Silvia
Karina Briones
Valencia a; Ángel Eduardo Parrales
Cevallos b; Diana
Katherine Suárez Intriago c; Laura Verenicia Vera Alcívar d
Factores de riesgo por cistitis aguda en mujeres embarazadas
Risk factors for acute cystitis in pregnant
women
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3, septiembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 1401-1414
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.1401-1414
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/576
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Investigación
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 15/05/2019 Aceptado:
23/06/2019 Publicado: 30/09/2019
Correspondencia: silkabriones16@hotmail.com
a. Médico
Cirujano; Medico General del Primer Nivel de Atención, Especialista Distrital
de Provisión de los Servicios de Salud; silkabriones16@hotmail.com
b. Médico; Médico General de Primer Nivel de Atención; aepc189@hotmail.com
c. Médico Cirujano; Medico General del Primer Nivel de Atención, Especialista Distrital
de Calidad de los Servicios
de
Salud; dksii_45@hotmail.com
d. Médico Cirujano; Medico General del Primer Nivel de Atención, Especialista Distrital de Provisión de los
Servicios de Salud; lauvere1402@gmail.com
RESUMEN
Los
médicos y obstetras se encuentran con frecuencia con mujeres que presentan infección del tracto urinario (ITU) en el embarazo. Este tipo de
infecciones representan un gran número de ingresos hospitalarios y
consultas prenatales. Se asocia con resultados adversos materno-fetal. Si no se
trata puede conducir al desarrollo de
pielonefritis en la
madre. Durante las
infecciones del
tracto urinario el feto está
en
riesgo de parto prematuro.
Muchas veces la bacteriuria asintomática no se detecta y por lo tanto crea problemas al final del embarazo. La condición en la mayor parte
del
tiempo no se detecta, bajo diagnóstico
y es tratada parcialmente. Aunque el diagnóstico
y el tratamiento es simple
y fácil, sin embargo, se requiere de vigilancia y seguimiento. Por lo tanto, el
propósito de este capítulo es examinar la prevalencia de la infección del tracto urinario en las mujeres embarazadas y para evaluar las presentaciones
clínicas y las opciones de tratamiento basadas en
la
evidencia.
Palabras Claves: Infección del tracto urinario; El embarazo; Los leucocitos; Pielonefritis; Cistitis.
ABSTRACT
Doctors and obstetricians frequently encounter women who have urinary tract infection (UTI) in
pregnancy. These types of infections represent a large number of hospital admissions and prenatal
consultations. It is associated with adverse maternal-fetal outcomes. If
left
untreated it can lead to
the development of pyelonephritis in the mother. During urinary tract infections the fetus is at risk of
premature delivery. Many times asymptomatic
bacteriuria is not
detected and therefore creates problems at the end of pregnancy. The condition in most of the time is not detected, under diagnosis and is partially treated. Although diagnosis and treatment is simple and easy, however,
monitoring and follow-up is required. Therefore, the purpose of this chapter is to examine the
prevalence of urinary tract infection in pregnant women and to evaluate clinical presentations
and evidence-based treatment options.
Key
Words:
Urinary tract infection; pregnancy; leukocytes; skinonephritis; Cystitis.
Introducción.
Las
infecciones del tracto urinario (ITU)
son las infecciones bacterianas más
comunes durante el embarazo.
Aunque todas las mujeres
son susceptibles al desarrollo de ITU,
las mujeres embarazadas
tienen un mayor
riesgo debido
a cambios anatómicos y hormonales que
contribuyen a la dilatación ureteral y
la estasis urinaria por la presencia de una cantidad significativa de
bacterias en cualquier lugar a lo largo del tracto urinario normalmente estéril
y se clasifican por el
sitio de infección,
incluyendo orina (bacteriuria), vejiga (cistitis) o riñón (pielonefritis). (Conolly
& Thorp, 2010)
Aunque
la orina en la
vejiga es estéril, la contaminación por Staphylococcus epidermidis puede ocurrir a medida que pasa a través de la uretra. Ambos signos o síntomas locales y sistémicos pueden acompañar a las infecciones urinarias; sin embargo, puede ocurrir bacteriuria asintomática
(ASB) cuando
una cantidad
significativa de bacterias
consistentes con la infección
está aislada de
la orina. Cualquier infección urinaria en una mujer embarazada se considera complicada y merece un tratamiento
adecuado.
La incidencia de ASB y cistitis aguda durante el embarazo es del 2 al 10% y
del
1 al 4%, respectivamente. Entre el 20 y el 40% de las pacientes embarazadas con ASB eventualmente
desarrollarán pielonefritis más tarde
en
el embarazo lo cual representa
una infección bacteriana
grave que puede conducir a complicaciones maternas y perinatales durante el embarazo. (Foxman,
2012). La pielonefritis aguda
ocurre en 1 a
2% de las mujeres embarazadas, particularmente durante el final del segundo y el comienzo del tercer trimestre. Sin embargo, en estudio realizado por
(Gilstrap, Cunningham, & Whalley, 2014) se informó que el 67% de los casos de pielonefritis
ocurrieron durante el segundo y tercer trimestres, y
el
27% se desarrolló durante el período posparto.
Se debe considerar que
una historia de infección urinaria infantil en ausencia o presencia
de cicatrices renales aumenta el riesgo de ASB durante el embarazo en un 27% y 47%,
respectivamente.
El
objetivo de este artículo es proporcionar una revisión integral de las infecciones urinarias durante el embarazo. Tomando en consideración todos los aspectos de
las infecciones urinarias, incluida la epidemiología, la patogénesis, la resistencia, las características clínicas, el diagnóstico, el tratamiento
y la prevención.
Métodos y Materiales.
Para el desarrollo de este proceso investigativo, se plantea como metodología la
encaminada hacia
una orientación científica particular que se encuentra determinada
por la necesidad de indagar en forma precisa y
coherente una situación, en tal sentido (Davila, 2015) define
la metodología “como aquellos pasos previos que
son seleccionados por el investigador para lograr resultados favorables
que le ayuden a plantear nuevas
ideas”. (p.66)
Lo citado por el autor, lleva a entender
que el desarrollo de
la acción investigativa
busca simplemente coordinar acciones enmarcadas en una
revisión bibliográfica con el fin de complementar ideas previas relacionadas Factores de riesgo por cistitis aguda en mujeres embarazada, a través, de una revisión de
literatura, para así finalmente elaborar un cuerpo de
consideraciones generales
que ayuden a ampliar el interés propuesto.
Tipo
de
Investigación.
Dentro de
toda práctica investigativa, se precisan acciones
de carácter metodológico mediante las cuales, se logra conocer
y proyectar los eventos posibles
que la determinan, así como
las características que
hacen del acto científico un proceso interactivo ajustado a
una realidad posible
de ser interpretada. En este sentido, se
puede decir, que la presente
investigación corresponde
al
tipo documental, definido
por Castro (2016), “se
ocupa del estudio de problemas
planteados a nivel teórico, la información requerida para abordarlos se encuentra básicamente en
materiales impresos, audiovisuales y /o
electrónicos”. (p.41).
En consideración a esta definición, la orientación metodológica permitió la oportunidad de cumplir con una serie de actividades inherentes a la revisión y lectura de diversos documentos donde se encontraron ideas explicitas relacionadas con los tópicos encargados de identificar a cada característica insertada en el estudio. Por
lo tanto, se realizaron continuas interpretaciones con el claro propósito de revisar aquellas apreciaciones o investigaciones propuestas por diferentes
investigadores relacionadas con el tema de interés, para
luego dar la respectiva argumentación a los planteamientos, en función a las necesidades encontradas en
la indagación.
Fuentes Documentales.
El análisis correspondiente
a las características que
predomina en el tema seleccionado, llevan a incluir diferentes fuentes documentales encargadas de darle el respectivo apoyo y en ese sentido cumplir con la valoración de
los hechos a fin de generar nuevos criterios que
sirven de referencia a otros procesos investigativos. Para (CASTRO, 2016)
las fuentes documentales
incorporadas en la investigación documental o bibliográfica, “representa
la suma de materiales
sistemáticos que son revisados
en forma rigurosa y
profunda para llegar a un análisis del
fenómeno”. (p.41). Por lo tanto, se procedió a cumplir con la realización
de una lectura previa
determinada para encontrar aquellos
aspectos
estrechamente vinculados
con
el tema, con el
fin de explicar mediante
un desarrollo
las respectivas
apreciaciones generales
de importancia.
Técnicas para
la Recolección de la
Información.
La conducción de la investigación para
ser
realizada en función a las particularidades que determinan a
los estudios documentales, tiene como fin el desarrollo de un conjunto de
acciones encargadas de llevar a la selección de técnicas estrechamente vinculadas con las características del
estudio. En tal sentido, (Bolívar, 2015), refiere, que es “una técnica particular para aportar ayuda
a los procedimientos de selección
de
las ideas primarias y secundarias”. (p. 71).
Por ello, se procedió a la
utilización del subrayado, resúmenes, fichaje, como parte básica para la revisión y selección de los documentos
que presentan el contenido teórico. Es decir, que
mediante la aplicación de
estas técnicas se
pudo llegar
a recoger
informaciones en cuanto a
la revisión bibliográfica de los diversos elementos encargados de orientar el proceso de investigación.
Tal
como lo expresa, (Bolívar, 2015)
“las técnicas documentales
proporcionan las herramientas
esenciales y determinantes para responder a los objetivos
formulados y llegar a resultados efectivos” (p. 58). Es decir, para responder con eficiencia a las necesidades investigativas, se
Asimismo, se emplearon las técnicas de análisis de información para
la realización de la
investigación que fue
ejecutada bajo la
dinámica de aplicar diversos elementos encargados de determinar el camino a
recorrer por el estudio, según, (Bolívar,
2015) las técnicas de
procesamiento de
datos en los estudios documentales “son las encargadas de ofrecer al investigador la visión o pasos que
debe cumplir durante
su ejercicio, cada una de ellas debe estar en correspondencia con el nivel a emplear” (p. 123). Esto indica, que para llevar a cabo el
procesamiento de los datos obtenidos una vez aplicado las técnicas seleccionadas, tales como:
fichas de resumen, textual, registros descriptivos
entre otros, los mismos se deben ajustar al nivel
que ha sido seleccionado.
Resultados.
Patogénesis.
Los cambios estructurales y hormonales durante el embarazo predisponen a las mujeres para el desarrollo de infecciones
urinarias. La hembra de la uretra, de 3–4 cm de longitud, se
localiza cerca de las áreas colonizadas con flora entérica (incluyendo la vagina y el recto). Cuando la uretra se coloniza, las bacterias pueden ascender para
causar infecciones urinarias.
Las mujeres embarazadas experimentan dilatación ureteral a partir de la sexta semana de gestación y duran hasta el parto. Se cree que esto se debe a aumentos
en los niveles de progestina
y estrógeno y puede contribuir al desarrollo de infecciones urinarias. La disminución del tono ureteral se acompaña de una disminución del tono de la vejiga, que contribuye tanto a
la estasis
turística como al reflujo ureterovesica (Patterson &
Andriole, 2017). La estasis urinaria también
puede deberse a la compresión mecánica de los uréteres y la vejiga por el agrandamiento del útero (Wing,
2001).
Las anomalías
del tracto urinario y
la diabetes mellitus, incluida
la diabetes gestacional,
aumentan el riesgo para las infecciones urinarias durante la gestación. La incidencia (26,7%) y la
Tabla Nº1. Factores
de
riesgo para infecciones
del
tracto
urinario durante el embarazo.
Microbiología.
Las bacterias causales son
similares
tanto en embarazadas como en mujeres
no embarazadas, y entre los diferentes tipos de infecciones urinarias la bacteria Enterobacteriaceae del grupo
de barras gramnegativas, representan el 90% de las infecciones urinarias durante el
embarazo (Gilstrap & Ramin, 2010).
Sin
embargo, el patógeno más común es Escherichia
coli, con una
incidencia reportada
de hasta 95% de pielonefritis, donde las
varillas gramnegativas incluyen Proteus mirabilis, Klebsiella, Enterobacter, Pseudomonas y Citrobacter. Los organismos Gram positivas como el estreptococo
del grupo B (GBS) y Staphylococcus saprophyticus, a veces se aíslan.
Se tiene evidencia que la Gardenella vaginalis y Ureaplasm
ureolyticum en ocasiones,
se observa en la orina de la vejiga con una incidencia del 10 al 15% de las embarazadas; sin embargo,
su importancia clínica no está
clara. (Gilstrap
& Ramin, 2010)
El SGB
causa infecciones urinarias en aproximadamente el 5% de las pacientes embarazadas. El SGB en bacteriuria puede estar asociado con pretérmino o ruptura de membranas lo que ocasiona parto prematuro y sepsis neonatal (Ovalle & Levancini, 2011). Una reducción
significativa en la ruptura prematura de membranas y parto prematuro es evidente
en pacientes
tratados con penicilina para la bacteriuria. Las mujeres con bacteriuria por SGB
durante la
gestación deben recibir tratamiento
en el momento del diagnóstico,
así como profilaxis antibiótica
intraparto. (American
College of
Obstetricians and
Gynecologists, 2000)
Diagnóstico.
La ASB es la infección urinaria más común encontrada durante el embarazo. El
diagnóstico de ASB se basa en los resultados de laboratorio Bajo examen microscópico,
ASB está marcado por la presencia de bacteriuria significativa (definida como ≥105 ufc / ml de orina en una
muestra de flujo medio) sin manifestación de infección clínica (Sobel & Kaye, 2002). Sin embargo,
cuando la infección es sintomática
los pacientes presentan
un patógeno identificado,
particularmente E. coli oS. saprophyticus, en un nivel ≥102 a 103 ufc / ml que puede ser un
indicador
de
infección más realista que
el estándar 105
UFC / mL.55-57.
La
Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América en consenso define la cistitis como
≥103 ufc / ml y
pielonefritis como ≥104 ufc / ml de orina media. (Rubin & Shapiro, 2012). El cultivo de orina obtenido por una captura limpia de flujo medio es el estándar de oro para detectar
bacteriuria y no debe ser sustituido, las muestras de captura limpia ayudan a minimizar la
contaminación con bacterias periuretrales y un tratamiento previo de orina.
Notablemente, aproximadamente
el
30% de las muestras de
orina limpias pueden estar contaminadas, especialmente
cuando la técnica
se realiza incorrectamente por pacientes. Una desventaja del urocultivo es que toma
24-48 horas para
obtener resultados. El diagnóstico de
pruebas rápidas, incluidos nitritos o tira reactiva
de leucocitos esterasa, análisis de
orina, tinción de
Gram en orina y prueba de enzima uriscreen, son alternativas al urocultivo. (Thomsen AC,
2014) (Ver tabla
2)
Tabla 2. Exactitud de las pruebas
de
detección de bacteriuria asintomática.
Prueba |
Sensibilidad (%) |
Especificidad (%) |
PPV (%) |
Varilla de medición de esterasa de leucocitos Varilla
de nivel de nitrito Varilla
de medición de
leucocitos o nitrito
Análisis de
orina (> 10 WBCs / hpf) Tinción de Gram de
orina |
17 57 50 25 83 |
97 97 97 99 95 |
12 47 27 38 28 |
VPP = valor predictivo
positivo; WBC =
glóbulos blancos. El cultivo de orina se utilizó
como el estándar de
oro para la
comparación. |
Fuente: (Bachman, Heise,
Naessens, & Timmerman,
2013).
Estas pruebas son menos costosas que los cultivos de orina. Sin embargo, las pruebas de
detección rápida
son inferiores al urocultivo, ya que, requieren altas concentraciones de bacterias (generalmente ≥105ufc
/ ml),
lo que lleva a una sensibilidad pobre y valores positivos predictivo.
(Millar, DeBuque, Leialoha,
Grandinetti, & Killeen,
2013)
La tira reactiva de nitritos es útil para detectar bacteriuria
y la tira reactiva de esterasa de
leucocitos es útil con piuria (≥10 glóbulos blancos / mm3 de orina) (Millar, DeBuque, Leialoha,
Grandinetti, & Killeen, 2013). La prueba de nitritos es sensible solo a bacterias gramnegativas que reducen los nitratos a nitritos y requiere > 4 horas de contacto de orina con altas concentraciones
de bacterias (≥105 ufc / ml).
Tratamiento.
En medidas generales el aumento
de la ingesta de líquidos,
la higiene, la micción doble,
puesto micción coital y
el
uso de las prendas interiores sueltos y desodorantes evitando pueden reducir la
susceptibilidad a
infección del tracto urinario.
El tratamiento de la bacteriuria asintomática y cistitis en el enfoque de la práctica, sigue siendo
curativa más que preventiva. La mayoría de las mujeres embarazadas sólo consideran asistir a un centro médico cuando se siente mal. La educación para la salud y el cuidado prenatal es un concepto relativamente nuevo, aunque a luz en centros de salud se considera
que
es la práctica
normal.
Por lo general las mujeres embarazadas presentan alguna
infección del tracto urinario durante el embarazo sobretodo en su primera visita prenatal lo cual es tratada con antibiótico
adecuado
para aquellos con
bacteriuria significativa si
son sintomáticos
o no.
A continuación, se presenta una tabla
donde se observa el régimen de tratamiento que se
debe seguir en presencia de infección
del tracto urinario:
Tabla 1: régimen de tratamiento para
bacteriuria asintomática y cistitis durante el
embarazo.
Antibiótico |
Duración de la terapia |
Comentarios |
Nitofurantion |
Cada 12horas 100mg, 3-5 días |
Debe evitarse en la deficiencia de
G6PD |
La amoxicilina |
Cada 8horas 500mg, 3-5dias |
El aumento de la resistencia |
Co-moxicillin
/ ácido clavulánico |
Cada 12 horas 500mg, 3-5 días |
|
|
Cefalexina |
Cada 8horas 500mg, 3-5 dias |
El aumento de la resistencia |
|
Fosfomycine |
dosis única 3gramos |
|
||
Trimetoprim |
Cada 12 horas, 3-5dias |
Debe evitarse en el primer trimestre, plazo |
Fuente: (Wullt, 2014).
Es importante completar el ciclo de antibióticos. Si el tratamiento es irregular o incompleto
puede ser necesario para iniciar la terapia de nuevo, ya que,
hay
riesgo de recurrencia en un tercio de
mujeres, seguidamente de realizarse un cultivo luego de 1-2 semanas de después del tratamiento y luego repitieron mensualmente. (Berard,
Santos, Ferreira, & Perreault, 2011)
Conclusiones.
Durante el desarrollo del trabajo investigativo se observó, que las infecciones urinarias son el tipo de infecciones bacterianas más comunes en mujeres embarazadas, pero
que son de sumo cuidado,
ya que, pueden desencadenar complicaciones que conducen a una morbilidad
significativa y la mortalidad tanto en el feto, como en la madre de no ser tratada de manera temprana y adecuadamente.
Toda
mujer durante su embarazo, debe ser examinada para descartar bacteriauria
asintomática (ASB). La cistitis y la pielonefritis deben tratarse de forma agresiva recomendándose hospitalización durante al menos las primeras 24 horas para
iniciar la terapia antimicrobiana
parenteral y la hidratación necesaria en casos de pielonefritis. Es obligatorio, una vez que se presente alguna infección de este
tipo, llevar
un seguimiento de cerca luego de
completar el
tratamiento, para prevenir complicaciones
futuras, recurrencias y
la necesidad de terapia de supresión. Esto debido a que las infecciones
del tracto urinario pueden recurrir o ascender a pielonefritis asociándose con un peor pronóstico maternofetal, por lo que cada hospital debe tener una política para guiar a las
pacientes con información
sobre dónde buscar ayuda.
Finalmente se puede concluir
que, si una mujer embarazada se encuentra
en
presencia
de alguna infección o molestia en el tracto urinario, acuda inmediatamente a su médico para que le evalúe y realice las pruebas y exámenes necesarios para detectar un diagnóstico temprano y poder
tratar la infección con el fin de
evitar que pase a mayores
complicaciones.
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