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RECIMUNDO VOL. 8 N°1 (2024)
Introducción
La úlcera gástrica es una pérdida circunscri-
ta de tejidos que alcanza la mucosa, submu-
cosa y muscular; se produce en áreas más
lábiles en el estómago expuestas a la acción
del jugo gástrico. El primer reporte conocido
de una úlcera gástrica perforada fue docu-
mentado en el año 167 a.C. El primer caso
exitoso de reparación de úlcera gástrica per-
forada corresponde a Taylor J.W. reportado
en 1886. Hasta principios del siglo XX, la
enfermedad ácido péptica era considerada
como una enfermedad asociada con hábitos
alimentarios y estrés, y el tratamiento consis-
tía en reposo y dieta libre de irritantes; así
como el tratamiento de sus complicaciones
mediante procedimientos quirúrgicos de es-
casa o nula eficacia (1).
Un dolor localizado en el cuadrante inferior
derecho es una consulta habitual en el ser-
vicio de urgencias, siendo la apendicitis una
de las etiologías más comunes. Sin embar-
go, del 20 al 33% se presenta de manera
atípica, por lo que es un verdadero desafío
diagnóstico. Una de sus causas es la úlcera
péptica perforada, una seria complicación
con un elevado porcentaje de mortalidad.
Esta complicación, asociada un dolor en el
cuadrante inferior derecho y simulando una
apendicitis aguda, constituyen el síndrome
Valentino. Este síndrome recibe su epónimo
debido a la muerte del famoso actor esta-
dounidense Rudolph Valentino, quien, al ser
inicialmente diagnosticado por una apendi-
citis aguda, se le realizó una apendicetomía
sin mejorar su pronóstico, desarrollando una
peritonitis y falla orgánica múltiple llevándolo
hasta su muerte. Revelándose en la autopsia
una úlcera gástrica perforada (2).
Esta enfermedad ha sido tratada en la litera-
tura médica internacional desde hace más
de cien años y es considerada como una
de las afecciones gastrointestinales que
más ha afectado a la población mundial,
específicamente cuando se trata de una de
sus complicaciones: la úlcera péptica per-
forada. La úlcera péptica perforada se re-
VÁSQUEZ MENDOZA, M. M., CARBO VÉLEZ, M. ÁNGEL, ROMÁN MEDINA, V. E., PINCAY CEDEÑO, J. G., & VILLA-
MAR ANCHUNDIA, G. P.
porta como una entidad relativamente rara,
sin embargo, por los riesgos de muerte que
una perforación puede traer para el pacien-
te, el tratamiento quirúrgico inmediato es
imprescindible. El tratamiento de la úlcera
péptica es médico cuando ésta se encuen-
tra en una etapa precoz e incluye tres tipos
básicos: psicoterapéutico, higiénico-die-
tético y medicamentoso. Por otra parte, el
tratamiento es quirúrgico cuando se está en
presencia de una úlcera péptica perforada
y es realizado por los especialistas en ciru-
gía general. Para el tratamiento quirúrgico
de la úlcera péptica perforada se deben te-
ner en cuenta dos aspectos fundamentales:
las condiciones generales del paciente y el
grado de contaminación de la cavidad ab-
dominal (3).
La prevalencia de úlcera péptica en la po-
blación mundial es de 10%, con una inci-
dencia anual de 0.3% y la frecuencia de úl-
cera duodenal es más elevada (11%) que
la de úlcera gástrica (1.2%). En Estados
Unidos se observan 500000 casos nuevos
y cuatro millones de recurrencias anuales.
Los principales factores de riesgo asocia-
dos a la de úlcera péptica son la ingesta
de antiinflamatorios no esteroideos, la edad
mayor de 65 años, el tabaquismo, el uso
combinado de AINE's y la colonización por
Helicobacter pylori en la mucosa gástrica.
Actualmente el Helicobacter pylori es la
causa más frecuente de úlcera péptica y la
mayoría de los pacientes pueden desarro-
llar recurrencia ulcerosa meses o años des-
pués de su cicatrización; la erradicación del
Helicobacter pylori disminuye la recidiva de
úlcera gástrica o úlcera duodenal (4).
Metodología
Para llevar a cabo la presente revisión biblio-
gráfica sobre el manejo integral de la úlcera
péptica perforada, se realizó una búsque-
da exhaustiva en bases de datos médicas
como PubMed, Scopus y Cochrane Library.
Se incluyeron estudios publicados entre
2000 y 2023 que abordaran la colaboración
interdisciplinaria entre gastroenterología,