Edgar Antonio Barragán Saldaña a;
Italo Rigoberto Carabajo Romero b;
Daniel Edmundo Quinto Ochoa c
Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento. Vol. 2 núm.3, julio, ISSN: 2588-073X, 2018, pp. 465-478
DOI: 10.26820/recimundo/2.(3).julio.2018.465-478
Editorial Saberes del Conocimiento
Recibido: 05/04/2018 | Aceptado: 15/05/2018 | Publicado: 30/07/2018 |
Correspondencia: edgar1981@outlook.es
a. edgar1981@outlook.es
b. Universidad Estatal Península de Santa Elena; icarabajo@upse.edu.ec
c. lcdo_danielquinto@hotmail.com
El presente artículo resulta ser una revisión de la Pedagogía crítica, en tanta expresión del pensamiento crítico en las ciencias de la educación. Se comienza por revisar algunos elementos de carácter conceptual acerca de la pedagogía crítica, reconociendo de antemano su condición de categoría a la cual contribuyeron múltiples y diferentes campos y disciplinas del conocimiento científico, a saber: la política, la economía, la cultura, el feminismo, la sociología. Visto de manera simplificada, tomamos de Muros (2007) la definición de la categoría como un tipo de pedagogía caracterizada por la búsqueda de la transformación social en términos de mayor justicia e igualdad para las personas. Las aportaciones más conocidas corresponden a la corriente radical (las otras dos serían la libertaria y la liberacionista) en autores como Freire, Giroux y Mclaren. La pedagogía de Freyre que él denominó “pedagogía del oprimido” busca revelar la situación de los oprimidos que son vistos como objetos, como cosas que no tienen finalidades, sus finalidades son las que los opresores les prescriben. La aportación de Gioux es que ve la educación como una práctica política, social y cultural, a la vez que se plantea como objetivos centrales el cuestionamiento de las formas de subordinación que crean inequidades. Por su parte, McLaren identifica en sus predecesores Freire y Giroux el que partirían de la distinción entre escolarización y educación, mientras que la premisa común sería que los hombres y las mujeres no son en esencia libres que habitan un mundo repleto de contradicciones y asimetrías de poder y privilegios.
Palabras clave: Pedagogía crítica, Teoría crítica, educación liberadora, opresión, conciencia, educación.
The present article turns out to be a revision of Critical Pedagogy, as an expression of critical thinking in the education sciences. We begin by reviewing some elements of a conceptual nature about critical pedagogy, recognizing in advance their status as a category to which they contributed multiple and different fields and disciplines of scientific knowledge, namely: politics, economics, culture, feminism, the sociology. Seen in a simplified way, we take from Muros (2007) the definition of the category as a type of pedagogy characterized by the search for social transformation in terms of greater justice and equality for people. The best-known contributions correspond to the radical current (the other two would be the libertarian and the liberationist) in authors such as Freire, Giroux and Mclaren. The pedagogy of Freyre that he called "pedagogy of the oppressed" seeks to reveal the situation of the oppressed who are seen as objects, as things that have no purpose, their purposes are those that the oppressors prescribe. Gioux's contribution is that he sees education as a political, social and cultural practice, while at the same time raising as central objectives the questioning of the forms of subordination that create inequities. For his part, McLaren identifies in his predecessors Freire and Giroux that would depart from the distinction between schooling and education, while the common premise would be that men and women are not essentially free to inhabit a world full of contradictions and asymmetries of power and privileges.
Keywords: critical pedagogy, critical theory, liberating education, oppression, conscience, education.
Introducción.
En el presente artículo se desarrolla una nueva alternativa de la práctica educativa desde la perspectiva de la pedagogía crítica, como una opción para una educación más humanizada, que rompa con la educación tradicional y no siga la reproducción de prácticas que terminan siendo inhumanas y centradas en el capital cultural de las clases privilegiadas, a menudo con una función de querer colonizar a quienes están fuera de la ideología de la clase dominante y convirtiéndose en oprimidos.
Por lo tanto la propuesta consiste en despertar el interés de los pedagogos en que puedan ayudar a sus estudiantes a quitarse la opresión internalizada y a reconocer los mecanismos hegemónicos que contribuyen a que sean explotados y por consiguiente deshumanizados.
Aspectos conceptuales:
Desde el pensamiento latinoamericano, Paulo Freire sería uno de los inspiradores de tal corriente pedagógica a partir de sus aportaciones conocidas como “Pedagogía del Oprimido”, que sirvieron de guía e inspiración a los autores emblemáticos de la pedagogía crítica como lo son Henry Giroux y Peter McLaren.
Así nos aporta (Muros, 2007) desde su interpretación del pensamiento de Freire que “La Pedagogía Crítica (PC) es un tipo de pedagogía caracterizada por la búsqueda de la transformación social en términos de mayor justicia e igualdad para las personas” (p. 397)
Aun cuando le atribuye a (Giroux, 1992) el haber acuñado el término nos comparte (Muros, 2007) que se trataría de un término que carece de homogeneidad y que se nutriría de disciplinas y campos del conocimiento disímiles entre si tales como la política, la economía, la cultura, el feminismo, la sociología. A las cuales habría que agregar, los movimientos sociales, el marxismo, la economía política, la filosofía y por supuesto las ciencias de la educación.
Para Henry Giroux, según lo que nos sintetiza (González, 2006)
La pedagogía crítica ve la educación como una práctica política social y cultural, a la vez que se plantea como objetivos centrales el cuestionamiento de las formas de subordinación que crean inequidades, el rechazo a las relaciones de salón de clases que descartan la diferencia y el rechazo a la subordinación del propósito de la escolarización a consideraciones económicas. (p. 83)
Tal idea se deriva de la aplicación de los principios teóricos de la economía política a la teoría y práctica educativa, partiendo de la idea central de que la sociedad capitalista es una sociedad de clases en la que unas clases dominantes minoritarias ejercen su dominación económica, política e ideológica contra las grandes mayorías sometidas.
No obstante (Muros, 2007) se remonta al concepto de pedagogía dialéctica que abría acuñado Freire a partir de sus estudios de Hegel de la relación amo esclavo, entre otras influencias, de lo cual se desprendería una teoría dialéctica de la pedagogía, “la cual se cuestiona las historias y relaciones de significados y apariencias dados por hecho desde un análisis que va de forma simultánea desde lo particular a lo general y viceversa, para percibir contradicciones ideológicas y prácticas opresivas” (p. 399)
Por su parte (McLaren, 1984) identifica en los cultivadores de la categoría “pedagogía crítica” diversidad de tendencias que en su opinión difieren en abundantes aspectos analíticos, identificando entre las tendencias de teóricos críticos los radicales, los libertarios y los liberacionistas, ubicándose él como inclinado a los radicales, de los cuales refiere a Freire y a Giroux, quienes partirían de la distinción entre escolarización y educación: “La primera es principalmente un modo de control social; la segunda tiene el potencial de transformar la sociedad, entendiendo al estudiante como un sujeto activo comprometido con su desarrollo y con el de la sociedad” (McLaren, 1984, p. 203)
Para McLaren (1984) la premisa fundamental de esta corriente de pensamiento sería “los hombres y las mujeres no son en esencia libres que habitan un mundo repleto de contradicciones y asimetrías de poder y privilegios” (p. 204), ante lo cual se involucran sus seguidores en teorías dialécticas que conceptúan a las problemáticas sociales en su permanente complejidad, contradicción e interacción, donde los actores sociales son tan creados como creadores, en una dinámica de interacción de lo individual y lo social como mutuamente condicionante. Lo analizado es visto en su relación dialéctica con su respectivo contexto pertinente, de manera que “la teoría crítica nos ayuda a enfocar simultáneamente ambos aspectos de una contradicción social.” (p. 205) De ello se derivaría observar a la escuela “como un terreno cultural que promueve la afirmación del estudiante y su autotransformación” (p. 206) y no únicamente como el espacio para el adoctrinamiento.
De manera que entre los principios de la pedagogía crítica en McLaren establece que:
La escuela funciona simultáneamente como medio para dar poder a los estudiantes en torno a cuestiones de justicia social y como un medio para sostener, legitimar y reproducir los intereses de la clase dominante dirigidos a crear futuros trabajadores obedientes, dóciles y mal pagados.(p. 206)
La Pedagogía Crítica en movimiento
(Galeano, 1989) citado por (Bahruth,2007) afirmó que
el colonialismo visible te mutila, te prohíbe decir, te prohíbe hacer, te prohíbe ser. El colonialismo invisible, en cambio, te convence de que la servidumbre es tu destino y la impotencia tu naturaleza: te convence de que no se puede decir, no se puede hacer nada, no se puede ser. (p.55)
En ese mismo orden de ideas (Freire, 1967) expresa que el problema de reconocer la deshumanización implica lo axiológico, lo ontológico y la realidad histórica Dado que los hombres sometidos a la injusticia, la explotación, la opresión, la violencia de los opresores entramos en una negación que él llamó “vocación negada”. Pero con el deseo de libertad, de justicia, se generan condiciones para la recuperación de su humanidad robada desde la lucha por los oprimidos por su emancipación.
Para (Freire, 1967) la tarea del oprimido es liberarse de los opresores, pero para ello debe darse cuenta que es oprimido e identificarse con su contrario para liberarse, lo que no puede es convertirse en otro opresor Porque muchas veces la situación opresora engendra lo que él denomina deshumanizante y deshumanizada, abarcando a quienes oprimen y a los oprimidos, siendo allí donde se ancla la estructura dominadora, temen a la libertad, quieren ser pero temen ser.
La pedagogía de Freyre que el denominó “pedagogía del oprimido” busca revelar la situación de los oprimidos que son vistos como objetos, como cosas que no tienen finalidades, sus finalidades son las que los opresores les prescriben.
Por la pedagogía crítica para democratizar la educación
Es preciso entender que a través de la pedagogía crítica se intenta desarrollar un discurso de transformación y emancipación social. Además desarrollar formas de cuestionamiento social que tenga como propósito analizar lo que es y lo que debería ser, propiciando el compromiso de penetrar en el mundo de las apariencias y develar los que está oculto, rescatar al mundo de las cadenas de la superstición, la ignorancia y el sufrimiento.
En este sentido, (Giroux, 1992) cita a Adorno y (Horkheimer, 1972) quienes refieren que “en el sentido más general, del pensamiento progresista la Ilustración siempre ha tenido como propósito la liberación del hombre del miedo a establecer su soberanía” (p.51) mientras que citando a (Habermas, 1973) este mismo texto plantea que debe existir un nivel de autorreflexión histórica de la ciencia, que tenga un sentido crítico y, como lo dijo Marx, que se tenga a la vez una razón con el compromiso de la racionalidad y contra del dogmatismo. Con la idea de dar respuestas al sufrimiento y a la opresión, con el deseo de la emancipación y en búsqueda de la identidad propia. (Giroux, 1992, p. 29/30)
En correspondencia con ello, (Marcuse, 1968) (citado por Giroux, 1992, p.32) pensó que si la razón tenía un elemento crítico debería ser capaz de reconstruir la historia, porque él dijo que la razón representa la más alta potencialidad del hombre y de la existencia. Por lo tanto debe demostrar sus poderes de crítica y negatividad, con el propósito de crear la crisis de la razón para que la sociedad se vuelva más racionalizada y se convierta en la oposición a la irracionalidad.
De allí que la Escuela de Frankfurt, según los estudios de (Giroux, 1992) “arguye que la única solución a la crisis presente se encuentra en pleno desarrollo de la noción de la autoconciencia de la razón, que incluya elementos de crítica para reformar la voluntad humana y se convierta en una acción transformadora”. (p.32)
Las aportaciones de Giroux
En ese mismo orden de ideas, (Giroux, 1992) afinó sus estudios sobre los modos de mediación y recepción, y su vínculo con la construcción de la conciencia y la producción de la subjetividad. Su interés por profundizar en los estudios culturales lo conllevó conectar la subjetividad, el poder y la pedagogía con cuestiones de lenguaje, del discurso y del deseo. Logra combinar sus interpretaciones con la teoría crítica, el progresismo de Dewey, los estudios culturales británicos y la pedagogía de la liberación de Freire, la reconceptualización curricular y el dominio de la pedagogía; preparando así el contexto para la praxis democrática radical que fuese políticamente transformadora, capaz de hacer las criticas poscoloniales a la posición eurocentrista, la cual se creía que la cultura occidental era el parámetro de medición de la civilización y que producía un canon educativo transhistórico. A estas interpretaciones agregó las teorías feministas posmodernistas, que lo hicieron plantearse los medios y métodos nuevos, los discursos académicos y nuevas formas de conocimiento.
Todas estas teorías le dieron luz para comprender los silencios sociales y políticos en sus discursos, la negatividad de incluir diversas perspectivas disciplinarias, el rechazo de la autodeterminación humana. Partiendo de allí (Giroux, 1992) generó nuevas formas de ver la educación y la enseñanza, dando como resultado una pedagogía crítica posmoderna y multicultural. Así mismo, se planteó llevar la idea de los estudios culturales al análisis de la cultura popular como ámbito pedagógico y político.
Esto hace analizar la importancia de apropiarse del discurso de la teoría de la pedagogía crítica y centrarse en la necesidad de desarrollar formas críticas adaptadas a un discurso teórico que medie la posibilidad de una acción social y la transformación emancipadora. Remite a repensarse: ¿Cómo se produce una educación significativa a través de hacerla crítica y cómo se la hace crítica para transformarla en emancipadora? La respuesta estaría en el rompimiento con la educación tradicional, que está atrincherada en la lógica de la racionalidad tecnocrática y anclada en los principios del instrumentalismo o del individualismo al servicio propio.
Esto llama a la reflexión de cómo transformar el aparto ideológico que aún mantiene a los sujetos inmersos en la reproducción de las relaciones de producción capitalistas, pensando solo en las fuerzas de trabajo que pasivamente obedecen a las demandas del capital y de sus instituciones. Lo que se busca es romper con las estructuras dominantes y desarrollar la teoría y la crítica, luchar para lograr la autoliberación para rescatar al sujeto humano de la lógica de la administración capitalista. Es repensar y reconstruir de forma radicalmente diferente el significado de la emancipación humana, en busca de la teoría crítica autoconsciente, de acuerdo a la necesidad de desarrollar un discurso de transformación y emancipación social que no se aferre al dogmatismo; con el compromiso de interpretar al mundo de las apariencias objetivas y develar las apariencias significativas a través de las relaciones sociales que se toman como estatus de cosas u objetos.
La idea fundamental es buscar como rechazar con las formas de dominación que subordinan la conciencia y la acción humana a los imperativos de leyes universales. Desde este punto de vista, como lo establece la escuela de Frankfurt, es seguir buscando satisfacer la necesidad de una renovación teórica en el campo de la educación que logre hacer un cambio y romper con los paradigmas de la racionalidad instrumental, con el autoritarismo y con las teorías sociales reproducidas por una hegemonía capitalista.
Freire y las prácticas educativas.
En esas ideas Freire (1967) genera una reflexión sobre la práctica educativa. Enumera y discute cómo debe organizarse los contenidos programáticos docentes, y que el docente se convenza que enseñar no es solamente transferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o de su construcción.
Expresa que ha comprendido que las personas se convierten en pacientes que reciben los conocimientos-contenidos acumulados por el sujeto que sabe y que les son transferidos, pero que habría que entender que quien forma se forma y se reforma al formar, y quien es formado se forma y forma al ser formado. (Freire, 2002, p. 24/25) De ahí que expresa que no hay docencia sin discencia porque aunque existe una diferencia entre ambas, las dos se explican y sus sujetos no se reducen a la condición de objeto uno del otro. Por lo tanto existe una relación en la que quien enseña, enseña alguna cosa a alguien que está aprendiendo socialmente.
La concepción y la práctica de la educación bancaria se instaura para controlar el pensar y la acción del hombre con el objeto que éste se adapte al mundo. Su función es inhibir el poder de crear, de actuar, para provocar en las personas la frustración y el sufrimiento que proviene de haber perturbado el equilibrio humano. La educación liberadora propone comprensión de los hombres como cuerpos conscientes que se relacionan con el mundo. La pedagogía del oprimido es una obra que pretende romper con el esquema tradicional domesticador en busca de un camino liberador. Su propuesta es que el oprimido debe construir su propia pedagogía, emprender la reconquista de su lenguaje; aprender a pronunciar su palabra, aquella que tiene contenido (Freire, 1967, p.76)
Y esta práctica de enseñar-aprender, es la que hace participar en una experiencia total, directa, ideológica, política, gnoseológica, pedagógica, estética, en la cual el hecho de la enseñanza y la actuación pedagógica, tanto en la educación formal como en la informal partan de un método dialógico. Es decir, que el docente no debe ser el único que de clase, sino que el estudiante participe y sea escuchado, que la clase sea democratizada, con el propósito de que los estudiantes puedan expresarse libremente y , para ello, el profesor debe generar un aprendizaje crítico.
Freire (1967) manifiesta que se debe educar para transformar a una sociedad oprimida. Buscar develar la realidad oculta y conseguir una educación liberadora, partiendo de que realmente una educación no es la que modela a una sociedad, sino que la sociedad es la que modela la educación. Respondiendo de alguna manera a cuáles son los intereses del poder político-económico del Estado. Lo importante es buscar romper con el miedo para transformar y tener osadía para cambiar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Lograr establecer una relación entre el docente-estudiante que les permita descontextualizar y contextualizar la realidad para transformarla, desde la crítica y la reflexión. Es dejar atrás el autoritarismo por una democratización participativa.
Para Freire debe existir una entrega apasionada por parte de los educadores para que lo político sea más pedagógico, y este tenga la capacidad de convertir la enseñanza en una reflexión y en una acción crítica diseñando un proyecto social, que no solo se oponga a las formas opresión, sino que tenga la capacidad de desarrollar una fe profunda por humanizar la vida misma.
En ese mismo orden de ideas, el autor como tal plantea la importancia de una formación e información basada en la recreación del conocimiento aplicando la metodología de la dialéctica del conocimiento, cuya práctica permita la teorización sobre la práctica misma y de una manera sistémica, ordenado y progresivo y al ritmo de los participantes que les permita ir descubriendo elementos teóricos y profundizar según sea el avance del grupo. Y lo importante de este método es que permite ir ubicando lo cotidiano, lo inmediato, lo individual, lo colectivo, lo histórico, lo estructural hasta de alguna manera pueda paulatinamente llegar a tener una visión totalizadora de la realidad.
A manera de conclusión:
La pedagogía crítica resulta de una derivación de la teoría crítica hacia la comprensión y explicación del fenómeno educativo. No es una teoría homogénea, sino que por el contrario da muestras de la existencia de tendencias, aun cuando las más conocidas e influyentes corresponden a las aportaciones de Paulo Freire con su pedagogía del oprimido, la cual fue tomada como referencia e inspiración para los aportes de otros autores no latinoamericanos como Henry Giroux y Peter McLaren. La pedagogía crítica se nutre de múltiples campos y disciplinas y trascienden a las ciencias de la educación. El hilo central de las diferentes tendencias, sería la búsqueda de la transformación social en términos de mayor justicia e igualdad para las personas.
Referencias bibliográficas.
Adorno T.W. y M Horkheimer (1972), Dialectic of Enlightemed, trad. John Cummings, Nueva York: Seabury Press
Bahruth, R., & Peter Mclaren. (2007) Un estudioso de los estudiosos. En Charles Huerta. & M. Pruyn, De la pedagogía crítica a la pedagogía de la Revolución. Ensayos para comprender a Peter McLaren. México: Siglo XXI editores.
Freire, P. (1967) Pedagogía del Oprimido. Bogotá, Colombia: Editorial América Latina.
Freire, P. (2002). Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. Argentina: Siglo XXI editores.
Freire P. & Shor, I (2014) Miedo y osadía, la cotidianeidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI editores.
Giroux, H. (1992). Teoría y Resistencia en la educación. México: Siglo XXI editores.
Giroux, H. (2003) Pedagogía y política de la esperanza. Teoría, cultura y enseñanza. Educación, Agenda Educativa. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.
Habermas, J. (1973). Teory and Practice, Boston, EEUU, Beacon Press.
McLaren, P. (1984). La vida en las escuelas. Una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación. México: Siglo XXI Editores.
Muros; B. (2007). La pedagogía crítica de Paulo Freire: aportaciones conceptuales. Revista de Ciencias de la Educación, 212: 397-407.