tera-
pia cíclica reduce el costo y la exposición
a los antibióticos, pero el cumplimiento de
los cronogramas puede resultar difícil. La
terapia continua es más cara y podría tener
el potencial de aumentar la resistencia a la
rifaximina. La dosis diaria más estudiada,
ya sea cíclica o continua, es de 1.200 mg,
aunque en el ensayo más reciente se utilizó
1.100 mg/día (12).
Resistencia
El mecanismo principal para desarrollar re-
sistencia a la rifaximina es la alteración cro-
mosómica del objetivo del fármaco, la ARN
polimerasa dependiente de ADN, que con-
trasta con la resistencia mediada por plás-
midos que afecta a otros antibióticos. Por
lo tanto, la resistencia a la rifaximina no se
transmite fácilmente entre bacterias.
Los datos in vitro muestran que los organis-
mos que más comúnmente desarrollan resis-
tencia a la rifaximina son los cocos aerobios
grampositivos; las condiciones anaeróbicas
no favorecen la selección de mutantes re-
sistentes (4). Además, no se ha demostrado
que los organismos gramnegativos, como
E. coli, desarrollen resistencia a la rifaximina
después de 3 a 5 días de tratamiento (12).
Debido a que la rifaximina carece de absor-
ción sistémica, las concentraciones del fár-
maco se mantienen muy por encima de la
concentración mínima inhibidora de patóge-
nos evitando así concentraciones subtera-
péuticas del fármaco en el intestino.
La luz intestinal es predominantemente un
ambiente anaeróbico, lo que teóricamen-
te limita la selección de cepas resistentes
a la rifaximina. Sin embargo, a pesar de
estas ventajas, y potencialmente debido a
la relación estructural entre la rifaximina y
otras rifamicinas, las tasas de resistencia
de Enterococci, Bacteroides, Clostridium y
Enterobacteriaceae oscilan entre el 30% y
EFICACIA DE LA RIFAXIMINA EN ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
el 90% después de 5 días de tratamiento.
Después de suspender la rifaximina, estas
cepas resistentes tienden a desaparecer en
1 a 12 semanas (13).
Interacciones con las drogas
La rifaximina sufre un flujo de salida a tra-
vés de la glicoproteína P y no tiene inte-
racciones significativas con otros sustratos
de la glicoproteína P, como la digoxina. La
capacidad de la rifaximina para inducir el
citocromo P450 (CYP)3A4 es la mitad que
la de la rifampicina en estudios in vitro (13).
Dos estudios sugirieron una falta de interac-
ción in vivo entre la rifaximina y un sustrato
del CYP3A4. Por lo tanto, no se recomienda
ajustar la dosis cuando se administra rifaxi-
mina con otros fármacos.
Posibles indicaciones
La virtual falta de absorción sistémica des-
pués de la administración oral indica un pa-
pel potencial de la rifaximina en afecciones
localizadas, mediado por bacterias suscep-
tibles dentro del tracto gastrointestinal. La
rifaximina se ha evaluado en el tratamiento
sintomático de la encefalopatía hepática, la
diarrea infecciosa y la enfermedad diverti-
cular, y como profilaxis contra las complica-
ciones posoperatorias posteriores a la ciru-
gía colorrectal (14).
Seguridad y tolerabilidad
La rifaximina generalmente se tolera bien y
tiene un mejor perfil en términos de efectos
secundarios en comparación con otros anti-
bióticos sistémicos. Varios estudios demos-
traron que la rifaximina era mejor tolerada
que la lactulosa en el tratamiento de la en-
cefalopatía hepática y tenía un perfil de tole-
rabilidad similar al placebo en pacientes en
remisión de la encefalopatía hepática (8). El
riesgo de resistencia bacteriana parecía ser
bajo; los niveles plasmáticos de rifaximina
son insignificantes y las bacterias fuera del
tracto gastrointestinal no están expuestas a
una presión selectiva apreciable.
Además, el mecanismo de resistencia a la
rifaximina es por alteración cromosómica en
la ARN polimerasa dependiente de ADN, lo
que contrasta con la resistencia clínicamen-
te significativa mediada por plásmidos que
afecta a otros antibióticos (5). Por tanto, la
resistencia a la rifaximina no se transmite
fácilmente entre bacterias. Sin embargo, es
necesario estudiar la relevancia clínica de
esta resistencia, especialmente para la te-
rapia a largo plazo.
Rifaximina en la encefalopatía hepática
aguda
El tratamiento de la encefalopatía hepática
manifiesta consiste tanto en el tratamiento
del episodio agudo como en el manteni-
miento de la remisión de los pacientes que
han experimentado previamente un episo-
dio de encefalopatía hepática, con el fin de
mejorar su calidad de vida. Tanto la lactulo-
sa como la rifaximina han recibido la apro-
bación de la Administración de Drogas y
Alimentos de EE. UU. para este fin. Se han
realizado varios estudios para respaldar el
uso de rifaximina en lugar de o además de
lactitol/lactulosa en el tratamiento de la en-
cefalopatía hepática aguda (14).
Rifaximina para reducir el riesgo de ence-
falopatía hepática recurrente
Lactulosa y rifaximina son las opciones más
populares para el tratamiento continuo en
pacientes que han experimentado un epi-
sodio de encefalopatía hepática. Sin em-
bargo, la adherencia de los pacientes al
tratamiento a largo plazo con lactulosa está
limitada por sus efectos adversos. Por lo
tanto, la rifaximina está surgiendo como una
terapia de primera línea para reducir la inci-
dencia de encefalopatía hepática recurren-
te. Algunos autores evaluaron la eficacia y
seguridad de la rifaximina para mantener la
remisión de la encefalopatía hepática du-
rante 6 meses en pacientes con alto ries-
go, quienes realizaron un ensayo de Fase
III multinacional, multicéntrico, aleatorizado,
doble ciego, controlado con placebo (15).
SÁNCHEZ ESCOBAR, D. A., REYES MELO, C. A., JIMÉNEZ CORREA, D. E., & BAQUE VALDIVIEZO, S. C.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
Este estudio incluyó pacientes con al me-
nos dos episodios de encefalopatía he-
pática manifiesta (puntuación de Conn ≥
2) asociada con cirrosis hepática durante
los 6 meses anteriores. En el momento de
la inscripción, se habían recuperado de la
encefalopatía hepática y tenían una pun-
tuación n.° 25 en el modelo de enfermedad
hepática terminal (MELD). Se excluyó a los
pacientes si habían tenido un trasplante de
hígado planificado dentro del mes, condi-
ciones conocidas por precipitar encefalo-
patía hepática, enfermedad renal crónica,
insuficiencia respiratoria, anemia o anoma-
lías electrolíticas (15).
Podría haber una derivación portosistémi-
ca intrahepática transyugular, pero no pudo
haberse colocado ni revisado en los últimos
3 meses. Los pacientes no podían recibir
tratamiento antibiótico profiláctico diario al
principio. Se aleatorizaron 299 pacientes a
rifaximina (n = 140) o placebo (n = 159) du-
rante 6 meses o hasta que interrumpieron
el estudio debido a un episodio irruptivo de
encefalopatía hepática u otro motivo (15).
El objetivo fué evaluar el tiempo transcurri-
do hasta el primer avance de la encefalo-
patía hepática manifiesta, hasta la primera
hospitalización relacionada con la encefa-
lopatía hepática y hasta cualquier aumento
desde el inicio en la puntuación de Conn,
en el grado de asterixis, el cambio medio
en el inicio en las puntuaciones del dominio
de fatiga en el cuestionario de enfermedad
hepática crónica ( CLQD) al final del trata-
miento y cambio medio desde el inicio en la
concentración de amoníaco venoso al final
del tratamiento.
Inuencia de la rifaximina en la calidad
de vida relacionada con la salud
La encefalopatía hepática predispone a los
pacientes a una calidad de vida deteriorada
como resultado de las hospitalizaciones repe-
tidas, la gravedad de la enfermedad hepática
y las complicaciones de la cirrosis, como la
encefalopatía hepática manifiesta recurrente
o la encefalopatía hepática mínima continua.
La encefalopatía hepática manifiesta afecta
negativamente los aspectos físicos y men-
tales de la vida. calidad de vida, mientras
que la encefalopatía subclínica afecta prin-
cipalmente a los aspectos mentales, inde-
pendientemente de la gravedad de la enfer-
medad hepática, con disfunción cognitiva
y dificultades para la conducción y la na-
vegación (los pacientes con encefalopatía
hepática mínima tienen un mayor riesgo de
sufrir infracciones al volante) (10).
El cuestionario es un instrumento validado
de calidad de vida relacionada con la salud
(CVRS) para medir el cambio longitudinal a
lo largo del tiempo en pacientes con enfer-
medad hepática crónica. Incluye 29 ítems
en seis dominios: síntomas abdominales,
fatiga, síntomas sistémicos, actividad, fun-
ción emocional y preocupación. Se sabe
que la rifaximina, así como la lactulosa, me-
joran la CVRS. Sanyal et al (16) realizaron
un estudio doble ciego controlado con pla-
cebo para evaluar el efecto de la rifaximina
sobre la CVRS en 219 pacientes cirróticos
con encefalopatía hepática.
Fueron asignados al azar para recibir 550
mg de rifaximina dos veces al día o placebo
durante 6 meses. El CLDQ se administró a
los pacientes cada 4 semanas y se regis-
tró el tiempo transcurrido hasta la aparición
de la encefalopatía hepática. Descubrieron
que la rifaximina mejoraba significativamen-
te la CVRS en pacientes con cirrosis y en-
cefalopatía hepática recurrente (15). Ade-
más, aunque no es una medida de la CVRS,
la reducción del riesgo de hospitalización
con rifaximina tuvo un impacto positivo en
la CVRS de estos pacientes, dado que una
CVRS más baja puede predecir la recurren-
cia de la encefalopatía hepática.
Conclusión
Aunque se ha demostrado que es eficaz
en el tratamiento de episodios de encefa-
lopatía hepática, en la prevención de la
recurrencia de la encefalopatía hepática y
en la mejora de la CVRS en pacientes ci-
rróticos, la rifaximina todavía se considera
EFICACIA DE LA RIFAXIMINA EN ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
una terapia de segunda línea debido a su
costo (mayor que la lactulosa). La lactulosa
en monoterapia puede prevenir episodios
recurrentes de encefalopatía hepática. Sin
embargo, sólo se han realizado estudios a
corto plazo utilizando rifaximina como tera-
pia de primera línea.
El tratamiento de la encefalopatía hepática
(EH) debe considerarse en el manejo inte-
gral del paciente con cirrosis. Ante la sospe-
cha de EH se debe realizar una evaluación
adecuada e iniciar el tratamiento lo antes
posible, para mejorar la calidad de vida del
paciente. En general, los tratamientos aquí
descritos han demostrado ser efectivos, por
lo que su individualización para cada pa-
ciente es de suma importancia.
En tal sentido, de manera general se pue-
de considerar que la rifaximina es un trata-
miento eficaz y seguro para la prevención
de la recurrencia de la encefalopatía hepá-
tica en pacientes con cirrosis hepática, ya
que reduce significativamente el riesgo de
hospitalización y mejora la calidad de vida
de los pacientes. Además, la rifaximina tie-
ne un perfil favorable de efectos adversos y
no se asocia con el desarrollo de resistencia
bacteriana. Por lo tanto, la rifaximina puede
suponer una opción terapéutica en la que
estudios posteriores logren buscar la mane-
ra de reducir los costos para de tal manera
sea utilizada como terapia de primera línea
en pacientes con encefalopatía hepática.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
CITAR ESTE ARTICULO:
Sánchez Escobar, D. A., Reyes Melo, C. A., Jiménez Correa, D. E., & Ba-
que Valdiviezo, S. C. (2024). Eficacia de la rifaximina en encefalopatía he-
pática. RECIMUNDO, 8(1), 12-21. https://doi.org/10.26820/recimundo/8.(1).
ene.2024.12-21
EFICACIA DE LA RIFAXIMINA EN ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA