Paul Hamilton Capa Bohórquez a; Luis Javier Álvarez Moyon b; Karol Natalie
Galarza Ávila c; María Verónica Crespo Zamora d
Bacteriuria Asintomática
Asymptomatic bacteriuria
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3, septiembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 163-182
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.163-182
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/516
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo de
Revisión
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 15/05/2019 Aceptado: 23/06/2019 Publicado:
30/09/2019
Correspondencia: insx27@hotmail.com
a. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; insx27@hotmail.com
b. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; lujam898989@gmail.com c. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; karito-naty@hotmail.com
d. Médica; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; veronicacrespoz29@outlook.com
RESUMEN
La bacteriuria asintomática
es una enfermedad común producto
de un tratamiento antimicrobiano inadecuado de
pacientes asintomáticos.
La bacteriuria se ha identificado como un problema
importante para los programas
de administración de antimicrobianos. En el siguiente
trabajo de
investigación se resume y evalúan estudios recientes que amplían el conocimiento de la ocurrencia,
gestión y
resultados de la bacteriuria. La prevalencia reportada de bacteriuria es más alta en algunos países en desarrollo que la reportada generalmente para países desarrollados, pero las
razones para
esto siguen sin estar claras. Estudios clínicos de mujeres jóvenes, pacientes con trasplante renal y pacientes sometidos
a procedimientos urológicos no traumáticos menores, confirman que el tratamiento de la bacteriuria asintomática
para estas poblaciones no es
beneficioso y
puede ser dañina. Durante el desarrollo de la investigación se observó que el
tratamiento de la bacteriuria asintomática antes de la cirugía ortopédica no disminuye la infección
postoperatoria. Los estudios continúan informando un uso antimicrobiano sustancial e inapropiado
para el tratamiento
de bacteriuria asintomática. Sin embargo, se ha confirmado
que la bacteriuria
asintomática es benigna en
la mayoría de los
pacientes. Las
estrategias para mujeres embarazadas con bacteriuria recurrente requieren mayor atención. Hay
una continua problemática
que se presenta
con el tratamiento
inapropiado de
la bacteriuria
asintomática y las
estrategias sostenibles
ya
que para su
optimización necesita el uso de antimicrobianos.
Palabras Claves: Infección Urinaria Asintomática; Bacteriuria;
Embarazo; Catéter
Urinario; Infección del Tracto Urinario.
ABSTRACT
Asymptomatic
bacteriuria is a common disease product of an antimicrobial treatment treating
asymptomatic
patients. Bacteriuria has been identified as a major problem for antimicrobial administration programs. The following research work will resume and evaluate recent studies that extend knowledge of
the occurrence, management and results of bacteriuria. The reported
prevalence
of bacteriuria is higher in some developing countries than is generally reported for
developed
countries, but the reasons for this remain unclear. Clinical studies of young women, patients with renal transplantation and sometimes
minor non-traumatic urological patients,
confirm the treatment of asymptomatic
bacteriuria for these populations is not beneficial and can
be harmful. During the development of the investigation the treatment of asymptomatic
bacteriuria will be detected before the orthopedic surgery does not affect the postoperative infection. Studies continue to report substantially and inappropriate antimicrobial
use for the treatment of
asymptomatic bacteriuria. However, it has been confirmed that asymptomatic bacteriuria is benign
in most patients.
Strategies for pregnant women with recurrent bacteriuria
affected increased
attention. There is a continuous problem that arises with the inappropriate treatment
of asymptomatic bacteriuria
and
sustainable strategies
and
that for its optimization needs the use of
antimicrobials.
Key
Words: Asymptomatic urinary tract infection; bacteriuria; pregnancy; urinary catheter;
urinary tract infection.
Introducción.
La bacteriuria asintomática, también conocida como bacteriuria o infección urinaria
asintomática, es una enfermedad común que se presenta en mujeres sanas, así como también en
hombres y mujeres con anormalidades del tracto genitourinario. Esta infección se identifica cuando las
muestras de orina anuladas tienen al menos 105 ufc / ml de un uropatógeno aislado en ausencia
de signos o síntomas
de infección
urinaria. (Nicolle, Bradley, & Colgan,
2005)
Cuando ocurren dos infecciones
consecutivas, generalmente se
recomiendan muestras
vacías positivas para mujeres, pero un solo espécimen es suficiente para
los
hombres. Para una
muestra de catéter de entrada y salida, incluyendo muestras de pacientes que usan cateterización
intermitente, al menos 102 ufc / ml es
suficiente. La identificación de bacteriuria en individuos
con
catéteres permanentes crónicos es complicada, debido a
la contaminación por
biofilm a lo largo del catéter. Un recuento cuantitativo de al
menos 105 ufc / ml probablemente también sea
apropiado para estos pacientes. Sin embargo, la bacteriuria asintomática
suele ser benigna.
(Nicolle, Bradley, & Colgan,
2005)
Se reconoce
que la morbilidad atribuible a la bacteriuria ocurre solo en mujeres embarazadas y en las personas sometidas a intervenciones urológicas invasivas acompañadas de trauma
en
la mucosa. Publicaciones
recientes han logrado expandir el conocimiento relevante en
varios aspectos de la bacteriuria, con la finalidad de ofrecer una mayor comprensión en el adecuado
manejo de este síndrome.
La bacteriuria asintomática puede ser más común en los países en desarrollo, no obstante, esto requieren mayor aclaración. Se tiene conocimiento que la bacteriuria asintomática en mujeres jóvenes sanas es benigna, pero se cree que
los antibióticos administrados para el tratamiento asintomático de la bacteriuria en esta
población pueden ser dañinos, lo que
lleva
a una mayor frecuencia de infección sintomática del tracto urinario. (Ajayi,
Nwabuisi, & Aboyeji,
2012)
Los procedimientos
urológicos menores realizados en
individuos bacteriúricos no tratados
con
antimicrobianos, incluidos
cistoscopia y estudios urodinámicos, están asociados con pocos
resultados adversos. Las terapias
con
antimicrobiano
profiláctico no conduce a resultados
beneficiosos para
estos pacientes. La bacteriuria asintomática identificada antes
de una cirugía
de cadera no es una fuente de infecciones de heridas postoperatorias. Por lo tanto, no hay indicación
de tratamiento en este
entorno clínico.
(Awonuga, Fawole, & Dada-Adegbola,
2011)
En el tratamiento para
la bacteriuria asintomática
en
pacientes renales receptores de trasplantes, se considera
que no son beneficiosos, aunque se
necesitan ensayos aleatorios de
esta intervención. Por este motivo, esta investigación se centra
en
evaluar la manifestación clínica
de la bacteriuria asintomática, así como también,
los
tratamientos adecuados según patologías y pacientes.
Métodos y materiales.
Para
el desarrollo de este
proceso investigativo, se
plantea como metodología
la encaminada
hacia una orientación científica particular que se encuentra determinada por la necesidad de indagar en forma precisa y coherente una situación, en tal sentido (Davila, 2015)
define la metodología “como aquellos pasos previos que son
seleccionados por
el
investigador para lograr resultados favorables
que le ayuden a plantear
nuevas ideas”.(p.66)
Lo
citado por
el
autor, lleva a entender
que el desarrollo de
la acción investigativa
busca simplemente coordinar acciones enmarcadas en una
revisión bibliográfica con el fin de complementar ideas
previas relacionadas con
la Bacteriuria asintomática, a través
de una revisión de literatura, para así finalmente elaborar
un cuerpo de consideraciones generales que ayuden a
ampliar el interés propuesto.
Tipo
de
Investigación.
Dentro de
toda práctica investigativa, se precisan acciones
de carácter metodológico
mediante las cuales, se logra conocer
y proyectar los eventos posibles
que la determinan, así como
las características que
hacen del acto científico un proceso interactivo ajustado a una realidad posible de ser interpretada. En este sentido, se puede
decir, que la presente
investigación corresponde
al
tipo documental, definido
por Castro (2016), “se
ocupa del estudio de problemas
planteados a nivel teórico, la información requerida para abordarlos se encuentra básicamente en
materiales impresos, audiovisuales y /o
electrónicos”. (p.41).
En consideración a esta definición, la orientación metodológica permitió la oportunidad de
cumplir con una serie de actividades inherentes a la revisión y lectura de diversos documentos
donde se encontraron ideas explicitas relacionadas con los tópicos encargados de identificar a cada característica insertada
en
el estudio. Por
lo tanto, se
realizaron
continuas interpretaciones con el claro propósito de revisar aquellas apreciaciones o investigaciones propuestas por
diferentes investigadores relacionadas con el tema de interés, para luego dar la respectiva argumentación a
los planteamientos,
en función a las necesidades encontradas en
la indagación.
Fuentes Documentales.
El análisis correspondiente
a las características que
predomina en el tema
seleccionado, llevan a incluir diferentes fuentes documentales encargadas de darle el respectivo apoyo y
en
ese sentido cumplir con la valoración de
los hechos a fin de generar nuevos criterios que
sirven de referencia a otros procesos investigativos. Para (CASTRO, 2016)
las fuentes documentales
incorporadas en la investigación documental o bibliográfica, “representa
la suma de materiales
sistemáticos que son revisados en forma rigurosa y profunda para llegar a un análisis del
fenómeno”.(p.41). Por lo tanto, se procedió a cumplir con la realización de una lectura previa determinada para encontrar aquellos
aspectos
estrechamente vinculados
con
el tema, con el
fin de explicar
mediante un desarrollo
las respectivas
apreciaciones generales
de importancia.
Técnicas para
la Recolección de la
Información.
La conducción de la investigación para
ser
realizada en función a las particularidades que
determinan a
los estudios documentales, tiene como fin el desarrollo de
un conjunto de acciones
encargadas de llevar a la selección de técnicas estrechamente vinculadas con las características del
estudio. En tal sentido, (Bolívar, 2015), refiere, que es “una técnica particular
para aportar ayuda a los
procedimientos de
selección de las
ideas primarias y secundarias”. (p. 71).
Por ello, se procedió a la
utilización del subrayado, resúmenes, fichaje, como parte básica para la revisión y selección de los documentos
que presentan el contenido teórico. Es decir, que
mediante la aplicación de
estas técnicas se
pudo llegar
a recoger
informaciones en cuanto a
la revisión bibliográfica de los diversos elementos encargados de orientar el proceso de investigación.
Tal
como lo expresa, (Bolívar, 2015) “las técnicas documentales proporcionan las herramientas esenciales y determinantes para responder a los objetivos formulados y llegar a resultados efectivos” (p. 58). Es decir, para responder con eficiencia a
las necesidades investigativas, se
introdujeron como técnica de recolección el método inductivo, que hizo posible
llevar a cabo una valoración de los hechos de forma particular para llegar a la explicación desde una visión general.
Asimismo, se emplearon las técnicas de análisis de información para la realización de la
investigación que fue
ejecutada bajo la
dinámica de aplicar diversos elementos encargados de determinar el camino a
recorrer por el estudio, según, (Bolívar,
2015) las técnicas de
procesamiento de
datos en los estudios documentales “son las encargadas de
ofrecer al
investigador la visión o pasos que debe cumplir durante
su ejercicio, cada una de ellas debe estar en correspondencia con el nivel a emplear” (p. 123). Esto indica, que para llevar a cabo el
procesamiento de los datos obtenidos una vez aplicado las técnicas seleccionadas, tales como:
fichas de resumen, textual, registros descriptivos entre otros, los mismos se
deben ajustar al nivel que
ha sido seleccionado.
Resultados.
La prevalencia de
bacteriuria en los países en desarrollo no ha
sido bien caracterizada
anteriormente. Tres estudios describen una alta prevalencia en mujeres embarazadas de 18.1%,
40% y 10.7% , comparado con
2–7% en
países desarrollados
países
(Awonuga, Fawole, & Dada-
Adegbola, 2011). En otra población pacientes con anemia de células falciformes, la bacteriuria fue
identificada en 8.3% de 48 hombres y 20% de 55 mujeres (Iwalokun,
Iwalokun, & Hodonu, 2012).
Los
pacientes mayores de 20 años fueron
bacteriúricos con mayor frecuencia. Escherichia coli fue el organismo más común. aislado en la mayoría de estos estudios. Sin embargo, Proteus mirabilis formó el 21,6% de los aislamientos en uno estudio de mujeres embarazadas y P. mirabilis 17.9% y Enterobacter cloacae 10.7% en pacientes con anemia de células falciformes.
En el informe del estudio se
observó una prevalencia del 40% en mujeres embarazadas, el estafilococo aureus se aisló del 72%, y las especies Proteus del 14%. La alta prevalencia de S. aureus es consistente con la contaminación del espécimen pero el
aislamiento frecuente de P. mirabilis sugiere una influencia de variables no reconocidas en los países desarrollados, incluida
la infección por
esquistosoma también como la enfermedad de células falciformes. (Ajayi, Nwabuisi, &
Aboyeji, 2012)
Un programa de detección de bacteriuria en los escolares en la India informó una prevalencia de 16.5% en una población de 140 niñas y 60 niños. Esto se compara con menos del 1% para niños y 2–5% para niñas en países desarrollados. Los organismos aislados fueron E. coli 27%, Klebsiella pneumoniae 24% y P. mirabilis 21%. (Kondapaneni, Surpam, Azaruddin, & Devi, 2012)
Fisiopatología.
La manifestación clínica de bacteriuria asintomática está determinada por el huésped y los factores de los
organismos.
La respuesta inmune del huésped es menos fuerte
con
bacteriuria asintomática
que con
infección sintomática. El control
genético de
la variable innata en la respuesta
inmune se caracterizó en 23 pacientes siendo
la bacteriuria asintomática a largo plazo establecido después de la inoculación con
el no virulento
cepa de E. coli. (Hernández, Sunden, & Connolly, 2011)
Varias citoquinas
/ las quimiocinas en la orina aumentaron en comparación con orina estéril recogida del mismo grupo de pacientes.
Los
autores sugirieron que la respuesta inmune específica
del
huésped a bacteriuria asintomática
se determina principalmente a través de mediadores inmunes innatos de ese huésped y la variabilidad genética influye directamente
en la magnitud de esta
respuesta.
Estudios.
En un ensayo clínico prospectivo, no ciego realizado a
673 mujeres italianas jóvenes,
sexualmente activas y
con
presencia de bacteriuria asintomáticas (105 ufc en dos ocasiones
consecutivas) de
18 a 40 años, que asistieron a
una cita clínica de enfermedades por transmisión sexual, donde las pacientes fueron aleatorizado a tratamiento antimicrobiano
con
un régimen antibiótico
estándar, o sin tratamiento. Se observó
que no hubo diferencias en el tiempo hasta el
primer síntoma de infección urinaria (6,3 meses sin tratamiento, 5,8 meses tratado) o
frecuencia
de infección urinaria sintomática a los 3 meses (3.5% sin tratamiento, 8.8% tratado). A 6 meses,
7.6% de las pacientes no tratadas y
29.7% de las pacientes tratadas tenían infección recurrente
[riesgo relativo (RR) 1,31; Intervalo de confianza (IC) del 95% 1.21– 1,42; P <0.001], y a los 12 meses, 13.1 y
46.8%, respectivamente (RR 3,17; IC del 95%: 2,55 a 3,90; P <0,0001). (Ca, Mazzoli,
& Mondaini, 2012)
Las
medidas de calidad de
vida también fueron significativamente mejorando para pacientes que no fueron tratados. Los autores concluyeron que la bacteriuria asintomática puede ser protectora y no debe tratarse en mujer joven. Estas observaciones son consistentes con estudios previos concluyendo que
el
tratamiento de bacteriuria asintomática, a
corto plazo, aumenta
la frecuencia de infección sintomática
Sin embargo, E. coli se aisló de solo el 38.9% de los pacientes en la inscripción,
y Enterococcus spp de 46,6%. La alta proporción de mujeres con Enterococcus se
considera que en la bacteriuria es inusual, ya que este organismo es generalmente un
contaminante. En los resultados específicos para E.
coli no se informó presencia de bacteriuria. (Ca,
Mazzoli, &
Mondaini, 2012)
En otro estudio realizado por (Beerepoot, den Heijer, &
Penders, 2012) se tiene que las
observaciones de los participantes inscritos en dos
ensayos clínicos de prevención de infección de
orina recurrente con trimetoprima / sulfametoxazol en comparación con las cápsulas de arándano
o Lactobacillus spp, donde los probióticos se combinaron en un análisis para identificar la bacteriuria
asintomática de E. coli en cultivos de orina mensuales determinó el desarrollo de la
infección urinaria sintomática a
15 meses de seguimiento. La infección sintomática fue similar
para mujeres con y sin síntomas de bacteriuria, al inicio del estudio (razón de riesgo 1.07;
IC
95% 0.8-1.42). Sin embargo, los autores sugirieron que la susceptibilidad de cepas aisladas de
bacteriuria en el mes anterior a la infección sintomática
puede incidir directamente cuando es
sintomática
La infección ocurre
debido a la administración de tratamiento
antimicrobiano inadecuado de bacteriuria
asintomática, lo que
sigue
siendo un importante
problema clínico. Una revisión de
los cultivos de orina en pacientes asintomáticos en dos cuidados
terciarios de los hospitales en Texas informaron que el 54% de 375 creció Enterococcus spp en cualquier recuento cuantitativo. (Lin, Bhusal, & Horwitz, 2012). De estos, el 75% eran muestras de
pacientes ambulatorios o de emergencia y un tercio de los pacientes tenían una residencia permanente de catéter. Se administró tratamiento antimicrobiano para el 33% y se detectó en un análisis multivariado que la piurua solo esta asociada independientemente con la recepción de la terapia con antimicrobianos. Por lo tanto, parece haber una falta de apreciación de que la piuria no es una indicación para
tratamiento en
pacientes con bacteriuria asintomática.
Población relevante en el
padecimiento de bacteriuria asintomática.
Existe cierta parte de la población que se consideran especiales porque tienden a padecer
de este tipo de infecciones que se nombran a continuación:
Mujeres embarazadas:
El tratamiento
de bacteriuria asintomática en mujeres embarazadas previene la pielonefritis
durante y mejora los resultados fetales. Se recomienda que las mujeres deben ser examinadas para
detectar bacteriuria al comienzo del embarazo por urocultivo. (Nicolle,
Bradley, & Colgan, 2005).
Sin
embargo, en los países en desarrollo, los recursos de microbiología para urocultivos pueden
ser limitadas debido
a los altos costos para la
detección
de bacteriuria.
En un estudio realizado por (Ullah, Barman, Ahmed, & Salam, 2012) con muestras de orina
de 600 mujeres embarazadas sanas, donde
el
4% presentó bacteriuria, informó un recuento
bacteriano de al menos 1 en el campo de inmersión en aceite de orina. La tinción de Gram fue el más sensible (91.7%)
y específico (97.2%) comparado con el estándar de oro de la cultura, pero el valor
predictivo positivo para bacteriuria fue solo 57,9%.
Mientras que un estudio indio realizado por (Thakre, Dhakne, &
Thakre, 2012) reportó una prevalencia de bacteriuria del 9.6% en 300 mujeres embarazadas y
concluyó la prueba de nitrito,
con
un predictivo valor positivo del 72%, fue la prueba de detección más confiable, pero el cultivo de
orina siguió
siendo
el
estándar de oro.
En una revisión cochrane
acerca de la
duración óptima de tratamiento para
la bacteriuria
asintomática durante el embarazo,
pruebas evaluadas
de
13 estudios (Widmer,
2011). Los autores
concluyeron que la terapia de dosis única fue menos eficaz y las mujeres deben ser tratadas con un estándar de duración del régimen antimicrobiano. Sin embargo, en una segunda revisión Cochrane se abordó
la prevención
de la recurrencia de la infección sintomática
o asintomática del tracto
urinario durante el embarazo
(Schneeberger,
Geerlings,
Middleton, & Crowther, 2012).
Procedimientos
de urología:
Estudios recientes son consistentes en afirmar que el tratamiento de bacteriuria no está
indicado antes de intervenciones urológicas menores donde el trauma de la mucosa es poco
probable. De acuerdo a una investigación realizada por (Herr, 2012) a pacientes con cáncer de
vejiga, se determinó que no hubo complicaciones atribuidas a bacteriuria. Por lo tanto, hay una morbilidad limitada con estas intervenciones urológicas benignas y antimicrobianos profilácticos,
lo que conlleva al autor
a concluir que el análisis de orina postoperatorio está indicado solo para
pacientes sintomáticos.
Cirugía Ortopédica:
El tratamiento de la bacteriuria asintomática
en
pacientes antes de la cirugía ortopédica
electiva para prevenir infecciones del sitio quirúrgico
postoperatorio ha sido
un tema polémico.
Un
ensayo prospectivo, aleatorizado para evaluar la eficacia del preprocedimiento antimicrobiano como tratamiento de bacteriuria asintomática
para la cirugua de cadera (Cordero-Ampuero, 2013), donde ninguno de los 471 pacientes incluidos tenía catéteres urinarios, se administró
cefazolina
intravenosa a todos los pacientes inmediatamente antes del
procedimiento y durante
48 h después
de la operación. Un cultivo de orina se obtuvo de pacientes con un preoperatorio anormal de
análisis de orina y pacientes con bacteriuria fueron asignados al azar a tratamiento o a ningún tratamiento.
Se identificó bacteriuria asintomática
en
8 de 228 pacientes sometidos a artroplastia
total
de cadera (THA) (edad media 84 años) y 38 de 243 sometidos hemiartroplastia
(edad media 68 años). Se identificó infección del sitio a los 3 meses posteriores al procedimiento en 1 de
228 pacientes sometidos a THA y
12 de 243 sometidos a hemiartroplastia. Esto incluye 0.9% de pacientes bacteriúricos tratados y 0% sin tratamiento para artroplastia, y 5.1 y
4.8%,
respectivamente,
para hemiartroplastia.
Las Bacterias cultivadas de
las heridas quirúrgicas infectadas fueron uniformemente distintas de los organismos aislados de la orina antes de la cirugía. Por lo tanto, la bacteriuria asintomática no es una causa
de cirugía ortopédica postoperatoria por lo que la infección del sitio y el tratamiento de bacteriuria previa a la
cirugía no
está indicado.
Receptores de trasplante renal
Un
estudio de cohorte retrospectivo describió 89 pacientes seguido durante al menos 12
meses después del trasplante renal en 2009 en un centro en Polonia (Golebiewska, Debska-Silzien,
& Komarnicka, 2011). Se obtuvieron 1170 urocultivos con rutina cribado; 151 episodios de bacteriuria
asintomática ocurrió en 49 pacientes (65% de
cultivos positivos), infección del tracto urinario inferior
en
19 pacientes (13%) e infección del tracto superior, incluidos
5 casos con bacteriemia,
en 34 (22%). Casi la mitad
de todas las infecciones urinarias fueron diagnosticadas
durante el primer
mes siguiente al trasplante. Los más frecuentes, los uropatógenos fueron Enterococcus spp. (33%) y E. coli (31%), pero después del segundo mes, predominó E. coli (65%).
Los factores de riesgo independientes para la infección urinaria posterior al trasplante se presentó en su mayoría
en mujeres, debido a un de un episodio
de rechazo agudo del trasplante
y por infección por citomegalovirus. Todos
los pacientes con vesicoureteral reflujo
o estenosis
en la
vesícula uretero la
unión experimentaron infecciones
urinarias recurrentes.
Diabetes mellitus.
Los inhibidores del cotransportador 2 de glucosa sódica (SGLT2) son una nueva clase de
agentes introducidos recientemente para el tratamiento de
la diabetes mellitus. La hipoglucemia,
el
efecto de estos agentes está mediado por el bloqueo del receptor renal en el túbulo proximal que
reabsorbe la glucosa. Esto da como resultado niveles muy altos de glucosuria, y el impacto de esta glucosuria repercute en la frecuencia y
gravedad de la infección del tracto urinario. Un estudio inicial describió una fase 2 de
12 semanas de
estudio de la terapia con canagliflozina.
No hubo aumento de la aparición de bacteriuria asociada con el uso de este agente, aunque hubo un aumento en aislamiento de recuentos bajos de Candida albicans de muestras de orina. (Nicolle, Capuano, Ways, & Usiskin, 2016)
Pruebas complementarias
y seguimiento.
Existe
un consenso creciente acerca de evitar la realización de
urocultivos rutinarios a
pacientes asintomáticos,
debido al riesgo de
someterlos a tratamientos innecesarios que podrían alterar el equilibrio ecológico
bacteriano. Pero
una cuestión es que
los pacientes no
sean tratados
y otra distinta es si deben ser estudiados y de qué modo.
En estos pacientes, es recomendable recoger, simultáneamente al urocultivo, un sistemático de orina y sedimento urinario, y
suele
recomendarse la realización de una ecografía renal y de vías urinarias. Además, no se debe olvidar
que la persistencia de la bacteriuria puede estar relacionada con la presencia
de vejiga neurógena
o una disfunción miccional, por lo que, en los pacientes
continentes, será importante realizar
una exhaustiva historia de hábitos miccionales y
valorar la necesidad de iniciar un tratamiento
con anticolinérgicos y/o realizar estudios urodinámicos. En cuanto a pruebas de función renal, distintos autores estiman oportuno realizar pruebas básicas, sencillas y
sensibles, como son la prueba de
concentración renal y la determinación del cociente albúmina creatinina en la primera orina del día. También está descrita la asociación entre bacteriuria asintomática y
alteraciones metabólicas causantes de litiasis, por lo que en estos pacientes, sobre todo si existen antecedentes familiares de
litiasis, se podría realizar cociente calcio creatinina, cociente citrato creatinina y
cociente calcio citrato
en orina aislada.
Si tras este primer estudio existe asimetría renal
o imágenes sugestivas de cicatriz o dilatación ureteral, y/o la función renal está alterada, estaría indicado ampliar
el
estudio mediante gammagrafía y/o
cistografía (Figura 1).
Figura Nº1. Pruebas
complementarias y seguimiento.
Fuente: (Alacio
& Roldán, 2014)
Conclusiones.
Durante el desarrollo de la investigación se observó que
la prevalencia de la bacteriuria asintomática en los países subdesarrollados es mayor por
lo que se debe prestar gran atención a este tipo de infecciones
para disminuir su prevalencia a través de organismos que se encarguen en
minimizar los factores de riesgos que en este caso son bastante necesarios en
estos países.
También se
observó que la mayoría de los estudios apoyan a que este tipo de alteración
bacteriana no debe ser tratada en mujeres jóvenes, pacientes con trasplante
renal, antes de
procedimientos urológicos menores y antes de cirugía ortopédica, ya que, esto genera mayores alteraciones en la flora bacteriana
del tracto urinario, es una enfermedad asintomática
que puede ser monitoreada pero que si se emplea antibióticos para su mediación, en estos casos específicos,
puede alterar y provocar la recurrencia de infecciones urinarias sintomáticas. Sin embargo, cuando se trata de mujeres embarazadas con bacteriuria asintomática se necesitan más estudios para refinar el conocimiento de la gestión adecuada.
Por tanto, se puede deducir que ni el tratamiento
antibiótico ni la profilaxis antibiótica van a ser, en general, necesarias en los pacientes con bacteriuria asintomática, salvo en determinadas circunstancias de riesgo, ya que, no producen una disminución significativa del número de
recurrencias de la bacteriuria ni hay evidencia de que favorezca la aparición de cicatrices renales
o tenga influencia en la función o el crecimiento renal, ni en la evolución
del reflujo vesicoureteral. Podría
considerarse la
bacteriuria asintomática, incluso, como una forma de profilaxis natural, de forma que su tratamiento pudiera condicionar un alto nivel de recurrencia y
recolonización por
cepas más virulentas que, al eliminar a la
flora protectora, incrementarían la oportunidad de adherencias bacterianas
como evento preliminar al desarrollo de infecciones en
el tracto
urinario.
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