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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
Introducción
El cerebro humano es el órgano más inte-
resante y complejo, compuesto por 100 mil
millones de neuronas y más de diez mil cé-
lulas gliales y neuronas de origen genético
similar. El cerebro es el órgano principal que
desempeña un papel vital para sentir, perci-
bir, procesar, memorizar y entregar informa-
ción para realizar diversas funciones junto
con el manejo de diversas emociones (1).
Las emociones son el conjunto de estados
mentales que están controlados por una
gran cantidad de eventos químicos y neuro-
lógicos dentro del sistema nervioso central
y dan como resultado diversos sentimientos
que incluyen alegría, felicidad, tristeza, amor,
etc. Sin embargo, la felicidad, la tristeza, el
miedo, la ira y el disgusto La sorpresa son
algunas emociones básicas presentes en
todo ser humano, que funcionan como com-
ponentes básicos para expresar diversas
valoraciones cognitivas y dan lugar a otras
emociones como diversión, satisfacción, en-
tusiasmo, desprecio, vergüenza, alivio, or-
gullo, logro, culpa, Satisfacción, vergüenza,
agrado, desagrado, odio, etc. El cerebro es
el único órgano de autoridad responsable de
la salud emocional fisiológica. Las emocio-
nes se pueden combinar para formar dife-
rentes sentimientos y pueden ser tempora-
les o duraderas. Los cambios de humor, las
emociones tumultuosas, los comportamien-
tos impulsivos o erráticos son algunos de
los signos de desregulación emocional. El
estrés emocional puede en realidad mediar,
promover o incluso causar trastornos menta-
les como la depresión, incluidos los trastor-
nos depresivos mayores (2).
En combinación con la neurogénesis clási-
ca, en el cerebro tienen lugar varios proce-
sos complementarios que incluyen migra-
ción neuronal, proyección axodendrítica,
mielinización, sinaptogénesis y diferencia-
ción neuroquímica, que coordina el equili-
brio entre las emociones, la cognición y el
comportamiento. La neuro inflamación es la
respuesta del cerebro ante cualquier lesión,
BIOMARCADORES ASOCIADOS AL ESTRÉS
insulto o enfermedad o infección. Al igual
que cualquier trauma físico, el cerebro res-
ponde al trauma emocional y da como resul-
tado la activación de vías neurodegenerati-
vas. El estrés emocional y la depresión se
consideran síntomas de muchos trastornos
neurodegenerativos, incluida la demencia,
el deterioro cognitivo leve (DCL), la demen-
cia y la enfermedad de Alzheimer (EA), la
enfermedad de Parkinson (EP), etc., pero la
moneda tiene otra cara que podría ser una
posible esperanza para prevenir la progre-
sión de la neurodegeneración en un esta-
do temprano con un diagnóstico y manejo
adecuados de la exposición al estrés emo-
cional. La microglía, el principal modulador
de la inflamación en el sistema nervioso
central, se activa en respuesta a una agre-
sión local o sistémica. La activación glial da
como resultado una activación rápida de ci-
toquinas proinflamatorias y antiinflamatorias
que conducen a la activación inmune que
además resulta en un "comportamiento de
enfermedad" (3).
Un biomarcador es un elemento patológico,
clínico, fisiológico y anatómico de medición
de procesos biológicos dentro del cuerpo
con respecto a cualquier condición especí-
fica para una intervención terapéutica.
Un factor estresante en el contexto de esta
revisión se referirá a cualquier entorno de
demanda mental que excede la capacidad
de regulación fisiológica de un organismo,
en particular durante situaciones de impre-
visibilidad e incontrolabilidad. Un poco de
estrés no es tan malo para la evaluación, el
crecimiento y la adaptación, pero cuando los
límites del estrés se exceden puede resultar
en depresión. El estrés se puede dividir en
tres tipos distintos: “estrés bueno”, “estrés
tolerable” y “estrés tóxico”. Pero cuando un
cambio de humor, manía, depresión o incon-
sistencia del estado de ánimo comienza a
interferir con la capacidad de funcionamien-
to y comportamiento de la persona, se deno-
mina trastorno del estado de ánimo. Podría
ser hiperactivo como la manía o hipoactivo
como la depresión. No sólo esto, sino que