Génesis Carolina Pérez Cruz a; Elizabeth Stefania Molina Vega b; Raquel Alexandra
Colcha González c
Astrocitoma fibrilar difuso
Diffuse fibrillary astrocytoma
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3. Esp., noviembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 853-875
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3.Esp).noviembre.2019.853-875
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/629
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Revisión
© RECIMUNDO; Editorial
Saberes
del Conocimiento,
2019
Recibido: 15/09/2019 Aceptado: 23/10/2019 Publicado: 30/11/2019
Correspondencia: genesisperez0926@gmail.com
a.
Médico; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; genesisperez0926@gmail.com b. Médico; Investigadora Independiente; Guayaquil, Ecuador; elizabeththmv.md@gmail.com
c. Médica; Investigadora
Independiente;
Guayaquil, Ecuador;
rcolchaczs5@gmail.com
.
RESUMEN
El objetivo del presente artículo es analizar el astrocitoma fibrilar difuso, su metodología
corresponde al tipo documental, apoyado en fuentes bibliográficas a través de lecturas y
revisión desde un manejo de textos, material impreso y digital, técnicas q ue ayudan a plasmar las respectivas consideraciones generales vinculadas con el tema previamente seleccionado.
Consideraciones que permiten resaltar
que el cáncer
de cerebro primario
se origina en
el parénquima del cerebro, la médula espinal o nervios. Tam bién se encuentran algunos tumores que surgen
a partir de
las envolturas
del cerebro
o
la médula (meninges) se consideran tumores cerebrales primarios. El riesgo global durante
la vida
de padecer
un tumor
cerebral es inferior al 1%. Hay diferentes tumores cerebrales, según las células que resultan afectadas;
entre los cuales se precisan los astrocitoma fibrilar difuso, que constituyen los gliomas de bajo grado más frecuentes y afectan a niños y adultos jóvenes entre 20 y 40 años. Debido a su naturaleza
difusa presenta
cierta tendencia a infiltrar
el
tejido cerebral circundante, también evidencian localización hemisférica en sustancia blanca, pero
pueden aparecer como lesiones
focales circunscritas; que pueden afectar al córtex adyacente, y tienen especial predilección por
áreas funcionales secundarias como el área motora y el lóbulo de la ínsula, razón por la cual, resulta difícil de extirparlo todo, aunque su desarrollo es lento y puede pasar años antes de que la
enfermedad vuelva
a aparecer; el plantearse una nueva intervención resulta una
práctica
quirúrgica limitada, pues, existen secuelas neurológicas que no se consideran justificable,
por ello, se recurre al uso de la radioterapia y quimioterapia con el fin de ofrecer años adicionales de
vida relativamente libre de síntomas;
es decir, reducir
las crisis epilépticas.
Palabras
Claves: Astrocitoma;
Fibrilar; Difuso; Cáncer; Cerebral.
ABSTRACT
The objective
of this article is to analyze
the diffuse fibrillate
astrocytoma, its methodology corresponds to the documentary
type, supported by
bibliographic sources through readings and review
from a management of
texts, printed and digital material, techniques that help the respective general considerations related to the subject previously
selected. In the parenchyma of the brain, spinal cord or nerves. Some tumors that arise from brain or marrow (meninges) are also considered primary brain tumors. The overall lifetime risk of developing a brain tumor is less
than 1%. There are different brain tumors, depending on the cells that are affected; which
requires diffuse fibrillate astrocytoma, which is the most common low-grade
gliomas and affects
children and young adults between the ages of 20 and 40. Due
to its diffuse nature presents some tendency to infiltrate surrounding
brain tissue, they also show hemispheric location in white
matter, but may appear as circumscribed focal lesions; that can affect the adjacent cortex, and
have special predilection for secondary
functional areas such as the motor area and insule lobe, which is why, it is difficult to remove everything, although its development is
slow
and it may be
years
before
the disease reappears; the consideration of a new
intervention is a limited surgical practice, because, there are
neurological squeal that are not considered justifiable, therefore, the
use of radiation therapy and chemotherapy is
used for the
purpose.
Key Words:
Astrocytoma;
Fibrillar; Diffuse;
Brain cancer.
Introducción.
En el campo de la medicina y
especialmente
en el área de oncología, al hacer referencia a
los astrocitoma,
se identifican como toda aquella neoplasia o tumor formada principalmente por astrocitos, uno de los principales tipos de células gliales que alimentan y
dan
soporte a las neuronas. Dicho tumor es una masa de astrocitos que se produce ante un crecimiento y proliferación anómala, patológica y descontrolada de uno de los tipos de tejido glial presentes en el
sistema nervioso, tratándose de uno
de los principales tipos de
tumor cerebral.
Los
astrocitomas son tumores cuyos síntomas pueden variar enormemente en función de
la localización o localizaciones
en las que aparezcan, si
comprimen otras áreas cerebrales, su capacidad proliferativa o si se infiltran en otros
tejidos o se autolimitan. Sin embargo, a nivel
general es habitual encontrar la existencia de cefaleas, náuseas y
vómitos, sonolencia, fatiga,
alteración de la conciencia y confusión. También es relativamente frecuente que aparezcan alteraciones de la personalidad, conducta, fiebre y
mareos son también habituales, así como alteraciones de peso sin razones para ello, problemas de
percepción, lenguaje,
pérdidas de sensibilidad y movilidad, e incluso
convulsiones. De igual manera, al presentarse en niños, se generen malformaciones que alteran la anatomía cráneo facial tanto intracraneal como extra
craneal.
Este tipo de tumoración puede
presentarse, al igual que ocurre con otros tumores, de manera circunscrita a
una región o estructura concreta
o difusa, teniendo el primero mejor pronóstico que la segunda. Por
lo general no suelen
producir metástasis
hacia otras áreas del
organismo más allá del sistema nervioso,
si bien sí se expanden dentro de dicho sistema. Su diagnóstico es complejo, siendo necesario realizar diversos procedimientos. En primer lugar, efectuar una biopsia del tumor, la cual permitirá seleccionar una muestra del tumor cerebral, en
la actualidad es realizada
mediante estereotaxia. Posteriormente se cumple con un análisis fenotípico e histológico para comprobar el tipo de tejido y comportamiento. Finalmente hay
que valorar la capacidad proliferativa, con el fin de poder determinar su grado y capacidad de
infiltración.
Al igual que ocurre
con
el resto de tumores cerebrales, las causas de
los astrocitomas son
en
su mayoría desconocidas. Sin embargo, algunos trastornos hereditarios pueden facilitar su
aparición, como por ejemplo la neurofibromatosis. También la infección con el virus Epstein-
Barr o la aplicación previa de radioterapia debido a otro tumor parecen ser factores de riesgo para
desarrollarlos. De acuerdo con la clasificación expuesta por
la Organización Mundial de
la Salud existen cuatro grados; siendo de interés para el presente artículo el grado II, en este grupo se incluyen los astrocitomas difusos, entre
los más habituales se encuentran: los astrocitomas fibrilar,
gemistocítico y protoplasmático.
Son el
tipo de astrocitoma de
bajo grado más habitual.
Según Louis (2016)
los
astrocitomas difusos “afectan sobre todo a niños
y adultos jóvenes entre 20 y 40 años, aunque en estudios recientes se ha observado un aumento
progresivo de su incidencia
en
pacientes mayores de
60 años”. (p.16). Es decir, esos tumores se
observan fundamentalmente en los hemisferios cerebrales. Son tumores sólidos, pero
pueden tener degeneración micro quística. Habitualmente son hipercelulares y
presentan atipia nuclear. Infiltran la sustancia blanca y pueden producir satelitosis cuando los astrocitos rodean a las
neuronas.
Es importante destacar que, debido a su carácter difuso, el crecimiento lento, el miedo a las secuelas de una cirugía más agresiva y el dudoso papel de la radioterapia en la supervivencia
global del paciente, su manejo es controvertido. Entre
los factores pronósticos se encuentran el grado de resección quirúrgica, patrones moleculares favorables (IDH1/2 positivo, presencia
de la mutación 1p19q) o desfavorables (histología de astrocitoma, o predominio gemistocítico),
localización en áreas elocuentes, edad avanzada, tamaño, extensión a
través de
la línea media, presencia de déficit neurológico al diagnóstico, ausencia de
captación de contraste o ausencia de perfusión tumoral en secuencias
RM.
Por
lo tanto, la atención
médica se convierte en un factor esencial, dado que, a través de diagnóstico
se puede llegar
a tener un manejo de pacientes con astrocitoma
fibrilar difuso, este
proceso es un tema complejo que debe ser cuidadosamente individualizada. De allí, que la terapia multimodal que comprenden la resección quirúrgica, radioterapia, y quimioterapia juegan
un papel importante; los beneficios de cada uno deben ser equilibrados cuidadosamente contra
los riesgos o complicaciones asociadas con su uso. El objetivo
inicial es controlar los síntomas, reducir el volumen del tumor, y
obtener un diagnóstico histológico y genético claro. La cirugía
permanece como
una
herramienta importante de diagnóstico y
modalidad terapéutica.
Su objetivo es proveer tejido adecuado para
el
diagnóstico histopatológico y adecuada gradificación. Las biopsias con aguja son realizadas
cuando
las
lesiones son profundas o se
encuentran
en regiones críticas
del cerebro.
Es importante
acotar que, estos tumores cerebrales tienen elevada tendencia
a reproducirse una vez finalizado el tratamiento
o incluso durante el mismo. La recaída de un
tumor cerebral puede ocurrir entre meses y años después según el tipo de tumor. En caso de recaída, el paciente deberá ser evaluado por un equipo multidisciplinar, es decir por los
diferentes especialistas implicados en el diagnóstico y tratamiento de los tumores cerebrales. Se
plantearán las diferentes opciones que pueden ser en ocasiones quirúrgicas de nuevo y/o radioterápicas y/o sistémicas en
función
de cada caso y de cada tumor.
Según los eventos planteados, se puede
resaltar que, al contrario que los astrocitomas de
grado I
los de grado II sí son propiamente cáncer, siendo tumores malignos. Los astrocitomas de
grado dos agresivos, mucho más complejos de tratar y considerándose malignos y expansivos.
Suelen
generar
crisis epilépticas, observándose lesiones difusas. Generalmente
en
este grupo se incluyen los astrocitomas difusos, entre
los cuales los más habituales podemos encontrar los astrocitomas fibrilar, gemistocítico y protoplasmático. Son el tipo de astrocitoma de bajo grado
más habitual. En relación al tratamiento
temprano con frecuencia mejora la posibilidad de un buen desenlace clínico. El tratamiento
depende del tamaño, tipo de tumor y
de su
salud general.
Los objetivos del tratamiento pueden ser
curar
el tumor, aliviar los síntomas
y mejorar la actividad cerebral o el bienestar. Con frecuencia, se requiere la cirugía para la mayoría de los tumores cerebrales primarios. Algunos se
pueden extirpar totalmente. En aquellos casos, cuando los
tumores están muy profundos dentro del cerebro o se han infiltrado en el tejido cerebral, se puede llevar a cabo la citorreducción quirúrgica, en lugar de
extirparlos. La citorreducción
quirúrgica es
un procedimiento para reducir
el tamaño
del tumor.
Estas
consideraciones, resultan un aporte significativo para el desarrollo temático propuesto, mediante ello, se
logra visualizar nuevas interpretaciones de interés en el campo de la
medicina y convertirse en un aporte para la realización de nuevas indagaciones que representen importancia
en el estudio de los
tumores cerebrales.
Metodología.
La introducción del conocimiento científico es un proceso inacabado, por lo tanto, es
objeto de revisión y
producción constante, las utilidades de los métodos en el campo de la
metodología tienen que revisarse de manera regular, con el propósito de validar su eficacia. En consecuencia, los desafíos de
la investigación científica
exigen que tanto
los métodos como la metodología sean entendidos y asumidos como herramientas útiles que permiten el abordaje,
comprensión y argumentación
de los problemas de estudio.
En consecuencia,
el
conocimiento científico se caracteriza
por exigir el estudio, análisis y explicación de los hechos que se definen como problemas. Es un tipo de conocimiento que no
admite
aprioris ni valoraciones
precipitadas, sino que se deben
utilizar conceptos,
metodologías y teorías
para
trabajar con la realidad entendida como problema. Lo importante es que su
producción es fruto
de
indagaciones y
descubrimientos que llaman la atención de quien investiga. Combina
curiosidad
sistematizada, así como preguntas específicas para
identificar el sentido de los fenómenos,
en términos de
su causalidad, consecuencias e impacto. Al respecto,
Aguilera (2018)
concibe al método como “aquel que permite simplificar la complejidad al
seleccionar los elementos más
significativos
de
un problema a fin de proceder a su estructuración conceptual
y explicación
casual”. (p.59).
En este caso particular, se considera pertinente la utilización del método comparativo, mediante
su utilización el investigador
tiene oportunidad de
desglosar
los aspectos conceptuales,
para luego explicar
las interrelaciones causales que se registran en su contenido, de este modo, hace posible
en dotar de propiedades cognoscitivas que permiten
el abordaje ordenado de una parte de la realidad y que depende del sujeto cognoscente la utilidad que pueda tener al conseguir
a través del trabajo de investigación, es posible esclarecer lo que antes no se conocía. Es así como Aguilera (ob.cit) define al método comparativo “como una actividad particular que ayuda al investigador a establecer de forma apropiada las diferencias y semejanzas presente en un tema en estudio”. (p. 61).
Tipo de Investigación
Para lograr la producción del conocimiento científico, se hace necesario establecer una
dirección metodológica en correspondencia con los objetivos del estudio, por lo tanto, en este
caso particular, se vincula
con
la investigación documental, apoyada
en
generar desde la revisión bibliográfica nuevas consideraciones generales para construir un tema que tenga importancia en
el
campo de la medicina, pues, al analizar la astrocitoma fibrilar difuso.
Es así como, Aguilera
(ob.cit) precisa
que la investigación documental “es
una estrategia en la que
se observa, reflexiona sistemáticamente sobre realidades teóricas o empíricas, usando diferentes documentos
donde indaga, interpreta, presenta datos e información sobre un tema
determinado de cualquier
ciencia”: (p.
64).
De lo antes planteado, se precisa que, al adecuar la indagación mediante la utilización de
la investigación documental, lleva a considerar su importancia en el campo científico, al lograr un nuevo conocimiento relacionado
con la incidencia de eventos adversos relacionados con el análisis referido
al tema seleccionado.
Técnicas Documentales
La
formación de conceptos normativos y aplicados que se enlazan con la sociedad, por su
complejidad, demanda no sólo la
multiplicación del saber científico, sino que
el
mismo debe aplicarse
para
solucionar los problemas de
la vida colectiva. Este hecho define el alcance del
conocimiento científico para que
no sea entendido de manera
enciclopédica, sino que se orienta a
generar
utilidad aplicada. Por
lo tanto, para darle flexibilidad al método es significativo, fijar una
posición clara en cuanto a las técnicas documentales que sirven de apoyo para la redacción del artículo.
En razón de lo anterior, se
puede indicar que mediante la incorporación de las técnicas
documentales, se hace posible
redactar los diferentes
aspectos que constituyen el contenido del presente artículo, en consecuencia, debido al desarrollo tecnológico que
existe actualmente
permite el uso del
internet como
un
lugar para
tener
acceso
a
textos originales, listas
bibliográficas o sitios donde
se puede buscar, consultar
catálogos de grandes bibliotecas universitarias de todo el mundo e inclusive listados de títulos publicados por algunas editoriales, videos, fotografías, imágenes reales y
hasta el periódico.
Para Tejería (2018) las técnicas documentales “son los diferentes medios o recursos que le permiten al investigador,
indagar en
relación
a un tema en especial.”
(p.36).
Técnicas de Recolección de Información
Para el desarrollo del presente artículo, se hizo necesario nos sólo visualizar su ubicación en una metodología del conocimiento científico, sino agregar,
el
manejo efectivo de las técnicas
de recolección de información, para
ello,
se
incorporó la
lectura
reflexiva como
parte fundamental del trabajo monográfico. En esta dirección Tejería (ob.cit) las identifica como “un aporte interpretativo basado en la lectura como parte esencial de los elementos que estructuran
un contenido en especial” (p.39). De este, modo, se analizaron de forma especial los aspectos que conforman al tema para responder a su objetivo.
Resultados.
Una vez planteado el objetivo del presente artículo, se precisan aquellos eventos relacionados
con su contenido, mediante
ello, se asegura el desarrollo de nuevos aspectos
importantes para reportar la significación
del tema.
Astrocitoma Fibrilar Difuso
El astrocitoma es un tipo de cáncer que se
van
formando a través de células llamadas
astrocitos, normalmente en la médula espinal o en el cerebro. Es un tipo de glioma, un tumor
glial, que suelen ser benignos y que se originan en las células de la estructura cerebral. Los astrocitomas son los más frecuentes y
pueden aparecer a cualquier edad. No todos los astrocitomas son iguales. Tienen una velocidad de propagación muy diversa: pueden ser lentos o
tremendamente agresivos. La velocidad de
desarrollo es la que marca el tratamiento
a seguir y pronóstico
general.
Es importante destacar que, la
clasificación realizada por la
Organización Mundial de
la Salud desde
1979, en cuanto a
los tumores del sistema nervioso central, basado en la célula de origen del proceso tumoral y
características morfológicas asociadas al pronóstico. Se estratifican
entre tumores:
Grado I:
Tumores circunscritos,
lento crecimiento y bajo potencial de conversión a un tumor
de mayor
malignidad.
Grado II: Tumores
de
borde
difuso,
lento
crecimiento y algunos,
con tendencia a progresar a tumores
de
mayor malignidad.
Grado III: Tumores infiltrantes con células atípicas o anaplásicas y
mayor número de
mitosis.
Grado IV: tumores de rápido crecimiento con alta tasa mitótica, pudiendo
presentar vasos de neo
formación y áreas de necrosis.
La clasificación OMS presenta
una implicancia
terapéutica, pues las lesiones OMS grado I, es decir, circunscritas o de borde neto pueden ser removidas en su totalidad
a través de la
neurocirugía; Las lesiones infiltrantes OMS II, III y IV, al presentar un borde difuso su exéresis suelen
ser incompletas, por lo que tienen
un
seguimiento imagenológicas
y específico en
lesiones.
Al tomar en consideración la
clasificación citada, se puede decir que
no existe certeza
sobre las causas principales de la aparición de este tipo de cáncer, aunque se ha determinado que
algunos factores, como estar expuesto a radiaciones o tener antecedentes familiares, pueden
aumentar las posibilidades de tener
esta enfermedad. Entre los
diferentes tipos se
encuentran el
Astrocitoma grado II o astrocitoma difuso. Existen diferentes subgrupos con características propias. Es un tumor infiltrante y suele evolucionar a una histología (estructura, composición y características de los tejidos orgánicos) agresiva. En este grupo se incluiría el xantoastrocitoma pleomórfico.
En tal sentido, García (2017), destaca que la presencia de los astrocitoma fibrilar difuso, se identifica como aquellos de
bajo grado son menos comunes,
son aproximadamente
el
15% de los tumores del SNC diagnosticados en adultos cada año. El único factor de riesgo, es la exposición
a radiación ionizante.
Los factores hereditarios
no
juegan un papel importante,
aunque estos tumores son más frecuentes en paciente con NF-1 y sd. Fraumeni (mutación que afecta al gen supresor
tumoral TP53). La
principal forma
de presentación es en forma de crisis,
que ocurren en el 80% de los casos,
debido probablemente a la localización superficial y baja
tasa de crecimiento. La mayoría
permanecen asintomáticos incluso
aunque tengan efecto masa,
los síntomas de HTIC
son poco frecuentes.
Este tipo de tumor ocurre
en
adultos, con pico de edad a
finales de los 30 años, asientan frecuentemente en los hemisferios cerebrales (temporal, frontal posterior y lóbulo parietal anterior), la mayoría se presenta como crisis.
Anaplasia y mitosis ausentes. Infiltran el tejido
neural circundante. Mejor pronóstico si ocurre en jóvenes, peor pronóstico si HITC, alteraciones
de la consciencia, cambios de personalidad, déficits neurológicos, captación de contraste.
Según la histopatología, pueden dividirse
en
Fibrilar: surge de la
profundidad de
la sustancia blanca, es duro
y correoso por fibrillas neurogliales que produce. Baja celularidad con mínima atipia nuclear. Es el
subtipo más frecuente.
Imagen 1. Astrocitoma
Fibrilar Difuso
Fuente: García (ob.cit).
En cuanto a
los síntomas que presenta el astrocitoma están en función de varios factores,
pero especialmente
de la localización del tumor. Si están en el cerebro suelen causar
convulsiones, dolores de cabeza y vómitos. Los que están en la médula
espinal pueden causar
cierta discapacidad
en la zona del cuerpo afectada por el tumor. Por ello, el médico ha de
realizar como primer paso un examen neurológico en el que habla con el paciente y obtenga información acerca de su comportamiento y
estado general. Después es imprescindible recurrir a las pruebas de diagnóstico
por imágenes para confirmar el astrocitoma y revelar el estado real
del tumor: tamaño, localización y velocidad
de desarrollo
del mismo.
Al no conocerse la causa exacta, no se puede establecer
un protocolo de
actuación eficaz.
Es recomendable no
exponerse de forma continuada
a radiaciones porque está demostrado que son
un factor de riesgo para el desarrollo de este tipo de cáncer. Sin embargo, hay una variedad
de tratamientos en función del estado del paciente y de la velocidad de la enfermedad. La primera opción es la cirugía para intentar extraer todas las células cancerígenas o el máximo número que sea posible. A veces no se
puede acceder
a células dañadas porque se encuentran en zonas muy delicadas del cerebro. La intervención quirúrgica es suficiente en algunos casos. Si quedan rastros del cáncer o no se ha podido realizar
la intervención, entonces se
recurre a la quimioterapia y radioterapia.
Los objetivos de la
cirugía: confirmación histológica, mejoría neurológica del paciente, reducir el riesgo de crecimiento del tumor, prevenir la transformación maligna. La
misma da un diagnóstico histológico y a su vez, puede ser terapéutica. En pacientes donde es posible una resección radical, la cirugía puede ser el único tratamiento. La resección total a
menudo no es posible llevarla
a cabo sin secuela neurológicas por la naturaleza infiltrativa
del
tumor. En estas situaciones
está indicada RT y QT neoadyuvante. En pacientes con buen pronóstico (jóvenes, solo
presentan crisis)
la observación tras la
resección es una opción terapéutica. Palavero (2018) indica que entre
el
peor pronóstico: tumores >4cm, astrocitomas u oligoastrocitomas peor
que oligodendroglioma, enfermedad residual
> 1cm en RM. El uso de RT/QT en estos pacientes es
incierto, pero normalmente se pospone hasta
que haya progresión.
Según
Angelis (2017), el síntoma de presentación más frecuente
son las crisis epilépticas (65-95%),
aunque, se trata de tumores
de crecimiento lento, con frecuencia los síntomas
aparecen de
forma insidiosa en forma de
cefaleas (40%), cambios de
conducta (10%), depresión,
y pueden prolongarse varios años antes del diagnóstico. Asimismo, se presentan generalmente como lesiones difusas infiltrativas, pero pueden aparecer como lesiones focales circunscritas. Son tumores de
localización hemisférica en sustancia blanca que
pueden afectar al córtex
adyacente, y
que tienen especial predilección por áreas funcionales secundarias como el área suplementaria motora y el
lóbulo de la ínsula.
De igual manera
precisa el autor citado, que entre
las características moleculares de
los astrocitoma fibrilar difuso la anomalía
genética más común es la alteración de TP53 (> 59%).
Como resultado de
la interrupción de la cascada de las
vías de transducción de señales y
proliferación celular, la división celular anormal facilita la inestabilidad genómica y la transformación anaplásica.
Es importante resaltar también el reciente
hallazgo de la presencia de mutaciones de la isocitrato dehidrogenasa 1
(IDH1) entre el 59 y el 90% de los tumores, mutación descrita como
evento
temprano en la tumorogénesis,
El astrocitoma difuso grado II es una lesión bien diferenciada y difusamente infiltrante
que representa el 10-15% de todos
los tumores cerebrales astrocitarios. Afecta tanto a
jóvenes como a
adultos de edad media,
encontrando
un 60%
entre 20-45 años.
Estos
tumores
se
localizan de manera frecuente supratentorialmente, en lóbulos frontal y temporal (3). Histológicamente, el astrocitoma difuso de
bajo grado está formado por lesiones con aumento de celularidad, núcleos ovales, escasa atipia y mitosis ausentes. Pueden ser difícilmente diferenciables
de astrocitos
normales o reactivos.
De
igual manera complementa el autor que, los tumores astrocíticos representan aproximadamente el 40% de todas
las neoplasias del Sistema Nervioso Central (SNC) dela edad
pediátrica. Aproximadamente 15 a 25% son astrocitomas de bajo grado y 10 a15% de alto grado,
10-20% son astrocitomas del talo cerebraly
10-20% astrocitomas cerebrales. Los factores de
riesgo aumentan la probabilidad
de que una persona desarrolle un tumor. Si bien
los factores de
riesgo a menudo influyen en el desarrollo de un tumor, la mayoría no es una causa directa de su formación. Algunas personas que tienen varios factores de riesgo nunca desarrollan un tumor, mientras
que
sí
lo
hacen
otras personas
sin
factores de
riesgo conocidos. Los
médicos
e investigadores aún no conocen las causas de la mayoría de los tumores cerebrales. Existe evidencia de que la genética puede intervenir en un pequeño porcentaje.
En este mismo orden de ideas, se puede decir que
las opciones terapéuticas en los astrocitoma fibrilar difuso son: observación, cirugía, radioterapia y
quimioterapia. La
observación estricta, con controles
radiológicos periódicos, se recomienda en pacientes
asintomáticos o mínimamente
sintomáticos, e incluso en aquellos con crisis epilépticas al diagnóstico, pero bien controladas con tratamiento médico. La observación está contraindicada
en
aquellos pacientes cuya sintomatología no se controla con tratamiento médico. Por ello,
la cirugía permite la obtención de histología para llegar al diagnóstico definitivo y caracterización molecular del tumor, y
es
la primera opción terapéutica en la mayoría de los casos. Sin embargo,
aun
en el caso de conseguirse una
resección macroscópicamente completa, debe
mantenerse un estrecho control,
dado que, en pacientes <40 años intervenidos de astrocitomas de bajo grado no
pilocíticos, se ha evidenciado una tasa de progresión tumoral de
más del 50% a los 5 años. El
momento óptimo para iniciar la radioterapia y las dosis más adecuadas para el tratamiento
aún son objeto de
discusión. En general, la radioterapia puede diferirse
en
pacientes en buena
situación
clínica, siempre que se haga un
seguimiento
cuidadoso.
Los pacientes mayores de 40 años, los pacientes con tumores grandes irresecables y los
que presentan déficit neurológico, son habitualmente
tratados con radioterapia precoz. En
cuanto al uso de quimioterapia, aunque no se dispone
de evidencia firme
para su uso adyuvante
postquirúrgico (se ha observado beneficio en la supervivencia libre de
progresión, pero no en la
supervivencia global), hay ensayos clínicos prospectivos en marcha para evaluar esta indicación.
En
el momento de
la progresión puede
estar indicado el tratamiento quimioterápico
o la reirradiación
Cáncer de Cerebro
A
nivel mundial el cáncer es una de las principales causas de mortalidad, responsable de
8.2 millones de muertes el año 2012. Se
determina que el número de casos nuevos aumentará en
un 70% en 20 años. En Chile el cáncer constituye la segunda causa de mortalidad con
una tasa de
129.5 por 100000 habitantes el año 2007. Cabe destacar la baja
tasa de verificación histológica
llevado a cabo en las regiones de Antofagasta, los Ríos y la provincia del Bio-Bío, alcanza solo el
50% de los pacientes.
El cerebro es la estructura principal responsable de la coordinación y
control del organismo. Se trata de una masa de tejido blanda protegida por los huesos del cráneo y unas
membranas, las meninges. El líquido cefalorraquídeo fluye por el cerebro y discurre entre las meninges a
través de
otros
espacios denominados ventrículos. No tiene
drenaje linfático (salida a través de los ganglios) y diseminación a través de la sangre es muy
rara, por lo que los tumores
cerebrales primarios, es decir, los que se originan en el cerebro casi nunca
se extienden al resto del
organismo salvo en algún tipo
muy
concreto de tumor cerebral.
De igual manera, se puede indicar que es una estructura muy compleja que procesa y
memoriza muchísima información de
forma continuada. Está constituido por
el
encéfalo (hemisferios cerebrales, tronco del encéfalo y cerebelo y por la médula espinal que se encuentran
alojados dentro de unas estructuras óseas que son el cráneo y la columna vertebral respectivamente. Está cubierto por las meninges, de las que existen tres capas (duramadre, aracnoides y piamadre), que protegen al cerebro y a la médula espinal. El conjunto de todas estas
diferentes partes se denomina Sistema Nervioso Central (SNC) encargado de controlar a través de diferentes capacidades mentales como la memoria, la inteligencia, el habla y
las emociones y también sentidos como la visión el gusto, el tacto o el oído o
también funciones básicas como la respiración o la frecuencia cardíaca.
Con la publicación del Genoma Humano y los continuos avances derivados de ello es posible que pueda encontrarse algún gen asociado al desarrollo de los tumores cerebrales los cambios genéticos en múltiples tumores entre ellos el glioblastoma
(tipo de tumor cerebral) que
pueden ayudar a explicar cómo se desarrollan. Cada célula del cuerpo humano tiene 23 pares de
cromosomas y se ha visto que algunos tipos de tumores cerebrales pueden perder o ganar alguna pieza (brazo) de los mismos. Los cambios más conocidos y
frecuentes descritos en algunos
tumores cerebrales
como
los denominados
oligodendrogliomas pueden
ocurrir en los cromosomas 1 y
19 y los avances en el conocimiento de dichas alteraciones están ayudando en gran
manera al tratamiento de los mismos.
De
acuerdo con Barrientos (2017), los tumores primarios del Sistema Nervioso Central
(SNC) constituyen alrededor del 3% del total de las neoplasias del adulto y son responsables del
2,4% de las muertes por cáncer. La tasa de incidencia de los tumores cerebrales es de 20 casos por cada 100.000 habitantes/año. La incidencia en niños (0-19 años) es de
5 casos, mientras en adultos (mayores de 20 años)
es
de 27 casos por
cada
100.000 habitantes/año.
En España se diagnostican 4.000 casos nuevos al año y se estima una incidencia de 8,73 en varones y de 5,41
en
mujeres (1). En la infancia, se
encuentra un pico de incidencia en los niños de entre 5 a
14 años, donde representan entre el 19-20% de todos los cánceres; mientras que, en los adultos, la mayor incidencia se sitúa por encima de los 50 años (edad media en los 56 años). De todas formas,
la distribución por edad es variable y depende de la localización tumoral y la histología.
Asimismo, precisa que la
localización de estos tumores es variable, aunque
el
sitio más común donde se
encuentran es en las meninges (35%).
El 22% de los tumores se localiza
en
el lóbulo frontal,
temporal, parietal y occipital del cerebro mientras que los tumores situados en
cerebro, ventrículo, cerebelo o tronco encefálico representan un
7,5%. En los nervios craneales y la médula espinal se encuentra el 10% de todos los tumores (7% y 3%, respectivamente). La
pituitaria y la glándula pineal representan alrededor del
16% de los tumores (1)
Conclusiones.
Los aspectos referidos
a este apartado permiten indicar una serie
de apreciaciones
particulares como respuesta al objetivo que caracteriza
al
artículo, las mismas resulta una valoración interpretativa de los contenidos debidamente presentados. Entre ellas se encuentran las siguientes consideraciones:
El cerebro como estructura principal responsable de la coordinación y
control del organismo. Se trata de una masa de tejido blanda protegida por los huesos del cráneo y unas
membranas, las meninges. Sin embargo, al igual que los
demás órganos del cuerpo
humano, aparecen en su interior diferentes enfermedades, donde el cáncer
se convierte en una de
las más importantes. Por ello, la presencia de los tumores cerebrales amerita
una serie de
evaluaciones
mediante técnicas innovadoras que hagan posible estimar su ubicación y así planificar el
respectivo abordaje clínico.
Dentro de este orden de ideas, se
encuentran los llamados astrocitoma biliar difuso, tumor cerebral que debido a
su naturaleza de crecimiento lento, el paciente durante su evaluación presenta con frecuencia crisis epilépticas y la presencia de cefalea, su característica difusa se
debe
a estar
en una localización infiltrativa hemisférica
en sustancia blanca;
sin
embargo, también pueden tener
aparición en lesiones focales circunscritas que afectan el córtex adyacente. Los mismos, se
observan fundamentalmente en los hemisferios cerebrales. Son tumores sólidos,
pero pueden tener degeneración microquística. Habitualmente son hipercelulares y
presentan atipia nuclear. Infiltran la sustancia blanca y pueden producir satelitosis cuando los astrocitos rodean a las
neuronas.
Ante
estas características que lo identifican, las ciencias médicas asumen durante el diagnóstico
la aplicación de técnicas innovadoras como resonancias, tomografía, biopsias entre
otros, con el fin de estudiar las condiciones histológicas del tumor y
estimar su ubicación, todo ello, hace posible programar la respectiva intervención como parte fundamental de tratamiento, la misma, va depender de las condiciones o profundidad y extensión que el tumor tengan, pues, es importante considerar las secuelas neurológicas como factores esenciales para mejorar la
calidad de
vida de paciente. También, existen terapias
complementarias como: la
radioterapia y
quimioterapia.
Es
importante destacar
que estos astrocitomas pueden
ser
benignos, pero el caracterizado desde un punto médico fibrilar difuso en su mayoría lograr ocupar el grado II y puede asumir en
el
tiempo una tendencia hacia los grados subsiguientes (III y IV). De allí, que
las nuevas investigaciones científicas en estos tumores cerebrales,
fija posiciones claras en cuanto a
la presencia de factores moleculares
hereditarios, razón por la cual, hoy en
día
las
ciencias oncológicas y
los cirujanos abren un nuevo proceso de diagnóstico donde se considera el estudio de los
cromosomas con la finalidad
de tener una respuesta efectiva al tratamiento.
Debido a su característica difusa, fijar nuevas intervenciones quirúrgicas representa para el equipo multidisciplinario un reto, pues, hay que valorar las secuelas neurológicas presentes, por ello, se busca
mediante la radioterapia
ofrecer
al
paciente condiciones de
vida diferente y aumentar con ello años relativamente efectivos al estar libre
de los síntomas, esto permite ofrecer calidad
de vida durante la existencia
de la enfermedad.
Bibliografía.
Aguilera,
M. (2018). Ciencia y Método. México: Limusa.
Alegría-Loyola, M. (2017). Tumores del Sistema Nervioso Central. Rev Med Inst Mex Seguro
Soc, 55(3), 330-40.
García,
J. (2017). Astrocitoma Difuso. Salud.
Louis, M. (2016). Tumores Cerebrales. Obtenido de MedlinePlus:
https://medlineplus.gov/spanish/braintumors.html
Palavero,
C. (2018). Causas
de los Astrocitomas. Revista Mexicana
de Salud, 36-48. Tejería,
C. (2018). Investigación Científica.
Madrid: Pax.
RECONOCIMIENTO-NOCOMERCIAL-COMPARTIRIGUAL CC BY-NC-SA
ESTA LICENCIA PERMITE A OTROS ENTREMEZCLAR,AJUSTAR Y CONSTRUIR A PARTIR DE SU OBRA CON FINES NO COMERCIALES,SIEMPRE Y CUANDO LE RECONOZCAN LA AUTORÍA Y SUS NUEVAS CREACIONES ESTÉN BAJO UNA LICENCIA CON LOS MISMOS TÉRMINOS.