Ximena Katherine Vaca Pino a; Jonathan Wellington Estévez Quimí b; Geovanny Cabezas Ramos c

Tratamiento Antibiótico en Forunculosis Cutánea

Treatment in Cutaneous Forunculosis Revista

 

 

 

a.     Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  draximenavaca@gmail.com

b.     Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  jonathanestevezmd2@hotmail.com

c.   Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador.


 

RESUMEN

 

 

Una de las infecciones más frecuentes de la piel a nivel mundial es la Forunculosis Cutánea, la cual consiste en la nodulación inflamatoria que involucra al folículo piloso con un pequeño absceso que se extiende a través de las capas de la dermis, mayormente es causada por la bacteria grampositiva Staphylococcus aureus. El objetivo fundamental de este estudio es plasmar información relacionada con el tratamiento antibiótico de la Forunculosis Cutánea a nivel general y su tratamiento específico en recién nacidos. Asimismo, se destaca el problema actual de la resistencia antibiótica y la importancia del uso adecuado de los antibióticos en el tratamiento de esta infección. El diseño de investigación que se lle a cabo es de tipo documental o bibliográfico. Para el tratamiento de la forunculosis cutánea los antibióticos de primera línea son: la clindamicina y como tratamiento de segunda línea: el Trimetropim-sulfametoxazol TMP-SX y la doxiclina. En caso de pacientes inmunodeprimidos se indica Cefalexina, Amoxicilina con ácido clavulánico o Clindamicina. En los casos de Forunculosis Cutánea Recidivante se recomienda la asociación de rifampicina a otro antimicrobiano oral como doxiciclina o TMS (trimetoprima/sulfametoxazol). Si bien es cierto que existen disponibles fármacos (antibióticos) para tratar efectivamente la Forunculosis Cutánea en la actualidad, no es menos cierto que cada día la bacteria responsable de la enfermedad, con el paso del tiempo y el uso inadecuado de antibióticos y otros factores como la inexistencia de nuevos fármacos disponibles para su tratamiento, muta y pierde cada vez más sensibilidad, mostrando un panorama poco alentador para el futuro de la salud mundial.

 

Palabras Claves: Tratamiento; Antibiótico; Forunculosis; Cutánea: Infección.


 

ABSTRACT

 

 

One of the most frequent infections of the skin worldwide is Cutaneous Forunculosis, which consists of the inflammatory nodulation that involves the hair follicle with a small abscess that extends   through   the   layers   of   the   dermis,   mostly   caused   by   gram-positive   bacteria Staphylococcus aureus. The main objective of this study is to capture information related to the antibiotic treatment of Cutaneous Forunculosis at a general level and its specific treatment in newborns. It also highlights the current problem of antibiotic resistance and the importance of the proper use of antibiotics in the treatment of this infection. The research design that was carried out is documentary or bibliographic. For the treatment of cutaneous forunculosis, first- line antibiotics are: clindamycin and as a second-line treatment: Trimetropim-sulfamethoxazole TMP-SX and doxycline. In the case of immunosuppressed patients, Cephalexin, Amoxicillin with clavulanic acid or Clindamycin is indicated. In cases of relapsing Cutaneous Forunculosis, the association of rifampicin with another oral antimicrobial such as doxycycline or TMS (trimethoprim / sulfamethoxazole) is recommended. While it is true that drugs (antibiotics) are available to effectively treat Cutaneous Forunculosis at present, it is no less true that every day the bacteria responsible for the disease, with the passage of time and the inappropriate use of antibiotics and other factors such as The absence of new drugs available for treatment, mutates and loses more and more sensitivity, showing an uninviting picture for the future of global health.

 

Keywords: Treatment; Antibiotic; Forunculosis; Cutaneous; Infection.


 

Introduccn.

 

 

 

En todo el mundo, uno de los motivos frecuentes de consulta en atención primaria, son las infecciones cutáneas bacterianas, después de las infecciones respiratorias. Las infecciones cutáneas pueden ser diversas y obedecen a la profundidad y el compartimento de la piel que se encuentre involucrado, y van desde los más leves procesos hasta otros de mayor gravedad, que pueden ser fatales.

 

Dichas infecciones de la piel son causadas por bacterias. Entre las más frecuentes se encuentran la Staphylococcus aureus y Streptococcus pyognes, cuyo tratamiento es empírico, salvo algunos casos con determinadas circunstancias donde el fracaso del tratamiento o la evolución tórpida de la infección hacen necesario un estudio microbiológico de muestras para un abordaje más preciso. Es importante destacar que en las últimas décadas se ha descrito un aumento progresivo de cepas de Staphylococcus aureus resistentes a meticilina (SARM) que suponen un riesgo para el control de las infecciones. (Vicens, Rabanaque, Sempere, rtola, & Borrás, 2019).

 

Una de las infecciones más frecuentes de la piel a nivel mundial es la Forunculosis Cutánea. Legró, Paez, Gondres, Romero, & Bacardí (2017) la definen como la nodulación inflamatoria que involucra al folículo piloso con un pequeño absceso que se extiende a través de las capas de la dermis y es causada por la bacteria grampositiva Staphylococcus aureus. Es importante tener en cuenta que la Staphylococcus Aureus es un comensal presente en la piel y en las mucosas, y que el ser humano es su reservorio predominante. En cuanto a cifras mundiales, se  estima  que  entre  20-50%  de  los  seres  humanos  albergan  a  S.  aureus  en  la  nariz permanentemente y un 60% intermitentemente. Por último, se tiene que aproximadamente un 30% de los adultos sanos son colonizados por S. aureus en algún momento de su vida. (p. 25)

 

 

 

La Forunculosis Cutánea produce en quien la padece unos bultos rojos, que causan dolor a la palpación, estos bultos se llenan de pus, por ende, aumentan rápidamente su tamaño y aumenta también el dolor. Por lo general, se rompen por solos y logran drenarse, en caso contrario se requiere de tratamiento antibiótico. El forúnculo guarda una estrecha relación con el ántrax, ya que este se produce cuando en una región de la piel se encuentra un grupo de forúnculos intercomunicados entre sí, esto forma una zona de infección de mayor gravedad ubicada por debajo de la piel, la cual, sin el tratamiento adecuado podría dejar cicatrices importantes y en el peor de los casos ocasionar la muerte.

 

La Forunculosis Cutánea puede presentar episodios recidivantes (Forunculosis Recurrente), si no se trata adecuadamente. Asimismo, en la recidiva influyen otros factores como focos bacterianos en nasofaringe, senos paranasales y periné, mala higiene personal, entre otros. Además del Ántrax y la Recidiva de la enfermedad, otras complicaciones más graves, aunque infrecuentes   son   las   infecciones   profundas   en   el   corazón   (endocarditis),   los   huesos (osteomielitis), septicemia y lesiones renales. (Arenas Guzmán, 2015).

 

El propósito fundamental de esta investigación es compilar información actualizada y plasmarla  de  forma  sencilla,  relacionada  con  el  tratamiento  antibiótico  de  la  Forunculosis Cutánea a nivel general y su tratamiento específico en recién nacidos. Asimismo, se destaca el problema actual de la resistencia antibiótica y la importancia del uso adecuado de los antibióticos en el tratamiento de esta infección tan frecuente a nivel mundial.


 

Materiales y todos.

 

 

 

La presente investigación se encuentra limitada a la búsqueda y revisión sistemática de material bibliográfico digitalizado, el cual se compi en base a la mejor evidencia disponible y se plasmó en una síntesis relacionada con el tratamiento antibiótico de la Forunculosis Cutánea, en virtud de lo cual, la misma se clasifica como una investigación de tipo documental bibliográfica.

 

Para el desarrollo se realizó la búsqueda en las principales bases de datos que se encuentran relacionadas con las áreas médicas: Organización Mundial de la Salud, MedlinePlus, Mayo Clinic, SciELO, ELSEVIER, entre otras.

 

Para la búsqueda se utilizaron los siguientes descriptores: tratamiento antibiótico Forunculosis cutánea”, Forunculosis cutánea”, Forúnculo, Ántrax y tratamiento antibiótico Forunculosis Cutánea en niños. El material que se obtuve fue filtrado en base a los siguientes criterios: idioma español, correlación temática, relevancia y fecha de publicación en los últimos seis años, sin descartar el tipo de material bibliográfico.

 

Resultados.

 

 

 

Tratamiento antibiótico de la Forunculosis Cutánea

 

 

 

En el caso de Forunculosis Cutánea común, los forúnculos suelen sanar por solos, atraviesan un periodo de picazón y de dolor leve, que con el tiempo vuelven más dolorosos, esto a medida que el forúnculo acumula pus y crece. Generalmente necesitan abrirse y drenar con el fin de que sanen  y este proceso frecuentemente ocurre solo al cabo de unas dos semanas. (Enciclopedia Médica ADAM, 2018).


Existen casos en que la forunculosis requiere tratamiento antibiótico (el forúnculo no drena por solo, casos de ántrax, entre otros). Legró, Paez, Gondres, Romero, & Bacardí (2017) mencionan que “entre los antibióticos de primera línea para tratar la forunculosis cutánea se tiene a la clindamicina y como tratamiento de segunda línea se indica el Trimetropim-sulfametoxazol TMP-SX y la doxiclina, por un periodo de administración de alrededor de una semana. (p. 29)

 

Dado que la Staphylococcus aureus colonizan la piel o mucosas de muchas personas en todo el mundo, ante una forunculosis cutánea es necesaria la descolonización de la bacteria para evitar reincidencia de este tipo de infecciones.

 

En el caso anterior se combina el tratamiento antiséptico para la desinfección de la piel por medio del uso de clorexhidina por un periodo de 21 días conjuntamente con un antibiótico local nasal como la mupirocina (crema) por 5 días, además de clindamicina oral 800 2.400 mg por 21 días, con la finalidad de erradicar a la S. aureus. En los casos de pacientes inmunodeprimidos con un cuadro acompañado de celulitis y fiebre, se indica antimicrobianos orales con cobertura sobre S. aureus. Además, es recomendado el uso de:

 

• Cefalexina: vía oral 500 mg cada 6-8h (100mg/kg/día cada 6h) por vía oral.

 

 

 

• Amoxicilina con ácido clavulánico: 40 mg/kg/día cada 8 horas por vía oral.

 

 

 

• Clindamicina: vía oral a 30mg/kg/día cada 8 horas. (Leg et al., 2017, p. 30).


 

Existen factores que pueden influir en la reincidencia de la Forunculosis Cutánea tales como la mala higiene personal, la humedad, focos bacterianos en nasofaringe, senos paranasales y periné, entre otros.

 

Ministerio de Salud de la Nación Argentina   (2018) define la forunculosis recurrente como la presencia de lesiones en más de 3 ocasiones, durante los últimos 6 meses. Asimismo, resalta que es de gran importancia dentro del tratamiento de la Forunculosis Cutánea Recurrente, la información al paciente y familiares acerca de las formas de prevención, de la descolonización y  del  tratamiento  farmacológico.  Con  relación  al  tratamiento  farmacológico  indican  las siguientes consideraciones:

 

·  Tratamiento tópico con mupirocina (2%) en portadores nasales de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM): colocar el ungüento de mupirocina dos veces por día en cada narina los primeros 5 días  de  cada  mes  (reducción  de  recurrencias  en  un  50  %),  se  ha informado resistencia a mupirocina (24 % de los aislamientos de SARM en un estudio). La eficacia de monoterapia con mupirocina es incierta.

 

·  El lavado de todo el cuerpo con chlorhexidina solución/jabón (2 a 4

 

%): puede reducir la colonización de SARM de la piel, pero en combinación con mupirocina nasal, con o sin antibióticos sistémicos, se produce la erradicación.

 

·  Mupirocina    nasal    y    uso    de    soluciones/jabones    antisépticos

 

(combinación) para el lavado de todo el cuerpo por 5 a 14 días.


 

·  La antibioticoterapia oral: se utiliza para infecciones activas y no de forma rutinaria como estrategia de descolonización, sólo debe ser considerada en el caso de infecciones recurrentes cuando fracasan otras medidas. No hay ensayos clínicos que hayan evaluado el impacto de antimicrobianos orales para infecciones recurrentes por SARM. La asociación de rifampicina a otro antimicrobiano oral como doxiciclina o TMS  (trimetoprima/sulfametoxazol)  en  cursos  cortos  de  5  a  10  días puede utilizarse en caso de cepas susceptibles si las medidas de descolonización antes descriptas no logran evitar la recurrencia, siempre asociadas a medidas higiénicas y tratamiento tópico.

 

·  Tratamiento  supresivo  prolongado:  clindamicina  150  mg  diarios most eficacia del 80 % en reducción de eventos, o azitromicina 500 mg semanales en ambos casos durante tres meses consecutivos. (p. 31 -

32).

 

 

 

En cualquier caso, el esquema antibiótico se debe adecuar al obtener los resultados de las pruebas que identifican al microorganismo y determinar la susceptibilidad (sensibilidad o resistencia) de este un grupo de antibióticos (antibiograma).

 

Asimismo, los pacientes con forunculosis recurrente deben recibir tratamiento de los factores predisponentes, como obesidad, diabetes, exposición ocupacional o industrial, incluidos los factores desencadenantes. (Dhar, 2017).


 

Tratamiento antibiótico de la forunculosis cutánea y otras infecciones de la piel y partes blandas en el recién nacido

 

Cubero, Morales, Broche, & Ortega (2017) resaltan que para elegir el antibiótico a prescribir en recién nacidos o niños, se deben tener en cuenta varios factores, tales como la localización y la extensión de la lesión, agente etiológico sospechado, presencia de manifestaciones   sistémicas,   susceptibilidad  del   microorganismo   en   el   medio,   toxicidad, capacidad de penetración del antibiótico en el sistema nervioso central y la función hepática y renal del paciente. Como tratamiento de primera línea (monoterapia), recomiendan el uso de cefalosporinas de primera generación (cefazolina), aunque también son usadas en recién nacidos aminopenicilinas con inhibidor de betalactamasas (trifamox), fosfocina y vancomicina. Asimismo, refieren que son útiles para el tratamiento de las infecciones de la piel y partes blandas los siguientes antimicrobianos: el cotrimoxazol, la vancomicina y la clindamicina. Es importante destacar, con ocasión al tema de la resistencia antibiótica que la tasa de resistencia a cotrimoxazol es baja y una tasa de resistencia variable a clindamicina. La resistencia de Staphylococcus aureus constituye un problema emergente en el manejo de las infecciones de la piel y partes blandas en niños. Además de la resistencia a la meticilina, también puede presentar resistencia a la vancomicina. (p. 11, 12).

 

Resistencia antibiótica y la importancia del uso adecuado de los antibióticos en el tratamiento de la Forunculosis Cutánea

 

Se conoce como resistencia antimicrobiana o farmacorresistencia aquella que se produce en los casos en que los microorganismos (bacterias, virus, hongos o parásitos), sufren cambios que  tienen  como  consecuencia  que  los  medicamentos  usados  para  el  tratamiento  de  las infecciones sean ineficaces. Estos microorganismos resistentes se conocen como ultrarresistentes. Este fenómeno es sumamente importante y de gran preocupación a nivel mundial, dado que las infecciones por microorganismos resistentes podrían tener consecuencias mortales, transmitirse a otras personas, además de la generación de mayores costos tanto para los pacientes como para las naciones. Por su parte, la resistencia a los antibióticos, es un término más específico, que se refiere a la farmacorresistencia donde las bacterias sufren modificaciones como consecuencia del mal uso de antibióticos, conllevando a que estos fármacos dejen de ser eficaces. (Organización Mundial de la Salud OMS, 2017).

 

 

En 2017 la OMS incluyó al Staphylococcus Aureus, resistente a la meticilina, con sensibilidad  intermedia  y  resistencia  a  la  vancomicina  (causante  en  su  mayoría  de  la Forunculosis Cutánea), en la lista de las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana dada su resistencia a los antibióticos. Estas bacterias han adquirido resistencia a un elevado mero de antibióticos, como los carbapenémicos y las cefalosporinas de tercera generación (los mejores antibióticos disponibles para tratar las bacterias multirresistentes). Esta bacteria está clasificada dentro de la lista con prioridad 2: Elevada, que describe a las bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente y provocan enfermedades comunes. (OMS, 2017).

 

Existen múltiples causas de que las bacterias muten y creen resistencia a los antibióticos. Dentro de las principales causas tenemos:

 

·  El exceso de prescripción de antibióticos

 

 

 

·  Los pacientes que no han acabado su tratamiento

 

 

 

·  El uso excesivo de antibióticos en la cría de ganado y pescado


 

·  El control inadecuado de las infecciones en los hospitales y clínicas

 

 

 

·  La falta de higiene y saneamiento deficiente

 

 

 

·  La falta de desarrollo de nuevos antibióticos. (OMS, 2015).

 

 

 

Alós (2015) refiere que poco después de introducirse la penicilina en la práctica clínica la gran mayoría de las cepas de S. Aureus eran sensibles. En la actualidad se estima que menos del

5-10 % son sensibles. “Se ha publicado un caso de adquisición de resistencia a la vancomicina por el gen van A, que iba en un plásmido conjugativo, por una de cepa S. Aureus resistente a la meticilina de adquisición comunitaria (SARM-CA)”. Cada día resulta más frecuente que se asocien diversos mecanismos de resistencia en una misma cepa para la misma familia de antibióticos, esto trae como consecuencia la dificultad de interpretar el perfil fenotípico y cada vez resulta más difícil abordar el tratamiento. (p. 693).

 

Es importante destacar la gravedad del asunto en cifras. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que solamente en los Estados Unidos cada año se presentan más de 80.000 infecciones agresivas por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y 11.000 muertes relacionadas con esta bacteria. (Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, 2014).

 

Conclusiones.

 

 

 

La Forunculosis Cutánea es una de las infecciones de la piel más frecuentes en todo el mundo y de la que se pueden derivar ltiples complicaciones. Presenta un problema que reviste una gravedad importante a nivel internacional ya que la bacteria responsable en su mayoría de esta enfermedad, la Staphylococcus aureus, en la actualidad ha perdido enormenmente sensibilidad ante los antibióticos más importantes para su tratamiento y se ha vuelto cada vez más difícil de tratar.


 

 

La resistencia antibiótica hace necesario al momento de diagnósticar la Forunculosis Cutánea, tomar en consideración la identificación del agente causante y en segundo lugar la sesibilidad que este pueda presentar ante determinados antibióticos, a los fines de prescribir un tratamiento eficaz.

 

Para el tratamiento de la forunculosis cutánea los antibióticos de primera línea son: la clindamicina y como tratamiento de segunda línea: el Trimetropim-sulfametoxazol TMP-SX y la doxiclina. En caso de pacientes inmunodeprimidos se indica Cefalexina, Amoxicilina con ácido clavulánico o Clindamicina. En los casos de Forunculosis Cutánea Recidivante se recomienda la asociación de rifampicina a otro antimicrobiano oral como doxiciclina o TMS (trimetoprima/sulfametoxazol). Igualmente, para la descolonización se combina el tratamiento antiséptico para la desinfección de la piel por medio del uso de clorexhidina conjuntamente con un antibiótico local nasal como la mupirocina (crema) y clindamicina oral.

 

Para  la  Forunculosis  Cutánea  y  otras  infecciones  de  la  piel  en  recién  nacidos  el tratamiento de primera línea es las cefalosporinas de primera generación (cefazolina), aunque también son usadas aminopenicilinas con inhibidor de betalactamasas (trifamox), fosfocina y vancomicina.

 

Si bien es cierto que existen disponibles fármacos (antibióticos) para tratar efectivamente la Forunculosis Cutánea en la actualidad, no es menos cierto que cada día la bacteria responsable de la enfermedad, con el paso del tiempo y el uso inadecuado de antibióticos y otros factores como la inexistencia de nuevos fármacos disponibles para su tratamiento, muta y pierde cada vez más sensibilidad, mostrando un panorama poco alentador para el futuro de la salud mundial. Es imperioso guiar y promover las áreas de investigación y desarrollo de nuevos antibióticos en todo el mundo con la finalidad de atacar más efectivamente infecciones como la Forunculosis Cutánea.

 

 

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