Luis Efraín Cayo Lema a ; Ángel Manuel Viera Zambrano b ; Isaac Eduardo Cajas
Cayo c ; Ruth Susana Hidalgo Guayaquil d
La docencia y sus competencias en la educación superior
Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento.
Vol. 2 núm., 2, mayo,
ISSN: 2588-073X, 2018, pp. 419-450
DOI:10.26820/recimundo/2.(2).2018.464-476
Editorial Saberes del Conocimiento
Recibido: 05/12/2017
Aceptado: 15/03/2018
a. Universidad Técnica de Cotopaxi; luis.cayo@utc.edu.ec
b. Universidad Técnica de Cotopaxi; angel.viera@utc.edu.ec
c. Universidad Técnica de Cotopaxi; isaac.cajas@utc.edu.ec
d. Universidad Técnica de Cotopaxi; ruth.hidalgo@utc.edu.ec
RESUMEN
El estudio del presente trabajo analiza el importancia en la transformación de la educación
superior, desde una revisión de literatura con orientación a analizar la docencia y sus
competencias, mediante la generación de procesos de enseñanza-aprendizaje orientado a la
construcción de “aprender haciendo” en la educación superior; han ayudado a la mejora de una
educación de calidad, además resaltar la importancia de las transformaciones de la práctica
docente ante las demandas de la sociedad del conocimiento desde finales del siglo pasado, lo
cual nos involucra a reconocer que la educación superior se ha transformado y, en consecuencia,
el trabajo del docente en el proceso de aprendizaje.
Palabras clave:Transformación de la educación, docencia, competencias, aprender haciendo,
sociedad del conocimiento.
ABSTRACT
The study of the present work analyzes the importance in the transformation of higher education,
from a review of literature with orientation to analyze teaching and its competences, through the
generation of teaching-learning processes oriented to the construction of "learning by doing" in
higher education; They have helped to improve quality education, in addition to highlighting the
importance of the transformations of the teaching practice faced with the demands of the
knowledge society since the end of the last century, which involves us to recognize that higher
education has been transformed and , consequently, the work of the teacher in the learning
process.
Key words: Transformation of education, teaching, competences, learning by doing, knowledge
society.
Introducción
Según, Art. 29.- EI Estado garantizará la libertad de enseñanza, la libertad de cátedra en
la educación superior, y el derecho de las personas de aprender en su propia lengua y ámbito
cultural. (Constitución de la República del Ecuador, 2008).
La docencia desde la perspectiva teórica del pensamiento dentro de la práctica docente
admite que enseñar no se sujeta al aspecto pedagógico, sino que el profesor analiza, reflexiona e
interpreta aspectos afectuosos y científicos, propios y de sus alumnos, y en función de ello,
realiza su práctica docente; siendo con esto la docencia parte del estudio.
La docencia de calidad en la enseñanza universitaria es un tema de gran importancia en
un momento de adaptación para las IES como el actual, donde se esta implementando una
reforma universitaria a todos los niveles. Aportando con beneficios que se asocian a una
enseñanza universitaria de calidad, siendo una exigencia imprescindible para avalar el adecuado
funcionamiento de la educación superior. Sin embargo, consideramos imperioso ahondar en los
medios con los que desde el recinto universitario se está afrontando el tema en un proceso de
mejora.
Es lógico que la formación académica y social del docente debe ser excelente para poder
abordar de manera positiva, una práctica en la que las estrategias que se diseñan para educar se
tornan disímiles para cada conjunto de estudiantes y hasta para cada persona en particular.
Dichas estrategias deben favorecer también la participación activa de los alumnos en torno a la
construcción de sus conocimientos y su propio sentido de vida. Esto, con el propósito de que el
conocimiento sea el efecto de un proceso en el cual el docente muestre y motive en sus
educandos, la necesidad de los aprendizajes como herramientas útiles que puedan ayudar a
desarrollar potencialidades y competencias que se relacionen con la realidad en que se vive.
La sociedad en su conjunto reclama que el funcionamiento de las universidades esté
vinculado a criterios de eficacia, eficiencia y excelencia cada vez mayores (Arranz, 2007).
Hasta la década de 1990 los docentes se centraban básicamente en los procesos de
enseñanza. Las reformas de las dos últimas décadas han considerado integrar a la
reconfiguración de la naturaleza de la práctica docente, las demandas que le atribuye la sociedad
del conocimiento. Es decir, armonizar el proceso de enseñanza y la construcción de protocolos
de innovación y creatividad con la ética y el humanismo, todo esto dentro del marco de la
globalización.
El expansivo desarrollo de las tecnologías, que las sociedades han experimentado en las
últimas décadas, ha marcado los modelos de la educación superior, sus estructuras de gestión y
sus impactos. La educación basada en las competencias cobró importancia a inicio del presente
siglo, como resultado de la transformación del conocimiento como motor de la economía y factor
determinante de la competitividad de los mercados.
Se debe asumir también que los procesos educativos implican un grado de complejidad
mayor o menor dependiendo de muchos factores. De modo, que la docencia y sus competencias
en la educación superior comprenden todo lo que ha tenido relación con su práctica docente, con
su propósito, con la inquietud de mejorarla y con su profesionalización. Por ello, para conocerlas
es necesario considerar tres argumentos: el contenido, la clasificación y la formación, es decir,
saber qué se enseña, cómo se enseña, a quiénes se enseña y para qué se enseña, desde la
perspectiva de las necesidades del desarrollo económico y social y, más específicamente de las
demandas del sistema productivo. Cómo es el contexto socio-afectivo de quienes aprenden y
enseñan.
Por esta razón, es necesario realizar una investigación que permita determinar la
incidencia que ha tenido la docencia y sus competencias en la educación superior en los últimos
años.
Metodología.
El presente artículo científico tiene un enfoque netamente cualitativo, donde se hizo la
revisión de literatura acerca de la práctica docente frente a la formación por competencias en la
educación superior. Para la realización de la presente investigación, se consideró, información
confiable sobre trabajos plasmados, versados en este tema, se utilizaron informaciones
bibliográficas, consultas electrónicas, se la obtuvo de libros electrónicos, artículos científicos y
revistas.
En la investigación se utilizaron alrededor de 11 libros donde se encontró información
acerca de la educación superior. 12 artículos científicos fueron tomados de referencia. De igual
manera los contenidos difundidos en revistas fueron muy importantes, en promedio 33
documentos fueron tomados en consideración acerca de los principales logros en la educación
superior representando información importantísima para analizar este tema de manera general.
Desarrollo
Estudios han demostrado resultados significativos en cuanto a la eficiencia de la
educación superior en un país, en el que constantemente se realizan cambios estructurales a la
hora de impartirse conocimientos es por ello que.
Importancia de la educación superior en el desarrollo
UNESCO (2009), Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, La propuesta que
los participantes en el Debate Temático sobre "La Contribución de la Educación Superior al
Sistema Educativo en su Conjunto" podrían formular a la Conferencia para que fuese incluida en
su Declaración y Plan de Acción sería la siguiente:
La Conferencia Mundial
Reconociendo que la educación superior es parte integrante del sistema de educación en
su conjunto, en una época en la que la educación se ha convertido en un elemento esencial y
perdurable de la vida de las personas y las sociedades en el plano nacional e internacional,
Aceptando que la educación superior tiene una función excepcional en este sistema para
contribuir permanentemente a la renovación y ulterior desarrollo de todo él en su conjunto,
Conviene en que, como parte del "nuevo pacto académico" para las universidades del
mundo:
* las instituciones de educación superior deben adoptar, como parte importante de sus
funciones de servicio, el concepto de contribuir mediante asesoramiento, apoyo y cooperación, a
la renovación del conjunto del sistema educativo en favor del desarrollo humano sostenible, y
más concretamente a la realización de los objetivos de la Educación Básica para Todos
proclamados en la Conferencia de Jomtien y confirmados en el Informe Delors;
* se debe conceder una importancia especial a la educación de los docentes como
actividad continua, comprendida su formación inicial y su perfeccionamiento profesional a lo
largo de toda su carrera, reconociendo la función especial que desempeñan en la renovación de la
educación y la necesidad de nuevos modelos de formación y perfeccionamiento;
* teniendo en cuenta la función esencial desempeñada por la educación superior en el
descubrimiento, desarrollo y aplicación de conocimientos, las instituciones de educación superior
deben desempeñar una función importante en el diálogo permanente del que emana el currículo
escolar;
* en el amplio marco de la formación de profesionales, en la que se hallan
fundamentalmente implicadas las instituciones de educación superior, se debe conceder una
atención y prioridad especiales al perfeccionamiento de los profesionales encargados de la
necesaria e importante tarea del aprendizaje a lo largo de toda la vida, con todo lo que ello
implica para una cooperación e interpenetración más estrechas entre la educación formal y la no
formal;
* las universidades deben prestar una atención especial a los vínculos entre la
investigación sobre la educación y la práctica de la educación, teniendo en cuenta la actual
carencia de repercusiones efectivas de la investigación, así como la necesidad extendida de
encontrar procesos más eficientes para mejorar la enseñanza;
* reconociendo la gran prioridad que se ha dado en las recientes reuniones de la
UNESCO a la educación de mujeres y niñas por la importancia que tiene en el proceso del
desarrollo en su conjunto, la educación superior debería tratar de participar en ella dentro de sus
propias instituciones y en otras partes;
* la educación superior debe tratar de desempeñar un papel importante en los procesos de
análisis y evaluación de los sistemas de educación en proceso de renovación;
* reconociendo los peligros de la intensa competencia provocada por las actuales
circunstancias de restricciones financieras, las instituciones de educación superior deben tratar de
canalizar la mayor parte de sus energías a través de redes de cooperación que incrementarán el
impacto de las instituciones en el plano nacional e internacional.
Manes (1997), la educación superior debe realizar un marketing educativo para
desarrollar servicios de enseñanza que respondan a las demandas sociales, para garantizar el
equilibrio entre los individuos y las organizaciones.
En la conferencia de la UNESCO (2009), se demuestra que la educación superior ayuda a
erradicar la pobreza, fomentar el desarrollo sostenible y alcanzar objetivos acordados en el plano
internacional, además en esta misma conferencia se destaca la responsabilidad de la educación
superior como comprender y hacer frente a problemas económicos, culturales, sociales y
científicos, de promover el pensamiento crítico y la ciudadanía activa, y debe velar por ella los
entes interesados, en particular los gobiernos.
En Suiza (2009) en la Conferencia Mundial Sobre Educación Superior, uno de los
aspectos primordiales es el de velar por una solución para los problemas económicos, descrito en
la Revista Humanun (2012).
La práctica docente en la educación superior
La práctica docente refleja un esfuerzo de los profesores por mejorar y transitar hacia un
aprendizaje más activo de los estudiantes y una responsabilidad importante del profesor para
guiarlos. Los profesores mostraron concepciones acerca de la enseñanza y el aprendizaje en las
que se refleja que el estudiante juega un papel activo y el profesor sigue como responsable de
planear la enseñanza y orientar el aprendizaje. (Cañedo y Figueroa, 2013).
De acuerdo con Fierro, Fortuol y Rosas (2000), La práctica docente, manifiesta a distintas
dimensiones, la dimensión personal se refiere a reflexionar sobre el propio quehacer desde la
perspectiva que cada uno le imprime como sujeto histórico, capaz de analizar su pasado,
resignificar su presente y construir su futuro (pp. 67-68).
La dimensión institucional se considera relevante porque es el espacio en el que el
profesor realiza su trabajo cotidiano en el marco de un proyecto educativo (p. 76).
En la dimensión interpersonal, el profesor coadyuva en la creación de un clima para el
trabajo basado en el tipo de relaciones que se establecen entre estudiantes y el profesor sobre la
base de las diferencias individuales de perspectivas y propósitos (p. 91).
La dimensión social se entiende como el conjunto de decisiones y prácticas de los
profesores ante esta diversidad de condiciones culturales y socioeconómicas, que colocan a los
alumnos en posiciones distintas frente a la experiencia escolar, y que se convierte en un espacio
donde entra en juego de manera más clara la igualdad de oportunidades educativas (p. 107).
La dimensión que refleja los propios valores y la dimensión didáctica, en la cual se centra
el estudio, hace referencia al rol del profesor como guía y mediador del contenido y los objetivos
del curso a fin de fomentar la construcción de aprendizajes con significado propio a partir de la
organización y facilitación del acceso al conocimiento. Reconoce la participación del profesor y
el alumno en el proceso educativo, como actores que "hacen posible" las condiciones de
enseñanza y aprendizaje. (Fierro, Fortuol y Rosas, 2000)
Los cambios en los paradigmas educativos, propiciados por los avances científicos y
tecnológicos en diversos campos, apuntan hacia una restructuración del significado del personal
docente y su necesaria constitución como facilitador de procesos de aprendizaje (Duart y Sangrà;
2000; Simonson, Smaldino, Albright & Zvacek, 2006).
Los cambios paradigmáticos en la formación del profesional de la enseñanza universitaria
en el nuevo siglo traen consigo, necesariamente, una concepción diferente de la docencia y de los
roles que desempeñan profesores y estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
De esta manera, la concepción del profesor como transmisor y del estudiante como
receptor de conocimientos es sustituida por la concepción del docente como orientador, guía que
acompaña al estudiante en el proceso de construcción no sólo de conocimientos, sino también en
el desarrollo de habilidades y valores asociados a un desempeño profesional eficiente, ético y
responsable, y del estudiante como sujeto de aprendizaje (Díaz y Márquez, 2007; González y
González, 2007).
La formación universitaria que parte de modelos basados en una concepción del
conocimiento y de los contenidos como los objetivos primordiales del aprendizaje está siendo
modificada debido al acelerado cambio de los conocimientos, el acceso y la manera en cómo
fluye y, en consecuencia, la provisionalidad de los saberes (Irigoyen, Jiménez, & Acuña, 2011).
Bok (1992) plantea que cuando los profesores se dedican a la enseñanza suelen inclinarse
a favor de la construcción teórica, la generalización y la ideación creativa por encima de la
transmisión de habilidades prácticas. Las habilidades son de suma importancia para el ejercicio
profesional, enseñar a adquirir esas habilidades puede exigir una inventiva de primer orden, pero
rara vez constituye el material sobre el cual se cimientan las reputaciones académicas, pocas
veces la transmisión de habilidades puede traducirse en una importante labor académica.
La sociedad actual muestra unos mayores niveles de exigencia en cuanto a la calidad de
la formación universitaria y exige a la universidad y a su profesorado que aborden su tarea desde
una perspectiva más pedagógica y universitaria y menos burocrática e interesada. Y del mismo
modo en que la universidad debe tratar de mostrar rigor en la investigación, también debe buscar
la excelencia en la docencia (Martínez y Carrasco, 2006: 22).
(Bain, 2007), define de la siguiente manera al profesor extraordinario: se trata de
profesores “que lograron un gran éxito a la hora de ayudar a sus estudiantes a aprender,
consiguiendo influir positiva, sustancial y sostenidamente en sus formas de pensar, actuar y
sentir”.
Mientras otros pueden quedar satisfechos si los estudiantes hacen bien los exámenes, los
mejores profesores asumen que el aprendizaje tiene poco sentido si no es capaz de producir una
influencia duradera e importante en la manera en que la gente piensa, actúa y siente (Bain, 2007).
“No se trata de adquirir nuevas técnicas de enseñanza, sino de aprovechar la gran base de
conocimientos, derivada de la investigación, acerca de la enseñanza y el aprendizaje que tenemos
a nuestra disposición” (Biggs, 2006).
Como lo plantea Burbano (2007), citado por Ordóñez, (2009), la sistematización de
experiencias “es un proceso teórico y metodológico que a partir del ordenamiento, reflexión
crítica, evaluación, análisis e interpretación de la experiencia, pretende conceptuar, construir
conocimiento, y a través de su comunicación, orientar otras experiencias para mejorar las
prácticas sociales”.
La sistematización de experiencias, busca penetrar en el interior de la dinámica de las
experiencias, algo así como meterse por dentro de esos procesos sociales vivos y complejos,
circulando por entre sus elementos, palpando las relaciones entre ellos, recorriendo sus diferentes
etapas, localizando sus contradicciones, tensiones, marchas y contramarchas, llegando así a
entender estos procesos desde su propia lógica, extrayendo de allí enseñanzas que puedan aportar
al enriquecimiento, tanto de la práctica como de la teoría (Jara Óscar, 2000 en Ordóñez, 2009).
Parra (2003), manifiesta que a partir de las diferentes interpretaciones que da la conducta
humana, se han estructurado estrategias y técnicas con el fin de guiar una educación en valores
en el aula.
Según Camps (1994), “el educador ha de perder el miedo a manifestar sus puntos de vista
y sus ideas ante lo que mundialmente ocurre, a criticar lo que juzgue criticable”.
Garrido y Doncel (2011, p.7), expresan, “la educación en valores es un ámbito que
depende de la competencia de cada maestro o maestra ya que hay maestros que le dan igual de
importancia a los valores que a los contenidos de las asignaturas y trabajan ambas cosas y otros
que no, que solamente se limitan a dar clases teóricas sobre determinados contenidos sin
importarle el desarrollo personal en los alumnos y las alumnas”.
Febres (2013), manifiesta de su investigación que, se sienta un precedente no solo para
futuras investigaciones en el campo de la educación vivencial de valores, sino que se conforman
unas bases sólidas para proponer estrategias prácticas y sencillas, que el docente pueda ir
internalizado en su vida personal y luego verse reflejadas en el campo académico-laboral, que
brindarán frutos en la formación humana y por ende, en la estructura integral de los egresados de
las universidades.
Para proponer estrategias que sean útiles y aplicadas a corto plazo, es necesario
considerar varias ópticas para lograr la efectividad de las mismas, aspectos como la edad del
docente, tipo de materia que dicta, nivel cultural, entre otros, que autores como Pérez Esclarín
(1997) señalan como variables a tener presente en la formación en valores. Sin embargo la
formulación de las siguientes recomendaciones por parte de la autora, se enfocan en un ámbito
global de manera de ser adaptadas a cada nivel académico y a cada situación que se presente.
Aunque no todos los aspectos de una sesión de clase son iguales, y obviamente las
personas tampoco es importante entender y comprender que el punto de inicio es internalizar y
concientizar la importancia que tiene vivir los valores y principios morales y éticos en los que
son modelos de vida en este proceso tan complejo de la educación para que de manera natural,
espontánea y auténtica sean vividos y trasmitirlos en cualquier actividad que se realice y en
cualquier ámbito de desenvolvimiento de la persona.
López R., (2013), toda profesión es concebida desde un campo disciplinar sea este el de
la economía, la medicina, el derecho, la educación; se constituye siempre en busca de un
beneficio, ya sea para la manutención individual o familiar, así como para hacer el bien a la
sociedad poniendo en juego los saberes y competencias profesionales. El interjuego de estos pro-
pósitos que trascienden el utilitarismo individualista es donde la ética toma presencia en el
desarrollo de la profesionalidad y, en consecuencia, logra un lugar como actividad socialmente
legítima (Cortina, 2000).
López R., (2013), concluye en puntualizar lo siguiente:
a) las finalidades formativas que contiene el discurso universitario a través de su
normatividad y proyectos curriculares son resultado de la evolución del pensamiento filosófico y
pedagógico, sin embargo, la cultura profesional de sus profesores relativiza su realización,
particularmente cuando se observa una debilidad de la ética docente;
b) la dimensión social de la docencia universitaria constituye una identidad ética con el
compromiso de hacer de la educación superior un espacio formativo ante los desafíos de n
mundo injusto, la cual se ve disminuida al imponerse una racionalidad técnica-cognitiva en las
convicciones de los profesores, y
c) la profesionalidad moral del profesorado se entiende como una visión integral de la
docencia universitaria, donde no solo hay que hacer el bien enseñando bien, sino hacer extensivo
el principio de beneficencia en todas las dimensiones de la formación, específicamente en
aquella que contribuye al desarrollo del ethos de las personas participantes en la relación
educativa, cuyas finalidades se ven interferidas cuando la ética de la profesión docente tiene
escasa presencia en la configuración cultural de los profesores en la universidad.
Desarrollar el conocimiento acerca de la problemática de los docentes universitarios en la
perspectiva de la ética profesional abona a los propósitos de encontrar alternativas en este
campo.
Desarrollo de las competencias en la educación superior
El nuevo perfil del docente en la educación superior, necesita de una formación más
exhaustiva en las competencias, abogando por un conocimiento de sus emociones. No solo para
ponerla en práctica en su profesión sino también en los diferentes entornos como personales y
familiares. Los profesores están permanentemente interaccionando socialmente, con otros
compañeros, con sus alumnos, por este motivo se necesita un mayor conocimiento de nuestras
emociones para poder conocernos mejor y para saber y prever como piensan y actúan los demás.
Abanades, M., (2016).
El espacio de educación superior aboga por que desarrollemos competencias en nuestros
alumnos, pero en ocasiones no se ha recibido la formación adecuada para poder realizar esta
labor. Algunos actúan de manera ensayo error, otros intentan cultivarse por su cuenta e intentan
ponerlo en práctica y otros prefieren actuar como lo hacían hasta el momento, pero la mayoría de
los profesores se pronuncian ante la necesidad de tener que conocerla. En los centros de
formación y universidades, debería de ser una de las prioridades a la hora de formar a sus
docentes. Una formación lo más práctica posible, para que se consolide en el currículo.
Abanades, M., (2016).
Informe Delors (1996), el siglo XXI, planteara a la educación que desarrolle a la persona
desde una educación integral formada por cuatro pilares. Aplicando estos principios en la
educación superior para un nuevo conocimiento:
Aprender a conocer.
Consiste a la adquisición de conocimientos clasificado y codificado que al dominar los
instrumentos del conocimiento y de la comunicación innovando las técnicas de recuperación de
la información a través de la aplicación de las tecnologías de la información y de la
comunicación. Principalmente se enseñe, aprender a conocer, comprender y descubrir la ciencia.
Aprender hacer
Los aprendizajes deben evolucionar, no pueden considerarse mera transmisión de
prácticas de rutinarias, aunque estos conserven un valor formativo que no debemos desestimar de
las diferentes materias, consienta a las personas adultas adquirir competencias personales como
trabajar en equipo o grupo, tomar decisiones, relacionarse, crear sinergias y usar de su
creatividad.
Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás
La idea es que se enseñe a conocernos a nosotros, nuestros sentimientos y emociones, que
sea un instrumento para combatir los perjuicios que llevan a enfrentamientos, que nos permitan
desarrollar nuestra empatía con los que nos rodean, y con la que también aprendamos a
diferenciarnos, a ser críticos, a construir mundos en los que participen ciudadanos con otras
opiniones y de todas las culturas.
Aprender a ser
La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona que nos posibilite
desarrollar nuestra libertad, que nos ayude a tener un pensamiento personal y autónomo insertado
en una ciudadanía, como la mejor oportunidad de progreso para las sociedades, que sea el
espíritu de iniciativa para la creatividad y la innovación. Para disminuir la violencia, el siglo XXI
necesitará muy diversos talentos y personalidades, para alcanzar individuos excepcionales nos
permita el despliegue completo del hombre; siendo la educación la maduración constante con
una experiencia profesional positiva, como medio para alcanzar esa realización.
Huelga decir que los cuatro pilares de la educación descritos no pueden limitarse a una
etapa de la vida. Es necesario replantear los tiempos y los ámbitos de la educación, y que se
complementen entre si, a fin de que cada persona, durante toda su vida pueda aprovechar al
máximo un contexto educativo en constante enriquecimiento.
La filosofía de la formación por competencias tiene dos características centrales: la
concepción del sujeto en formación como un sujeto activo que conoce las competencias
definidas para el perfil y los criterios de evaluación de las mismas, y que tiene a su disposición
las ofertas formativas que le permiten alcanzarlas; y la creación de un ambiente educativo
favorable al desarrollo de competencias a través de la utilización de medios didácticos variados.
(Mastache, A., 2007).
Cuando la formación no sólo tiene en cuenta los perfiles de competencias previamente
identificados sino también la generación de procesos de enseñanza–aprendizaje orientados a la
construcción del saber (saber hacer y saber ser) y la movilización de capacidades orientadas a
enfrentar nuevas situaciones, se está ante un proceso de formación basado en competencias.
Vargas, Casanova y Montanaro, (2001).
Según Tobón (2006), la formación por competencias se asienta en los siguientes principios:
• respuesta a los requerimientos del entorno social y empresarial,
• enfoque hacia la actuación en determinados contextos,
• respuesta a los grandes retos de la humanidad,
• gestión del conocimiento,
• eje en el aprendizaje (no en la enseñanza),
• flexibilidad del diseño curricular,
• autorreflexión como eje del proceso de aprendizaje,
• estrategias para procesar y manejar información como elemento central.
Siguiendo al autor, las principales características del currículo por competencias, que lo
diferencian de otros enfoques curriculares, son:
• tiene como base un perfil de competencias,
• el currículo se organiza por módulos y nodos problematizadores,
• los docentes trabajan en equipo,
• está basado en el aprender haciendo, a partir del contexto profesional y la integración de
conocimientos, actitudes y procedimientos,
• la evaluación tiene como eje el desempeño.
En el cuadro No 1 se presenta a modo de resumen, las diferentes maneras de expresar los
componentes de la competencia docente.
Los cambios educativos en la sociedad del conocimiento exigen que la práctica docente
pase de la entrega de información al desarrollo de competencias profesionales para satisfacer las
demandas de la sociedad, del sector productivo, y para contribuir de esta manera al desarrollo
social y económico del país. Antes de definir estas competencias docentes es fundamental tener
en cuenta las características de la sociedad del conocimiento, entre las que destacan:
• El fenómeno de la globalización lleva a afrontar la diversidad.
• Implica nuevas ocupaciones con diferentes formalizaciones del trabajo.
• Presenta dinámicas de comunicación mediadas por el uso de las tecnologías de la
información.
•
Los nuevos medios de comunicación promueven la formación profesional y nuevas
maneras de aprender.
•
Demanda destrezas derivadas de la experiencia y una teoría con una amplia perspectiva
del contexto social de la educación y del progreso.
En cuanto a los requerimientos de la práctica educativa en las instituciones de educación
superior, el papel del docente en el desarrollo de las competencias profesionales (véase
Perrenoud en el cuadro 2) tiene múltiples implicaciones de tipo integral y se basa en un modelo
sistémico e interdisciplinario.
De tal manera, el docente –en su saber, saber hacer y querer hacer– promueve el
desarrollo de competencias profesionales. De ahí, la necesidad de definir las competencias
docentes que garanticen la motivación del aprendizaje autónomo y responsable del estudiante
mediante el diseño de estrategias que recuperen las condiciones del contexto del ejercicio de la
profesión y promuevan la comprensión de la movilización integrada de los saberes relativos a las
situaciones complejas asociadas al ejercicio profesional (Roegiers, 2010, p. 172); todo ello en un
ecosistema social caracterizado por la innovación y la creatividad que condiciona la composición
de la sociedad y los determinantes del bienestar y el progreso de la humanidad.
En cumplimento a la Ley Orgánica de Educación Superior el, Art. 6.- Son derechos de
los profesores o profesoras e investigadores o investigadoras de conformidad con la Constitución
y esta Ley los siguientes:
a) Ejercer la cátedra y la investigación bajo la más amplia libertad sin ningún tipo de imposición
o restricción religiosa, política, partidista o de otra índole:
b) Contar con las condiciones necesarias para el ejercicio de su actividad;
c) Acceder a la carrera de profesor e investigador y a cargos directivos, que garantice estabilidad,
promoción, movilidad y retiro, basados en el mérito académico, en la calidad de la enseñanza
impartida, en la producción investigativa, en el perfeccionamiento permanente, sin admitir
discriminación de género ni de ningún otro tipo;.
d) Participar en el sistema de evaluación institucional:
e) Elegir y ser elegido para las representaciones de profesores/as. e integrar el cogobiemo, en el
caso de las universidades y escuelas politécnicas;
f) Ejercer la libertad de asociarse y expresarse;
g) Participar en el proceso de construcción, difusión y aplicación del conocimiento; y,
h) Recibir una capacitación periódica acorde a su formación profesional y la cátedra que imparta,
que fomente e incentive la superación personal académica y pedagógica.
En cumplimento a la Ley Orgánica de Educación Superior el, Art. 12.- Principios del
Sistema.- El Sistema de Educación Superior se regirá por los principios de autonomía
responsable, cogobierno. Igualdad de oportunidades. Calidad, pertinencia, integralidad y
autodeterminación para la producción del pensamiento y conocimiento en el marco del diálogo
de saberes, pensamiento universal y producción científica tecnológica global. Estos principios
rigen de manera integral a las instituciones. Actores, procesos, normas, recursos, y demás
componentes del sistema, en los términos que establece esta Ley.
En cumplimento a la Ley Orgánica de Educación Superior el, Art. 13.- Funciones del
Sistema de Educación Superior.- Son funciones del Sistema de Educación Superior:
a) Garantizar el derecho a la educación superior mediante la docencia, la investigación y su
vinculación con la sociedad, y asegurar crecientes niveles de calidad excelencia académica y
pertinencia:
b) Promover la creación, desarrollo, transmisión y difusión de la ciencia, la técnica, la tecnología
y la cultura;
c) Formar académicos, científicos y profesionales responsables, éticos y solidarios,
comprometidos con la sociedad, debidamente preparados para que sean capaces de generar y
aplicar sus conocimientos y métodos científicos, así como la creación y promoción cultural y
artística:
d) Fortalecer el ejercicio y desarrollo de la docencia y la investigación científica en todos los
niveles y modalidades del sistema:
e) Evaluar, acreditar y categorizar a las instituciones del Sistema de Educación Superior, sus
programas y carreras, y garantizar independencia y ética en el proceso.
f) Garantizar el respeto a la autonomía universitaria responsable;
g) Garantizar el cogobierno en las instituciones universitarias y politécnicas;
h) Promover el ingreso del personal docente y administrativo, en base a concursos públicos
previstos en la Constitución;
i) Incrementar y diversificar las oportunidades de actualización y perfeccionamiento profesional
para los actores del sistema;
j) Garantizar las facilidades y condiciones necesarias para que las personas con discapacidad
puedan ejercer el derecho a desarrollar actividad, potencialidades y habilidades:
k) Promover mecanismos asociativos con otras instituciones de educación superior, así como con
unidades académicas de otros países, para el estudio análisis, investigación y planteamiento
de soluciones de problemas nacionales, regionales, continentales y mundiales:
1) Promover y fortalecer el desarrollo de las lenguas culturas y sabidurías ancestrales de los
pueblos y nacionalidades del Ecuador en el marco de la interculturalidad:
m) Promover el respeto de los derechos de la naturaleza, la preservación de un ambiente sano y
una educación y cultura ecológica;
n) Garantizar la producción de pensamiento y conocimiento articulado con el pensamiento
universal; y.
ñ) Brindar niveles óptimos de calidad en la formación y en la investigación.
En cumplimento a la Ley Orgánica de Educación Superior el, Art. 93.- Principio de
calidad.- El principio de calidad consiste en la búsqueda constante y sistemática de la excelencia,
la pertinencia, producción óptima, transmisión del conocimiento y desarrollo del pensamiento
mediante la autocrítica, la crítica externa y el mejoramiento permanente.
En cumplimento a la Ley Orgánica de Educación Superior el, Art. 94.- Evaluación de la
calidad.- La Evaluación de la Calidad es el proceso para determinar las condiciones de la
institución, carrera o programa académico, mediante la recopilación sistemática de datos
cuantitativos y cualitativos que permitan emitir un juicio o diagnóstico, analizando sus
componentes, funciones, procesos, a fin de que sus resultados sirvan para reformar y mejorar el
programa de estudios, carrera o institución. La Evaluación de la Calidad es un proceso
permanente y supone un seguimiento continuo.
CEAACES, (2013), El criterio Academia en esta evaluación alude a las condiciones
fundamentales para el ejercicio de una docencia universitaria de calidad. Justamente la
denominación de “Academia” tiene por objetivo establecer distinciones con docentes de otros
niveles de enseñanza del sistema educativo nacional (básica y bachillerato o sus equivalentes),
así como tomar en cuenta la idea de que la docencia universitaria debe constituirse en una
verdadera comunidad científica, profesional y artística con autoridad, reconocimiento,
legitimidad y debida protección en su medio. Se puede establecer una relación entre la calidad de
la enseñanza impartida en las instituciones de educación superior y ciertas características del
cuerpo docente, entre las que se destacan:
• Formación académica
• Dedicación docente
• Carrera docente
• Vinculación con la colectividad
Conclusiones.
En el presente Artículo se logró establecer, que desde finales del siglo pasado, la
educación superior se ha transformado lo cual nos permite reconocer y, en consecuencia, el
trabajo del docente en el proceso de aprendizaje.
Por lo tanto el docente se ha visto involucrado a mejorar su desempeño en las actividades
de la educación superior, mucho más cuando la educación basada en las competencias cobró
importancia a inicio del presente siglo, como resultado de la transformación del conocimiento
como motor de la economía y factor determinante de la competitividad de los mercados.
En definitiva el docente está abocado a generar un agradable clima en clases, innovar y
provocar la innovación en las prácticas, estableciendo normas así como la responsabilidad en el
trabajo, concluyentemente, lo fundamental en el desarrollo de una docencia de excelencia, es que
el docente sea accesible y demostrativo, buen observador y competente para organizar un
ambiente en que la información perceptible sea comunicada en confianza, comprometido
siempre con el cumplimiento y preparación de los contenidos necesarios para ejecutar una
determinada asignatura.
Del mismo modo, el docente debe entender en la importancia de su cargo para con la
institución a la cual se pertenece, consecuentemente preocupado en la formación y cumplimiento
de valores, adoptando la mejora continua en su desempeño perfeccionando los procesos y
actividades enunciadas en la enseñanza-aprendizaje.
Es tan importante que en el caso de las competencias en la educación superior, el docente
debe elegir la mejor práctica, como por ejemplo, innovar en las prácticas de trabajo, puesto que
para los estudiantes es más importante la práctica, por lo tanto existe el compromiso en que el
docente debe actualizar constantemente los contenidos de las asignaturas que se dictan, es de
vital importancia para los docentes que se estimule la realización de clases interactivas con la
participación constante de las y los estudiantes, propiciando un agradable ambiente en clases,
donde para los docentes como para los estudiantes la práctica docente y el desarrollo de las
competencias, se considere primordial en el ejercicio de la docencia, dando lugar a los espacios
de consulta y estar dispuesto a atender a los educandos dentro y fuera del aula.
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