DOI: 10.26820/recimundo/8.(3).julio.2024.4-13
URL: https://recimundo.com/index.php/es/article/view/2330
EDITORIAL: Saberes del Conocimiento
REVISTA: RECIMUNDO
ISSN: 2588-073X
TIPO DE INVESTIGACIÓN: Artículo de revisión
CÓDIGO UNESCO: 32 Ciencias Médicas
PAGINAS: 4-13
Síndrome metabólico: una mirada a los factores de riesgo y su
abordaje integral
Metabolic syndrome: a look at risk factors and comprehensive management
Síndrome metabólica: um olhar sobre os factores de risco e uma gestão abrangente
Hillary Raquel García Delgado1; José David Vintimilla Martínez2; Carlos Alejandro Vera Jara3;
Walter Eduardo Jiménez Barcia4
RECIBIDO: 10/04/2024 ACEPTADO: 11/05/2024 PUBLICADO: 20/07/2024
1. Médica; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; hillarygarcia_97@hotmail.com; https://orcid.
org/0009-0003-2301-4659
2. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; josevintimilla1999@gmail.com; https://orcid.
org/0009-0001-2043-4223
3. Magíster en Gestión Hospitalaria y Nuevas Tecnologías; Médico; Investigador Independiente; Guayaquil,
Ecuador; carlosverajara97@gmail.com; https://orcid.org/0000-0002-1839-8892
4. Especialista en Medicina Interna; Médico; Docente de la Universidad Estatal de Milagro en la Facultad de Me-
dicina; Milagro, Ecuador; walterjimenezbarcia@gmail.com; https://orcid.org/0009-0003-6897-5031
CORRESPONDENCIA
Hillary Raquel García Delgado
hillarygarcia_97@hotmail.com
Guayaquil, Ecuador
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del Conocimiento, 2024
RESUMEN
El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo que, al presentarse juntos, aumentan significativamente el
riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otras complicaciones crónicas. Para llevar a cabo
esta revisión, se realizó una búsqueda exhaustiva en las bases de datos científicas PubMed, Scopus y Cochrane Library,
utilizando los términos "síndrome metabólico", "factores de riesgo", "abordaje integral" y sus sinónimos en español e inglés.
Se incluyeron estudios originales publicados en revistas indexadas desde el año 2010 hasta la fecha de la búsqueda. Los
datos extraídos fueron analizados de manera cualitativa para identificar temas recurrentes y tendencias en la literatura. La
obesidad abdominal se erige como el principal factor de riesgo, pero otros como la resistencia a la insulina, la dislipidemia
y la hipertensión arterial también juegan un papel crucial. La etiología del síndrome metabólico es multifactorial, involu-
crando tanto factores genéticos como ambientales. El abordaje terapéutico debe ser integral y personalizado, combinan-
do cambios en el estilo de vida, como la adopción de una dieta saludable y la práctica regular de ejercicio físico, con el
uso de fármacos cuando sea necesario.
Palabras clave: Síndrome metabólico, Factores de riesgo, Abordaje integral.
ABSTRACT
Metabolic syndrome is a cluster of risk factors that, when present together, significantly increase the risk of developing
cardiovascular diseases, type 2 diabetes, and other chronic complications. This review conducted a comprehensive sear-
ch of PubMed, Scopus, and Cochrane Library databases using keywords such as "metabolic syndrome," "risk factors,"
"comprehensive management," and their Spanish and English equivalents. Included studies were original articles pub-
lished in indexed journals from 2010 to the present. Extracted data were qualitatively analyzed to identify recurring themes
and trends in the literature. Abdominal obesity emerged as the primary risk factor, but others such as insulin resistance,
dyslipidemia, and hypertension also play a crucial role. The etiology of metabolic syndrome is multifactorial, involving both
genetic and environmental factors. The therapeutic approach should be comprehensive and personalized, combining li-
festyle changes, such as adopting a healthy diet and regular physical activity, with the use of medications when necessary.
Keywords: Metabolic syndrome, Risk factors, Comprehensive management.
RESUMO
A síndrome metabólica é um conjunto de factores de risco que, quando presentes em conjunto, aumentam significativa-
mente o risco de desenvolver doenças cardiovasculares, diabetes tipo 2 e outras complicações crónicas. Esta revisão
realizou uma pesquisa exaustiva nas bases de dados PubMed, Scopus e Cochrane Library utilizando palavras-chave
como “síndrome metabólica”, “factores de risco”, “gestão abrangente” e os seus equivalentes em espanhol e inglês. Os
estudos incluídos foram artigos originais publicados em revistas indexadas de 2010 até o presente. Os dados extraídos
foram analisados qualitativamente para identificar temas e tendências recorrentes na literatura. A obesidade abdominal
emergiu como o principal fator de risco, mas outros, como a resistência à insulina, a dislipidemia e a hipertensão, também
desempenham um papel crucial. A etiologia da síndrome metabólica é multifatorial, envolvendo factores genéticos e am-
bientais. A abordagem terapêutica deve ser abrangente e personalizada, combinando mudanças no estilo de vida, como
a adoção de uma dieta saudável e a prática regular de atividade física, com o uso de medicamentos quando necessário.
Palavras-chave: Síndrome metabólica, Factores de risco, Gestão integral.
6 RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
Introducción
Según Zimmet y colaboradores, la descrip-
ción del síndrome metabólico tuvo lugar
hace más de 80 años, cuando el médico
sueco Kylin definió la asociación entre hi-
pertensión, hiperglucemia y gota. Posterior-
mente, en 1947, Vague publicó un artículo
referente a la asociación entre el fenotipo
de obesidad con la acumulación excesiva
de tejido adiposo en la parte superior del
cuerpo (obesidad de tipo androide) y las al-
teraciones metabólicas de la diabetes tipo
2 y el evento vascular cerebral. Veinte años
después, Avogaro y otros documentaron la
aparición simultánea de obesidad, hiperin-
sulinemia, hipertrigliceridemia e hiperten-
sión arterial. En 1988, Reaven describió la
presencia de un conjunto de alteraciones
metabólicas, cuyo rasgo fisiopatológico
central era la resistencia a la insulina. Deno-
minó ‘síndrome X’ a esta agrupación de in-
tolerancia a la glucosa, hipertensión, hiper-
trigliceridemia y disminución del colesterol
de alta densidad (HDL) (1).
El síndrome metabólico (SM) se define
como la agrupación de múltiples factores
de riesgo cardiovascular de origen metabó-
lico, constituye en la actualidad una situa-
ción clínica muy prevalente. La Federación
Internacional de Diabetes (FID) estima que
un cuarto de la población mundial la pade-
ce (25%), aunque esto varía entre el 10 al
84% de acuerdo con la región (urbana, ru-
ral), composición de la población estudiada
(sexo, edad y etnia) y según la definición de
SM utilizada. Sin embargo, en términos ge-
nerales puede afirmarse que una de cada
tres o cuatro personas mayores de 20 años
cumple criterios para diagnóstico de SM.
La prevalencia aumenta de acuerdo con
la edad, es un poco más frecuente en las
mujeres, en zonas rurales y se ha incremen-
tado en la última década. Este síndrome
puede ser explicado por la participación de
factores como la raza, malnutrición materno
infantil, inadecuados estilos de vida como
malos hábitos alimenticios y el sedentaris-
mo, producto del proceso de urbanización,
GARCÍA DELGADO , H. R. ., VINTIMILLA MARTÍNEZ , J. D. ., VERA JARA, C. A. ., & JIMÉNEZ BARCIA , W. E.
avances tecnológicos e incluso del enveje-
cimiento de la población (2).
En América Latina, “la prevalencia del sín-
drome metabólico ha experimentado un in-
cremento en los últimos años, en especial
en la hipertensión arterial, con tasas que
varían entre el 25% y el 45%” (Ospina et
al., 2011, p.22, citado por Cevallos Diaz &
López Villareal (3)). En este contexto, según
la Organización Mundial de la Salud (2020)
se ha observado que las personas que han
sufrido infartos agudos o accidentes cere-
brovasculares tienen una alta prevalencia
del síndrome metabólico, representando el
75% de estos casos, independientemente
de los criterios utilizados para diagnosticar
la condición (3).
Se dice que los componentes del síndrome
son marcadores de la existencia de anor-
malidades en diversas vías metabólicas re-
guladas por la insulina. El exceso de grasa
intraabdominal, que resulta en una mayor
concentración de ácidos grasos en la circula-
ción portal, causa un aumento en la produc-
ción hepática de lipoproteínas y resistencia
hepática a la insulina. Así, la obesidad abdo-
minal se asocia con un depósito anormal de
lípidos en tejidos como el hígado y el múscu-
lo estriado, lo que explica la menor sensibi-
lidad a la insulina. La alteración en la acción
de la insulina predispone a hiperglucemia, la
cual, a su vez, induce a hiperinsulinemia, y
si la hiperinsulinemia no es de la magnitud
suficiente para corregir la hiperglucemia,
se manifestará la DT2. Las concentraciones
excesivas de insulina podrían incrementar
la reabsorción de sodio en los túbulos rena-
les, lo cual causaría HTA. El incremento en la
producción de lipoproteínas de baja densi-
dad (VLDL) en el hígado conduciría a hiper-
trigliceridemia (y en consecuencia a bajas
concentraciones de C-HDL), lo que también
contribuiría al hiperinsulinismo (4).
Metodología
Para llevar a cabo esta revisión, se realizó
una búsqueda exhaustiva en las bases de
datos científicas PubMed, Scopus y Co-
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RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
SÍNDROME METABÓLICO: UNA MIRADA A LOS FACTORES DE RIESGO Y SU ABORDAJE INTEGRAL
chrane Library, utilizando los términos "sín-
drome metabólico", "factores de riesgo",
"abordaje integral" y sus sinónimos en espa-
ñol e inglés. Se incluyeron estudios origina-
les publicados en revistas indexadas desde
el año 2010 hasta la fecha de la búsqueda.
Los datos extraídos fueron analizados de
manera cualitativa para identificar temas re-
currentes y tendencias en la literatura.
Resultados
Enfermedades metabólicas
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador
(2011, pág. 11, citado por Yautibug Otalag
(5) considera que, dentro de este grupo de
enfermedades, se incluyen:
Enfermedades cardiovasculares (infarto
al miocardio, hipertensión arterial).
Hipertensión arterial: La hiperten-
sión arterial es una afección altamen-
te prevalente a nivel global, siendo
uno de los principales factores de
riesgo para desarrollar complica-
ciones cardiovasculares. Se estima
que aproximadamente uno de cada
tres adultos podría verse afectado
por esta enfermedad. Según datos
del Instituto Nacional de Estadística
y Censos (INEC), la hipertensión se
sitúa como la quinta causa de mor-
talidad en Ecuador y figura entre las
cinco principales causas de disca-
pacidad a nivel mundial. La hiper-
tensión arterial se caracteriza por
ser una condición asintomática en su
fase temprana, lo que la convierte en
una enfermedad "silenciosa". La ma-
yoría de los síntomas se manifiestan
cuando ya han surgido posibles com-
plicaciones en diversos órganos; se
estima que a nivel mundial al menos
el 46% de los adultos con hiperten-
sión desconoce que padecen esta
enfermedad, lo que puede resultar
en un retraso en el diagnóstico y un
aumento significativo en el riesgo de
sufrir complicaciones (5).
Diabetes: Según la Federación inter-
nacional de la diabetes en el año 2019,
esta enfermedad no solo afecta la salud
individual, sino que también ejerce un
impacto significativo en la sociedad, ya
que las complicaciones de la diabetes,
que incluyen: enfermedades cardiovas-
culares, enfermedad renal crónica, neu-
ropatía, retinopatía, entre otras, repre-
sentan una carga económica sustancial
en términos de costos de atención médi-
ca y pérdida de productividad (5).
Diabetes mellitus tipo I (DM1): Se
caracteriza por la destrucción autoin-
mune de las células beta del pán-
creas, lo que conlleva una deficiencia
total de insulina y una predisposición
a la cetoacidosis. Esta destrucción,
en gran parte, es mediada por el
sistema inmunológico y se puede
confirmar mediante la detección de
anticuerpos, como el AntiGAD (anti-
glutamato decarboxilasa), anticuer-
pos antiinsulinas y anticuerpos dirigi-
dos contra las células de los islotes
pancreáticos.
Diabetes mellitus tipo II (DM2): Es
la variante más prevalente (90 – 95%
de los casos) y suele estar vincula-
da con la obesidad o el aumento
de grasa visceral. A diferencia de
la diabetes tipo 1, esta no suele ser
insulinodependiente. En esta forma
de diabetes, las células beta son fun-
cionales, sin embargo, se observa un
espectro de defectos que va desde
una resistencia a la insulina, que se
acompaña de una deficiencia relati-
va de la hormona, hasta un deterioro
progresivo en su secreción.
Diabetes mellitus gestacional (DMG):
Se conoce como diabetes gestacional
a aquella que engloba la intolerancia a
la glucosa, detectada por primera vez
durante el embarazo, teniendo su ma-
nifestación entre el segundo y tercer
trimestre del embarazo, esta patolo-
8 RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
gía se asocia a complicaciones como:
sufrimiento fetal, macrostomía, muerte
intrauterina, cesárea y problemas neo-
natales, así como un riesgo ligeramen-
te mayor de anomalías fetales (5).
Dislipidemias: Las dislipidemias son
trastornos metabólicos caracterizados
por niveles anormales de lípidos (grasas)
en la sangre, entre los que se incluyen:
un exceso de colesterol, triglicéridos o
lipoproteínas de baja densidad (c-LDL),
y una disminución de lipoproteínas de
alta densidad (cHDL). El patrón típico
de dislipidemia está caracterizado por
la presencia de niveles elevados de tri-
glicéridos en la sangre, bajos niveles de
lipoproteínas de alta densidad (c-HDL)
y un aumento en los niveles de partícu-
las de lipoproteínas de baja densidad
(c-LDL), este fenómeno se origina en la
resistencia a la insulina en los tejidos pe-
riféricos, lo que provoca un incremento
en la liberación de ácidos grasos desde
el tejido adiposo hacia el hígado resul-
tando así en una mayor producción de
triglicéridos y lipoproteínas de muy baja
densidad (c-VLDL) (5).
Triglicéridos: Los triglicéridos son el
tipo de grasa más común en sangre,
formado tras la unión de un glicerol
con tres ácidos grasos; los niveles
elevados de triglicéridos o hipertrigli-
ceridemia, se deben principalmente
al consumo excesivo de calorías pro-
venientes de azúcares y del alcohol.
Colesterol: El colesterol es una sus-
tancia cerosa que se encuentra en
todas las células del cuerpo huma-
no, siendo esencial para diversas
funciones fisiológicas incluyendo la
formación de membranas celulares,
la síntesis de hormonas esteroides y
la producción de ácidos biliares que
ayudan en la digestión de las grasas.
Lipoproteínas: Las lipoproteínas son
complejos formados por lípidos y pro-
teínas especificas llamadas apolipo-
proteínas, cuya estructura evidencia
dos partes específicas; por un lado,
el núcleo en donde se albergan los
lípidos hidrofóbicos (éteres de coles-
terol y triglicéridos), mientras que la
corteza tiene mayor afinidad por fos-
folípidos, colesterol no esterificado y
apolipoproteínas, evidenciándose así
su función específica: el transporte
de los lípidos en la sangre.
c-HDL: Lipoproteína de alta densidad
(c-HDL) o “colesterol bueno” en nive-
les elevados se asocia con un menor
riesgo de enfermedades cardiovas-
culares, ya que el mismo, ayuda a
prevenir la acumulación de coleste-
rol en exceso en las arterias y vasos
sanguíneos. En contraste, los niveles
bajos de c-HDL suelen ser resultado
de factores como una dieta desequi-
librada, la falta de actividad física, el
consumo de tabaco, entre otros.
c-LDL: Lipoproteína de baja densi-
dad (c-LDL) o “colesterol malo” son
partículas del sistema lipoproteico
encargadas de transportar colesterol
y otras grasas desde el hígado hacia
los tejidos periféricos del cuerpo, se
considera “malo” debido a que, en
exceso, puede contribuir a la acumu-
lación de placa en las arterias, lo que
aumenta el riesgo de enfermedades
cardiovasculares (5).
Obesidad: La obesidad hace parte de
una de las enfermedades no transmisi-
bles que más afecta a la población mun-
dial, cada año se reportan 3,6 millones
nuevos casos de personas obesas en
Latinoamérica. A nivel mundial, la obesi-
dad y el sobrepeso se ha triplicado des-
de 1975, para 2016 más de 650 millones
de personas eran obesas y 1900 millo-
nes presentaban sobrepeso; un 39% de
los adultos hombres y un 40% de adultos
mujeres presentaban sobrepeso, y apro-
ximadamente un 13% de la población
mundial eran obesos. Estas estadísticas
GARCÍA DELGADO , H. R. ., VINTIMILLA MARTÍNEZ , J. D. ., VERA JARA, C. A. ., & JIMÉNEZ BARCIA , W. E.
9
RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
también vienen aumentando en los me-
nores de edad, para el 2016 más de 340
millones de niños y adolescentes entre
los 5 a 19 años presentaban sobrepeso
u obesidad. De acuerdo con la Organi-
zación Mundial de la Salud, anualmente
hay estadísticas de muerte de cerca de
2,8 millones de personas por obesidad
o sobrepeso; demostrando que la obesi-
dad es una enfermedad no transmisible
con alto riesgo de morbilidad y es con-
siderada un problema de salud pública
por los índices de mortalidad y patolo-
gías a las que conlleva (6).
Enfermedades cerebro vasculares (5).
Factores de riesgo
Las alteraciones genéticas o endocrinas
determinan cerca del 5% de las causas de
obesidad, y el 95 restante, aparece como
consecuencia de factores exógenos o nutri-
cionales, lo que es favorecido por una pre-
disposición genética. La población pediátri-
ca tiene un riesgo aproximado del 9 % de
desarrollar obesidad, si uno de los padres
es obeso el riesgo se incrementa entre un
41 y un 50 %, pero si ambos lo son, aumen-
ta a valores entre 69 y 80%. La prevalencia
del SM es elevada en niños y adolescentes
obesos y se incrementa a medida que la
obesidad es más grave (7).
Este es el nombre de un grupo de factores
de riesgo que aumentan las posibilidades de
enfermedad cardíaca, diabetes, accidente
cerebrovascular y otros problemas de salud.
Cuando hay tres de los siguientes cinco facto-
res de riesgo, se puede hacer un diagnóstico:
Nivel alto de azúcar en la sangre (azúcar).
Bajos niveles de colesterol HDL ("bue-
no") en la sangre.
Alto contenido de triglicéridos en la
sangre.
Cintura grande o cuerpo "en forma de
manzana".
Hipertensión.
Resistencia insulíinica e hipertensión ar-
terial (7).
Obesidad: Se considera una pandemia y
un problema de salud pública que se ha ex-
tendido a países desarrollados y subdesa-
rrollados, se caracteriza por la acumulación
de grasa corporal y cuyo origen puede de-
berse a factores genéticos y ambientales.
Se define con un índice de masa corporal
(IMC), y es resultado de un aumento de la
masa grasa por un desequilibrio entre las
calorías que se consumen, en comparación
con las que se utilizan. Se asocia con un
gran número de desórdenes, como DM2,
RI, hígado graso no alcohólico y SM (8).
Tabla 1. Clasificación de la población adulta, de acuerdo a las categorías para estado
nutricional, establecidas por la OMS según el IMC
Fuente: Pozo Toledo (8).
SÍNDROME METABÓLICO: UNA MIRADA A LOS FACTORES DE RIESGO Y SU ABORDAJE INTEGRAL
10 RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
Sedentarismo: Contrariamente a lo que
mucha gente imagina, una persona seden-
taria no es aquella que pasa mucho tiempo
sentada o que no se mueve mucho. El con-
cepto de sedentarismo se remonta a nues-
tros orígenes, cuando el ser humano pasó
de ser nómadas a ser sedentarios, hacien-
do referencia a los cambios de hábitat, cos-
tumbres y alimentación. En el contexto de
salud, el sedentarismo alude a la relación
que existe entre los malos hábitos alimen-
ticios y la inactividad física. Los principales
problemas de la salud que genera el seden-
tarismo son cardiovasculares, metabólicos,
pérdida de masa muscular, aumento de te-
jido adiposo, etc. Los mismos repercuten a
medida de la cotidianidad en la que las per-
sonas realizan sus actividades y la manera
en la que manejan sus estilos de vida, de
tal forma que incide significativamente en el
estado de salud y la integridad del ser hu-
mano. Las personas sedentarias tienen un
riesgo dos veces mayor a desarrollar sín-
drome metabólico.
Edad y sexo: El síndrome metabólico afecta
significativamente a la población ˃50 años
de edad, siendo predominante la prevalen-
cia en mujeres. En muchas poblaciones a ni-
vel mundial, se observa la dependencia que
la prevalencia del síndrome tiene de la edad.
Hipertensión arterial: La hipertensión hace
referencia a la elevación sostenida de la
tensión arterial (TA) sistólica (PAS) y diastó-
lica (PAD) (≥140/90mmHg), es un trastorno
en el que los vasos sanguíneos tienen una
tensión persistentemente alta, lo que pue-
de dañarlos, Frecuentemente se asocia a
la coexistencia de diabetes y tabaquismo.
Existe una relación directa del síndrome
metabólico con los niveles altos de presión
sanguínea porque al existir presencia de re-
sistencia a la insulina, se aumenta la reab-
sorción del sodio.
Tabaquismo y alcoholismo: El tabaquis-
mo es una enfermedad crónica ocasionada
por la adicción a la nicotina y la exposición
permanente a más de 4.000 sustancias,
muchas de ellas tóxicas y cancerígenas, se
le atribuye el segundo lugar de morbilidad
a nivel mundial, se asocia al SM debido a la
relación con la presencia de la ateroesclero-
sis y el desarrollo de la hipertensión arterial.
En cambio, el alcoholismo es un trastorno
crónico de la conducta en el que una per-
sona consume alcohol de forma excesiva.
El tabaquismo, alcoholismo y una incorrecta
alimentación como factores de riesgo des-
encadenan una respuesta biológica provo-
cando la presencia de obesidad, diabetes
mellitus II que posteriormente pudiera de-
sarrollar síndrome metabólico aumentando
el riesgo de contraer enfermedades cardio-
vasculares y cerebrovasculares.
Factores cardiovasculares: Las enferme-
dades coronarias y cerebrovasculares son
las principales causas de muerte en los paí-
ses desarrollados; los principales factores
de riesgo que los desencadenan son la obe-
sidad, el tabaco y el colesterol alto. Por otro
lado, los trastornos lipodistróficos, en térmi-
nos generales, se vinculan con el síndrome
metabólico. No obstante, las personas que
presentan síndrome metabólico (SM) pre-
sentan mayor susceptibilidad´ante estos fac-
tos, pues es 2 veces más alta de morir por
una enfermedad cardiovascular que las que
no lo tienen, y además el riesgo de infarto
miocárdico agudo (IAM) o accidente cere-
brovascular es tres veces más alto (8).
Diagnóstico
GARCÍA DELGADO , H. R. ., VINTIMILLA MARTÍNEZ , J. D. ., VERA JARA, C. A. ., & JIMÉNEZ BARCIA , W. E.
11
RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
Medica clínica
EGIR
OMS
NCEP ATP III
AACE
IDF
AHA
Año
1989
1998
2001
2003
2005
2005
Resistencia a la
insulina
Insulina plasmática >
percentil 75
DM2, GAA, ITG
Ninguno
GAA, ITG
Ninguno
Ninguno
Criterios
RI más otros 2 criterios
RI más otros 2
criterios
3 de 5
RI más otro
criterio
↑ PA más otros 2 criterios
3 de 5
Obesidad central
PA ≥ 90 cm en hombres
PA ≥ 80 en mujeres
Razón cintura/cadera:
Hombres >0,9 Mujeres
>0,84
IMC >30
PA ≥102 cm en hombres PA
≥88 cm en mujeres
IMC ≥25
PA ≥90 cm en hombres PA ≥80 cm en
mujeres -
PA ≥102 cm en hombres PA ≥88
cm en mujeres
etnia
TG
≥150 mg/dL
≥150 mg/dL
≥150 mg/dL
≥150 mg/dL
≥150 mg/dL (o en tratamiento)
≥150 mg/dL (o en tratamiento)
HDL (hombres)
<39 mg/dL
<35 mg/dL
<40 mg/dL
<40 mg/dL
<40 mg/dL (o en tratamiento)
<40 mg/dL (o en tratamiento)
HDL (mujeres)
<39 mg/dL
<39 mg/dL
<50 mg/dL
<50 mg/dL
<50 mg/dL (o en tratamiento)
<50 mg/dL (o en tratamiento)
Presión arterial
(mmHg)
≥140/90 (o en
tratamiento)
≥140/90
≥130/85
≥130/85
≥130/85 mg/dL (o en tratamiento)
≥130/85 mg/dL (o en
tratamiento)
tratamiento)
Glucosa
GAA, ITG
GAA, ITG, DM2
>110 mg/dL (incluida DM2) *
GAA, ITG
Glicemia en ayunas >100 mg/dL, DM2
previamente diagnosticada
>100 mg/dL (o en tratamiento)
tratamiento)
Tabla 2. Criterios y definiciones propuestos por las diferentes organizaciones
Fuente: Ramos (9).
OMS: Organización Mundial de la Salud; EGIR: Grupo Europeo de la Resistencia a la In-
sulina; NCEP ATP III: Panel de Tratamiento del Adulto III; AACE: Asociación Americana de
Endocrinólogos Clínicos; IDF: Federación Internacional de la Diabetes; AHA: Asociación
Americana del Corazón; RI: insulinorresistencia; GAA: glicemia en ayunas alterada; ITG:
intolerancia a la glucosa; TG: triglicéridos; HDL: lipoproteína de alta densidad; T: tratamien-
to; DM2: diabetes mellitus tipo 2; IMC: índice de masa corporal; PA: perímetro abdominal. *
Modificado posteriormente por AHA/NHLBI a >100 mg/dL.
El abordaje del síndrome metabólico requie-
re la integración de diversos parámetros clí-
nicos y bioquímicos, por lo tanto, además
de una historia y un examen físico comple-
tos, se deben realizar pruebas de laborato-
rio que incluyan la HbA1c para detectar re-
sistencia a la insulina y DM2, asimismo, un
perfil de lípidos para evaluar niveles eleva-
dos de TG y de VLDL, y de HDL bajos. Tam-
bién se puede solicitar proteína C reactiva
y perfil hepático, y si hay sospecha de en-
fermedad aterosclerótica, se debe solicitar
un electrocardiograma, una ecocardiografía
de esfuerzo, tomografía computarizada por
emisión de fotón único de estrés o imáge-
nes de perfusión miocárdica (9).
Debido a la discrepancia entre las diferen-
tes definiciones, en el 2009 se unieron la
IDF, el Instituto Nacional del Corazón, los
Pulmones y la Sangre (NHLBI, del inglés,
National Heart, Lung, and Blood Institute),
la Asociación Americana del Corazón (AHA,
del inglés, American Heart Association), la
Federación Mundial del Corazón (WHF, del
inglés, World Heart Federation), la Socie-
dad Internacional de la Aterosclerosis (IAS,
del inglés, International Atherosclerosis So-
ciety) y la Asociación Internacional para el
Estudio de la Obesidad (IASO, del inglés,
International Association for the Study of
Obesity), para unificar los criterios diagnós-
ticos del SM [2]. De acuerdo con esta de-
claración conjunta, se hace un diagnóstico
de SM cuando tres de los cinco factores de
riesgo establecidos están presentes (9).
Tratamiento
El manejo del SM se centra en varias áreas
que incluyen la reducción de peso y adipo-
sidad a través de modificaciones dietéticas,
el aumento de la actividad física y el trata-
miento específico de sus componentes, con
el fin de reducir la RI, prevenir la progresión
a DM2 y disminuir el riesgo cardiovascular.
Las recomendaciones en la dieta fueron
previamente publicadas en la actualización
de la AHA/NHLBI sobre los criterios NCEP.
SÍNDROME METABÓLICO: UNA MIRADA A LOS FACTORES DE RIESGO Y SU ABORDAJE INTEGRAL
12 RECIMUNDO VOL. 8 N°3 (2024)
Se recomienda que la ingesta de grasas
sea del 25% o menos de las calorías to-
tales, con limitación en el consumo de
grasas saturadas y trans, colesterol y azú-
cares simples. No obstante, no hay una in-
dicación clara de qué tipo de dieta podría
ser la más exitosa en la reducción de peso
y mejoría de los componentes del SM. La
prescripción nutricional personalizada ha
surgido como un enfoque prometedor tan-
to para la prevención como para el trata-
miento del SM (9).
Por su parte, el ejercicio estimula un cambio
bioquímico en el perfil de lípidos y AGL en
pacientes con obesidad y SM. Se ha pro-
puesto que los niveles de ácidos grasos sa-
turados y de ácidos grasos poliinsaturados
n-6 disminuyen con la realización de acti-
vidad física aeróbica al menos 60 min/día,
cinco días a la semana, en tanto que los áci-
dos grasos monoinsaturados y los ácidos
grasos poliinsaturados n-3 muestran una
tendencia opuesta; el aumento de ácidos
grasos monoinsaturados, especialmente el
ácido oleico (C18:1n-9), se ha relacionado
con una reducción en peso, masa grasa,
índice de masa grasa, glucosa e insulina,
además, de una reducción en el colesterol
total y las LDL (9).
La terapia farmacológica se indica para los
casos en que estas intervenciones no logren
conseguir los objetivos planteados para los
distintos factores de riesgo. Dentro de las
aproximaciones farmacológicas para el con-
trol del peso, se encuentra el uso frecuente
de orlistat y análogos del GLP1, aprobados
para el control crónico de peso. Las pérdi-
das de peso con terapia farmacológica son
variables y oscilan desde aproximadamen-
te el 3% del peso inicial para orlistat, hasta
10% con liraglutida a dosis de 3 mg diarios,
y según los resultados del estudio STEP1 en
pacientes tratados con semaglutida a dosis
de 2,4 mg semanales, la pérdida de peso
es de 14,9%, en comparación con el 2,4%
en los tratados con placebo (9).
Conclusión
El síndrome metabólico representa un com-
plejo conjunto de factores de riesgo interre-
lacionados que aumenta significativamente
la probabilidad de desarrollar enfermedades
crónicas como la diabetes tipo 2 y las en-
fermedades cardiovasculares. La obesidad
abdominal se erige como el principal factor
de riesgo, pero otros como la resistencia a
la insulina, la dislipidemia y la hipertensión
arterial también juegan un papel crucial. La
etiología del síndrome metabólico es multi-
factorial, involucrando tanto factores gené-
ticos como ambientales. El abordaje tera-
péutico debe ser integral y personalizado,
combinando cambios en el estilo de vida,
como la adopción de una dieta saludable
y la práctica regular de ejercicio físico, con
el uso de fármacos cuando sea necesario.
La educación para el paciente y el segui-
miento a largo plazo son esenciales para
el éxito del tratamiento y la prevención de
complicaciones. A pesar de los avances en
el conocimiento de esta condición, aún per-
sisten desafíos en cuanto a la prevención y
el tratamiento del síndrome metabólico. Se
necesitan más investigaciones para iden-
tificar nuevos biomarcadores y desarrollar
estrategias terapéuticas más efectivas, así
como para personalizar el tratamiento y uti-
lizar herramientas digitales que faciliten el
manejo de esta compleja enfermedad.
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CITAR ESTE ARTICULO:
García Delgado , H. R. ., Vintimilla Martínez , J. D. ., Vera Jara, C. A. ., &
Jiménez Barcia , W. E. . (2023). Síndrome metabólico: una mirada a los fac-
tores de riesgo y su abordaje integral. RECIMUNDO, 8(3), 4–13. https://doi.
org/10.26820/recimundo/8.(3).julio.2024.4-13
SÍNDROME METABÓLICO: UNA MIRADA A LOS FACTORES DE RIESGO Y SU ABORDAJE INTEGRAL