DOI: 10.26820/recimundo/8.(2).abril.2024.171-184
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/2261
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 171-184
Manejo del dengue en pediatría. Implicaciones para la salud
pública y estrategias de control
Management of dengue in pediatrics. Public health implications and
control strategies
Gestão do dengue em pediatria. Implicações para a saúde pública e
estratégias de controlo
Wilmer Patricio Morillo Revelo
1
; Pablo Isaías Lazo Pillaga
2
; María Mercedes Villafuerte Moposita
3
;
María Fernanda Bedoya de Loor
4
RECIBIDO: 30/04/2024 ACEPTADO: 11/05/2024 PUBLICADO: 15/07/2024
1. Magíster en Enfermería con Mención Cuidados Críticos; Licenciado en Enfermería; Universidad Metropolitana del Ecua-
dor; Quito, Ecuador; wmorillopr@outlook.com; https://orcid.org/0009-0004-7958-4615
2. Magíster en Gestión del Cuidado Mención en Unidades de Emergencias y Unidades de Cuidados Intensivos; Espe-
cialista en Enfermería en Medicina Crítica;Licenciado en Enfermería;Universidad Metropolitana del Ecuador; Quito,
Ecuador; pablos_77@hotmail.com; https://orcid.org/0000-0001-5466-4206
3. Magíster en Gerencia Hospitalaria y Administración de Hospitales; Licenciada en Enfermería;Universidad Metropoli-
tana del Ecuador; Quito, Ecuador; mercedes.villafuerte@yahoo.es; https://orcid.org/0009-0006-3439-6367
4. Magíster en Seguridad y Salud Ocupacional; Máster Universitario en Gestión de la Seguridad Clínica del Paciente y
Calidad de la Atención Sanitaria; Médica Cirujana; Coordinación Zonal 9 de Salud-Ministerio de Salud Pública; Quito,
Ecuador; nandi.cielo.ater@gmail.com; https://orcid.org/0009-0005-9862-7286
CORRESPONDENCIA
Wilmer Patricio Morillo Revelo
wmorillopr@outlook.com
Quito, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
Introducción: El dengue, una infección viral transmitida por mosquitos, presenta un desafío significativo en la pediatría debido a la
gravedad potencial de la enfermedad en niños. Tiene cuatro serotipos. La enfermedad puede variar desde formas leves hasta severas,
como el dengue hemorrágico y el síndrome de choque por dengue. Los niños son especialmente vulnerables a formas graves debido a
su menor capacidad de compensación hemodinámica. Este artículo revisa el manejo del dengue en pediatría, considerando su impacto
en la salud pública y las estrategias de control. Metodología: Se realizó una revisión exhaustiva de la literatura y los protocolos clínicos
para el manejo del dengue en niños, incluyendo estudios recientes y directrices de organismos internacionales. La investigación se
centró en las fases clínicas del dengue, la aplicación de protocolos diagnósticos y las estrategias de tratamiento. Resultados: La fiebre
alta, el dolor abdominal y la presencia de signos de alarma son críticos para el diagnóstico y manejo. La identificación temprana de es-
tos signos permite una intervención rápida, crucial para prevenir complicaciones graves como el choque hipovolémico. Los protocolos
revisados enfatizan la importancia de la rehidratación intravenosa con soluciones cristaloides. Se identificaron diferencias significativas
en la presentación y manejo del dengue entre niños y adultos. Conclusiones: El manejo efectivo del dengue pediátrico requiere un
enfoque multidisciplinario que incluya diagnóstico preciso, capacitación del personal y estrategias de control integradas. Las medidas
preventivas, como el uso de repelentes y mosquiteros, junto con una vigilancia epidemiológica continua, son esenciales para controlar
la propagación del dengue. La formación continua del personal de salud y la participación comunitaria son cruciales para mejorar los
resultados clínicos y reducir la mortalidad.
Palabras clave: Dengue, Pediatría, Virus, Aedes Aegypti, Fiebre.
ABSTRACT
Introduction: Dengue, a mosquito-borne viral infection, poses a significant challenge in pediatrics due to the potential severity of the di-
sease in children. There are four serotypes of the virus. The disease can range from mild forms to severe manifestations, such as dengue
hemorrhagic fever and dengue shock syndrome. Children are especially vulnerable to severe forms due to their lower hemodynamic com-
pensation capacity. This article reviews the management of dengue in pediatrics, considering its impact on public health and control stra-
tegies. Methodology: A thorough review of the literature and clinical protocols for managing dengue in children was conducted, including
recent studies and guidelines from international organizations. The research focused on the clinical phases of dengue, the application
of diagnostic protocols, and treatment strategies. Results: High fever, abdominal pain, and the presence of warning signs are critical for
diagnosis and management. Early identification of these signs allows for prompt intervention, crucial for preventing severe complications
such as hypovolemic shock. The reviewed protocols emphasize the importance of intravenous rehydration with crystalloids. Significant
differences in the presentation and management of dengue between children and adults were identified. Conclusions: Effective mana-
gement of pediatric dengue requires a multidisciplinary approach that includes accurate diagnosis, staff training, and integrated control
strategies. Preventive measures, such as the use of repellents and mosquito nets, along with continuous epidemiological surveillance, are
essential for controlling the spread of dengue. Ongoing health staff training and community involvement are crucial for improving clinical
outcomes and reducing mortality.
Keywords: Dengue, Pediatrics, Virus, Aedes Aegypti, Fever.
RESUMO
Introdução: A dengue, uma infeção viral transmitida por mosquitos, representa um desafio significativo em pediatria devido à potencial
gravidade da doença em crianças. Existem quatro serotipos do vírus. A doença pode variar de formas leves a manifestações graves,
como a febre hemorrágica da dengue e a síndrome do choque da dengue. As crianças são especialmente vulneráveis às formas graves
devido à sua menor capacidade de compensação hemodinâmica. Este artigo revisa o manejo da dengue em pediatria, considerando
seu impacto na saúde pública e nas estratégias de controle. Metodologia: Foi realizada uma revisão minuciosa da literatura e de proto-
colos clínicos para o manejo da dengue em crianças, incluindo estudos recentes e diretrizes de organizações internacionais. A pesquisa
enfocou as fases clínicas da dengue, a aplicação de protocolos diagnósticos e as estratégias de tratamento. Resultados: A febre alta,
a dor abdominal e a presença de sinais de alerta são fundamentais para o diagnóstico e o tratamento. A identificação precoce destes
sinais permite uma intervenção rápida, crucial para prevenir complicações graves como o choque hipovolémico. Os protocolos revistos
enfatizam a importância da reidratação intravenosa com cristalóides. Foram identificadas diferenças significativas na apresentação e
no tratamento da dengue entre crianças e adultos. Conclusões: A gestão eficaz da dengue pediátrica requer uma abordagem multidis-
ciplinar que inclua um diagnóstico preciso, formação do pessoal e estratégias de controlo integradas. As medidas preventivas, como
a utilização de repelentes e redes mosquiteiras, juntamente com a vigilância epidemiológica contínua, são essenciais para controlar a
propagação da dengue. A formação contínua do pessoal de saúde e o envolvimento da comunidade são cruciais para melhorar os re-
sultados clínicos e reduzir a mortalidade.
Palavras-chave: Dengue, Pediatria, Vírus, Aedes Aegypti, Febre.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Introducción
El dengue es una enfermedad viral transmi-
tida por mosquitos que afecta a millones de
personas en todo el mundo, especialmente
en regiones tropicales y subtropicales. Se-
gún la Organización Mundial de la Salud
(OMS), se estima que cada año se producen
alrededor de 390 millones de infecciones
por dengue, de las cuales aproximadamen-
te 96 millones se manifiestan clínicamente,
en al menos 128 países del sudeste asiáti-
co, el Pacífico occidental, África, el Medio
Oriente y las Américas (1).
Esta enfermedad representa una carga sig-
nificativa para los sistemas de salud pública,
no solo debido a su alta incidencia sino tam-
bién por la gravedad de sus complicaciones,
particularmente en la población pediátrica.
El dengue es una enfermedad febril que
afecta a lactantes, niños y adultos. La infec-
ción puede ser asintomática, o cursar con
síntomas que van desde una fiebre mode-
rada a una fiebre alta incapacitante, con
dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los
ojos, dolor muscular y en las articulaciones,
y sarpullidos. La enfermedad puede evo-
lucionar a un dengue grave, caracterizado
por choque, dificultad para respirar, sangra-
do grave y/o complicaciones graves de los
órganos.
En niños, el dengue puede presentarse de
forma más severa que en adultos, con un
mayor riesgo de desarrollar dengue grave,
incluyendo el síndrome de choque por den-
gue y la enfermedad hemorrágica del den-
gue. Estas complicaciones pueden llevar a
hospitalizaciones prolongadas, aumento en
los costos de atención médica y, en casos
extremos, a la mortalidad. Por tanto, el mane-
jo adecuado del dengue en pacientes pediá-
tricos es crucial para reducir la morbilidad y
mortalidad asociada a esta enfermedad.
La incidencia del dengue se ha incremen-
tado en la región de las Américas en las úl-
timas tres décadas. Cerca de 500 millones
de personas en las Américas están actual-
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
mente en riesgo de contraer dengue. Los
4 serotipos de dengue (DENV-1, DENV-2,
DENV-3 y DENV-4) circulan a lo largo de las
Américas y en algunos casos circulan si-
multáneamente. El mosquito Aedes aegypti,
el principal vector del dengue, está amplia-
mente distribuido en esta región (2).
En algunas regiones del mundo, el dengue
se ha convertido en una importante causa
de morbilidad para la población infantil. En
Asia, la enfermedad se encuentra entre las
10 principales causas de hospitalización y
muerte. La prevalencia de la enfermedad
en la niñez es diferente según el grupo eta-
rio; así, por ejemplo, en el sudeste asiático
la incidencia de la enfermedad fue de 0,5
por cada mil niños entre los tres y ocho me-
ses de vida.(3)
El control del dengue en la población infantil
no solo involucra la administración de trata-
mientos efectivos y el manejo de síntomas,
sino también la implementación de estrate-
gias de salud pública para prevenir la trans-
misión del virus. Estas estrategias incluyen
campañas de eliminación de criaderos de
mosquitos, educación comunitaria, y, más
recientemente, la introducción de vacunas
contra el dengue.
El propósito de esta revisión bibliográfica es
analizar las prácticas actuales y emergentes
en el manejo del dengue en pediatría, eva-
luar sus implicaciones para la salud pública
y discutir las estrategias de control más efec-
tivas. A través de una revisión detallada de la
literatura existente, se pretende proporcionar
una visión integral de los desafíos y avances
en el tratamiento y prevención del dengue
en niños, destacando la importancia de un
enfoque multidisciplinario y coordinado en la
lucha contra esta enfermedad.
Metodología
La presente revisión bibliográfica se ha rea-
lizado con el objetivo de analizar el manejo
del dengue en pediatría, sus implicaciones
para la salud pública y las estrategias de
control pertinentes. Se adoptó un enfoque
174
RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
sistemático y estructurado para asegurar la
exhaustividad y la relevancia de la informa-
ción recopilada.
Se realizaron búsquedas exhaustivas en
bases de datos científicas reconocidas
como PubMed, Scopus, Web of Science, y
Google Scholar. Las palabras clave utiliza-
das incluyeron "dengue en pediatría", "ma-
nejo del dengue", "salud pública y dengue",
y "estrategias de control del dengue".
Se incluyeron informes técnicos, documen-
tos de organizaciones internacionales de
salud (como la Organización Mundial de la
Salud y la Organización Panamericana de
la Salud), y guías clínicas no publicadas en
revistas científicas. Se revisaron las listas
de referencias de artículos relevantes para
identificar estudios adicionales que pudie-
ran ser incluidos.
1. Criterios de inclusión:
Artículos publicados en los últimos
10 años.
Estudios que aborden el manejo clíni-
co del dengue en niños.
Investigaciones que discutan las im-
plicaciones del dengue para la salud
pública.
Publicaciones que propongan o eva-
lúen estrategias de control del dengue.
2. Criterios de exclusión:
Estudios que no especifican la po-
blación pediátrica.
Artículos no disponibles en inglés o
español.
Investigaciones duplicadas o revisio-
nes secundarias sin nuevos aportes
significativos.
Se realizó una búsqueda preliminar para
identificar artículos potencialmente relevan-
tes. Se evaluaron los títulos y resúmenes de
los estudios encontrados para determinar
su pertinencia. Los artículos que cumplieron
con los criterios de inclusión fueron leídos en
su totalidad para extraer información rele-
vante y se aplicaron criterios de calidad me-
todológica para asegurar la validez y confia-
bilidad de los estudios seleccionados.
La información recopilada se organizó te-
máticamente, abarcando:
1. Epidemiología del dengue en pediatría.
2. Manejo clínico del dengue en niños.
3. Implicaciones del dengue para la salud
pública.
4. Estrategias de control y prevención del
dengue.
Los datos fueron sintetizados y presentados
de manera descriptiva, destacando hallaz-
gos clave y tendencias emergentes. Se dis-
cutieron las limitaciones de los estudios re-
visados y se identificaron áreas para futuras
investigaciones. Esta metodología permitió
una comprensión integral del manejo del
dengue en pediatría, proporcionando una
base sólida para recomendaciones prácti-
cas y políticas de salud pública.
Resultados
El dengue es una infección viral sistémica
transmitida por mosquitos, específicamente
por el Aedes aegypti y en algunos casos por
otras especies como Aedes albopictus. El vi-
rus del dengue (DEN) es un pequeño virus de
ARN monocatenario que pertenece al géne-
ro Flavivirus de la familia Flaviviridae. Existen
cuatro serotipos diferentes del virus (DEN-1,
DEN-2, DEN-3 y DEN-4), los cuales están
estrechamente relacionados. Cada serotipo
confiere inmunidad permanente específica
contra sí mismo y una inmunidad cruzada de
corto plazo contra los otros tres serotipos, que
puede durar algunos meses (4).
La transmisión del dengue ocurre principal-
mente a través de la picadura de mosquitos
infectados del género Aedes. Los mosqui-
tos adquieren el virus al picar a una perso-
na infectada y luego lo transmiten a otras
personas durante sus futuras picaduras. El
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.
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mosquito Aedes aegypti, el principal vec-
tor, es raro por encima de los 1,000 metros
sobre el nivel del mar debido a las bajas
temperaturas. Sus etapas inmaduras se
encuentran en hábitats con agua, principal-
mente en recipientes artificiales cercanos a
viviendas humanas (4).
Factores de riesgo individuales determinan
la gravedad de la enfermedad, incluyendo
infecciones secundarias, edad, raza y enfer-
medades crónicas como el asma bronquial,
anemia de células falciformes y diabetes me-
llitus. Los niños pequeños, en particular, es-
tán en mayor riesgo de choque por dengue
debido a su menor capacidad para compen-
sar la extravasación de plasma capilar (4).
La detección del antígeno NS1 y la viremia
son esenciales para el diagnóstico, espe-
cialmente durante la fase aguda de la enfer-
medad. Altos niveles de estos marcadores
están asociados con presentaciones clíni-
cas más graves. La transmisión del dengue
también puede ocurrir durante el embarazo
y a través de transfusiones sanguíneas (4)
Durante el embarazo, el dengue se ha rela-
cionado con el parto prematuro y el bajo peso
al nacer, especialmente cuando la enferme-
dad es sintomática o grave en la madre. En
la etapa neonatal, el dengue ha sido poco
estudiado, con pocos casos reportados y
series pequeñas, tanto por transmisión ver-
tical confirmada o probable como por trans-
misión vectorial. Se desconoce la fisiopatolo-
gía de la enfermedad en los recién nacidos
y si esta es más grave que en los adultos. En
áreas endémicas y en situaciones de epide-
mia, siempre debe considerarse el dengue
en neonatos. Además, es necesario desarro-
llar modelos de actuación y guías de prácti-
ca clínica para este grupo de pacientes (3).
Fisiopatología del Dengue
Fiebre del dengue o dengue clásico
Las manifestaciones más comunes del virus
del dengue son la infección asintomática y la
fiebre indiferenciada, representando el 50%-
80% de los casos. La enfermedad tiene un
período de incubación de dos a siete días y
se caracteriza por el inicio repentino de fie-
bre alta, escalofríos, y mialgias intensas, lo
que lleva al apodo de "fiebre quebrantahue-
sos". Los pacientes pueden experimentar ar-
tralgias sin artritis detectable, anorexia, náu-
seas, vómitos, cefalea intensa acompañada
de fotofobia y dolor retroorbitario (5).
Los signos físicos son mínimos y suelen li-
mitarse a la inyección conjuntival y el dolor
a la palpación de los músculos o del epi-
gastrio. Los síntomas suelen durar de dos
a cinco días, con una evolución bifásica en
algunos casos. La enfermedad varía desde
formas subclínicas hasta aquellas que cau-
san incapacidad transitoria. Otros hallazgos
menos comunes incluyen un exantema ma-
culopapuloso y epistaxis, que no necesa-
riamente indican una diátesis hemorrágica.
En raros casos, se ha reportado meningitis
aséptica. Aunque algunos pacientes pue-
den presentar faringitis o signos radiológi-
cos de infiltrados pulmonares, estos virus no
son patógenos respiratorios importantes. El
diagnóstico diferencial incluye leptospirosis
anictérica, rickettsiosis y los primeros esta-
dios de otros síndromes febriles en general.
La enfermedad generalmente termina con
una recuperación completa, aunque se han
descrito casos de astenia y otros síntomas
inespecíficos persistentes (5).
Dengue hemorrágico
Este tipo se presenta con fiebre del dengue
y una tendencia hemorrágica, evidenciada
por cualquiera de los siguientes: a) prue-
ba de torniquete positiva, b) petequias, c)
equimosis, d) sangrados en las mucosas, e)
hematemesis o melena, f) trombocitopenia
igual o menor a 100,000 unidades por micro-
litro, y g) evidencia de escape de plasma de-
bido al aumento de la permeabilidad capilar,
identificado por estudios laboratoriales o de
imagen (derrame pleural o ascitis)(5).
El dengue hemorrágico es la manifestación
más severa de la infección por el flavivirus
del dengue, donde las células del sistema
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
mononuclear fagocítico y las células dendrí-
ticas son las principales células blanco. Las
células de Langerhans en la piel son per-
misivas a la infección y probablemente las
primeras en ser infectadas tras la picadura
del mosquito (5).
Los principales mecanismos fisiopatoló-
gicos del dengue hemorrágico incluyen la
formación de anticuerpos antivíricos no pro-
tectores, inducidos por la invasión previa de
un serotipo heterólogo del virus del dengue.
Estos anticuerpos se unen a la superficie
del virión y, mediante la interacción con el
receptor Fc, dirigen los virus del dengue
hacia las células blanco, resultando en una
infección potenciada (5).
Fases de la enfermedad
Fase febril: Los pacientes desarrollan fie-
bre alta y repentina que dura de 2 a 7 días,
acompañada de enrojecimiento facial, erite-
ma, dolor generalizado, mialgias, artralgias,
cefalea y dolor retroocular. Pueden presen-
tarse manifestaciones hemorrágicas meno-
res como petequias y equimosis. Los pa-
cientes que mejoran después de la fiebre se
consideran casos de dengue sin signos de
alarma. La fiebre alta puede asociarse con
deshidratación y, en niños pequeños, con
trastornos neurológicos y convulsiones (5).
Fase crítica: Se manifiesta cerca de la desa-
parición de la fiebre, cuando la temperatura
desciende a 37.5°C o menos y se mantie-
ne así durante los primeros 3 a 7 días de
la enfermedad. Puede aumentar la per-
meabilidad capilar, marcando el inicio de la
fase crítica. Los pacientes que empeoran
con la caída de la fiebre y presentan sig-
nos de alarma son considerados casos de
dengue con signos de alarma. Problemas
como choque por extravasación de plasma,
hemorragias graves y compromiso serio de
órganos pueden presentarse (5).
Fase de recuperación: Si el paciente sobre-
vive a la fase crítica, pasa a la fase de re-
cuperación, con mejoría del estado general,
recuperación del apetito, estabilización del
estado hemodinámico y aumento de la diu-
resis. Complicaciones en esta fase pueden
incluir hipervolemia si la terapia intravenosa
ha sido excesiva. En niños, la bradicardia
puede ser una complicación, aunque gene-
ralmente se resuelve espontáneamente (5).
La gravedad de la enfermedad depende de
la carga viral y la magnitud de las sustancias
reactivas de la fase aguda, lo que da lugar
a una gama de cuadros clínicos desde in-
fecciones inaparentes hasta formas severas
como el dengue hemorrágico y el síndrome
de choque por dengue. En resumen, la in-
fección por dengue puede ser asintomática
o causar una enfermedad de variada inten-
sidad, con la fase crítica siendo crucial para
determinar la evolución del paciente (5).
Etapas Clínicas de la Enfermedad en Niños
y Adultos
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
reconoce tres fases del curso clínico de la
infección: la fase febril, la fase crítica y la
fase de recuperación. A continuación se
describen estas fases y se destacan las di-
ferencias entre la presentación de la enfer-
medad en niños y adultos.
1. Fase Febril
Duración: Primeros 3 a 4 días.
Síntomas Comunes:
Fiebre alta de inicio súbito.
Cefalea (con o sin dolor retroocular).
Mialgias.
Artralgias.
Emesis.
Malestar general.
Erupción maculopapular o petequial.
Diferencias en Niños:
Aunque los niños presentan fiebre alta,
generalmente son menos sintomáticos
que los adultos.
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Los niños suelen tener manifestaciones he-
morrágicas menores como petequias o san-
grado de mucosas.
Diferencias en Adultos:
Los adultos tienden a experimentar sín-
tomas más pronunciados como cefalea
severa, mialgias intensas y malestar ge-
neral significativo.
2. Fase Crítica
Duración: 2 a 3 días, generalmente cerca
de la desaparición de la fiebre.
Manifestaciones Clínicas:
Leucopenia progresiva.
Disminución en el recuento de plaquetas.
Manifestaciones hemorrágicas.
Derrames pleurales.
Ascitis.
Hipoproteinemia.
Diferencias en Niños:
El choque ocurre con mayor frecuencia
y gravedad en niños que en adultos.
En los niños, los sangrados clínicamente
significativos suelen asociarse solo con
choques profundos y prolongados.
Diferencias en Adultos:
Aunque pueden presentar choque, este
es menos frecuente y menos severo
comparado con los niños.
Las manifestaciones hemorrágicas en
adultos pueden ser más evidentes y se-
veras.
3. Fase de Recuperación
Duración: Últimos 2 a 5 días de la enferme-
dad.
Síntomas Comunes:
Reabsorción del líquido extravascular.
Recuperación del estado hemodinámico.
Diuresis.
Diferencias en Niños:
Durante esta fase, los niños muestran
una mejoría clínica que coincide con la
reabsorción de líquidos y la normaliza-
ción del recuento de plaquetas.
Las complicaciones como la encefalo-
patía, miocardiopatía y hepatopatía son
más comunes en la población pediátri-
ca, especialmente en edad escolar.
Diferencias en Adultos:
En adultos, la recuperación también in-
cluye la normalización de los paráme-
tros hemodinámicos y hematológicos.
Las complicaciones como la insuficiencia
renal aguda, pancreatitis y coagulación
intravascular diseminada son menos fre-
cuentes en comparación con los niños.
Consideraciones Adicionales
En Niños:
Necesitan un mayor volumen de líqui-
dos desde las primeras etapas de la
enfermedad.
El curso de la enfermedad puede ser
más impredecible, con un mayor riesgo
de progresión a choque prolongado que
puede llevar a hipoperfusión de órganos
y disfunción progresiva.
En Adultos:
Aunque el manejo de líquidos es crucial,
la necesidad de volumen adicional no es
tan marcada como en los niños.
Las complicaciones graves son menos
comunes, pero cuando ocurren, pueden
incluir hemorragias masivas y fallo múlti-
ple de órganos.
Mientras que las fases de la enfermedad
son similares en niños y adultos, las dife-
rencias clave radican en la severidad de los
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
síntomas, la frecuencia y gravedad del cho-
que, y las complicaciones asociadas. Los
niños suelen presentar un curso más severo
y requieren una atención más intensiva du-
rante la fase crítica.(6)
Tabla 1. Problemas clínicos en las fases del dengue
Fuente: Tomado de Protocolo de actuación para el correcto diagnóstico y tratamiento
del dengue en Pediatría (7)
Fase
Problemas clínicos
Febril
Deshidratación; la fiebre alta puede asociarse a trastornos neurológicos y
convulsiones en los niños pequeños.
Crítica
Choque por la extravasación de plasma; hemorragias graves, compromiso
serio de órganos.
Recuperación
Hipervolemia (si la terapia intravenosa de fluidos ha sido excesiva).
Utilidad y aplicación de los protocolos diag-
nósticos de dengue, especialmente en ni-
ños, para su manejo adecuado:
La nueva clasificación de dengue es útil y
factible, ya que abarca todos los tipos de
gravedad y no excluye a ningún paciente
con afectación importante de órganos. Su
aplicación permite una clasificación ade-
cuada de los pacientes graves y evita que
sean considerados como casos de dengue
no clasificados o de forma inadecuada, lo
que podría afectar negativamente su ma-
nejo. La aplicación debe estar precedida
por la capacitación del personal de salud.
Esta capacitación es crucial para asegurar
un diagnóstico y manejo adecuados, espe-
cialmente en la identificación temprana de
signos de alarma y el manejo de pacientes
en riesgo (8).
Los signos de alarma no son previsibles y
requieren vigilancia constante para ser de-
tectados a tiempo, especialmente al final de
la fase febril y durante la defervescencia.
La identificación temprana de estos signos
es esencial para prevenir el agravamiento
de la enfermedad. La identificación tem-
prana de signos de alarma, como el dolor
abdominal y los vómitos, puede indicar el
comienzo de un deterioro clínico. El trata-
miento precoz con líquidos intravenosos ha
demostrado ser efectivo para estabilizar a
los pacientes y prevenir el choque. La ad-
ministración de líquidos al inicio de la fase
crítica puede evitar la progresión a estados
graves. El reemplazo de líquidos es el pi-
lar del tratamiento del dengue. Aunque ha
habido discrepancias sobre el uso de so-
luciones cristaloides versus coloides, se ha
demostrado que las soluciones cristaloides
ofrecen ventajas con menos riesgos. La do-
sis recomendada es de 10 mL/kg de peso
en 1 hora, pudiendo repetirse según la con-
dición del paciente (8).
La capacidad para reconocer los signos
de alarma, de acuerdo con la clasificación
revisada y recomendada por la OMS, es
esencial para diagnosticar dengue grave y
tomar decisiones adecuadas en la atención
primaria y en centros hospitalarios. Esta he-
rramienta contribuye significativamente al
diagnóstico y manejo de la gravedad del
dengue(8).
El reconocimiento temprano de los signos
de dengue grave y el tratamiento de sostén
temprano son fundamentales para la reduc-
ción de la mortalidad. La capacitación del
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
personal de salud en la identificación de es-
tos signos y en la administración inmediata
de fluidos puede tener un impacto significa-
tivo en el curso y pronóstico de los pacien-
tes, especialmente en aquellos con choque.
Los signos de alarma recomendados por
organismos internacionales tienen especial
importancia en la atención de niños y ado-
lescentes hospitalizados. Su identificación
y tratamiento temprano han demostrado ser
efectivos en la prevención del agravamiento
de la enfermedad y en la mejora del estado
clínico en casos graves tratados a tiempo (8).
Diagnóstico
El dengue es una enfermedad que se diag-
nostica principalmente a través de la eva-
luación.
Métodos Directos
Para el diagnóstico directo, se utilizan prue-
bas disponibles solo en los primeros cinco
días después del inicio de los síntomas. Sin
embargo, en nuestro contexto actual, estos
métodos aún no están disponibles (7).
Métodos Indirectos
A partir del sexto día desde el inicio de los
síntomas, se pueden utilizar métodos indi-
rectos disponibles en nuestro entorno. Para
estos, se requiere una muestra de suero
para determinar la presencia de anticuer-
pos IgM contra el dengue mediante el ensa-
yo Umelisa dengue IgM plus. La extracción
de sangre debe hacerse el sexto día des-
de el comienzo de los síntomas, utilizando
como referencia habitual la fecha de inicio
de la fiebre, que es el síntoma más común y
la base del sistema de vigilancia (7).
Valoración Inicial Pediátrica de Urgencia en
Pacientes con Sospecha de Dengue
La valoración inicial se realizará en cualquie-
ra de los escenarios hospitalarios descritos.
Según la Guía de valoración pediátrica de
urgencias en Cuba, el primer paso es una
evaluación general. Esta evaluación inicial,
también conocida como valoración observa-
cional, se lleva a cabo mediante el método
eficiente y estructurado denominado Trián-
gulo de Evaluación Pediátrica (TEP) (7).
El TEP está compuesto por tres componen-
tes: la apariencia del paciente, el trabajo
respiratorio y la circulación cutánea. Aun-
que el TEP no proporciona un diagnóstico
específico, sí permite valorar el estado fi-
siológico del paciente y sus necesidades
urgentes para mantener una homeostasis
adecuada. Si se observa afectación en uno
o más de estos componentes del triángulo,
se considera que el paciente está en una
condición fisiológica inestable (7).
Tabla 2. Integración del triángulo de evaluación pediátrica: impresión general, estado
fisiológico
Aspecto
general
Trabajo
respiratorio
Circulación
Estado fisiológico
Causas
N
N
N
Estable
A
N
N
Inestable, disfunción
del SNC, trastorno
general
TCE, ictus
pediátrico,
hipoglucemia,
intoxicación
exógena, dengue
N
A
N
Inestable, dificultad
respiratoria
Asma, bronquiolitis,
NAC.
A
A
N
Inestable,
insuficiencia
respiratoria
Asma, IRA bajas
(graves),
traumatismo
pulmonar
N
A
Inestable, shock
compensado
Diarrea, hemorragia
externa, dengue
N
A
Inestable, shock
descompensado
Diarrea grave,
quemaduras, heridas
penetrantes, dengue
A
A
Crítico, insuficiencia
cardiorrespiratoria.
PCR
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Trabajo
respiratorio
Circulación
Estado fisiológico
Causas
N
N
Estable
N
N
Inestable, disfunción
del SNC, trastorno
general
TCE, ictus
pediátrico,
hipoglucemia,
intoxicación
exógena, dengue
A
N
Inestable, dificultad
respiratoria
Asma, bronquiolitis,
NAC.
A
N
Inestable,
insuficiencia
respiratoria
Asma, IRA bajas
(graves),
traumatismo
pulmonar
N
A
Inestable, shock
compensado
Diarrea, hemorragia
externa, dengue
N
A
Inestable, shock
descompensado
Diarrea grave,
quemaduras, heridas
penetrantes, dengue
A
A
Crítico, insuficiencia
cardiorrespiratoria.
PCR
Fuente: Tomado de Protocolo de actuación para el correcto diagnóstico y tratamiento
del dengue en Pediatría (7)
A: alterado, N: normal, TCE: traumatismo craneoencefálico, NAC: neumonía adqui-
rida en la comunidad, IRA: infecciones respiratorias agudas, PCR: parada cardio-
rrespiratoria.
Los estudios sobre dengue en niños mues-
tran que la fiebre es un síntoma común,
aunque a veces no es registrada por los pa-
dres, y que el dolor abdominal es frecuente
en casos graves. La media de edad de los
pacientes en estudios recientes es menor
que en investigaciones anteriores, con una
media de 9 años frente a los 12 años re-
portados antes. La mortalidad en el estudio
actual, del 0,9%, es mayor en comparación
con estudios anteriores, probablemente
debido a que se centró en pacientes hos-
pitalizados y a diferencias en los serotipos
circulantes (9).
El manejo de los pacientes con dengue grave
en el presente estudio, que incluyó un único
esquema de expansión de líquidos, mostró
una buena respuesta clínica. A diferencia de
estudios previos, no se encontró una asocia-
ción significativa entre comorbilidades y el
riesgo de formas graves de dengue. Sin em-
bargo, la escasez de estudios serológicos
debido a limitaciones económicas puede ha-
ber influido en la capacidad para confirmar
el dengue de manera precisa. Esto resalta
la importancia de una vigilancia continua y
de mejorar los recursos disponibles para el
manejo del dengue en niños (9).
Tabla 3. Guía de manejo según la gravedad de la infección
Fuente: Tomado de Miocarditis en la infección viral del dengue en pediatría (6)
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
En el contexto actual de pandemia, tanto el
dengue como la COVID-19 reciben máxima
prioridad en el Sistema Nacional de Salud,
con protocolos específicos para su manejo.
En todos los casos confirmados o sospe-
chosos de COVID-19 los pacientes deben
ser hospitalizados, y realizar un seguimien-
to exhaustivo de los contactos para su estu-
dio y posible aislamiento. Esto permite una
atención temprana y efectiva, además de
controlar la propagación del virus v.
Para los pacientes con sospecha de den-
gue, el manejo se realiza de manera ambu-
latoria en la atención primaria. Se recomien-
da reposo, abundante ingesta de líquidos y
el uso de analgésicos durante el periodo fe-
bril. Los pacientes y sus familiares reciben
educación sobre la vigilancia de signos de
alarma. No existen antivirales específicos
para el dengue, por lo que la rehidratación
intravenosa con soluciones cristaloides es
crucial para prevenir el choque hipovolémi-
co, lo cual ha mejorado significativamente
el pronóstico. No se recomienda el uso de
albumina humana, plasma ni plaquetas, y
se debe vigilar la aparición de signos en el
aparato cardiovascular y el sistema nervio-
so central (10).
El manejo de dengue y COVID-19 exige una
coordinación precisa entre la atención pri-
maria y hospitalaria, con una vigilancia con-
tinua y el uso de tratamientos específicos
según la gravedad y la evolución de cada
enfermedad (10).
Diagnóstico diferencial
Se presenta el diagnóstico diferencial a te-
ner en cuenta siempre ante cada caso sos-
pechoso de Dengue que incluye también a
la COVID-19.
Tabla 4. Diagnóstico diferencial del dengue
Condiciones que simulan la fase febril del Dengue
Síndrome tipo
influenza:
Influenza, sarampión, mononucleosis, seroconversión,
COVID-19.
Enfermedades que
cursan con
exantemas:
Rubeola, sarampión, escarlatina, infección
meningocóccica, alergia a drogas, COVID-19.
Enfermedades
diarreicas agudas:
Rotavirus, otras infecciones entéricas.
Enfermedades con
manifestaciones
neurológicas:
Meningoencefalitis/convulsiones febriles.
Condiciones que simulan la fase crítica del Dengue
Infecciosas:
Gastroenteritis aguda, malaria, leptospirosis, fiebre
tifoidea, hepatitis viral, VIH agudo, sepsis bacteriana,
shock séptico, COVID-19.
Neoplasias:
Leucemias agudas y otras neoplasias
Otras condiciones
clínicas:
Abdomen agudo, apendicitis aguda, colecistitis aguda,
perforación de víscera hueca, cetoacidosis diabética,
acidosis láctica, leucopenia y trombocitopenia y/o
sangrado, trombopatías, falla renal, distrés respiratorio,
lupus sistémico.
Fuente: Tomado de Protocolo de actuación para el correcto diagnóstico y tratamiento
del dengue en Pediatría (7)
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Implicaciones para la Salud Pública y
Estrategias de Control en el Dengue en
Pediatría
El dengue sigue siendo una preocupación
significativa para la salud pública, especial-
mente en poblaciones pediátricas. La ausen-
cia de una vacuna universalmente efectiva y
la coexistencia con la COVID-19 han gene-
rado un desafío adicional para el control y
manejo de la enfermedad. La combinación
de estas enfermedades exige estrategias in-
tegradas para proteger la salud de los niños
y minimizar el impacto en las comunidades.
Implicaciones para la Salud Pública
La falta de vacunas efectivas para el den-
gue y la COVID-19 subraya la necesidad de
enfoques preventivos y de control robustos.
Aunque se han realizado avances en la in-
vestigación de vacunas, como la reciente
prueba de una vacuna tetravalente con-
tra el dengue que ha mostrado resultados
prometedores a largo plazo, aún no existe
una solución definitiva. La administración
de plasma de convalecientes y anticuerpos
monoclonales se ha considerado como una
estrategia temporal para proporcionar pro-
tección inmediata, aunque estos enfoques
tienen limitaciones en términos de disponi-
bilidad y duración de la protección (10).
La coexistencia de dengue con la CO-
VID-19 intensifica la carga sobre los siste-
mas de salud, ya que ambos virus pueden
presentar síntomas similares, complicando
el diagnóstico y manejo. En este contexto,
la atención pediátrica debe ser particular-
mente cuidadosa, dado que los niños pue-
den presentar manifestaciones atípicas y
diferentes patrones de gravedad en com-
paración con los adultos (10).
Estrategias de Control
1. Medidas Preventivas y Educación: La
prevención sigue siendo una prioridad
fundamental. Para el dengue, la utiliza-
ción de mosquiteros, mallas metálicas
en ventanas, y repelentes puede reducir
la exposición a los mosquitos vectores.
La educación de la comunidad sobre la
importancia de estas medidas es crucial
para el control del dengue. En el caso
de la COVID-19, las medidas de aisla-
miento social, cuarentena, higiene de
manos, y uso de mascarillas son esen-
ciales para prevenir la propagación del
virus (2,10).
2. Vigilancia y Diagnóstico: La implemen-
tación de un sistema de vigilancia epi-
demiológica integrado para el dengue,
el chikungunya y el Zika es fundamental.
Este modelo debe incluir vigilancia epi-
demiológica, clínica, laboratorial y ento-
mológica para proporcionar información
estandarizada y oportuna para la toma
de decisiones. La Red de Laboratorios
del Dengue de las Américas (RELDA)
juega un papel importante en el fortale-
cimiento de capacidades técnicas para
el diagnóstico, lo cual es vital para una
respuesta eficaz(2).
3. Capacitación y Protocolos de Aten-
ción: La formación continua del perso-
nal de salud es esencial para manejar
de manera efectiva ambos virus. Los
protocolos de atención deben ser actua-
lizados y adaptados a las circunstancias
actuales, asegurando que el personal
esté capacitado para reconocer signos
de alarma y tomar medidas adecuadas
para el tratamiento. La rehidratación in-
travenosa con soluciones cristaloides si-
gue siendo un pilar en el tratamiento del
dengue, mientras que para la COVID-19,
se están evaluando diversos tratamien-
tos antivirales y biotecnológicos (2,10).
4. Concientización y Participación Co-
munitaria: La participación activa de la
comunidad es vital para el éxito de las
estrategias de control. Las campañas
de sensibilización y educación deben
fomentar la participación activa de los
ciudadanos en la prevención y control de
ambas enfermedades, contribuyendo a
una respuesta colectiva más efectiva.
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.
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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Las estrategias de control deben ser inte-
grales, basadas en la prevención, la vigi-
lancia y la educación, con un enfoque en la
capacitación del personal y la participación
comunitaria para mitigar el impacto en la
salud pública.
Conclusiones
El manejo del dengue en la población pediá-
trica presenta desafíos únicos debido a la
variabilidad en la gravedad de la enferme-
dad y la susceptibilidad específica de los ni-
ños a sus complicaciones más severas. Las
conclusiones derivadas de la investigación
y la práctica clínica destacan varias implica-
ciones cruciales para la salud pública y su-
gieren estrategias de control efectivas.
Los niños, especialmente los menores, están
en un riesgo elevado de desarrollar formas
graves de dengue, como el dengue hemo-
rrágico y el síndrome de choque por dengue.
La capacidad limitada para compensar la
extravasación de plasma capilar en los niños
contribuye a una mayor incidencia de choque
y complicaciones graves. Es esencial una vi-
gilancia rigurosa durante la fase crítica de la
enfermedad para prevenir la progresión a es-
tados graves y mejorar el pronóstico.
La rehidratación intravenosa con soluciones
cristaloides es fundamental en el tratamiento
del dengue. La administración adecuada de
líquidos puede prevenir el choque hipovolé-
mico, mientras que la vigilancia de signos de
alarma y la rápida intervención son claves
para la gestión efectiva de los casos graves.
La falta de una vacuna universalmente efec-
tiva para el dengue y la coexistencia con la
COVID-19 intensifican la carga sobre los
sistemas de salud, haciendo que el manejo
de estas enfermedades sea más complejo.
La combinación de ambas enfermedades
en la población pediátrica requiere enfo-
ques integrados que prioricen la prevención
y el diagnóstico temprano. La coexistencia
de dengue y COVID-19 puede complicar el
diagnóstico diferencial debido a la similitud
de los síntomas. Esto destaca la necesidad
de protocolos de atención actualizados y
una capacitación continua del personal
de salud para garantizar una identificación
precisa y un tratamiento adecuado.
Estrategias de Control
La prevención sigue siendo una prioridad
clave. Para el dengue, es crucial reducir la
exposición a mosquitos mediante el uso de
mosquiteros, repelentes y la eliminación de
criaderos de mosquitos. Para la COVID-19,
las medidas de higiene y el aislamiento so-
cial son esenciales. La educación comuni-
taria es fundamental para aumentar la con-
ciencia y el cumplimiento de estas medidas.
Un sistema de vigilancia epidemiológica in-
tegrado para dengue, chikungunya y Zika
es esencial para una respuesta eficaz. La
Red de Laboratorios del Dengue de las
Américas (RELDA) y otros recursos técni-
cos juegan un papel crucial en la mejora de
capacidades de diagnóstico y vigilancia.
La formación continua del personal de sa-
lud es necesaria para manejar efectivamen-
te ambas enfermedades. Los protocolos
deben ser revisados y actualizados regular-
mente para adaptarse a las circunstancias
cambiantes y asegurar un manejo óptimo
de los pacientes.
La participación activa de la comunidad
en la prevención y control del dengue y la
COVID-19 es vital. Las campañas de sen-
sibilización y educación deben promover
la participación activa y la responsabilidad
compartida en la protección de la salud.
El manejo del dengue en pediatría requiere
un enfoque multifacético que incluya preven-
ción, vigilancia, capacitación y participación
comunitaria. La integración de estrategias
efectivas y la adaptación continua a las cir-
cunstancias cambiantes son esenciales para
reducir el impacto del dengue y mejorar la
salud pública en la población infantil.
MANEJO DEL DENGUE EN PEDIATRÍA. IMPLICACIONES PARA LA SALUD PÚBLICA Y ESTRATEGIAS DE
CONTROL
184
RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
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CITAR ESTE ARTICULO:
Morillo Revelo, W. P., Lazo Pillaga, P. I., Villafuerte Moposita, M. M., & Be-
doya de Loor, M. F. (2024). Manejo del dengue en pediatría. Implicaciones
para la salud pública y estrategias de control. RECIMUNDO, 8(2), 171-184.
https://doi.org/10.26820/recimundo/8.(2).abril.2024.171-184
MORILLO REVELO, W. P., LAZO PILLAGA, P. I., VILLAFUERTE MOPOSITA, M. M., & BEDOYA DE LOOR, M. F.