Diana Carolina Solis Alcivar
a; Shirley Jhohanna Arévalo Bravo b; Mariuxi
Stefanía
Macías
Cedeño c; Gabriela
Ivonne Cedeño López d
Hemorroidectomía. Cuidados
Postoperatorios
Hemorrhoidectomy. Postoperative Care
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm. 4., diciembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 624-242
DOI: 10.26820/recimundo/3.(4).diciembre.2019.624-242
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/685
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Revisión
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del
Conocimiento,
2019
Recibido: 15/09/2019 Aceptado: 23/11/2019 Publicado: 30/12/2019
Correspondencia: karinaborjaa@gmail.com
a. Médico Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social; Guayaquil, Ecuador;
dsolisa@iess.gob.ec
b. Médico; Ministerio de
Salud Pública; Guayaquil, Ecuador;
shirley.arevalo@distrito09d16.saludzona5.gob.ec c. Médico; Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; Guayaquil, Ecuador;
msmaciasc@iess.gob.ec
d. Médico; Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; Guayaquil, Ecuador;
gcedenol@iess.gob.ec
RESUMEN
La patología
más frecuente en el campo de la coloproctología
que afecta a millones de
personas en todo el mundo son precisamente las hemorroides o almorranas, alusivas a estructuras fisiológicas internas o externas que
se encuentran conformadas por
retículos vasculares
arteriovenosos
que forman una especie de almohadillado sobre cualquier parte de la extensión
del
conducto anal o en la
zona anal propiamente.
Por normal general, el tratamiento
de las hemorroides se realiza de
manera escalonada, cuyas decisiones obedecen al tipo y grado de
patología, a la sintomatología asociada y
a la progresión de
la misma. El manejo de
las hemorroides puede
ir desde
el
tratamiento conservador
al
quirúrgico. El enfoque
general del presente trabajo ha
sido el del tratamiento quirúrgico conocido como hemorroidectomía, y más
específicamente
sobre el sucesivo cuidado postoperatorio. Los resultados obtenidos
mediante el desarrollo de
una investigación de tipo bibliográfica, delimitada a una metodología de revisión, sirvieron para alcanzar los objetivos preestablecidos, y adicionalmente, alcanzaron para abarcar algunas acepciones fundamentales de la hemorroidectomía, sus tipos y complicaciones
más comunes. En conclusión, el referido tratamiento es una de las intervenciones quirúrgicas más
frecuentes en el área
de proctología, con excelentes resultados en la corrección de
hemorroides grado III
y IV y aquellas cuyos tratamientos convencionales no fueron efectivos. En el caso de la
hemorroidectomía, la mayoría
de los cuidados recaen directamente
sobre el paciente y
en todo caso, sobre algún cuidador o colaborador
familiar,
ya que el alta suele
darse el
mismo
día o al día siguiente, por lo que
fundamental es que
el
cirujano informe ampliamente al paciente sobre qué esperar después de
la operación y cuáles son los signos o síntomas a
los que debe prestar mayor atención para comunicárselos y evitar
complicaciones.
Palabras claves:
Cirugía; Disección; Extirpación; Desarterialización hemorroidal transanal; Hemorroidopexia
ABSTRACT
The most common
pathology in
the field of coloproctology that
affects millions of people around
the world are precisely hemorrhoids or piles, alluding to internal or external physiological
structures that are formed by arteriovenous vascular reticles that form a
kind
of padding on any part of the extension
of the anal canal or in the anal area
itself. As a
general rule, the treatment of hemorrhoids is carried out in a
staggered manner, whose
decisions are
due to the type and degree
of pathology, the associated symptomatology and the
progression of the same.
Hemorrhoid management can range from conservative to surgical treatment. The general focus of
this
work has been the surgical treatment known as hemorrhoidectomy, and more specifically on the successive postoperative care. The results obtained through the development of a
bibliographic research, delimited to a review methodology, served to achieve
the pre-established objectives,
and
additionally, were achieved to cover some fundamental meanings of hemorrhoidectomy, its most common types and complications. In conclusion, the referred treatment is one of the most
frequent surgical interventions in the area of proctology, with excellent results in the correction
of hemorrhoids grade III and IV and those whose conventional treatments were
not effective. In
the case of hemorrhoidectomy, most of the care falls directly on the
patient and in any case, on a
family caregiver or collaborator, since discharge is usually the same day or the next day, so it is
essential that the Surgeon inform the patient extensively about what to expect after
the operation and what are
the signs or symptoms to which he should pay more attention to communicate them
and avoid complications.
Keywords:
Surgery; Dissection; Excision; Transanal hemorrhoidal
dearterialization; Hemorrhoidopexy
Introducción.
Las hemorroides o almorranas, representan la patología más frecuente en el campo de
la Coloproctología y afecta a millones de personas en todo el mundo. Hernández et al. (2014) definen las hemorroides (o almorranas) como aquellas estructuras fisiológicas que se encuentran constituidas por plexos vasculares arteriovenosos que forman un almohadillado, ubicado a lo
largo del conducto anal y ano. Estas estructuras se encuentran relacionadas a los componentes
musculares y el tejido epitelial ubicados en el canal anal y tienen la función de
mantener la continencia anal
a lo largo de los periodos no defecatorios. En la práctica médica,
este término de hemorroides en aquellos casos donde estas venas se dilatan y se transforman en varicosidades,
que pueden llegar a protruir o trombosarse, ocasionando
dolor, o ulcerarse, siendo responsable de
sangrado. Acerca de la clasificación
de
la enfermedad
hemorroidal tenemos que:
Las hemorroides
pueden ser externas (derivan del plexo
hemorroidal externo, recubiertas de piel perianal, muy rica
en
fibras sensitivas. Drenan al sistema cava) e internas (derivan del plexo hemorroidal interno, situado por encima de la
línea dentada, están recubiertas de
mucosa rectal con un bajo número de fibras nerviosas sensitivas. Drenan al sistema porta). Estas últimas se
sub-clasifican en 4 grados dependiendo del
nivel de prolapso. (pág. 30-31).
Las hemorroides son muy comunes en personas de
ambos sexos. Se calcula
que la mitad de las personas en el mundo tienen hemorroides a
los 50 años. “El síntoma
más común de las
hemorroides dentro del ano es sangre roja brillante en las heces, en el papel higiénico o en el escusado. Los síntomas suelen desaparecer en algunos días”. (Enciclopedia Médica ADAM, 2019).
Las hemorroides son consideradas como uno de
los trastornos más prevalentes de la
población en general y una
de la causa más comunes de
rectorragia en atención primaria. “Su prevalencia, en general, es difícil de precisar, pues existen pacientes que, por
padecer síntomas leves,
o bien por pudor, no consultan
esta patología”. (Puga Mosteiro,
2017).
Las
complicaciones
de las hemorroides son raras, pero incluyen
lo siguiente:
• Anemia.
En raras ocasiones, la pérdida crónica de sangre a causa de las hemorroides
puede causar anemia, en la cual no tienes suficientes glóbulos rojos saludables para transportar oxígeno a las células.
• Hemorroide estrangulada. Si se interrumpe el suministro de sangre a una hemorroide interna,
la hemorroide puede ser
"estrangulada",
lo que puede causar dolor
extremo.
• Coágulo sanguíneo. Ocasionalmente, se puede formar un coágulo en una hemorroide
(hemorroide trombosada). Aunque
no es peligroso, puede ser extremadamente doloroso y a veces necesita ser
punzado
y drenado. (Mayo
Clinic, 2019).
Por normal general, el tratamiento de las hemorroides se realiza de manera escalonada,
cuyas decisiones obedecen al tipo y grado de
patología, a
la sintomatología asociada y a
la progresión de la misma. El manejo de las hemorroides puede
ir desde el tratamiento
conservador al quirúrgico.
La cirugía para las
hemorroides constituye la última opción cuando los tratamientos
conservadores no han resultado exitosos o cuando la gravedad de la enfermedad así lo requiere.
La
cirugía puede involucrar:
• Colocar una pequeña liga de caucho alrededor de una hemorroide para encogerla al
bloquear el flujo de sangre.
• Engrapar
una
hemorroide para bloquear
el flujo de sangre, provocando que se encoja.
• Utilizar una navaja (bisturí)
especial para extirpar hemorroides. Usted puede o no recibir
suturas.
• Inyectar
un químico a un vaso
sanguíneo de la hemorroide
para encogerla.
• Utilizar
un láser para quemar la hemorroide. (Enciclopedia Médica ADAM, 2019).
“La Hemorroidectomía quirúrgica está indicada en los pacientes que
no responden a otras formas de
tratamiento y en aquellos pacientes con hemorroides internas grado IV. El dolor posoperatorio significativo es frecuente, así como la retención urinaria y el estreñimiento”.
(Ansari, 2018).
No
obstante, presenta beneficios tales como ser una
cirugía de tipo ambulatoria, donde el
paciente probablemente volverá a su
casa el mismo día o al siguiente,
y con mejores resultados a largo plazo, para quitar las hemorroides. Es por ello que los primeros cuidados
que se presten al paciente
operado y la
información y cuidados del paciente en el hogar, son parte fundamental de la recuperación rápida
y el
mejor
confort del paciente
durante el proceso.
El propósito fundamental de la presente investigación es plasmar
todo lo relacionado con
los cuidados postoperatorios de
la Hemorroidectomía, incluyendo sub tópicos como concepto, tipos y sus principales complicaciones, a los efectos de una mejor comprensión del objeto general.
Materiales y Métodos.
Entre
finales de 2019 y principio de 2020 se llevó a cabo una búsqueda y evaluación de material bibliográfico disponible de manera
digital en varias bases de datos consultadas, por lo que indispensable fue contar
con
varios computadores personales y conexión a
internet como materiales de
trabajo.
La revisión se limitó al hallazgo de diversos tipos de materiales bibliográficos en la
literatura científico académica disponible completa
y abiertamente, por lo que se escogieron: artículos científicos, revisiones
sistemáticas, guías clínicas, e-books, ensayos clínicos, estudios de cohorte, estudios o reportes de casos, consensos, protocolos, tesis de
grado, posgrado y
doctorado, material de
soporte de conferencias, noticias científicas, boletines y/o folletos de instituciones oficiales o
privadas de reconocida trayectoria en el área de la salud, medicina o
científico académica, y demás, monografías u otros tipos de documentos que, a criterio del equipo, mostraran información de interés en base
a la observación y evaluación de
la evidencia mostrada en sus contenidos, representando este proceso en una
serie
de resultados que
oscilaron entre 4
y 63 enlaces a fuentes
de información bibliográficas.
Algunas de
las bases de datos consultadas que rindieron mejores resultados fueron: la del
Centro Nacional de Información sobre Biotecnología (NCBI), la de
la Biblioteca
Virtual de la Salud (BVS),
SciELO, MedlinePlus,
entre otras.
Los términos de
búsqueda que se utilizaron fueron “hemorroidectomía” y “tratamiento quirúrgico de las hemorroides”, a los que se le aplicaron criterios de selección tales como: idioma español (e inglés en algunos casos);
publicación entre 2009 y 2019 (ambos inclusive), salvo algunas excepciones; acceso completo y abierto; en materia de salud y medicina; estudios
referidos a humanos; entre algunos otros.
Motivado a los hallazgos y para fines del objetivo general de este artículo, la información
se organizó y discutió en dos subtemas: las opciones de cuidados postoperatorios para pacientes
sometidos a una hemorroidectomía y aspectos asociados a
esta condición, tales como: conceptos
básicos, tipos y complicaciones
de la hemorroidectomía.
Resultados.
En la obra
de Amarillo & Amarillo (2009) se encuentra un
detallado aporte en el que indican que
el
origen del tratamiento quirúrgico de
las hemorroides data desde
la época de Hipócrates, alrededor del 400 a.C.; época desde la que, básicamente, la ligadura, la escisión y el
uso del cauterio han sido los métodos utilizados. Así mismo ilustran que, a partir de
los aportes
de Frederick Salmon es que
se origina la modernización de la
cirugía hemorroidal, junto con
todos sus sucesores, quienes en un periodo de poco más de 100 años ejecutaron la técnica de hemorroidectomía "que hoy es una
de las más difundidas
en nuestro medio y a nivel mundial".
Desde que
se generalizó el uso de la fibra
dietética que produce heces blandas y
voluminosas y el auge de
los procedimientos alternativos para el tratamiento de
las hemorroides, la necesidad de hemorroidectomías ha
disminuído considerablemente
oscilando, según las
distintas estadísticas, entre el 5% y
el 20%. El propósito del
tratamiento quirúrgico es extirpar el tejido hemorroidal enfermo, restaurar
la anatomía
y fisiología del canal anal. provocar mínima y rápida
cicatrización de las heridas, evitar
alteraciones en el mecanismo esfinteriano, obtener un orificio anal elástico y de calibre suficiente, provocar nulo o leve dolor postoperatorio y mínimas complicaciones postoperatorias; requerir escasa atención hospitalaria
por parte del paciente internado y
ninguna en los externos y seguir normas pre y postoperatorias estrictas para obtener
Tipos
Ortega (2019) coincide
con el criterio generalizado del gremio de especialistas, ya que respecto a
los tipos de intervenciones quirúrgicas más comunes para el tratamiento
de las hemorroides alega que, esta
entendido que se aplica en "grados superiores III y IV con más sintomatología en las que
el
sangrado no cede o el prolapso se acentúa(…)", y adicionalmente
detalla que:
El abordaje quirúrgico consiste
en la extirpación completa de los grupos hemorroidales. Cerca
del
10% de pacientes va a
requerir
este abordaje. La
clásica intervención de Milligan y Morgan, aunque goza de un mal prestigio por
el
dolor postoperatorio, sigue estando vigente para casos de
hemorroides grandes, grado IV. Los avances en las medidas analgésica
postoperatorias nos permite realizar esta técnica
con convalecencias mucho más confortables. Otras como la hemorroidectomía cerrada
de Fergusson tiene menos aceptación entre
los
cirujanos, pero aún tiene indicación en algunos casos de grado III. La hemorroidopexia circular con stapler de Longo muy
popular en décadas pasadas, hoy no tiene prácticamente indicación. Otro procedimiento bastante
bien tolerado y con resultados aceptables es la desarterialización hemorroidal transanal guiada por doppler. El problema es el elevado coste y las recientes recidivas descritas. En cuanto a las técnicas instrumentales a caballo entre los grados II
y III,
destacar las ligaduras con bandas elásticas hemorroidales con buenos resultados, bajo coste, muy buena tolerancia para los pacientes y sin prácticamente complicación. Se
hace en régimen ambulatorio siendo indolora y no precisa de ningún tipo de anestesia.
Haciendo
referencia nuevamente de la obra Amarillo &
Amarillo (2009) se encuentra
que, en su momeno, estos alegaban
que:
La hemorroidectomía quirúrgica
puede llevarse a cabo por múltiples técnicas que
se basan en un principio común conocido como extirpación y ligadura, existiendo controversias sobre las ventajas y desventajas de cada una de ellas. La forma de manejar la piel perianal establece sus diferencias. Existe consenso en que
el
resultado no depende
tanto del tipo de
operación como de que
la indicación y ejecución sean correctas. Con la
introducción de la anastomosis
mecánica, difundida por Longo, se abren nuevas
perspectivas en el tratamiento de
la enfermedad hemorroidal. Dividimos las técnicas en
cuatro
grandes grupos:
1.
Técnicas Abiertas:
a) Método
de Milligan y Morgan con sus variantes.
2.
Técnicas Cerradas:
a) Método
de Parks.
b) Métdodo
de Fergunson.
c) Procedimiento amputativo de
Whitehead.
3.
Procedimientos plásticos,
con o sin uso de autoinjertos:
a) Hemorroidectomía radical posterior con plástica de deslizamiento.
Método
de Laurence.
b) Autoinjerto en
la reconstrucción
posthemorroidectomía.
c) Métodos
combinados. Bosisio.
4.
Técnicas semicerradas:
reis
neto.
5. Anastomosis mecánica. Procedimiento de longo. (Amarillo & Amarillo,
De
manera resumida, un grupo de cirujanos especialistas asociados en España son del criterio de que, el tratamiento quirúrgico de
las hemorroides,
puede ser llevado a cabo mediante las siguientes técnicas:
• Cirugía convencional: con
bisturí eléctrico monopolar.
• Con láser: en especial en aquellas hemorroides con predominio de componente externo.
El láser, sin que haya demostrado que acorte el tiempo de cicatrización de las heridas,
produce una menor y más controlada lesión térmica en los tejidos. Esto se traduce en
menor inflamación postoperatoria y, por tanto, menos dolor y más rápida reincorporación
a las actividades habituales.
• Con
ligasure: sellador de vasos y tejidos
monopolar
• Técnica de Longo o mucosectomía con grapadora mecánica: Con esta técnica se elimina el prolapso hemorroidal y mucoso mediante la resección circunferencial de una banda de mucosa rectal, quedando la herida a un
nivel interno menos doloroso que se traduce en un
postoperatorio más confortable.
• THD (desarterialización hemorroidal
transanal): consiste en suturar con
puntos quirúrgicos la arteria hemorroidal que lleva el flujo de sangre
a los paquetes hemorroidales.
(Quirúrgica, 2019).
Complicaciones
En base a un criterio
de ordenamiento,
Amarillo
& Amarillo (2009) las
dividen en:
1. Tempranas: dolor, hemorragia temprana, retención de
orina, fiebre,
infección, constipación,
impactación fecal.
2. Alejadas: estenosis
y fisura anal, fístula anal, plicomas, seudopólipos
(fibroepiteliales), prolapso-ectropion
mucoso, quistes epidermoides, recidiva hemorroidal
3.
Mediatas: Hemorragia tardía
o diferida, infección urinaria, incontinencia fecal, cicatrización
prolongada y prurito
anal.
4.
Otras Complicaciones: gas en
el retroperitoneo.
En el mismo orden de ideas, Rubio (2017) refiere que las complicaciones
asociadas a la
hemorroidectomía serían:
• Retención
urinaria.
• Hemorragia (inmediata: por mala hemostasia; o tardía: alrededor del 7°
día, por caída de la escara, que
cede
naturalmente en la mayoría
de los casos).
• Absceso de
la herida.
• Estenosis,
por puentes mucosos insuficientes.
• Incontinencia: transitoria en
la mayoría de los
casos; mientras que en
ancianos
por lo general es definitiva por
la dilatación
anal
excesiva.
• Plicomas, por no resecar correctamente la piel perianal
redundante.
(pág.23-24).
Cuidados
postoperatorios de pacientes sometidos
a una Hemorroidectomía
Más de un 90% de las cirugías de hemorroides son exitosas. Sin embargo, se considera
una de las cirugías con un postoperatorio muy doloroso, por
lo cual la atención y cuidados que se brinde al paciente resultan de vital importancia para la recuperación del mismo. Los
medicamentos para el dolor y reblandecedores de materia
fecal, son indispensables los primeros
días, con la finalidad de
reducir
el
malestar y evitar
el
esfuerzo durante las evacuaciones intestinales. El tiempo de recuperación varía de un paciente a otro, al tipo de hemorroides,
al procedimiento quirúrgico utilizado,
al umbral
del dolor
del paciente y a otras
patologías
presentes,
entre
otros, no obstante, es
posible la recuperación total dos semanas aproximadamente.
Cuidados
generales
Una
vez dado de alta, lo más probable y molesto que el paciente puede sentir es el dolor, que va de medio a intenso, para lo cual el paciente
debe tomar la medicación (analgésicos)
prescrita por el médico tratante, es importante tomarlos a
la hora indicada
y no esperar a que el dolor se vuelva intenso para tomarlo. Asimismo, el paciente puede presentar un poco de sangrado, especialmente después
de la primera deposición,
en este caso la dieta suave, sobre todo durante los primeros días posteriores a la cirugía. Es importante, tomar muchos líquidos, como caldo, jugos, y agua. También el médico puede sugerir el uso de
un ablandador de
heces. En cuanto al cuidado de la herida es recomendado el uso de
una gasa o una toalla sanitaria con la finalidad de absorber cualquier secreción de la herida y cambiarla con frecuencia. Con respecto a
la actividad física, es recomendado regresar gradualmente
a las actividades
normales, evitar
levantar, jalar o actividades extenuantes hasta tanto la zona de la cirugía esté completamente sana, incluyendo el esfuerzo durante la defecación o la micción. Se
debe incrementar el nivel de actividad física a medida que el paciente se vaya recuperando. (Enciclopedia Médica ADAM, 2019).
Igualmente, dentro de los cuidados se puede incluir la aplicación de compresas de hielo en la zona de la cirugía a los fines de la reducción de la hinchazón y el dolor,
envolviendo el
hielo en un paño o toalla limpia con anterioridad y sin exceder 15 minutos a la vez, para
proteger la zona y no producir heridas
en la piel.
Los baños de asiento,
es decir, mojarse la zona en un baño caliente colabora en el alivio del dolor. Para ello es necesario sentarse a una distancia de 7.5 a 10 centímetros del agua tibia,
en varias oportunidades durante
el día.
Asimismo, debe tomarse en cuenta los cuidados
básicos de la enfermedad para una mejor
Manejo
del dolor postoperatorio
Uno
de los principales síntomas esperados en cualquier cirugía
es
el dolor. Los médicos deben prescribir al paciente la medicación acorde al nivel de
dolor percibido y a
las necesidades
propias de su condición, en todo caso, lo propio para obtener una recuperación rápida del
paciente es brindarle la mayor satisfacción durante este
procedimiento.
Algunos cuidados postoperatorios
farmacológicos para el manejo del dolor, incluyen:
• El dolor postoperatorio es temido por los pacientes y más frecuente en aquellos con
hipertonía anal. Además, desempeña un papel en el desarrollo de una retención urinaria postoperatoria.
• Se pueden emplear la analgesia epidural o la analgesia controlada por el paciente (PCA),
pero no son opciones adecuadas
en
cirugía ambulatoria.
• Una
alternativa es
el empleo
de
opiáceos por vía subcutánea o intramuscular.
El
ketorolaco se ha aconsejado
también, tanto intraesfinteriano
como parenteral.
• En nuestro medio
es más habitual emplear, a partir de las 6-12 horas de la operación,
analgesia oral con: metamizol, tramadol,
etc., asociada a antiinflamatorios. También se
han
recomendado ansiolíticos y relajantes musculares. Existe alguna evidencia de
que el
empleo de metronidazol oral disminuye el dolor entre el 2º y 4º día. Se han empleado también la nitroglicerina tópica al 0,2% y la fracción flavonoide micronizada, que ayuda a disminuir el edema. (Roig Vila & García Armengol, 2012).
Al respecto, López, López, & Vásquez (2017) confirman
que la mayoría de las técnicas
quirúrgicas aplicadas para la hemorroidectomía producen dolor moderado-intenso. Asimismo,
refieren que para obtener
el
éxito en un proceso de
cirugía mayor ambulatoria se requiere una excelente coordinación del equipo quirúrgico
y el establecimiento de estrategias encaminadas a reducir al máximo la aparición de complicaciones
en
el postoperatorio.
El dolor agudo postoperatorio es una de las principales y más frecuentes complicaciones de
la cirugía de hemorroides, ante lo cual la analgesia postoperatoria debe consistir en una técnica multimodal en
los casos de
dolor intenso. “El dolor postoperatorio tras hemorroides depende de múltiples factores, los puntos clave
son: el umbral de dolor del paciente, los protocolos de anestesia/ analgesia, la técnica quirúrgica realizada, el espasmo del esfínter anal y la inflamación postoperatoria/infecciones
secundarias”.
Es recomendable:
• El uso de una única dosis de glucocorticoides previa a la incisión
quirúrgica es muy
recomendable
• Se recomienda
la infiltración
perineal
con anestésico
local como técnica analgésica/anestésica o como
coadyuvante de anestesia
intradural a dosis bajas o general
• El uso actual de la ecografía para infiltración del nervio pudendo, así como su eficacia demostrada, la convierten en una técnica altamente recomendada
para
el control del dolor
postoperatorio.
• No
se recomienda la esfinterotomía para
el control del DAP tras hemorroidectomía.
• Algunos
agentes
tópicos
han demostrado
su
eficacia
en el
control del
dolor en
el postoperatorio inmediato.
• Para
un
buen control
del dolor posthemorroidectomía en
domicilio se debe
pautar dexketoprofeno/ tramadol
± paracetamol. (p. 50-53).
Conclusiones.
La hemorroidectomía es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en el área
de proctología, con excelentes resultados en la corrección de hemorroides grado III
y IV y aquellas cuyos
tratamientos convencionales no fueron
efectivos.
Los cuidados postoperatorios tienen como propósito mantener al paciente sano y evitar cualquier tipo de complicaciones. En el caso de la hemorroidectomía, dado que se refiere
a una cirugía ambulatoria, la mayoría de los cuidados recaen directamente sobre el paciente
y en todo caso,
sobre
algún cuidador o colaborador familiar, ya que el alta suele darse el mismo día o
al
día siguiente. Para
lo cual es fundamental que el cirujano informe ampliamente al paciente
sobre qué esperar después de
la operación y cuáles son los signos o síntomas a
los que debe prestar mayor atención para comunicárselos
y evitar complicaciones.
Los cuidados generales postoperatorios de la hemorroidectomía
se centran en el manejo
del
dolor que es el principal síntoma y el más importante con el que se enfrentará el paciente,
para lo cual el cirujano prescribirá algunos medicamentos
y prácticas que puede realizar en el
hogar con la finalidad de minimizar
este síntoma. Otro cuidado fundamental es la higiene de
la herida la cual debe permanecer seca y limpia. Asimismo, es importante mantener las heces suaves ya sea con una dieta específica o con el uso de ablandadores. Por último, la incorporación gradual a la actividad física y laboral del paciente puede influir tanto biológica como
psicológicamente en su recuperación. En su conjunto, todos estos cuidados proporcionarán el confort necesario al paciente para evitar cualquier tipo de complicación que se pueda derivar de la operación y permitirá
que el paciente se sane en un menor periodo de tiempo.
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