Alissa Stefanie
Godoy Villalva a; Ernesto Andres Kang Moreira
b; Freddy Andres
Flores Vega
c; Maria Auxiliadora Cedeño Cevallos d
Antiinflamatorios no esteroidales
(AINES)
causa de falla renal
Nonsteroidal anti-inflammatory
drugs (NSAIDs) cause renal failure
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3. Esp., noviembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 548-572
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3.Esp).noviembre.2019.548-572
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/618
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Revisión
© RECIMUNDO; Editorial
Saberes
del Conocimiento,
2019
Recibido: 15/09/2019 Aceptado: 23/10/2019 Publicado: 30/11/2019
Correspondencia: alissa_gv@hotmail.com
a. Médico; Investigadora
Independiente;
Guayaquil, Ecuador;
alissa_gv@hotmail.com b. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; ernestkang89@gmail.com c. Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador; aheinze77@hotmail.com
d. Médica Cirujana; Investigadora
Independiente; Guayaquil, Ecuador; auxicede1989@hotmail.com
RESUMEN
El
objetivo de este artículo fue analizar la injuria renal causada por AINEs,
las informaciones
requeridas para
su desarrollo se recogieron en función al tema seleccionado, mediante la
utilización de una revisión bibliográfica de profundidad en materiales impresos y lectura de estudios en el área de nefrología encontrados a
través de los recursos tecnológicos vigentes; para así darle
su correspondencia con las investigaciones documentales. Estas actividades, permiten decir que, una causa común y prevenible de injuria renal en los adultos, está determinada por el consumo de analgésicos y antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), que son ingeridos por las personas de
manera abusiva. Estos medicamentos son los agentes terapéuticos más usados en la
práctica clínica a nivel mundial, básicamente en el alivio de dolores crónicos que aquejan a la
sociedad moderna, debido a los estilos de vida poco saludables y malos hábitos entre ellos: daño articular producto del sobrepeso, malas posturas, falta
de ejercicio, envejecimiento de
la población, cefalea tensional, fibromialgia y colon irritable condicionados en parte por estrés, situaciones
que llevan a los individuos a tener un uso prolongado, combinado y sobretodo auto medicado
de antiinflamatorios no
esteroidales como: Aspirina, Ibuprofeno
o Naproxeno, los cuales
están relacionados con
la
injuria renal aguda (IRA),
que es
la
pérdida brusca
de
la
función renal, debido a una disminución en el aporte de sangre al riñón, ocasionado
por una mala irrigación, producto
de
hipotensión,
deshidratación
o
el uso de estos medicamentos,
la
enfermedad cuando existe patología renal subyacente o bien el insulto que determinó la injuria renal aguda, es de gran magnitud, la recuperación de la función renal es parcial, además, de no ser detectada a tiempo puede derivar en insuficiencia cardíaca, arritmia por alteraciones del
medio internos, hipertensión
no controlada e infección
entre otras enfermedades.
Palabras Claves: Injuria renal; AINEs; Patología renal; Sangre al
riñón.
ABSTRACT
The aim of this paper was to analyze the renal injury caused by NSAIDs, the information required for its development were collected according to
the selected theme, using a literature review depth in printed materials and reading of studies in the area of Nephrology found through
current technological resources; so give your correspondence with documentary
research. These activities allowed to say that a common cause and preventable of renal injury
in adults, is
determined by
the consumption of analgesics and nonsteroidal anti-inflammatory
non-steroidal
(NSAIDs), which are ingested by people in abusive way. These drugs are therapeutic agents most
commonly used in clinical practice around the world, basically in the relief of chronic pain afflicting modern society due to unhealthy
lifestyles and habits among them: joint damage
product of the overweight, poor posture, lack of exercise, aging
of the population, tension headache, fibromyalgia and irritable conditioned in part by stress, situations that lead individuals
to have a prolonged combined use and above all non-steroidal anti-inflammatory as medicated
Auto: aspirin, ibuprofen, or naproxen, which are associated with acute kidney injury (IRA), which is the sudden loss of kidney function, due to a decrease in the supply
of blood to the kidney, caused by
poor irrigation, product of hypotension, dehydration, or the use of these drugs,
the disease when there is underlying kidney disease either the insult that determined the acute
kidney injury, is of great magnitude, the recovery of function Renal is partial, in addition, of not be detected in time it can lead to heart failure, arrhythmia by alterations in the Middle internal, uncontrolled hypertension and
infection among other
diseases
Key Words:
Renal
injury; NSAIDs;
Renal pathology; Blood
to the kidney.
Introducción.
En el campo de la medicina el uso de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) constituyen actualmente uno de los grupos farmacológicos más prescritos y consumidos en el
mundo. Las razones van desde la condición de su venta sin necesidad de receta médica y su uso
en
diversos síndromes
dolorosos, hasta la
prevención de eventos isquémicos cardiovasculares y
cerebrovasculares. De allí, la
tendencia a un incremento mayor en su consumo es de esperarse, pues, sus indicaciones van ampliándose a la prevención de cáncer colorrectal, de
mama y Alzheimer. Por lo tanto, resulta ineludible focalizar la atención sobre los aspectos de seguridad de los AINEs, con el fi n de hacer uso racional de ellos y prevenir cualquier patología inducida por este grupo.
De
acuerdo con lo planteado, se puede deducir que la utilización de manera descontrolada de estos medicamentos, lleva a generar en las personas posibles enfermedades o situaciones
que afectan el buen funcionamiento renal; debido a la
disminución en el aporte de sangre al riñón.
Esto puede ocasionarse como resultado de
una mala irrigación, producto de
hipotensión, deshidratación o alguna medicina que
haya provocado algún tipo de alteración. Es decir, se hace
presente
la injuria renal, vista
por Galvano (2017) “como una situación de pérdida
brusca de la función renal, que
en buena parte
de los casos es
totalmente
reversible, siempre
que sea detectada a tiempo y tratada acorde”. (p.18).
Según lo citado
por el autor,
se entiende que el consumo de los antinflamatorios no esteroides,
como resultado a un consumo
exagerado y manejado directamente por el paciente sin
control médico, puede provocar la injuria renal, que debido a sus características no presenta una sintomatología general, que
pudiera ser identificada
por la misma persona, dado que, puede tener hipertensión arterial, náuseas y vómitos por el aumento de la urea y la creatinina, decaimiento general o, si no orina, puede estar edematizado. Por
lo tanto, debe ser diagnosticada mediante un análisis de la
historia clínica, desde el
punto de vista bioquímico, y con técnicas complementarias
de imágenes. En aquellas ocasiones en donde se tenga una sospecha clínica de una enfermedad renal específica puede indicarse una biopsia
de riñón, pero no es algo frecuente.
Cabe agregar
que la COX-1 cumple un rol fundamental en la fisiología renal mediante varias prostaglandinas (prostacicllina, PGE2 y PGD2) las cuales dilatan la vasculatura renal para así, disminuir la resistencia vascular renal e incrementan la perfusión renal. El resultado es la redistribución del flujo renal de la corteza
renal a
las
nefronas en la región intramedular. Es
posible deducir que la inhibición de
la COX-1 podría disminuir la perfusión renal total y redistribuir el flujo renal a la corteza, proceso que
conduciría a la aparición de la insuficiencia renal
aguda o
en otras palabras
injuria renal.
En esta dirección, Bolívar (2016) indica que la injuria
renal “ocurre
cuando los riñones
pierden de repente la capacidad de filtrar los desechos de la sangre.” (p.26). Por
lo tanto, al presentarse esta situación, los riñones pierden su capacidad de filtración, lo que conduce
a la acumulación de niveles nocivos de deshechos, y se desequilibra la composición química de la
sangre. En otras palabras, la insuficiencia renal aguda, también
llamada lesión renal aguda, se desarrolla rápidamente, por lo general en menos de unos días, es más común en personas que ya
están hospitalizadas, sobre
todo,
en aquellas con enfermedades críticas que necesitan de cuidados
intensivos, la misma puede ser fatal y requiere de tratamiento
intensivo. Sin embargo, puede ser
Es importante resaltar las ideas propuestas por Bolívar (ob.cit), en relación a
los signos y síntomas de la insuficiencia renal aguda
se incluyen los siguientes: “disminución del volumen de
orina excretado (diuresis),
retención de líquido, hinchazón en las piernas, tobillos o pies, falta
de aire, fatiga, desorientación,
náuseas, debilidad,
ritmo cardíaco irregular, dolor u opresión en el
pecho, convulsiones o coma en casos severos”. (p.37).
Estos síntomas, al ser percibidos por
el paciente, al momento de consultar
al
médico, representan una
información relevante, pues, dará cabida a la realización de diferentes evaluaciones para tener un diagnóstico preciso y coherente
en cuanto a la presencia de injuria renal.
De lo antes planteado, se desprende que hay que prestar atención a las etiquetas de los AINEs de venta libre,
en
otras palabras,
seguir las
instrucciones para analgésicos como la aspirina,
paracetamol
(Tylenol u otros),
ibuprofeno (Advil,
Motrin IB u otros) y naproxeno
sódico (Aleve u otros), representa para
las personas una
actuación realmente
importante para preservar sus riñones. Pues, la ingesta de estos medicamentos
puede incrementar el riesgo de
manifestar una lesión en ellos, esto sucede
especialmente si se tiene una
enfermedad renal
preexistente, diabetes o presión arterial alta. De allí, la
necesidad de
trabajar con
la atención médica, para controlar los problemas renales u otros trastornos
crónicos. Es decir, sin la persona
tiene
una enfermedad renal o de otro tipo que
incremente el riesgo de manifestar insuficiencia
renal aguda, como diabetes o presión arterial alta, cumple las recomendaciones para
lograr los objetivos de los tratamientos y
sigue las recomendaciones del médico para controlar la enfermedad.
Cada
una de las ideas propuesta en párrafos anteriores, permiten resaltar su importancia referencial para
el
desarrollo de este artículo, mediante el cual se busca alcanzar un análisis profundo relativo a la
injuria renal causada por
los
AINEs, mediante la revisión bibliográfica
se podrá insertar diferentes aportes significativos que
llevan al investigador
hacia
la organización
de los contenidos en función a las realidades analizadas que resultan de interés para el proceso
investigativo.
Métodos.
Desde el punto de vista metodológico este trabajo requiere
la selección previa de una herramienta básica para darle continuidad las consideraciones generales extraídas y asumidas
como medios que dan cabida a otras interpretaciones subyacentes.
En esta dirección, Sabino
(2015) define al método
“como una estrategia colectiva que facilita el desarrollo del trabajo, pues, amplía las acciones indagatorias hacia un final concluyente de aspectos metodológicos”.
(p.56). Por lo tanto, dar continuidad al proceso significa apoyarse en un adecuado método complementario que
ayuda a revisar, interpretar y analizar
los hechos en forma general.
En relación con este último planteamiento, se considera como método viable para el
desarrollo del artículo, el tipo de
concordancia conceptualizado por, García
(2018) “como aquel
que constituye un razonamiento acerca de las características, causas, basada en la comparación de las circunstancias que
han
acompañado varias veces la aparición del fenómeno” (p.66). Es
decir, se tomaron en cuenta las
diferentes definiciones o planteamientos expuestos por
aquellos autores vinculados con el tema, para luego extrapolar sus interpretaciones hacia un contexto en particular identificado como la injuria renal causada por AINEs y llegar finalmente a caracterizar el
fenómeno en estudio.
Tipo de Investigación
Los aportes que se busca mediante el desarrollo del presente artículo, conduce a ubicarlo en una investigación documental, basada en la interpretación de diversas fuentes primarias, con la finalidad de
contextualizar un problema particular relacionado
con
las deficiencias renales
como resultado al uso inadecuado de
los antinflamatorios de
venta libre. La
misma responde a lo planteado por García (ob.cit), “como el estudio de
problemas con el propósito de
ampliar y profundizar el conocimiento de naturaleza de apoyo principalmente en trabajos previos, información, datos divulgados
por medios
impresos, audiovisuales
o electrónicos.” (p.13).
Asimismo, Rangel (2018), “es un estudio de problemas con el propósito de ampliar y
profundizar el conocimiento de
su naturaleza
con
apoyo principalmente en trabajos previos, información, datos divulgados por medios impresos, audiovisuales o electrónicos.” (p.6).
Esta definición, lleva a reforzar las apreciaciones anteriores, al considerar este tipo de
investigación como una tarea exhaustiva
que lleva al investigador a
la elaboración de argumentos críticos-
reflexivos en cuanto a los diversos aspectos considerados en su desarrollado. De este modo, se
entiende que, para lograr la interpretación de los hechos de manera precisa y
coherente a las
necesidades plasmados en su propósito, se requiere
ubicarla en un nivel que
según Arias (2014), “se refiere
al
grado de profundidad
con que se aborda
un objeto o fenómeno”. (p.45). En
consecuencia, para
establecer la respectiva correspondencia con los hechos, se fija como nivel el descriptivo.
En
consecuencia, las diferentes actividades cumplidas en el marco de
la adecuación del método, tipo y nivel traen consigo importantes acciones
que permiten establecer las distintas directrices capaces de orientar las posteriores tareas a cumplir antes y durante la revisión de los respectivos documentos que brindan particular información en materia del contenido
temático seleccionado con
antelación.
Fuentes Documentales
En cuanto a
las actividades realizadas en esta fase, se
puede considerar el planteamiento dado
por,
Aguirre
(2018), “los
procedimientos son momentos activos
que determinan las acciones
que el investigador
cumple durante el desarrollo del trabajo” (p.125). Es
decir, se presentan
las
diferentes
etapas
o
momentos
que
hicieron
posible
la
realización
de
la
investigación. Para lo cual, fue necesario recurrir a la implementación de una gama de técnicas documentales que dieron oportunidad a fijar posiciones claras en cuanto a la indagación para
lograr una verdadera relación en los indicadores que estructuran el tema, requiere del apoyo de
las fuentes teóricas que hacen posible entender y valorar la contextualización del fenómeno en el marco
de una realidad visible de ser
investigada.
Técnica
de Recolección de Información
Con la finalidad de llegar
a realizar interpretaciones críticas se fija como apoyo de
la valoración crítica – reflexiva, la incorporación de un método viable y ajustado
a
las
características que precisa
cada
contenido.
Por ello, para cumplir con este
momento, se hizo
necesario la introducción de
la técnica del resumen que consiste en seleccionar aspectos teóricos bajo un esquema interpretativo para luego extraer nuevas ideas, tal como la define, Aguirre (ob.cit), “consiste en la interpretación de contenidos en forma analítica” (p.66). Es importante acotar que mediante su incorporación se
pudo no sólo seleccionar el material vinculante, sino, complementar aquellas ideas previas que permitieron dar la respectiva consistencia científica en el marco de una valoración flexible a los hechos o elementos que identifican el contenido a tratar.
Resultados.
El estimar como actividad previa, la consideración del método, fuentes documentales y técnicas de
recolección de información hace posible direccionar el trabajo teórico
hacia una construcción relevante, para ampliar los elementos que forman parte del fenómeno en estudio, es decir, se presenta a continuación los eventos que estructuran la configuración referencial que
todo artículo debe tener.
Aparato Urinario
El
cuerpo
humano
toma las sustancias
nutritivas
de
los
alimentos
y las convierte en
energía, para
así, incorporar los componentes de los alimentos que necesita, deja productos de desecho en el intestino y
sangre. Por ello, los riñones y
el
aparato urinario ayudan al cuerpo a
eliminar
los desechos líquidos, conocidos como urea, y a mantener en equilibrio de
las sustancias químicas como el potasio, sodio y
agua. La urea se produce cuando los alimentos que contienen proteínas, tales como: carne, pollo y ciertos vegetales, se degradan en el cuerpo. La urea se transporta en la circulación sanguínea hacia los riñones, donde se elimina junto con el agua y
otros desechos en forma de orina. Otras funciones importantes de los riñones incluyen el control
de la
presión de la sangre y producción de eritropoyetina, que controla la producción de glóbulos
rojos en la médula ósea. Los riñones también regulan el equilibrio de los ácidos y conservan los fluidos.
De este modo, se precisa que la anatomía urinaria, se encuentra conformado según Caballero (2016) los mismos se describen a continuación:
Dos riñones. Par de órganos de color oscuro, entre marrón y morado, que se ubican
debajo de las costillas y hacia el centro de la espalda. Su función es eliminar los desechos líquidos de la sangre en forma de orina; mantener un equilibrio estable de sales y otras sustancias en la sangre; y producir eritropoyetina, una hormona útil en la formación de los glóbulos rojos. Los riñones eliminan la urea de la sangre a través de
unas unidades de filtración diminutas
llamadas nefronas.
Cada
nefrona
consiste en
una
bola
formada por pequeños capilares
sanguíneos llamados glomérulos y por un pequeño tubo llamado túbulo renal. La urea, junto con
el agua y otras sustancias de desecho,
forma la orina al
pasar a través de las nefronas y bajar
a los túbulos renales.
Dos uréteres. Dos tubos estrechos que llevan la orina de los riñones a la vejiga. Los músculos de las paredes de los uréteres se contraen y relajan continuamente para forzar la orina
hacia abajo, lejos de los riñones. Si la orina se
acumula, o si se mantiene detenida, puede desarrollarse una infección del riñón. Aproximadamente
cada 10 o 15 segundos, los uréteres vacían
cantidades pequeñas
de orina en la vejiga.
Vejiga: Un órgano
hueco
de
forma triangular ubicado
en el
abdomen inferior. Está sostenida por ligamentos unidos a otros órganos y a los huesos de la pelvis. Las paredes de la
vejiga se relajan y dilatan para acumular la orina, y se contraen y aplanan para vaciarla a través de la uretra. La vejiga típica de un adulto sano puede almacenar hasta dos tazas de orina durante entre dos y cinco
horas.
Dos músculos del esfínter: Los músculos
circulares que ayudan a que la orina no gotee cerrándose herméticamente
como una cinta de goma alrededor del
orificio de la vejiga.
Nervios
de la vejiga: Estos nervios le avisan a la persona cuando es hora de orinar o de
vaciar la vejiga.
Uretra: Este tubo permite que la orina se expulse
del cuerpo. El cerebro envía señales a los músculos de la vejiga para que se contraigan y expulsen la orina. Al mismo tiempo, el cerebro
envía señales a los músculos del esfínter para que se relajen y
permitan la salida de orina de la
vejiga a
través de la uretra. Cuando todas las señales se suceden en el orden correcto, la persona
orina normalmente.
Figura
1. Anatomía
del Riñón
Fuente: Caballero (ob.cit).
Los adultos eliminan aproximadamente un litro y medio
de orina por día, según su
consumo de líquidos y
alimentos. El volumen de orina que se acumula por la noche es
aproximadamente la mitad
del que se acumula durante el
día.
La
orina normal
es estéril.
Contiene fluidos, sales y productos de desecho, pero está libre de bacterias, virus y hongos. Los tejidos de la vejiga están aislados de la orina y
de las sustancias tóxicas por medio de una capa
que no permite que las bacterias se adhieran y crezcan
en la pared de la
vejiga.
Por ello, los riñones, como órganos del aparato urinario son
importantes para la
vida humana, los mismos se encuentran formado
por aproximadamente
un millón de
unidades de filtración llamadas nefronas. Cada nefrona incluye un filtro,
llamado glomérulo, y un túbulo. Las
nefronas funcionan a
través de
un proceso de dos pasos: el glomérulo filtra la sangre y el túbulo devuelve las sustancias necesarias a la sangre y
elimina los desechos.
De igual manera, se puede
precisar que son una compleja maquinaria de purificación, tienen una función tanto de
eliminación como de regulación de los líquidos internos. Excretan agua, pero también la conservan; eliminan a través de la orina todos los productos del metabolismo de los alimentos que pueden ser potencialmente dañinos, antes de que alcancen niveles tóxicos y devuelven a la sangre: agua, glucosa (azúcar), sal, potasio y otras muchas sustancias vitales en las cantidades adecuadas para mantener el medio interno estable a pesar de las variaciones de clima, dieta y
otros factores externos.
Sin embargo, estos órganos al igual que los
demás que conforman al cuerpo humano, presentan algunas enfermedades; siendo las más comunes
son la diabetes e hipertensión, aunque existen otras enfermedades hereditarias y congénitas, las del sistema inmunológico, infecciosas o
traumáticas que pueden afectar el normal funcionamiento de los riñones. Algunos fármacos,
especialmente los antinflamatorios (AINEs), si se toman de manera indiscriminada, pueden ser causa de alteraciones renales. Cualquier persona que
tome analgésicos en forma regular deberá
consultar a un médico para asegurarse de que sus riñones
no corren ningún riesgo.
Injuria Renal Causada por AINEs
Los riñones son dos órganos en forma de judía, situados en la pared dorsal del cuerpo a los lados
de la columna vertebral. Son de color marrón, pesan unos 150 gramos cada uno y tienen
unos 12 centímetros de largo, 6 centímetros de ancho y
3 centímetros de grosor. En la parte
superior, cada
riñón
lleva adosada una glándula
endocrina
(produce sustancias vitales en
el interior del cuerpo) que se llama glándula
suprarrenal. Los mismos, son las
depuradoras donde se filtra
y limpia la sangre. Producen la orina, que contiene agua, toxinas y sales que la sangre ha
ido recogiendo por todo el cuerpo y que se han de eliminar. También intervienen en otras actividades
como la reproducción, porque
fabrican hormonas
sexuales; regulan
la
cantidad de fósforo y calcio en los huesos; controlan
la tensión en los vasos sanguíneos; y fabrican
sustancias que
intervienen
en la coagulación de la sangre.
La
insuficiencia renal aparece cuando sólo
funciona un 5% del total de filtros del riñón o nefronas. La
unidad básica del riñón es la nefrona, de las que
existen alrededor de 1 millón en
cada riñón. Cada nefrona está formada
por un componente
que actúa como filtro, el glomérulo, y
un sistema de transporte, el
túbulo. Parte de la sangre que llega a los riñones es filtrada por el glomérulo y pasa a través de los túbulos, donde se producen varios procesos de excreción y reabsorción que dan lugar a la orina que finalmente se elimina. El flujo sanguíneo renal
(FSR o
cantidad de sangre que llega al riñón por minuto) es aproximadamente en un adulto de 1,1 litro por
minuto. De los 0,6 litros de plasma que entran en el glomérulo a través de las arteriolas, un
20%
es filtrado, operación que se denomina filtrado
glomerular
renal.
De este modo, el filtrado glomerular renal es, por tanto, el volumen de plasma filtrado por
los riñones por unidad
de tiempo. La cantidad de plasma filtrado al día es de 135 a 160 litros. Para prevenir la pérdida de líquidos, entre el 98% y el 99% del filtrado glomerular renal es
reabsorbido por los túbulos, con lo que la cantidad de orina eliminada resultante es de entre uno y dos litros al día. Cuando se presenta un trastorno renal, significa que una o varias de las funciones renales están alteradas. Pero no todas las funciones se alteran en la misma proporción; por
ejemplo, dos tercios de las nefronas dejan de funcionar, puede que no
se produzcan cambios
significativos porque las nefronas restantes se adaptan; asimismo, los cambios en la producción
hormonal pueden pasar desapercibidos, y
entonces el cálculo del filtrado glomerular renal es la única
forma de detectar la disminución en
el número de nefronas
que
siguen funcionando.
Sin embargo, la utilización de los fármacos antiinflamatorios no esteroides o AINEs son
medicamentos que se usan para tratar
tanto el dolor como la inflamación. Si se los usa
en
dosis completas de manera regular, los mismos, ayudan a bloquear las acciones de las sustancias químicas del cuerpo
que se encargan de
mediar la inflamación asociada a muchas formas de artritis. De allí, que los antiinflamatorios no esteroideos utilizados hoy día, en su inmensa mayoría inhiben las actividades de la ciclooxigenasa 1 (cox-1) presente en diversos tejidos y que
medias reacciones fisiológicas, y ciclooxigenasa 2 (cox-2) presente en el tejido lesionado.
En
consecuencia, la inhibición de cox-2 media los efectos no deseados de la inflamación,
pero la simultánea
inhibición de cox-1 ocasiona efectos colaterales que son consecuencia de la
disminución en la síntesis
de
prostaglandinas,
prostaciclinas y tromboxanos.
Los AINEs,
incluyen muy diversos compuestos
que, aunque casi nunca tienen relación química alguna, sí
comparten actividades terapéuticas y efectos colaterales. En este vasto grupo se incluyen los
fármacos antiinflamatorios, analgésicos, antipiréticos y en la actualidad dentro de sus acciones farmacológicas debe considerarse su efecto
antiagregante plaquetario.
Los AINEs producen una reducción transitoria de la función renal, clínicamente no significativa, en el período postoperatorio
inmediato
en pacientes con
función renal preoperatoria. No es necesario evitar el uso de AINEs en adultos con función renal normal preoperatoria
por la preocupación de una deficiencia renal posoperatoria. Los antiinflamatorios no
esteroideos (AINES), como el ibuprofeno o la aspirina, son algunos de los medicamentos más comunes utilizados para
aliviar todo tipo de dolor, especialmente los articulares provocados por
artrosis, pero resulta que pueden ser muy tóxicos para el riñón
y el sistema cardiovascular en pacientes con
patología
renal
e hipertensión
arterial,
o
en pacientes
frágiles, básicamente
personas mayores.
En
relación a estos planteamientos, Simal (2017) destaca que en España hay
más de cuatro millones personas con algún problema de insuficiencia renal, y cada año unos 6.000
pacientes avanzan en el deterioro de su enfermedad hasta necesitar tratamiento renal sustitutivo: hemodiálisis, diálisis
peritoneal o trasplante renal. Es decir, el problema es que se trata de una
patología que muchas veces se encuentra oculta, que las personas no saben que la padecen y
con el aumento
de edad de la población se hace
evidente una altísima
prevalencia
entre la población mayor.
Este mismo autor, indica que
la injuria renal, aumenta en la población mayor de 65
años su frecuencia se puede incrementar hasta
un 25%. En España, la prevalencia de
la enfermedad renal
supone un 23% en pacientes mayores de 64 años, y
el
40% en mayores de 80 años. Al explicar,
esta situación en
relación al consumo de los AINEs
puede ser tóxicos en
el
riñón de dos maneras,
una porque producen una lesión
crónica en las estructuras del riñón y otra porque inhiben la producción de algunas sustancias que
intervienen en el mecanismo del dolor, como las prostaglandinas. Pero estas sustancias también
intervienen en mantener un adecuado flujo de
sangre a través del riñón, y si se disminuye su efecto, se dificulta el riego a este órgano alterando
finalmente el funcionamiento del mismo. Hay que tener en cuenta, refiere, que el riñón es un órgano
muy
sensible. El 20% de la sangre que sale del
corazón va
al riñón, y es
un órgano que no tiene mucha capacidad
de
regulación.
Asimismo, Simal (ob.cit), resalta que estos medicamentos “son veneno para
los enfermos
que tienen algún grado de
insuficiencia renal o para los enfermos
frágiles, básicamente personas
mayores.” (p.19).
Por ello, su consumo, debe
ser sometido a una vigilancia médica, dado que, los
mismos generan
enfermedades
renales como
la
injuria renal,
situación
que reduce
en un momento determinado el funcionamiento del riñón, carece de una sintomatología y por ende puede lograr consecuencias
de enfermedades crónicas del riñón, que ameritan otros tratamientos.
En esta misma dirección,
se puede indicar que, a nivel
mundial, la enfermedad renal
constituye una epidemia
que afecta al 10% de la población, además, se estima que alrededor del
25% de los pacientes afectados ignoran su patología en las fases iniciales de desarrollo, lo que
hace más complicado el tratamiento de la enfermedad, impacta negativamente
en
la calidad de vida
del paciente. De allí, que en los adultos una causa común y prevenible de Insuficiencia Renal Crónica es el consumo
de analgésicos y antiinflamatorios no esteroidales (AINEs), por lo que este factor de riesgo debe ser conocido y
tomado en cuenta por las personas que abusan de
dichos fármacos.
En consecuencia,
el
consumo agudo en altas dosis, como el consumo
crónico (6 o más pastillas diarias por 3 años) pueden condicionar daño renal. Es decir, la injuria renal por AINEs se observa sobre
todo en pacientes que padecen de alguna enfermedad renal crónica o de
insuficiencia cardiaca avanzada, en dichas patologías el consumo sobretodo en altas dosis de estos fármacos descompensa
el
frágil equilibrio de la circulación intrarenal. Este daño en general suele ser reversible si es identificado a
tiempo. El daño renal crónico llamado Nefropatía por Analgésicos se
da según algunos datos en más o menos
4 por cada 100.000 personas, siendo el
grupo de mayor riego mujeres mayores de 30 años, esto debido a que son el grupo que más sufre
de patologías asociadas a dolor crónico y que además se auto medican regularmente con
analgésicos y AINEs.
En
el marco de estas ideas, los AINEs se usan para
el
tratamiento del dolor leve-moderado
en
múltiples localizaciones del cuerpo, como: dolor de
cabeza, articulaciones,
contracturas musculares, dolor asociado a la menstruación, cólicos renales, entre otros. También se emplean en el tratamiento sintomático del dolor e
inflamación en enfermedades reumáticas (artritis reumatoide, espondilitis,
artrosis). Los mismos,
son capaces de bajar la fiebre.
Es decir, son muy
versátiles y con un gran número de indicaciones, lo que hace que su
uso esté muy difundido entre la población. Se estima que el 20% de las personas mayores de 65 años los toman y
que se
prescriben al 20% de
los pacientes ingresados en
los hospitales.
Es decir, hay
que tener en cuenta que el mayor efecto de los AINES no es quitar el dolor
(analgésico) sino bajar la inflamación
(como su propio nombre
indica); por eso es importante que, ante
la aparición de
algún síntoma,
como dolor de cabeza, fiebre o si se
ha sufrido un traumatismo, se visite al médico antes que consumir libremente un AINE porque hay otros
medicamentos mucho más eficaces para quitar este tipo de dolor o bajar la fiebre y que no tienen
esos efectos secundarios. Uno de los efectos secundarios que tienen los AINES es el daño que produce en los riñones. Cuando se toman durante periodos prolongados de tiempo pueden llegar
a producir insuficiencia renal, por desgracia, irreversible
y en aquellas personas que ya tienen
insuficiencia renal puede empeorar.
De
este modo, se puede indicar que el uso frecuente de los AINEs, pueden generar la enfermedad renal aguda corresponde a la aparición repentina de anormalidades renales en una
persona sana. Algunos ejemplos de enfermedad renal adquirida
aguda son la detención del flujo
de orina a causa de una enfermedad infecciosa de
la sangre, una
pérdida
masiva de sangre, lesiones por accidentes de automóvil o construcción,
y reacciones alérgicas graves a ciertos
medicamentos. Estas son situaciones que por su gravedad requieren hospitalización y
en
las cuales la insuficiencia renal es
sólo
una de las
manifestaciones
del
cuadro
clínico.
Con
frecuencia es posible
la recuperación completa
de la función renal si el trastorno causante de
la insuficiencia renal es corregido con rapidez. Pero el pronóstico siempre
es
inseguro. En los casos graves, el paciente puede necesitar un tratamiento temporario de diálisis hasta que se normalice el
flujo de orina.
Cabe agregar
que la injuria renal causada
por el consumo
de AINEs, manifiesta diferentes síntomas bastante evidentes, como sangre en la orina, hinchazón de cara, pies y piernas, subida
de la presión arterial y
respiración dificultosa. Estos síntomas son más comunes en niños que en
adultos porque la enfermedad renal aguda es más común en los niños. Por ello, es importante
recibir atención médica rápidamente para iniciar pronto una terapia eficaz. El tratamiento
para algunas de estas enfermedades puede
incluir antibióticos o medicamentos afines a la cortisona.
Tratar la injuria renal con rapidez puede prevenir el daño permanente, mientras que un retraso en
el diagnóstico y tratamiento
pueden resultar en
insuficiencia renal permanente.
Tabla 1. Relación
de Patologías e Injuria Renal
Fuente: Elaboración Propia (2019).
De
acuerdo con estas ideas, se puede decir que la presencia de la
injuria renal, provoca
la incapacidad de los riñones para excretar los productos nitrogenados derivados
del metabolismo proteico y,
posteriormente, para mantener
la homeostasis hidroelectrolítica y
del equilibrio ácido-básico.
En todos los casos existe descenso de la tasa de filtración glomerular, que en la clínica se mide por medio del aclaramiento de la creatinina. Según Simal (ob.cit), su incidencia es de aproximadamente 100 casos por millón de habitantes.
Es una patología de alta mortalidad, de 50% como promedio.
La frecuencia varía ampliamente en dependencia del contexto clínico, entre
los pacientes que ingresan en el hospital se calcula que es del 1%, durante la fase de hospitalización es del 2-5
% y llega al 4-15% entre los sujetos que sufren una intervención con circulación extracorpórea.
En pacientes críticos
ingresados en una
Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI), la incidencia varía
entre 7 y 30%. Asimismo, precisa que el 60 % de los que desarrollan una injuria renal en el hospital son pacientes quirúrgicos o con politraumas y el 40% restante corresponde
a enfermos con perfil clínico o patología obstétrica. De todos los casos se estima que el 50% son de origen
yatrógeno y potencialmente evitables.
Es importante acotar que existen diferentes mecanismos enumerados por Simal (ob.cit) para explicar los posibles efectos nefrotóxicos que los AINEs producen a nivel renal, siendo estos divididos
en:
Falla renal aguda Vasomotora o mediada hemodinamicamente:
Los AINEs al inhibir
la síntesis de prostaglandinas vasodilatadoras dejan
al
riñón en un desbalance donde va a predominar el efecto vasocontrictor, esto lleva a isquemia
intrarenal y así a insuficiencia renal
aguda. Esto se ve
sobretodo en ciertas condiciones clínicas tales como insuficiencia cardiaca,
deshidratación, sepsis, cirrosis hepática, terapias diuréticas enérgicas, o en cualquiera
condición de disminución
del volumen sanguíneo.
Nefritis
Intersticial Aguda: Este mecanismo
es un
tipo de reacción
alérgica idiosincrática, que suele presentarse como
una insuficiencia renal aguda asociada a síndrome nefrótico.
Nefropatía por
Analgésicos: Esta es la
forma de insuficiencia renal crónica que
se asocia al uso prolongado de AINEs. Se caracteriza
por necrosis de las papilas renales más nefritis
intersticial crónica, debido probablemente al efecto vasocontrictor crónico que se observa
con
el uso crónico
de analgésicos.
Conclusiones.
Cada planteamiento citado, en párrafos anteriores, lleva a
precisar a continuación las
argumentaciones generales mediante las cuales, el investigador destaca su postura ante el hecho científico, por
lo tanto, se considera pertinente
destacar lo siguiente:
Las
personas a nivel mundial, deben consulten
sobre cualquier tratamiento que vayan a
comenzar, ser conscientes de los múltiples problemas que conlleva la automedicación sin la supervisión adecuada de
un profesional médico. Más aún ante la presencia de los grupos
farmacológicos
reconocidos como antiinflamatorios no esteroideos o, como comúnmente
se
conocen por sus siglas,
los AINEs.
Es importante destacar que la presencia de la injuria renal, es sin duda un problema de
salud frecuente en las UCI que encarece la atención del paciente
y se convierte en un elemento de mal pronóstico que puede muchas veces prevenirse y es sobre la prevención que debe estar
encaminado el trabajo de los profesionales de la salud sobre todo intensivistas y nefrólogos. Esto se debe a la utilización con mayor frecuencia de los AINEs, con el fin de reducir la presencia del dolor o inflamaciones en los
pacientes
Cabe destacar que, la seguridad de
los AINEs actualmente disponibles, analizados bajo criterios de
nefrotoxicidad, difiere
de manera
ostensible. Sin embargo, es posible afirmar
de manera general que los AINEs más seguros siguen siendo el ibuprofeno y naproxeno; pero es
importante que la población en general, al momento de utilizarlos no
debe exceder de seis
pastillas para así evitar la
aparición de
la injuria renal, además, es relevante
consultar al médico para
mantener una medicación funcional en correspondencia con la situación confrontada
para su uso.
En otras palabras, el médico especialista al momento de
indicar el uso de los AINEs, debe
considerar la consecuencia del bloqueo de
prostaglandinas cuya síntesis depende de
COX-1 que es la enzima
constitutiva, que dichos medicamentos agregan durante su consumo.
Esto hará posible reducir los efectos a nivel de la injuria renal y
por ende la protección del paciente, dado que, dicha situación al no ser diagnosticada a tiempo puede
convertirse
en
una enfermedad crónica de los
riñones, que ameritan
otro tratamiento.
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