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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
que tanto la especificación del ARCH y el
GARCH (1,1) donde los parámetros son es-
timados mediante el método de máxima ve-
rosimilitud, resultan ser superiores en mer-
cados emergentes y desarrollados durante
tiempos de turbulencias, Orhan y Köksal,
(2012). En contraste, la hipótesis de lar-
ga memoria aplicada en modelos GARCH
cuestiona el uso de modelos GARCH (1,1),
ya que se ha encontrado al GARCH con re-
zagos mayores a uno, ser efectivo en mer-
cados muy volátiles como el de metales
preciosos, Chinhamu et al., (2022).
Para estimar la volatilidad GARCH (1,1)
existen varias metodologías; por ejemplo,
Koopman et al., (2005), diferencia tres tipos
de volatilidad, En primer lugar, la volatilidad
histórica extraída de los retornos diarios, vo-
latilidad implícita extraída de los precios y
la volatilidad realizada que se calcula de la
suma del cuadrado de los retornos de fre-
cuencia alta dentro de un día. En este estu-
dio, se utilizará la volatilidad histórica pro-
veniente de los retornos diarios, asumiendo
la eficiencia del mercado, lo cual facilita
el cálculo de la volatilidad modelada por
GARCH para capturar su encapsulamien-
to por períodos, siguiendo la metodología
planteada en Krysiak, (2015). Aunque nue-
vos enfoques combinan el modelo GARCH
con distribuciones especiales como por
ejemplo la de valores extremos como Kues-
ter et al., (2006) o la distribución t de colas
anchas, como en Orhan y Köksal, (2012),
en esta investigación se utiliza una distri-
bución normal convencional, lo cual podría
subestimar el VaR producto de la presencia
de curtosis, Sun et al., (2016). En general, la
predictibilidad de la volatilidad guarda simi-
litudes con Serrano-Bautista y Mata-Mata,
(2018) y Mulyanah y Asianto, (2020) donde
este último incluso escoge el mismo sector
de Indonesia, y además en esta investiga-
ción se sigue su recomendación sobre el
uso de simulación de Montecarlo para la
construcción del VaR.
Metodología
Se utilizaron precios de cierre ajustados
para un periodo que puede ser considera-
do estable ya que desde el 1 de noviembre
de 2014 hasta el 31 de octubre de 2019 no
se presentaron eventos extremos significa-
tivos. Se seleccionaron aleatoriamente nue-
ve compañías del sector automovilístico, y
luego se procedió a calcular el rendimiento
diario, el cual mide el cambio en el valor de
los activos con respecto a su valor inicial.
Por simplicidad se utiliza la aproximación lo-
garítmica, que calcula los rendimientos asu-
miendo que estos se componen continua-
mente más que a través de subperíodos.
La volatilidad histórica observada se puede
utilizar para anticipar la volatilidad futura.
Los enfoques más comunes para la estima-
ción de la volatilidad son los siguientes: 1)
desviación estándar simple con pondera-
ción, 2) modelo EWMA – media móvil ponde-
rada exponencialmente 3) modelo GARCH
– heterocedasticidad condicional autorre-
gresiva generalizada. Los modelos GARCH
se utilizan cuando la varianza del término
de error no es constante, es decir, heteroce-
dástica. La heterocedasticidad describe el
patrón irregular de variación de un término
de error, provocando que las observaciones
no se ajusten a un patrón lineal, sino más
bien tienden a agruparse. El supuesto sub-
yacente de los modelos GARCH es que la
varianza del término de error varía sistemá-
ticamente en función del tamaño promedio
de los errores pasados lo cual hace refe-
rencia a la heterocedasticidad condicional,
mientras la existencia de la heteroscedasti-
cidad es justificada con un patrón de media
móvil autorregresiva seguida por el término
de error, lo cual significa que es una función
del promedio de sus valores pasados.
Para encontrar la varianza pronosticada pri-
mero se asume que los retornos poseen una
ecuación de media constante sin términos au-
torregresivos ni promedios móviles, es decir,
los rezagos no tienen influencia en los valores
actuales, como se detalla a continuación:
MALDONADO MÉNDEZ, L. R., MALDONADO ÁLAVA, P. L., MALDONADO MENDEZ, P. V., & MALDONADO MÉN-
DEZ, G. J.