Gema Monserrate Barreto Pincay a; Michelle Alejandra
Bunces Otañez b; Eliana Licet Cajas Yugcha
c;
Gustavo Javier Acosta
Tayo d;
Michelle Madeleyne Salazar
Bustamante e; Johanna Paola
Saltos Morán f
Control y cuidado de
los infantes con cuadro
anémico
Control and care of
infants
with
anemic picture
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3, septiembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 1415-1428
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.1415-1428
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/577
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo de Investigación
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 15/05/2019 Aceptado: 23/06/2019 Publicado:
30/09/2019
Correspondencia: gemitajjbp@hotmail.es
a. Médica Cirujana, Residente del Área de Pediatría - Hospital de Especialidades Portoviejo; gemitajjbp@hotmail.es b. Médica Cirujana; Médico Residente en Clínica Occidental de Especialidades NEOVIDA; Quito, Ecuador;
c. Médica; Médica Ocupacional - Ecuadorian Quality Roses; lizcajas_elcy@hotmail.com
d. Médico; Médico General en Funciones Hospitalarias - Hospital Gustavo Domínguez; gusbarce@hotmail.es
e. Médica General;
Médico General en Funciones Hospitalarias
- Hospital Gustavo Domínguez;
michellesalazarbustamante@gmail.com
f. Licenciada en Enfermería; yoji_chi21@hotmail.com
RESUMEN
La anemia es definida por
la Organización Mundial de la Salud (OMS)
como la condición en la cual el contenido
de hemoglobina en la sangre se encuentra debajo de lo normal, para determinada edad, sexo y estado fisiológico, ocasionado por la carencia de uno o más nutrientes esenciales,
entre ellos el hierro, ácido fólico, zinc, vitamina B12 y proteínas. Las causas de la anemia
ferropriva pueden tener inicio en el período intra-uterino, por deficiencia de hierro en el organismo
materno, una vez que
las reservas fisiológicas de
hierro en el feto son formadas en el último
trimestre de la gestación. Estas reservas junto con el hierro proveniente
de la leche materna
sustentan la demanda del lactante hasta el sexto mes de vida. La combinación de la anemia por deficiencia de hierro y el envenenamiento por plomo puede tener graves consecuencias en la salud
de los niños y ponerlos a riesgo de sufrir de problemas del aprendizaje y comportamiento. La
anemia por deficiencia
de hierro se detecta durante
un examen
de rutina. Los síntomas, como la fatiga y
la inapetencia, son usuales en otras enfermedades, el pediatra necesita más información para hacer el diagnóstico.
Si se sospecha de anemia por deficiencia de hierro posiblemente le hará
preguntas sobre la dieta del niño y también solicitará exámenes de sangre. Las mujeres embarazadas que tienen anemia tienen más riesgo de tener mortalidad materna y
neonatal, que el
bebé nazca con bajo peso y
prematuro, así como un retardo de crecimiento en el útero. Es muy importante tomar suplementos de hierro durante el embarazo. Una nutrición adecuada, incluyendo
una dieta rica en hierro, es muy
importante para todos los niños. Cuando se establecen buenos hábitos alimenticios desde muy temprano se ayuda a evitar la deficiencia de hierro y por lo tanto
la consecuente anemia. La metodología usada es descriptiva, con un enfoque documental, es decir,
revisar fuentes disponibles en la red, como google académico, con contenido oportuno y relevante
desde el punto de vista científico que
enriquezca el análisis del tema planteado
en este artículo.
Palabras
Claves:
Nutrición; Lactancia;
Alimentos Ricos
en Hierro; Control Médico; Fatiga;
Pobreza;
Calidad de Vida.
ABSTRACT
Anemia is defined by the World Health Organization (WHO) as the condition
in which the hemoglobin content in the blood is below normal, for a certain age, sex and physiological state,
caused by the lack of
one
or more essential nutrients, including
iron, folic acid, zinc, vitamin B12
and
protein. The causes of iron deficiency anemia can begin in the intra-uterine period, due to iron deficiency in the maternal organism, once the physiological reserves of iron in the fetus are formed
in the last trimester of pregnancy. These reserves, together with iron from breast milk, support
the infant's demand until the sixth month of
life. The combination of iron deficiency anemia and lead
poisoning can have serious consequences on children's health and put them at risk of learning and behavioral
problems. Iron deficiency anemia is detected during a routine exam. Symptoms, such as fatigue and lack of appetite, are common in other diseases, the pediatrician
needs more information to make the diagnosis.
If iron deficiency anemia is suspected, you may be asked about the child's diet and will also request blood tests. Pregnant women who have anemia have a higher risk of having
maternal and neonatal
mortality, than the baby is born with low weight and premature, as well as a retardation of growth in the uterus. It is very important
to take iron supplements during pregnancy. Proper nutrition, including a diet rich in iron, is very important for all children. When good eating habits are established from an early age it helps to avoid iron
deficiency and therefore the consequent anemia. The methodology used is descriptive, with a documentary
approach that is, reviewing sources available on the web, such as google scholar, with
timely and scientifically relevant content that enriches the analysis of the topic raised in this article.
Key Words:
Nutrition; Breastfeeding;
Iron Rich Foods; Medical Control; Fatigue; Poverty;
Quality of Life.
Introducción.
La anemia es uno de los problemas de salud pública más grandes a nivel mundial. Se estima
que el 90 % de la población infantil tiene algún grado de anemia, asegura
la nutrióloga Silvia Alejandro de Franco, quien agregó que, en Ecuador,
el
25 % de los niños menores de
5 años la padece, de
acuerdo a cifras de
la encuesta Ensanut del 2012. Esto quiere
decir que uno de cada cuatro niños tiene
anemia. Esto es grave porque
el
hierro se considera un nutriente crítico
especialmente en
etapas del crecimiento (Landivar, 2017).
La anemia es una enfermedad grave que
se presenta cuando la hemoglobina en la sangre
ha disminuido debido a la falta de hierro en el organismo, ya sea por infecciones o enfermedades inflamatorias y
en
la mayoría de veces debido a una mala alimentación, cuando no se consumen
alimentos ricos en este nutriente. Se debe prevenir desde el embarazo con una buena alimentación
rica en alimentos con hierro y
suplementos durante la gestación y
desde que el bebé cumple 6 meses,
iniciar la ingesta de alimentos nutritivos junto a la lactancia materna.
En la mayoría de los casos, se detecta en estadios avanzados cuando hay
síntomas como
palidez, fatiga, bajo rendimiento físico y
muy poca concentración. El problema con el hierro es
que para ser absorbido necesita de otras sustancias como la proteína y
la vitamina C. Es decir, cuando se consume
un alimento rico en hierro como la
carne, lo ideal es que se una a un cítrico para
optimizar su absorción. El hierro animal es mejor que el hierro vegetal porque trae
un pegamento, la proteína.
Es conveniente evitar el consumo de alimentos que impiden
su absorción como el exceso de calcio,
el exceso de grasa saturada y
fibra, el café, chocolate y el té. Por ejemplo, al preparar
una crema de acelga
o espinacas (ricos en hierro) si le agregas leche
para
darle cremosidad, se
impide la absorción del mineral. La deficiencia de hierro afecta a importantes sistemas enzimáticos tisulares relacionados
con el metabolismo energético, su papel trascendente en el desarrollo de funciones cerebrales críticas en la lactancia y los primeros años de vida como se explicará durante
el desarrollo del
presente artículo.
Metodología.
Esta investigación está dirigida al estudio “Control
y cuidado de los infantes con cuadro anémico”. Para realizarlo se usó una metodología descriptiva, con un enfoque
documental, es decir, revisar
fuentes disponibles en la red, como google académico, con contenido
oportuno y relevante
desde el punto
de vista científico para dar
respuesta a lo tratado
en el
presente artículo y
que sirvan de inspiración
para realizar otros proyectos.
Las mismas pueden ser estudiadas al final,
en la bibliografía.
Resultados.
La anemia es definida por
la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la condición en la cual el contenido
de hemoglobina en la sangre
se encuentra debajo de lo normal, para
determinada edad, sexo y
estado fisiológico, ocasionado por la carencia de uno o más nutrientes esenciales, entre ellos el hierro, ácido fólico, zinc, vitamina B12 y
proteínas. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para el Niño y Adolescente, 90% de todos los tipos de anemia en
el
mundo son debido a la deficiencia de hierro. En América del Sur y en América Central, la
anemia por deficiencia
de hierro se ha caracterizado como un grave problema de salud pública, afectando
aproximadamente 50%
de las gestantes y de los niños (Guerreiro, Agosto
2010).
Las
causas de la anemia ferropriva
pueden tener inicio en el período intra-uterino, por deficiencia de hierro en el organismo materno, una vez que las reservas fisiológicas de hierro en
el
feto son formadas en el último trimestre
de la gestación. Estas reservas junto con el hierro proveniente
de la leche materna
sustentan la demanda del lactante hasta el sexto mes de vida. En la primera infancia, el problema se agrava como consecuencia de errores alimentarios, principalmente en el período de
destete, cuando la leche materna es substituida por alimentos pobres en hierro.
La leche de vaca, por ejemplo, presenta el mismo nivel de hierro que la leche materna, pero su biodisponibilidad es
baja. La cantidad de hierro en la leche materna es de 0,1 a 1,6 mg/l,
debiéndose considerar su alta biodisponibilidad que propicia mayor absorción de hierro por el organismo del niño, con probabilidad de obtener un aprovechamiento de 50 a 70%. Ese proceso es optimizado por
la presencia de
la lactosa que participa de
los mecanismos de absorción del calcio y del hierro, por esto la leche materna es una de las más importantes fuentes de protección contra la anemia en
lactantes (Mansilla,
2017).
La deficiencia materna de micronutrientes durante a lactación puede causar reducción en la concentración de algunos de estos nutrientes
en
la leche materna, con subsecuente efecto en el niño.
Sumándose a eso, la absorción del hierro de
la leche materna disminuye en hasta 80%,
cuando
otros alimentos pasan
a ser
incluidos en la alimentación
del infante.
Causas.
La
anemia por deficiencia de hierro puede ser causada por varios factores, incluyendo
(Velásquez,
2016):
• Insuficiencia
de
hierro en la dieta.
• Mala absorción de hierro por el
cuerpo.
• Continua
pérdida de sangre, más comúnmente por la menstruación, o una gradual pérdida
de sangre del
sistema intestinal.
• Etapas
de rápido crecimiento.
Los niños que no consumen alimentos que
contienen hierro, o alimentos que contienen poco hierro, corren el riesgo de desarrollar
una anemia
por deficiencia de hierro. La
pobreza también es un factor
que contribuye a la anemia por
deficiencia de hierro porque es posible
que las familias con bajos ingresos o que viven por debajo del nivel de pobreza no coman alimentos ricos en hierro. La deficiencia de hierro también
puede contribuir a una mayor absorción de plomo,
aumentando en los niños el riesgo al envenenamiento por plomo, especialmente
en
aquellos que viven en casas
antiguas.
La combinación
de
la
anemia por deficiencia de hierro
y
el envenenamiento por plomo puede tener graves consecuencias en la salud de los niños y ponerlos a riesgo de sufrir de problemas del
aprendizaje y comportamiento
(Capa, 2018).
Los bebes a quienes se les
descontinúa la fórmula enriquecida con
hierro y se les alimenta
con
leche de vaca antes de los 12 meses de edad corren el riesgo de contraer anemia por deficiencia
de hierro. La leche disminuye la absorción de hierro y
puede irritar los intestinos, causando
pequeños sangramientos. La pérdida lenta y
gradual de sangre
por las heces fecales (combinada con una ingestión de hierro deficiente y absorción deficiente del hierro) puede eventualmente tener como resultado este tipo de anemia. La prematuridad y el bajo peso al nacimiento también son
factores que ponen al bebe a riesgo de contraer la anemia por deficiencia de hierro. Antes de nacer,
los bebés nacidos a término y de peso normal han almacenado una cantidad de hierro que puede
durarles entre 4 y
6 meses. Ya que los bebés prematuros no pasan suficiente tiempo en el útero nutriéndose de la dieta materna, no almacenan la cantidad de hierro suficiente y frecuentemente se
les agota en 2 meses.
Entre el primer año y los 3 años de edad los niños corren el riesgo de contraer deficiencia
de hierro y anemia por deficiencia de hierro, aunque esta no es una etapa de crecimiento
excepcional. La mayoría de los niños de
esa edad ya han dejado de alimentarse con fórmula y
cereal enriquecidos con hierro
y no
están ingiriendo suficientes alimentos
ricos en hierro También tienden
a tomar mucha leche de vaca, frecuentemente más
de 24 onzas al
día.
Diagnóstico.
La anemia por deficiencia de hierro, por lo general, se detecta durante un examen de rutina.
Los
síntomas, como la fatiga y la inapetencia, son usuales en otras enfermedades, el pediatra de su niño
necesita más información para hacer el diagnóstico. Si se sospecha de anemia por deficiencia de hierro posiblemente le hará preguntas sobre
la
dieta del niño. También habrá
que
hacerle un examen
de sangre que incluya (Frantz, 2007):
• El recuento completo de células en la sangre (CBC) puede revelar niveles bajos de hemoglobina y hematocritos (el porcentaje de la sangre compuesta por células rojas). El recuento también da información sobre el tamaño
de las células rojas de la sangre. Las células
rojas con un nivel bajo de
hemoglobina tienden a ser más
pequeñas y tener menos color.
• El recuento de reticulocitos indica el número de células rojas inmaduras que se están
produciendo. Esta prueba es útil porque
indica la existencia de
un problema antes de
que este se
convierta en anemia.
• El hierro sérico, mide la cantidad de hierro
en
la sangre; aunque es posible que no indique correctamente
la concentración de hierro en las células
del cuerpo.
• La
ferritina sérica
indica el almacenamiento total de hierro
en
el cuerpo. Es uno de
los primeros indicadores de
una deficiencia en los niveles de
hierro, especialmente cuando se usa conjuntamente con otras pruebas,
como el recuento
completo.
Es
posible que el médico también
examine las heces fecales del niño
para ver si contienen
sangre, debido a
que la anemia por deficiencia de hierro puede originarse por pequeñas pérdidas de sangre en el sistema gastrointestinal. Como la sangre no es visible, una
muestra de las heces fecales se coloca en un papel especial y se le aplica una gota
de una solución especial.
Un cambio en el color
indica la presencia
de sangre.
Cuidados
en los niños.
En la mayoría
de los casos, la anemia
por deficiencia de
hierro si se puede
prevenir siguiendo
las siguientes recomendaciones (Zabaleta,
Diciembre 2017):
• Los bebes menores de 1 año de edad deben tomar solamente leche materna o fórmula para bebés con suplemento de hierro. Los bebés amamantados deben tomar un suplemento
de hierro.
• Los niños menores de
2 años de edad no deben tomar más
de 24 onzas de leche
de vaca al día. La leche puede impedir la absorción del hierro y disminuir el deseo de comer alimentos
ricos en hierro.
Además, la leche
de vaca en exceso también
puede irritar el sistema
gastrointestinal,
ocasionando sangramiento intestinal
(una causa de pérdida de hierro).
• Los productos enriquecidos en hierro como el cereal son excelentes fuentes de hierro
para los niños, especialmente aquellos
menores de 2
años de edad.
• Existe una gran variedad de alimentos que pueden proporcionar a
su familia
una buena nutrición y hierro: carnes sin grasa, huevos, vegetales de hojas verdes, guisantes y frijoles, melaza,
pasas y pan de grano
entero.
• Asegúrese que los
niños o adolescentes que
siguen una dieta vegetariana
estén ingiriendo suficiente hierro. Debido a
que el hierro en la carne se
absorbe más fácilmente
que el
de las plantas, es necesario que le
añada a su dieta alimentos enriquecidos con
hierro.
Una nutrición adecuada, incluyendo una dieta rica en hierro, es muy importante para todos los
niños. Cuando se establecen buenos hábitos alimenticios
desde muy temprano se ayuda a evitar la deficiencia de hierro y por lo tanto la consecuente anemia. La tabla N° 1 muestra algunos alimentos claves que
debe ingerir
todo niño y su nivel de hierro.
Tabla N° 1. Alimentos sugeridos y su
contenido de hierro.
Fuente:
(Pavo, Octubre
2016)
Aspectos claves
de
control y vigilancia.
Anemia fisiológica del
lactante: se produce una disminución de la hemoglobina
(hb) hasta que las necesidades de oxígeno son mayores que la liberación de oxígeno; generalmente cursa con
una hb de 9-11 mg/dl. Normalmente ocurre a las 8-12 semanas de vida en lactantes a término y
a las 3-6 semanas de vida en lactantes pre término. No precisa tratamiento. Son datos de alarma que orientan
a patología subyacente en
un lactante:
• Valores
de hb < 9 g/dl.
• Descensos
de
hb muy precoces
(antes
de las cuatro semanas
de vida).
• Signos
o síntomas de hemólisis
(ictericia, coluria, acolia,
hepatomegalia,
etc.)
En
estos niños con datos de
alarma
habría que descartar pérdidas por
sangrado, incompatibilidad
del
Rh o el sistema ABO,
infecciones congénitas,
transfusiones feto-fetales en
embarazos múltiples, anemias hemolíticas congénitas.
En caso de diagnosticar anemia entre los
3-6 meses de vida es necesario descartar causa patológica, si bien a partir de los seis meses la causa
más frecuente de anemia será
la anemia ferropénica carencial. Son periodos de mayor
susceptibilidad de anemia ferropénica la edad
de lactante y la adolescencia (Pavo,
octubre 2016).
Evaluación de la dieta: lactancia materna o artificial; introducción de alimentación
complementaria, excesiva ingesta
de lácteos, otros: viajes recientes (parasitosis, infecciones),
tratamientos farmacológicos, relación con ingesta alimentaria. Durante
la exploración física prestar especial atención a la coloración de piel y
mucosas (palidez o ictericia) así como la
existencia de
rágades bucales y alteraciones ungueales y/o capilares; la presencia de
taquicardia o soplo sistólico.
Para prevenir carencias de hierro en los niños prematuros debe suministrarle suplementos de este mineral a partir de la segunda semana del
nacimiento. En los niños
no prematuros, cuando cumplen tres meses de edad. Revisar
de forma periódica que el niño no tenga parásitos intestinales.
Los
lactantes de siete a 12 meses deben ingerir 11 miligramos (mg) de hierro al día. Los niños de uno a 12 años necesitan entre 7 y 10 mg de hierro diarios. Los varones adolescentes 11 mg y 15 mg sin son chicas (Capa, 2018). Algunas consecuencias graves de la anemia en los niños (Bello, Febrero 2004):
• Tienen poca energía durante el día, los niños con anemia suelen estar cansado y
sentir fatiga. Ellos no tienen el mismo nivel de atención que otros niños, afectando en su vida diaria.
• Están
en mayor riesgo a tener alguna
enfermedad infecciosa. Las defensas suelen
estar bajas en los niños con anemia, haciendo
que estos niños tengan enfermedades con mayor
frecuencia en comparación
a otros que no tienen anemia.
• Afecta su desarrollo
cerebral Los niños con anemia van
a tener menos capacidades
de sociabilización, menos desarrollo psicomotor, además, estos tendrán deficiencia
de atención y concentración.
• Tienen un bajo
rendimiento escolar.
Debido a las
consecuencias
en
el cerebro de la
anemia en los niños,
estos, al iniciar su etapa escolar, pueden tener bajo rendimiento. Es muy importante, prevenir la anemia desde muy temprana edad.
• Las mujeres embarazadas
que tienen anemia tienen más riesgo
de
tener mortalidad materna y neonatal, que el bebé nazca con bajo peso y
prematuro, así como un retardo de
crecimiento
en
el útero. Es muy importante tomar suplementos de hierro durante el
embarazo.
Conclusión.
La anemia se define por la disminución
del número de hematíes y
de la concentración de
hemoglobina por debajo de
dos desviaciones estándar con respecto a la media que
corresponde a
su edad y sexo. A grandes rasgos, puede producirse anemia por aumento
de las pérdidas (por
sangrado), eritropoyesis insuficiente
o inadecuada, hemólisis
acelerada o por
una combinación de
Causas:
• Insuficiencia
de
hierro en la dieta.
• Mala absorción de hierro por el
cuerpo.
• Continua pérdida de sangre, por ejemplo, una gradual pérdida de sangre del sistema
intestinal.
• Etapas de rápido
crecimiento (entre el
primer año y los 3 años de edad los niños).
El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y algunos exámenes
complementarios básicos (hemograma, examen del frotis de sangre periférica y parámetros
bioquímicos del metabolismo del hierro). La mayoría de los niños con anemia están asintomáticos
o paucisintomáticos; por lo que, el diagnóstico
exige un alto índice de sospecha clínica. En un niño
con
anemia sospechada o comprobada, el primer acercamiento debe servir para valorar (descartar) signos
de gravedad (repercusión
hemodinámica, sangrado activo) y seguido de una evaluación de
todas las series del hemograma
para
descartar
patologías hematológicas graves.
La anemia ferropénica es la forma
de
anemia más frecuente en la infancia. Un niño con
anemia microcítica e hipocroma sin
datos de sospecha de otras patologías con la historia clínica,
debe presumirse que padece una anemia por
déficit de hierro.
El tratamiento para la anemia depende de la causa y
la gravedad de la afección. Algunas afecciones no necesitan tratamiento. Algunos pueden requerir
medicamentos, transfusiones de sangre, cirugía
o trasplantes de células madre. Las complicaciones
de la anemia
dependen de su
causa. Algunas anemias pueden causar: problemas con el crecimiento y el desarrollo, dolor e
inflamación en las articulaciones, síndrome
de falla medular, leucemias u otros cánceres, por mencionar algunas.
Algunos tipos de anemia se heredan y no se pueden prevenir. La anemia con deficiencia de
hierro, se puede evitar asegurándose
de que el niño reciba suficiente hierro en su dieta. Esto se
hace a través
de
los siguientes cuidados:
• Cuando el bebé recibe lactancia materna obtendrá
suficiente hierro de la leche
materna.
• La leche de vaca no proporciona suficiente hierro. No se debe administrar a los bebés hasta
después de 1
año
de edad, cuando está comiendo
suficiente cantidad de otros
alimentos.
• Use fórmula con hierro añadido
si no está dando lactancia materna al
bebé.
• Elija
alimentos que son
buenas fuentes de hierro como, por ejemplo: cereales enriquecidos con hierro y cereales, yema de huevo, carnes rojas, patatas,
tomates y uvas
pasas.
Una nutrición adecuada, incluyendo una dieta rica en hierro, es muy importante para todos los
niños. Cuando se establecen buenos hábitos alimenticios
desde muy temprano se ayuda a evitar la deficiencia de
hierro y por lo tanto la consecuente anemia.
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