Ruth Cecibelt Cedeño Álvarez a ; José Bladimir Guarnizo Delgado b ; Iván Santiago
Pacheco Proaño
Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento.
Vol. 2 núm., 2,
mayo, 2588-073X, 2018, pp. 761-781
DOI:10.26820/recimundo/2.(2).2018.761-781
Editorial Saberes del Conocimiento
Recibido: 05/12/2017
Aceptado: 15/02/2018
a. Docente, Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda-Bolívar-Ecuador; cecycedeno1996@yahoo.es
b. Docente, Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda-Bolívar-Ecuador; jblady_guarnizo@yahoo.es
c. Docente, Universidad Técnica de Cotopaxi; ivan.pacheco@utc.edu.ec
RESUMEN
El presente artículo resume los resultados de la investigación devenida experiencia axiológica, y desarrollada a partir de la inclusión en la malla curricular de la carrera de Comunicación Social, - Universidad Estatal de Bolívar, Ecuador- taller de estudio y creación teatral. El objetivo alcanzado fue el de fomentar una cultura contra la violencia, proyectada en pieza teatral abordando desde la perspectiva educativa-cultural el asunto. Esta investigación enriquece el tratamiento didáctico del proceso de enseñanza - aprendizaje de la citada asignatura para lo cual se adopta modelo formativo y metodología de carácter cualitativo.
Palabras clave:Recurso teatral; experiencia axiológica; proceso enseñanza aprendizaje;
modelo formativo.
ABSTRACT
The present article summarizes the research findings that happened axiological experience, and developed from the inclusion in the curricular net of the career of Social Communication, becoming study workshop of theatrical creation - State Bolivar's University, Ecuador -. The attained objective was the one of promoting a culture against violence, projected in play discussing from the educational cultural perspective the subject. This investigation enriches the didactic treatment of the process of teaching - learning of the quoted subject of study for which formative model and methodology of qualitative character are embraced.
Key words: Theatrical resource; axiological experience; teaching learning process; formative
model.
Introducción
El recurso teatral en el contexto educacional, constituye parte de las técnicas pedagógicas
utilizadas para desarrollar las capacidades de expresión y comunicación de los estudiantes,
desarrollando no solamente en habilidades del lenguaje como leer, escribir, escuchar o hablar,
sino esencialmente, en la habilidad de comunicar.
Como recurso didáctico, ha sido empleado en varias épocas, desde los diálogos teatrales
recreados por los humanistas para la enseñanza del latín en las universidades renacentistas, hasta
las modernas técnicas de dramatización que descubren la enseñanza como un todo, en las cuales
teoría y práctica se retroalimentan y se contemplan tanto los aspectos cognitivos de la formación
como acertadamente plantea Meléndez (2013, p. 12), “los aspectos afectivos, perceptivos,
psicomotores, artísticos y sociales” (p. 12), significando el aspecto axiológico como un
parámetro clave en esta investigación.
Este artículo describe la experiencia pedagógica - teatral de los docentes y estudiantes de
la Universidad Estatal de Bolívar, ubicada en la provincia homónima de Ecuador, quienes
desarrollaron un taller teatral que culminó con la presentación de la obra titulada “El
coleccionista de senos” en varias sedes de la ciudad de Chimbo; esta puesta en escena fue
promovida por la profesora que le imparte la asignatura de Lenguaje y Comunicación al grupo de
IV ciclo de la carrera de Comunicación Social y autora principal de ese artículo.
El texto inédito es creación del autor José Vizcaíno; es un retrato de la sociedad moderna
bolivarense en donde la fábula como recurso trasmite el mensaje de no a la violencia, en todas
sus manifestaciones. Está estructurada en cinco escenas principales. La presente investigación
alcanzó el objetivo de fomentar una cultura contra la violencia, fenómeno que afecta a la
sociedad ecuatoriana y al resto de los países del área centro y sur americana y se utilizó como
vehículo para alcanzar este propósito el desarrollo de un taller de creación teatral.
Esta experiencia axiológica contó con un referente en la ciudad española de Sevilla,
donde se proyectó taller de teatro para lograr el respeto a la diversidad. Su autor Gaspar
Rodríguez Aparicio, describió su metodología apoyado desde la psicología de Ausubel (1975) y
Vygotsky (1978), quienes evocan a la participación colectiva y activa; el corresponder a su
autoformación desde la actividad; el papel lúdico y creativo del teatro en el aprendizaje evolutivo
del individuo. (Rodríguez, 2009, p. 89)
Otros autores, referentes teóricos de este trabajo, son ubicados a continuación según las
aportaciones teóricas y las esferas del conocimiento a que pertenecen. Los partidarios de
introducir la enseñanza del teatro en el currículum escolar forman el grupo sucesivo: O'Neill
(1995), Froese (1996), Edwards (1997), Wagner (1998), Baldwin, Fleming y Neelands (2003),
Laferrière y Motos (2003) y Navarro (2006).
Los autores que orientaron desde sus investigaciones esta experiencia para establecer los
principios básicos del teatro: Brook (2001); para aplicar el modelo de decisión individual de
participación en eventos artísticos: McCarthy y Jinnett (2001); para desarrollar un modelo
formativo: González (2012); para adecuar los retos del teatro en la escuela: Motos (2009).
En tanto la metodología empleada para esta experiencia estuvo signada por Ruesga
(2011) que divide su propuesta en dos fases: la de proyección escénica, con seis pasos y la de
ejecución escénica, con ocho pasos, en la que tomó partido la autora de esta investigación.
Desarrollo.
En el ámbito nacional se debe recordar que en la presentación del Plan Nacional del Buen
Vivir (PNBV) de la República, el Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, explica las
rupturas y los aportes que anunciaba el programa gubernamental para el período comprendido
entre 2013 y 2017, poniendo énfasis en el eje referido a la revolución cultural:
Que genera nuevos conceptos y valores ciudadanos para constituir una sociedad crítica,
emprendedora, creativa y solidaria. Se vuelven fundamentales las industrias culturales y la
democratización de la palabra. También implica una revolución educativa para formar
ciudadanos con otra mentalidad, con valores asentados, con ética y con autoestima. El Buen
Vivir significa, sobre todo, tener en el país una población con una gran dosis de autoestima y de
confianza colectiva. (Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo/Semplades, 2013, p. 18)
Esta experiencia axiológica del taller de teatro responde íntegramente a tal exigencia
social que impone el país en la actualidad; la obra interpretada llevó a los espectadores un
mensaje de no a la violencia.
Los participantes en general, -tanto personal activo vinculado a la puesta en escena como
los consumidores de la obra-, lograron en debate espontáneo posterior al cierre del telón un taller
donde críticamente expusieron la realidad de la nación y de cómo podían establecer una calidad
de vida mejor, en el foro reunido prevaleció la confianza en la construcción de un Ecuador fuerte
y seguro.
Además del comentario anterior, se debe señalar que esta experiencia estuvo
estratégicamente diseñada para cumplir con varios de los objetivos del Plan Nacional del Buen
Vivir, entre ellos estuvo: 3/ Mejorar la calidad de vida de la población; 4/ Fortalecer las
capacidades y potencialidades de la ciudadanía; y 5/ Construir espacios de encuentro común y
fortalecer la identidad nacional, las identidades diversas, la plurinacionalidad y la
interculturalidad.
Al llevarles a los habitantes de la provincia de Bolívar una expresión artística como el
teatro y el abordaje problematizador, se afirma contribuir a la mejora de calidad de vida; el
pueblo demandó varias presentaciones más fuera del programa previsto, esto fue muestra de la
pertinencia de la obra y del mensaje sensibilizador que la acompañó.
Es preciso añadir, se fortalecieron las capacidades y las potencialidades de los ciudadanos
bolivarenses, debido a que se avanzó – con el ejercicio teatral y crítico de la expresión cultural –,
hacia la sociedad del conocimiento anhelada por la mayoría en el territorio. Esta experiencia
dedicó sus esfuerzos en garantizar todo el derecho constitucional de una educación con calidad y
equidad, y puso en el centro de su actividad al ser humano y a la localidad.
También desde las tablas del escenario del teatro “Nilo” y de la Casa de la Cultura, de la
provincia Bolívar, así como otras plazas culturales, se apreciaron espacios de encuentros
comunes que potenciaron la identidad y los valores desde la promoción de una obra que respetó
la diversidad, la plurinacionalidad y la interculturalidad. Suponiendo esta línea de trabajo como
una sólida garantía del éxito alcanzado, no solo en lo artístico, sino en lo educativo axiológico.
La construcción de una identidad nacional en la diversidad tiene como requisito “la
constante circulación de los elementos simbólicos que nos representan: las memorias colectivas e
individuales y el patrimonio cultural tangible e intangible” (Semplades, 2013, p. 181) lo que está
a tono con la exhibición de la obra. El coleccionista de senos.
El teatro tiene tres principios que se ajustaron a esta investigación y no pueden ser
omitidos: primeramente, el teatro debe entenderse como un arte dramático, no puede alcanzar
resultados de calidad estética si no intervienen todas sus partes en los continuos, prolongados y
necesarios ensayos de diferentes tipos y muchos entendidos enfatizan en que el teatro es el
espacio de las tres R: representación (espectáculo), recepción (espectador), repetición (ensayos)
Brook, (2001).
Desarrolla la funcionalidad de la actividad, a través de interpretaciones de roles, tales
como los de jerarquía (director), como los de subordinación (extras); los estudiantes en este nivel
superior tienen la capacidad para comprender íntegramente las funciones comunicativas de la
dramaturgia, los signos y símbolos fueron apreciados por ellos y trasmitidos desde la escena.
Como otro de los principios del teatro se manifestó como materia de enseñanza, el valor
cognoscitivo del arte apreciado no sólo en el proceso de hacerlo y de verlo, sino además de
trasmitirlo y de apreciarlo, ya que los estudiantes crearon, estudiaron y elaboraron propuestas en
cada uno de los momentos de la puesta en escena, esto fue muestra del interés y la motivación,
signada por el compromiso de presentar un buen espectáculo y de que el público presente en las
salas de exposición se llevase el mensaje contra la violencia. Sobre esta etapa educativa se confía
en que “hay que optar por enfoques más flexibles y didácticamente más ricos, centrados en el
proceso de investigación y aprendizaje, en el proceso de compartir y aportar ideas y en el
proceso de creación” (Motos, 2009, p.7)
Casi vinculado a este principio intermedio está el tercero, el cual se manifiesta como un
componente de alfabetización artística. Para que la generalidad de los integrantes del taller
alcanzase esta condición, tuvieron que ver o leer teatro, debatir y comunicarse con los cánones
del lenguaje teatral, asumir las capacidades o competencias necesarias que generaron una
posición activa y reflexiva, fueron capaces de disfrutar de la obra y valorarla a plenitud.
El artículo del referido Tomás Moto (2009) defiende la tesis de que el teatro se ha
convertido para la educación en un medio conveniente para alcanzar la integración de los
contenidos y las experiencias curriculares, promovido esencialmente porque se trata de un
lenguaje total, este trabajo se convirtió en referencia y guía para poner en marcha esta vivencia.
La diferencia más marcada entre el trabajo del español y el resultado descrito en estas páginas
está en la existencia de dos usuarios con diferencias generacionales bien definidas, además de las
distancias culturales y sociales entre un país europeo y una nación multicultural como el
Ecuador, que presenta un proyecto de inclusión favorecedor del arte y de la educación.
Estos autores evalúan cuatro retos, los que fueron adecuados a la experiencia axiológica
de los estudiantes de Comunicación Social, ellos están determinados como: consolidar la
inserción del teatro en el currículum; para cumplir con esto se trazó una estrategia didáctica, se
incorporó como contenido a la asignatura de Lenguaje y Comunicación y se desarrolló como
actividad teatral; Definir las competencias en educación teatral, las cuales fueron agrupadas y
tratadas en esta experiencia.
Otro reto alcanzado, la formación del profesorado como artista pedagogo y como
mediador, este reto fue asumido por un grupo de docentes de la U/E. Bolívar asesorados por
profesionales del teatro vinculados a la Casa de la Cultura de la provincia y por último el
eliminar las barreras de acceso de los jóvenes al teatro, en este aspecto se utilizaron los
fundamentos teóricos de los autores norteamericanos McCarthy & Jinnett (2001).
Sobre la base de estos retos se profundizó en la descripción de la experiencia docente-
educativa que abarcó los espacios universitarios y culturales de la provincia bolivarense. Se tuvo
en cuenta en la lógica descriptiva la importancia del currículum, las competencias de
dramatización y la eliminación de barreras para la asistencia al espectáculo teatral.
Se indaga aplicando las herramientas heurísticas sobre la importancia y la pertinencia de
incluir el teatro como parte del currículum, particularmente dentro de la disciplina Lenguaje y
Comunicación; no se entendía cómo dentro de la identificación de los contenidos y de las
prácticas educativas esta manifestación artística emergería con algún valor.
Al no existir ningún precedente en la U/E. Bolívar o en otras casas de altos estudios del
territorio que incluyeran al teatro dentro de la formación curricular de los estudiantes, se trazó
como camino, hacer un recorrido por la teoría, encontrando textos de diferentes puntos
geográficos que apoyaban la idea. Estos autores están relacionados en la introducción de este
artículo pues aprecian las claves del arte dramático en el proceso de enseñanza y aprendizaje en
los temas enunciados como es el comprometimiento, por parte de los estudiantes, con la vivencia
teatral-cognoscitiva, así como el mejoramiento de la comunicación y el lenguaje en los
educandos.
Los estudiantes desarrollan rasgos de la personalidad como: la creatividad, la
independencia, la auto-crítica, entre otro, logrando habilidades particulares y se fomenta la
interdisciplinariedad con otras manifestaciones artísticas. Resumiendo, estos enfoques el
profesor valenciano Tomás Motos (2009) escribió:
La dramatización y las estrategias didácticas teatrales por su carácter transversal e
interdisciplinario se revelan como un instrumento didáctico eficaz para desarrollar aspectos de
las competencias básicas y especialmente: competencia en comunicación lingüística;
competencia cultural y artística; competencia social y ciudadana; competencia para aprender a
aprender; y competencia en autonomía e iniciativa personal. (p. 9)
En los próximos párrafos se ejemplifican las competencias de dramatización (tanto de
ejecución como de creación) que se utilizó en la obra de teatro, estas fueron adaptadas del
artículo de Motos (2009, pp. 15-18).
En relación a la competencia de expresión corporal: el villano, Don Mariano, encontró la
forma de acentuar su lado oscuro con un estilo particular de caminar en escena, con estos gestos
enfatizó su interpretación, logrando el efecto deseado en el público de desprecio hacia el
personaje que caracterizaba el actor-estudiante
En cuanto a la competencia de expresión oral se pudo apreciar en la manera que utilizó el
galán de la obra, Don José, en sonorizar los poemas que declaró a su enamorada, de tal forma
que proyectaba adecuadamente la voz, como uno de los instrumentos principales de un artista, en
el espacio teatral, empleando una articulación y dicción acertadas, tal y como lo demandaba su
arquetipo. Igualmente, el narrador desde una voz en off encontró la manera de realzar los
ambientes y situaciones con su descripción.
En tanto la competencia de improvisación estuvo presente en varios momentos del texto,
quizás el más aclamado fue donde la joven María tuvo que recurrir a su memoria emocional y
representar gestos y expresiones corporales (voz, movimientos espaciales) de una víctima.
El uso de los elementos y estructuras del lenguaje dramático como competencia se
manifestó en la gestión del director de la obra cuando planificó la representación de las escenas
con coherencia, además de velar por las cualidades técnicas y estéticas de la representación
consiguiendo un resultado aceptable.
La competencia de composición dramática: composición individual y colectiva se
evidenció con la participación de manera constructiva en el trabajo del grupo tallerista, al
proponer y tomar las iniciativas.
Por último, la competencia de contextualización, análisis y valoración, se demostró
cuando el nivel teórico del taller permitió la adquisición de criterios para comprender cómo han
cambiado las manifestaciones teatrales a lo largo del tiempo y como se relacionan con otros
ámbitos (ciencia, religión, sociedad, arte).
En otras competencias (Motos, 2009, p. 21) expresa “en este caso las de transferir los
fundamentos teóricos a la práctica educativa, se realizó el mismo intento de ejemplificación,
ahora con el protagonismo del docente encargado de la puesta en marcha de la obra teatral”,
advirtiendo que el resultado fue cooperación entre los docentes de Lenguaje y Comunicación,
Escenografía y otras disciplinas afines estudiadas en la U/E. Bolívar.
La competencia de aprobación estuvo de manifiesto en el establecimiento de los lazos
entre el arte y la pedagogía, así como en el constante desvelo por la auto preparación académica.
En tanto, la competencia de adaptación tuvo en el uso de la improvisación teatral y pedagógica y
en el análisis reflexivo de la práctica su afirmación.
De la misma manera que la competencia de creación se materializó en la capacidad de
utilizar la creación individual de cada uno de los implicados en la experiencia como en la
creación colectiva del Taller.
En último término, la competencia de definición interesó el rol de cada uno de los
estudiantes y docentes involucrados en el proceso y resultado docente-teatral, mediante la
definición de los diferentes roles: autor, actor, director, técnico, crítico, espectador, etc.
En esta parte del artículo se procede a explicar la experiencia pedagógica vivida en la
ciudad de Chimbo, provincia de Bolívar, a través del modelo sobre decisiones individuales para
participar en actividades culturales que patentaron McCarthy & Jinnett (2001) el cual comprende
cuatro fases.
La fase inicial denominada de antecedentes comprendió los factores socio-demográficos,
tales como: nivel educacional, ingresos personales y familiares, género y edad, entre otros, el
factor personológico; las experiencias anteriores en relación al arte en general y al teatro en
particular y en cuarto puesto los socio-culturales que tuvieron que ver con la identidad o
pertenencia del individuo a determinado grupo social o étnico-cultural.
Como regularidad se estableció una disposición casi nula del grupo a iniciar la
experiencia, esto estaba manifestado porque planteaban que el teatro no era parte de sus vidas
recreativas, de estudio o de ocio. Los que tenían una inclinación positiva a este arte confesaban
en las entrevistas que eran presionados por el resto de sus amigos que no tenían el hábito de la
actividad teatral.
Por otra parte, en una búsqueda en documentos normativos, currículum y otras fuentes se
apreció que la sede universitaria de Bolívar estaba despoblada de iniciativas como la que llevó a
cabo el IV ciclo de la carrera de Comunicación Social. En relación a las experiencias familiares
entorno al teatro también eran escasas.
En la fase siguiente llamada perceptual se comprobó que los estudiantes tenían una
predisposición a la actividad teatral, dada en primer lugar por las creencias personales sobre la
participación en las artes y en segundo término por la percepción de las normas sociales hacia
estas actividades, ello estaba íntimamente relacionado con las actitudes individuales
participativas.
Como regularidad se escucharon opiniones desfavorables, tales como: “el teatro no tiene
que ver conmigo; es para personas de edades avanzadas; es aburrido; hay otras manifestaciones
superiores en rango de preferencia (música, cine, videos juegos, etc.); el buen teatro solo se
produce en la capital del país.”
Sin embargo, no todo lo recogido fue penoso, también se escucharon criterios o razones
para asistir a una actividad teatral: interés por el espectáculo (la actualidad y la identificación con
el tema de la obra); la oportunidad de interacción social; el interés cognoscitivo visto como
fuente de enriquecimiento personal. Algunos más osados y comprometidos plantearon la
necesidad de expresarse artísticamente y manifestaron la responsabilidad para con sus
compañeros y con la comunidad.
La tercera fase de carácter práctico consistió en la estimación individual sobre las
oportunidades reales de participar y la decisión de asistir al espectáculo, los obstáculos que
impedían la concreción de la actividad giraban alrededor de la disponibilidad de presupuesto y/o
de tiempo, la distancia (traslación), los horarios y los intereses juveniles plasmados en escena.
Los docentes y un grupo de estudiantes voluntarios con disposición a lograr una
experiencia pedagógica-teatral de elevada calidad se prestaron a revertir la situación. Para ello se
trazó una estrategia que promocionó los beneficios del arte y del teatro, se desarrollaron
actividades docentes vinculadas a la obra teatral de importantes dramaturgos nacionales y del
resto de Iberoamérica.
Este movimiento universitario pro-teatral tuvo como objetivo la inclusión de la mayoría
de los estudiantes a la experiencia de la puesta en escena de “El coleccionista de senos”. Con el
transcurso del tiempo y la celebración del taller como espacio aglutinador de los interesados,
llegaron los resultados esperados: la participación masiva espontánea de los estudiantes.
Al llegar a la última fase comprendida como la experiencia en sí,-per se-, los
involucrados derribaron las barreras y tabúes en relación con el teatro, aquí se apreció no solo el
momento de la participación activa como gestor de la obra o activa-pasiva como espectador y
crítico de la misma; sino el momento posterior dirigido a valorar la experiencia y extraer las
mejores enseñanzas, este espacio para las reacciones fue favorecido por el ambiente de
camaradería que acompañó al grupo de estudiantes durante las semanas que duró el proceso.
En el trabajo de Monserrat González Parra (2012) se establece un modelo formativo a
través del teatro en donde figuran cinco momentos de la práctica teatral. Esta investigación fue
tomada en cuenta por el taller de la U/E. Bolívar. Para una mejor comprensión se referencia este
aporte: 1/ Conciencia de la temática o el texto que interesa tratar; 2/ Sentir, experimentar la
información como algo que interesa y nos afecta; 3/ Pensar el tema con los agentes o actores en
términos de acción; 4/ Aplicar, ejecutar, llevar a la práctica la propuesta escénica; 5/ Integrar y
trascender. (p. 52)
Son un quinteto de operaciones sensoriales que sirven de porteras a las emociones y al
conocimiento, cada una de ellas con una prolongación temporal variable en dependencia de la
práctica.
En el primer paso de tomar conciencia se logró interesar a los participantes en el
problema del aumento de la violencia y, por ende, en la búsqueda de una sociedad más justa y
solidaria. En este momento de la experiencia los estudiantes al tomar conciencia de la realidad
como premisa para alcanzar el conocimiento declararon lo que querían hacer y para qué,
desarrollándose un importante debate sobre el mensaje de la obra. Ritual, que posteriormente se
realizó en cada jornada previa a comenzar los ensayos de la obra.
En cuanto a sentir, entiéndase lo referente a las emociones y valores, estas desempeñan
un papel de vanguardia en el proceso de aprendizaje y de transformación de la personalidad, por
lo que en la práctica se sensibilizó a los integrantes del taller en la lucha contra la violencia, una
vez asumida esta conducta pudieron llevar al público, a través de la representación teatral
escogida, el mensaje deseado.
Pensar y planificar la acción estuvo a cargo de los líderes de la puesta en escena: director,
autor, productor, escenógrafo y actores protagonistas, ellos en trabajo de mesa elaboraron cada
idea y tomaron las principales decisiones, el resto del personal fue involucrado en cada decisión
y tomado en cuenta si sus proposiciones eran avaladas por la mayoría.
En el momento de la aplicación los estudiantes integraron emociones y conocimiento,
paso imprescindible para que los valores quedaran interiorizados en cada uno de ellos.
El último momento de este modelo formativo correspondió a la integración y la
trascendencia de la acción educativa-teatral. El teatro tiene la capacidad de trasladar al público a
la realidad que vive, mostrándola en un escenario por actores que invitan a la reflexión individual
teniendo como base situaciones previas de la vida cotidiana, en este sentido los que concurrieron
a cada presentación de la obra se comprometieron con la causa de erradicar la violencia; de crear
una ciudad pacífica.
El resultado de la investigación de la autora catalana González (2012) es dirigido a los
profesionales de la educación, queda por debajo de las expectativas en puntos como el marco
teórico, en la caracterización del teatro como elemento emisor de enseñanzas y de otras
funciones.
En cuanto al modelo de formación asumido en este artículo fue considerado como
pertinente para la aplicabilidad de la experiencia del taller de la U/E. Bolívar, la novedad fue que
se interesó no solo a los docentes sino a un grupo de estudiantes y a sus familiares, se centró la
actividad hacia una acción axiológica determinada.
En cuanto a la metodología aplicada a esta experiencia axiológica estuvo determinada por
la propuesta de Ruesga Navarro (2011). Ella comprendió las dos fases proyectadas para la
realización de un espectáculo teatral. Primera: la fase de proyección escénica, con seis pasos y
segunda: la fase de ejecución escénica, con ocho pasos.
Todos fueron acatados y adaptados a las exigencias de un taller pequeño en número de
participantes y en presupuesto concebido, en la primera fase los pasos fueron los siguientes:
(1ro.) idea del espectáculo; (2do.) proyecto dramatúrgico; (3ro.) presentación del proyecto
dramatúrgico a los diseñadores
escénicos y al resto del área artística; (4to.) anteproyecto de
los diseñadores; (5to.) reunión de coordinación de los anteproyectos. Productor artístico. Director
de puesta en escena y (6to.) ensayos preliminares. Sesiones de debate con el dramaturgo, director
de puesta en escena, productor y todo el equipo de diseño y el resto del área artística. Fijación de
criterios para la realización. (pp. 98-100)
En la segunda fase y definitoria del resultado para el cual se trabajó durante mucho
tiempo comprendió los pasos a continuación enlistados: (1ro.) los proyectos de ejecución.
Reunión preliminar con el director técnico y el productor; (2do.) finalización de los proyectos de
ejecución. Reunión de control con el director técnico y el productor; (3ro.) realización /
construcción de los elementos; (4to.) implementación de los elementos en el escenario; (5to.)
ensayos en el escenario; (6to.) ensayos técnicos; (7mo.) ensayos generales y (8vo.) preestrenos
con público. (pp. 100-106)
Esta metodología para lograr un espectáculo teatral fue de singular importancia para la
realización y puesta en escena de la obra: El coleccionista de senos, proyectada por el Taller de
la U/E. Bolívar, en el mes de julio de 2014.
Conclusiones.
La inclusión del teatro en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la asignatura:
Lenguaje y Comunicación a través de la puesta en escena de la obra: El coleccionista de senos,
como parte del desarrollo de un taller teatral dentro del currículum de los estudiantes del IV ciclo
de la carrera de Comunicación Social propició una experiencia axiológica en la U/E. Bolívar y en
el resto de la ciudad de Chimbo, provincia de Bolívar, Ecuador.
La implementación de un modelo formativo dedicado a los estudiantes universitarios
permitió sensibilizarlos en relación a la lucha contra la violencia. Igualmente, la exportación de
una metodología estructurada en dos fases (proyección y ejecución escénica) para aplicar al taller
de creación y estudio teatral fue bien recibida por la sociedad bolivarense en tanto fomentó una
cultura contra la violencia, lo que determinó la pertinencia de esta experiencia axiológica.
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