María Julia Larrea Villacis a; Victor Enrique
Vallejo
Romero b; Andrea Stefanía Mieles
Alcívar c; Fátima Janina
Palacios Moreira d; Patricia
Karina González
Solórzano e; Jonathan
Ramón Palacios Moreira f
Riesgos quirúrgicos en
pacientes
sometidos a una extirpación
de la glándula prostática
Surgical risks
in patients undergoing removal of the
prostate gland
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm. 4., diciembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 351-379
DOI: 10.26820/recimundo/3.(4).diciembre.2019.351-379
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/714
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Revisión
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del
Conocimiento,
2019
Recibido: 15/09/2019 Aceptado:
23/11/2019 Publicado:
30/12/2019
Correspondencia: julialarrea2345@hotmail.com
a. Médico; Médico Residente del IESS Portoviejo; Portoviejo; julialarrea2345@hotmail.com
b. Médico Cirujano; Médico Residente del IESS Portoviejo; Portoviejo; victor-vallejo91@hotmail.com c. Médica Cirujana; Hospital General IESS Manta; Manta; andreita_mieles91@hotmail.com
d. Médica Cirujana; Hospital Dr. Gustavo Domínguez Zambrano; Portoviejo; janina_510@hotmail.com
e. Médica General; Loja; pakagonza@yahoo.com
f. Médico Cirujano;
Médico
Residente
de terapia Intensiva
del Hospital
IESS Portoviejo;
Portoviejo;
RESUMEN
La próstata es uno de los órganos que conforman el aparato reproductor masculino y está encargada en ayudar a segregar el semen y a poder obstruir la orina cuando se realiza el coito. Su
funcionamiento es tan importante que, al padecer alguna enfermedad, la calidad de vida de los individuos disminuye hasta poder causar la muerte sino se toman las consideraciones del caso. De
las enfermedades más comunes que se destacan son las prostatitis, hiperplasia prostática benigna
y el cáncer de próstata. Este último tiene alta incidencia en la salud de los pacientes y es una de las principales causas de
muerte. El diagnóstico para esta enfermedad es el tacto rectal y la medición del antígeno prostático específico. Uno de los tratamientos más eficaz en el control
de los tumores
malignos es la prostatectomía radical la
cual su función es extraer la glándula prostática. Por
lo cual, esta
investigación tiene como objetivo general el análisis de los riesgos quirúrgicos en
pacientes sometidos a una
extirpación de
la glándula prostática. La metodología empleada es de
carácter documental y bibliográfico. Los resultados se basaron en el análisis del cáncer de próstata
especificando las causas, síntomas diagnóstico y tratamiento, aunado a la descripción y
conocimiento de la
prostatectomía radical como método para enfrentar la neoplasia. Como conclusión, para un desarrollo eficaz
del
tratamiento es necesario conocer ciertos parámetros los cuales son tiempo de la cirugía, condiciones del paciente, grado del tumor, técnica aplicada y
condiciones del quirófano, esto con el fin de poder controlar los riesgos en dicho procedimiento
los cuales son hemorragia, lesión rectal, obstrucción intestinal por hernia incisional e infección localizada en quirófano por
la presencia
de microorganismos como
Gram negativos
y SARM.
Palabras
Claves: Próstata, Cáncer, Prostatectomía Radical, Riesgos
Quirúrgicos.
ABSTRACT
The prostate is one of the organs that make up the male reproductive system and is responsible for
helping to secrete semen and to obstruct urine
when intercourse
is performed. Its operation is so
important that, when suffering from a disease, the quality of life of individuals
decreases until
death can be taken unless the case considerations
are taken. Among the most common diseases
that stand out are prostatitis, benign hyperplasia, and prostate cancer. The latter has a high incidence in the health of patients and is one of the leading
causes of death. The diagnosis for this disease is the rectal touch and the measurement of the prostate specific antigen. One of the most effective treatments in the control of malignant
tumors is radical prostatectomy, whose function is
to remove the prostate gland. Therefore, this research has as a general objective
the analysis of surgical risks in patients undergoing
an excision of the prostate gland. The methodology used is documentary and bibliographic.
The results were based on the analysis of prostate cancer
specifying the causes, symptoms, diagnosis and treatment,
together with the description and
knowledge of radical prostatectomy as a method to deal with the neoplasm.
As a
conclusion, for an effective development of the treatment it is necessary to know certain parameters which are surgery time, patient conditions,
tumor grade, applied technique
and
operating room conditions,
this
in order to be able to control
the risks in said procedure. which are hemorrhage, rectal injury,
intestinal obstruction due to incisional
hernia and infection located in the operating room due to
the presence of microorganisms such as Gram negative and MRSA.
Key
Words: Prostate, Cancer, Radical Prostatectomy, Surgical Risks.
Introducción.
El cuerpo humano representa una obra de arte la cual comprende una serie de mecanismos
que permiten el funcionamiento, de manera armónica
y eficiente, de todos los órganos. Cada uno de ellos cumple
una función importante en el desarrollo cotidiano del individuo. En este caso, la
glándula prostática es uno de
los órganos más importantes
y por ende vulnerables en las enfermedades del adulto
mayor. La próstata es
un órgano fibromuscular y glandular, produce una
secreción liquida que forma parte del semen, contiene sustancias que proporcionan
nutrientes y un
medio adecuado para la supervivencia de los espermatozoides (Robles
Rodríguez, Garibay, Acosta Arreguín, & Morales
López,
2020).
Una de las características fundamentales de
la próstata es producir semen. La próstata es una
glándula que está ubicada justo por debajo de
la vejiga del varón y está atravesada
por
la uretra, que
conecta la vejiga con el exterior a través del pene, y permite
evacuar la orina (Hospital
Alemán,
2020). Esto se puede visualizar
en la Figura 1.
Figura 1. Aparato reproductor masculino, glándula
prostática. Fuente: (Rodríguez-López, Baluja-Conde, & Bermúdez-Velásquez,
2007)
Ahora, es necesario comprender la anatomía de la glándula
prostática con el fin de poder
comprender su funcionamiento. La
próstata glandular está dividida
en
cuatro zonas: la zona periférica (70%), zona central (25%), zona de transición y región glandular periuretral. Estas zonas
muestran diferencias histológicas y biológicas (Cirella E., 2020). La zona periférica es la más susceptible a procesos inflamatorios y carcinomas, esto da sustento a que el tacto rectal se
utilice como un método de prevención, en las otras zonas raramente se
desarrollan patologías malignas
(González, y otros, 2003). En la Figura 2 se observa los
pasos para el desarrollo del tacto rectal con
el fin de diagnosticar alguna enfermedad en
la glándula prostática.
Como la zona periférica, que
se visualiza en la Figura 3,
es la más susceptible
a ser afectada es por ello que
se debe encontrar
una solución a tales situaciones por
lo que se debe proceder a
describir
las enfermedades más probables y comunes que
puede
sufrir. Cuando la próstata
se enferma aumenta de tamaño y comprime
la uretra. Haciendo
que el varón sufra una serie de trastornos urinarios tales como dificultad para iniciar la micción, aumento de frecuencia y urgencia miccional, sensación de vaciado incompleto
e incontinencia urinaria (Hospital_Aleman,
2020).
Figura 2. Procedimiento para la realización del tacto rectal.Fuente: (Robles
Rodrígueza, Garibay,
Acosta Arreguín, & Morales López,
2020)
Figura 3. Zonas de la glándula prostática. (A) vista frontal y (B) vista lateral. Fuente: (Rodríguez-
López, Baluja-Conde,
& Bermúdez-Velásquez, 2007)
Existen tres enfermedades que afectan con mayor frecuencia a la glándula prostática, estas son
la prostatitis, hiperplasia prostática benigna
y el cáncer
de próstata. La prostatitis es una inflamación del tejido prostático que suele tener origen en una infección bacteriana o viral, aunque muchas veces su causa no puede ser precisada, donde el pico de incidencia se observa a los 35 años
de edad (Hospital_Aleman, 2020).
“Son procesos benignos y su padecimiento no tiene relación directa con la
probabilidad de padecer
hiperplasia benigna de próstata o cáncer de próstata. La prostatitis es un trastorno
de salud muy común en los hombres, y la padecen alrededor de
un 25% de los hombres jóvenes
y en edad media que
necesitan atención médica por
cuestiones relacionadas con los sistemas genital y urinario”. (Rodríguez-López, Baluja-Conde, & Bermúdez-Velásquez, 2007, pág. 50)
Así mismo, la hiperplasia
prostática benigna ocurre, frecuentemente, en hombres después de los
40 años. Se caracteriza por un aumento
del tamaño de la glándula que ocasiona grados variables de obstrucción en la evacuación de la vejiga (Hospital_Aleman, 2020). Esto se puede visualizar en la Figura 4.
Esta obstrucción puede
ser
obstructivo e irritativo. El primero comprende la sensación de vaciado vesical incompleto, dificultad de inicio miccional,
chorro urinario débil y micción intermitente.; y el segundo son por urgencia, incontinencia y nicturia (Vinaccia, Quiceno,
Fonseca, Fernández,
&
Tobón,
2006). Como posibles causas de esta enfermedad
está el polimorfismo genético, la desregulación hormonal, diferentes citoquinas inflamatorias, la vitamina D, y los síndromes metabólicos traza zinc (Peña, Prias, Basantes, & Plaza, 2019).
“Diversos estudios la relacionan
a una proliferación de
las células prostáticas que deriva de
una disminución, con la
edad, de la proporción testosterona/estrógenos. Se
produce un aumento en la tasa de conversión
de testosterona a dehidrotestosterona por la 5-alfarreductasa y la acumulación
de dehidrotestosterona produce la proliferación de las
células
y, por último, la hipertrofia de la glándula”. (Rosas, 2006, pág. 103)
Figura 4.
Glándula normal y glándula aumentada por hiperplasia prostática benigna. Fuente: (Rodríguez- López,
Baluja-Conde, &
Bermúdez-Velásquez,
2007)
La otra enfermedad más predominante entre los adultos jóvenes y los
de avanzada edad es
el
cáncer de próstata. Este desarrolla un síndrome obstructivo vesical lo que
hace
que disminuya la fuerza y
el
calibre del
chorro miccional, disuria y hematuria (González, y
otros, 2003).
“El cáncer de próstata (CP) es el tumor maligno más frecuente en hombres
a partir de los 50 años y su pico máximo es después de los 65. Su incidencia se ha incrementado en los últimos
años debido en parte a la mejoría en las técnicas diagnósticas, el aumento
de la esperanza de
vida y otros factores no tan conocidos como la
exposición ambiental, dieta, estilo de vida
y genética. La
probabilidad de presentar CP aumenta con la
edad. Desde el punto de vista
anatomopatológico el 90% son adenocarcinomas de
predominio en la zona periférica de
la próstata”.(Robles Rodrígueza,
Garibay, Acosta Arreguín, & Morales López, 2020, pág. 46)
Uno de los métodos de detección temprana es el tacto rectal a cuál disminuye la tasa
de mortalidad en los individuos. También, el antígeno prostático específico en sangre (PSA), aunado al tacto rectal, son los pilares del diagnóstico temprano(Hospital_Aleman, 2020). Como posibles tratamientos se pueden visualizar en la Tabla 1. Uno de los tratamientos más efectivos es la prostatectomía
radical el cual extirpa toda la
glándula prostática además de una porción del tejido
que lo rodea, incluyendo las vesículas seminales(Mieles, y otros, 2019).
Tabla 1.
Tratamientos para el
cáncer
de próstata.
TRATAMIENTO |
CARACTERÍSTICAS |
Farmacológico |
Para suprimir la testosterona en pacientes con cáncer de próstata incluyen:
derivados estrogénicos, antiandrógenos esteroideos y no esteroideos, análogos LHRH yantagonistas
LHRH. |
Prostatectomía radical (PR) |
Es una opción en pacientes con enfermedad confinada a la
próstata (estadios T1-T2) y
en pacientes seleccionados con estadio T3. |
Radioterapia (RT) |
Indicado en
pacientes con enfermedad localizada y localmente avanzada, así
como terapia complementaria o de rescate en pacientes que han sido tratados con prostatectomía radical. |
Braquiterapia |
Son candidatos los pacientes con bajo riesgo: estadio clínico ≤
T2a, Gleason ≤ 6 y un nivel de APE
< 10 ng/dL. |
Fuente: (Robles Rodrígueza,
Garibay, Acosta Arreguín,
& Morales López, 2020)
Por
lo tanto, esta investigación tiene
como objetivo general el análisis de
los riesgos quirúrgicos en pacientes sometidos a una extirpación de
la glándula prostática. La
metodología empleada es de carácter documental
y bibliográfica.
Materiales y Métodos.
La próstata es uno d ellos principales organismos que hacen vida en el aparato reproductor
masculino y que al no estar en normal funcionamiento produce enfermedades que pueden
disminuir la calidad de vida de los individuos.
Para poder comprender este
fenómeno es necesario conceptualizar la próstata y su importancia, identificar las enfermedades de la próstata, analizar
el cáncer de próstata, determinar el procedimiento de la prostatectomía y evaluar
los riesgos de esta
técnica de extracción de la glándula prostática. Para esto se debe aplicar una metodología de carácter documental y bibliográfica a través de herramientas como textos, documentos y artículos científicos publicados disponibles en la web.
Resultados.
Cáncer de próstata.
El cáncer es una de las principales enfermedades que esta afecta a la salud pública del mundo. En
los varones, está el cáncer de estómago y de
próstata como los más factibles en población en
avanzada edad.
“El primer
caso de cáncer
de próstata establecido con examen histológico se reportó en 1853 por
Adams, un cirujano del Hospital de Londres, quien lo reportó a la Asociación Real Médica
y Quirúrgica de Londres. Se trataba
de un
hombre de 59 años con un tumor escirroso de la glándula prostática con afección de los
ganglios
pélvicos quien murió tres años
después de la presentación de
sus síntomas y Adams afirmó que se trataba de una enfermedad muy rara
y un patólogo experto lo confirmó con examen histológico en el momento de la autopsia”. (Sorroza, Rojas, Torres, & Jinez,
2017, pág. 899)
Ahora, el cáncer
de próstata va a depender del crecimiento del carcinoma que
se forma. El cáncer se origina
cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada,
donde estas, en casi cualquier parte del cuerpo, pueden convertirse
en células cancerosas y pueden
extenderse a otras áreas del cuerpo (Sorroza, Rojas, Torres, & Jinez, 2017).
Es decir, es una enfermedad multifactorial en la que participan principalmente factores hormonales, además de los relacionados con la raza, la dieta y
una historia familiar de cáncer prostático (Robles Rodríguez,
Garibay, Acosta Arreguín, & Morales López, 2020).
Además, estas
células
tumorales se producen
por la
mutación. Las mutaciones de los genes
responsables de la carcinogénesis pueden ser heredadas o ser adquiridas de
Novo (o mutaciones somáticas) generalmente producto de la exposición a
sustancias del ambiente (carcinógenos) o agentes biológicos (virus oncogénicos), o ser heredadas (Sorroza, Rojas, Torres, & Jinez, 2017).
Esto sucede
porque en el interior
de la célula prostática
la dehidrotestosterona
se liga
al
receptor de andrógeno y forma un complejo (dehidrotestosterona-receptor androgénico) que interactúa con secuencias especificas del ADN, alterando la regulación celular, lo cual favorece un crecimiento maligno (Robles Rodríguez, Garibay, Acosta Arreguín,
& Morales López, 2020).
De la misma manera, es necesario poder determinar el procedimiento para diagnosticar y tratar medicamente
a esta enfermedad. Esta depende de
varios factores como la edad del paciente, la
presencia
de patología médica concomitante, el valor del PSA
y el grado histológico del tumor (Fernández,
Pascual, &
García, 2004).
Así mismo, el cáncer
de próstata tiene
una clasificación según la extensión del tumor
(TNM), el grado histopatológico (Gleason),
su estadio clínico o histopatológico,
o su riesgo (Córdova Aldás, Salvador
Aguilar, & Soto Pinto, 2014). Esta clasificación se
puede visualizar en
la Tabla 2.
Tabla 2.
Clasificación del cáncer de próstata.
EXTENSIÓN DE
TUMOR |
SUBTIPOS |
T: Tumor Primario |
✓ Tx No se puede evaluar el tumor primario. ✓ No hay evidencia de tumor primario. |
T1: Tumor no evidente
clínicamente, no palpable
ni visible mediante
técnicas de imagen. |
✓ T1a Tumor detectado como hallazgo fortuito en
extensión menor o igual al 5% del tejido resecado. ✓ T1b Tumor detectado como hallazgo fortuito en una extensión mayor del 5% del tejido resecado. ✓ T1c Tumor identificado mediante punción biopsia |
T2 Tumor confinado en la
próstata. |
✓ T2a El tumor abarca la mitad de un lóbulo o menos. ✓ T2b El tumor abarca más de la mitad de un lóbulo, pero no ambos lóbulos. ✓ T2c El tumor abarca ambos lóbulos. |
T3
Tumor que se extiende más allá de la cápsula prostática. |
✓ T3a Extensión extracapsular unilateral o
bilateral. ✓ T3b Tumor que invade la/s
vesícula/s seminal/es. |
T4 Tumor fijo o que invade estructuras
adyacentes distintas de las
vesículas seminales
|
(cuello
vesical, esfínter externo, recto, músculos elevadores del ano y/o pared pélvica). |
Fuente:
(Córdova Aldás, Salvador Aguilar,
& Soto Pinto, 2014)
En Ecuador no escapa de
esta grave situación, debido a que
cada año va
en
aumento su incidencia en los hombres. Para el 2018 se reportaron 3.322 casos aproximadamente, donde Quito
ocupa el primer puesto (59,3%), seguido por Cuenca (44,7%), Loja (36,6%), Guayaquil (27,8%) y la zona de Manabí (19,7%); y se estima que habrá
3.601 nuevos pacientes para
el
presente año
(Mieles, y otros, 2019).
Factores de riesgo, síntomas, diagnóstico y tratamiento del cáncer
de próstata.
Poder determinar las características de esta enfermedad es necesario porque con ellas se puede identificar y poder así dar
respuesta a este flagelo que
ataca
a los adultos mayores en gran
proporción. Para ellos se debe conocer los factores de riesgo que permitan la existencia del cáncer
de próstata. La edad, elementos étnico-raciales y geográficos, genéticos, heredofamiliares, hormonales y en mínima parte, los aspectos antropométricos, obesidad e
hipertensión arterial son
parte de estos factores de riesgo (Ortiz-Arrazola, Reyes-Aguilar, Grajales-Alonso, & Tenahua- Quitl,
2013).
Dentro de estas causas se encuentra el factor genético como un posible riesgo de sufrir cáncer
de próstata.
“Si un familiar de primer grado tiene la enfermedad, como mínimo el riesgo se duplica. Si dos o más familiares de primer grado están afectados el riesgo se incrementa entre 5
y 11 veces5. Aproximadamente
el 9% de los individuos
con CP padece de CP hereditario genuino,
definido como tres o más familiares afectados o como mínimo dos familiares que hayan desarrollado
precozmente la
enfermedad (es
decir <
55 años)”. (Heidenreich,
y otros, 2011, pág. 503)
Existen otros factores que se pueden añadir a la precipitación de
neoplasia en la próstata
las cuales se derivan del estilo de vida del individuo. El tener
o haber padecido enfermedades venéreas, no realizar ejercicio físico entre los 45 y los 50 años, la frecuencia de relaciones
sexuales por encima de 10 veces a la semana, el hábito de fumar y el consumo
de bebidas alcohólicas son otras posibles causas de esta enfermedad (Ortiz-Arrazola, Reyes-Aguilar, Grajales-Alonso, & Tenahua-Quitl,
2013).
Después de conocer las causas que la pueden originar se puede
determinar los síntomas que pueden sufrir los individuos que
ya los padecen. Los síntomas pueden revelarse cuando la
enfermedad se haya diseminado más allá
de la
glándula, por lo que
las manifestaciones clínicas más
evidentes suelen ser: dificultad para comenzar a orinar, dolores óseos, dolor al orinar, defecar y eyacular (Laugart, Lemay, Rodríguez Ardí, Tamayo
Tamayo, & Domínguez Fabars,
2011). Es decir, aunados a estos aparecen, en tumores localmente
avanzados, hematuria y hemospermia; y,
en
tumores diseminados, síndrome
general, linfedema,
anemia y dolor por invasión ósea (Robles Rodríguez, Garibay, Acosta Arreguín, & Morales López, 2020).
Seguidamente, se
realiza el
diagnóstico
médico con el fin de
comprobar, a través
de
técnicas, la sospecha de sufrir cáncer. Las principales herramientas diagnósticas para detectar
la existencia
de un CP incluyen el tacto rectal, la concentración sérica de
APE y las biopsias transrectales eco dirigidas (BTE) (Heidenreich, y otros,
2011). En la Tabla 3 se puede observar las orientaciones en
el diagnóstico de cáncer de próstata.
Tabla 3.
Orientaciones en
el diagnóstico de cáncer
de
próstata
Fuente:
(Heidenreich,
y otros, 2011)
Para la valoración del antígeno prostático específico (APE) se requiere que las muestran no
sobrepasan ciertas mediciones
para desestimar sospecha de neoplasia.
“En pacientes con diagnostico confirmado de cáncer de próstata los niveles de APE, pueden
ser indicativos de la extensión
de la enfermedad:
• < 4 ng/mL
en el
80% de los casos la enfermedad está
localizada en
la glándula.
• > 10 ng/mL
solamente está localizada en el
50% de los casos.
• > 20 ng/mL en el 36% de los pacientes habrá afectación de los ganglios linfáticos pélvicos”.
(Robles Rodríguez, Garibay, Acosta
Arreguín,
& Morales López, 2020, pág. 48)
Otro de los medios de diagnósticos es por medio del tacto rectal, donde
el
procedimiento se
describe en la Figura
2. Tanto la valoración del APE y el tacto rectal son complementos para poder
arrojar un diagnostico eficaz. No es suficiente solo el uso de PSA, ya que habrá un 15% de varones que tendrán el PSA normal y el tacto rectal anormal, por lo que esta última es importante realizarla (Pow-Sang
& Huamán, 2013).
Cuando los valores de
APE y el tacto rectal dan indicaciones
de padecer neoplasia entonces
se sugiere realizar una biopsia prostática. La biopsia permite caracterizar el cáncer tanto por el
grado histológico como por el estadio clínico en que se encuentra (Laugart, Lemay, Rodríguez
Ardí, Tamayo Tamayo, & Domínguez Fabars, 2011). Pueden existir complicaciones por una biopsia las cuales son:
infecciones del tracto urinario, epididimitis, orquitis, prostatitis, sangrado rectal, hematuria, hematospermia y
disuria (Robles Rodríguez, Garibay, Acosta Arreguín, &
Morales López, 2020).
“La BTE, o la biopsia transperineal dirigida
lateralmente con aguja gruesa de calibre 18 G, se
ha convertido en el método estándar para la obtención de material para
exámenes histopatológicos.
El primer nivel elevado
de
APE no debería suponer biopsia inmediata, pero debería
verificarse tras un par de semanas mediante el mismo ensayo bajo condiciones estándar, excepto en el caso de valores de
APE elevados >
20 ng/ml una vez excluida la prostatitis”. (Heidenreich, y otros, 2011, pág. 505)
Después de
obtener los resultados del diagnóstico y conocer el padecimiento de cáncer, se procede a
realizar el tratamiento el cual dependerá del grado de la enfermedad. Las opciones más utilizadas son la cirugía, la radioterapia y la hormonoterapia, con el inconveniente
de que interfieren en el desempeño sexual, ya sea
de manera temporal o permanente (Laugart, Lemay, Rodríguez Ardí, Tamayo Tamayo,
& Domínguez Fabars,
2011).
Dentro de estas técnicas se subdividen otros métodos que abordan la
solución a la neoplasia. Estas son: Prostatectomía Radical mediante Mini laparotomía,
Prostatectomía Radical
Laparoscópica, Prostatectomía
Radical Robótica, Braquiterapia, Ultrasonido de Alta Frecuencia
(HIFU), Terapia térmica con nano partículas magnéticas, Radioterapia conformada de
intensidad
modulada (IMRT), Crioterapia, Ablación Intersticial Transperineal con Radiofrecuencia y Terapia Fotodinámica
(Mottet, y otros, 2011).
El tratamiento quirúrgico de
Prostatectomía Radical es una técnica
para
la extirpación de
la glándula prostática. Es el único tratamiento
para el CP localizado que ha mostrado ventajas en cuanto a
la supervivencia específica del cáncer (Heidenreich, y otros, 2011). Es una opción en
pacientes con enfermedad confinada a la próstata (estadios T1-T2) y en pacientes seleccionados con estadio T3(Robles Rodríguez,
Garibay, Acosta Arreguín,
& Morales López, 2020).
Seguidamente se puede aplicar una radioterapia para erradicar algún rastro de células malignas
en
el organismo. Indicado en pacientes con enfermedad localizada
y localmente avanzada, así como terapia complementaria
o de
rescate
en
pacientes que han sido tratados con prostatectomía radical(Robles Rodríguez, Garibay, Acosta Arreguín, &
Morales López, 2020).También puede ser útil como tratamiento paliativo en pacientes con complicaciones producidas por
metástasis óseas, como dolor o compresión medular, así mismo la radioterapia puede administrarse con haz externo
o a
través de braquiterapia (radioterapia interna)(Fernández, Pascual, &
García, 2004). En la Tabla
4 se puede visualizar las orientaciones y recomendaciones
para la radioterapia en neoplasia
prostática.
Tabla 4.
Orientaciones
y recomendaciones para la radioterapia en
neoplasia prostática.
Fuente: (Heidenreich, y otros,
2011)
Otro tipo de
tratamientos es la hormonal, la cual subyace debido a que existe metástasis
del cáncer en otras partes del
cuerpo. Es el pilar terapéutico en los pacientes
en los que el tumor se ha
extendido a zonas lejanas a
la próstata, como los huesos o el hígado,
por lo que la enfermedad es incurable, pero
se consiguen sorprendentes y largas remisiones con hormonoterapia (Fernández, Pascual, &
García, 2004).
“Los
agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (LHRH) se han convertido en la
opción
estándar en el
tratamiento
hormonal porque con estos fármacos:
1. Es posible invertir
sus
efectos y permiten
la
utilización de la terapia de privación
intermitente de andrógenos (PIA).
2.
Se evitan el
malestar físico
y psicológico asociado a la
orquiectomía.
3.
Existe un menor riesgo de cardiotoxicidad que el observado
con dietilestilbestrol.
4.
Se produce una eficacia oncológica equivalente”. (Mottet, y otros, 2011, pág. 567)
Este tratamiento
permite poder aportar una calidad de
vida en los pacientes. Esto sucede a través de la castración quirúrgica o médica: mediante la extirpación de los testículos
(orquiectomía) o mediante supresión continua de
andrógenos mediante los análogos de las hormonas que liberan las gonadotropinas (Fernández, Pascual, & García, 2004). Este
procedimiento es utilizado para disminuir el tamaño del tumor antes de
la radioterapia o tratamiento quirúrgico. En la Tabla 5 se
puede
mostrar las indicaciones al tratamiento hormonal
del cáncer de próstata.
Tabla 5.
Indicaciones al tratamiento
hormonal del cáncer de próstata.
Fuente: (Mottet,
y otros,
2011)
Prostatectomía radical.
Uno de los tratamientos quirúrgicos que permite un mejor resultado de la neoplasia
en la glándula prostática es la prostatectomía radical. Tiene
la finalidad de extraer la próstata, las vesículas seminales y
en algunos casos los ganglios pélvicos conservando dentro de lo posible
los paquetes neurovasculares y con ello la continencia
urinaria y la función eréctil(Santana-Ríos, y otros, 2010). Existen dos tipos de esta cirugía:
“1.- Prostatectomía retropúbica: procedimiento quirúrgico para extirpar la próstata a través de una incisión (corte) en la pared abdominal. El cirujano hace una incisión en la parte baja
del
abdomen, desde el ombligo hasta el hueso púbico. Simultáneamente
se pueden extirpar los ganglios
linfáticos cercanos, los ganglios se envían a un laboratorio de patología para
ver si tienen células cancerosas, en algunos casos los ganglios se pueden examinar durante la cirugía. se encuentran células cancerosas en cualquiera de los ganglios linfáticos, puede
que el cirujano suspenda
la cirugía. Esto se
debe a que es poco probable que el cáncer sea curado mediante cirugía, y a que extirpar la próstata podría ocasionar graves efectos
secundarios.
2.-
Prostatectomía perineal: procedimiento quirúrgico para extirpar la próstata
a través de
una incisión (corte) en el perineo (área entre el escroto y el ano).
Los ganglios linfáticos también se pueden extirpar
a través de otra incisión en el abdomen.
Este método se usa con menos frecuencia
debido a que es más probable que
dé lugar a problemas con erecciones y porque no se pueden extirpar los ganglios linfáticos. Es una operación más breve y puede
ser una opción si no se requiere
extirpar
los ganglios linfáticos. La
operación perineal
usualmente requiere menos tiempo que
la operación retropúbica, y puede causar menos dolor, y posteriormente una recuperación
más
fácil.
3.-
Linfadenectomía pélvica: cirugía para
extirpar los ganglios linfáticos de la pelvis. Un
patólogo observa el tejido al microscopio para
verificar si hay células cancerosas. Si los ganglios linfáticos tienen cáncer, el médico no extirpará la próstata y es posible que
recomiende otro
tratamiento.
4.- Resección transuretral de la próstata (RTUP): procedimiento quirúrgico para extirpar
tejido de la próstata mediante un
resectoscopio (un tubo delgado con iluminación y un
instrumento cortante)
que se inserta a través de
la uretra. Este procedimiento se realiza para
tratar la hipertrofia prostática benigna y, a veces, para aliviar
los síntomas que causan un tumor antes de administrar otro tratamiento
del cáncer. La
RTUP también se realiza
en hombres cuyo tumor está solo en la próstata y a quienes no se les puede practicar una
prostatectomía radical”. (Mieles, y otros, 2019, págs. 231-233)
Aunado a esta técnica
se encuentra la prostatectomía
asistida por robot que ha sido una de las
técnicas más modernas y la cual busca menor
margen de error. Pero, la vía retropúbica continúa como la más utilizada, dada el conocimiento de la
anatomía
quirúrgica, menor riesgo de lesiones
rectales, la exposición para realizar la linfadenectomía pélvica, la extracción de la próstata con
neuropreservación
y el
menor
riesgo de márgenes positivos(Santana-Ríos,
y otros, 2010).
Existen parámetros que van a modificar la razón y el objetivo
del tratamiento y es el estado
o grado de neoplasia que sufre el paciente. Estas variables operatorias son la incisión quirúrgica benigna
(IQB) y maligna
(IQM) y el margen maligno (MM). La primera es aquella
que irrumpen la cápsula
sin afectar al tumor, las IQM son aquellas que inciden al tumor que se encuentra
intraprostático y MM, el control
oncológico, son aquellos márgenes con un tumor
ya extraprostático (Raventós
Busquets, y otros, 2007).
Cada una de estas técnicas
va a depender
de la experiencia del urólogo y de cómo afrontar la problemática que tenga el paciente. Existe la realización de la prostatectomía de manera
retrógrada o ascendente tanto intra como extra peritoneal, y otros la realizan anterógrada o
descendente también
con acceso intra
o extra peritoneal (Llorente Abarca, y otros, 2005). En la Tabla
6 se muestra el aspecto
técnico a considerar en la elección
de la técnica.
Tabla 6.
Aspecto técnico a considerar en
la elección de la técnica.
Fuente:
(Llorente Abarca,
y otros, 2005)
Al momento de realizar la cirugía es necesario poder
establecer las variables que
permitirán una recuperación optima en el paciente y
por la cual se aborda
dicho procedimiento. Dichos
parámetros son el tiempo quirúrgico (minutos), sangrado intraoperatorio (calculado como la diferencia entre el hematocrito prequirúrgico y el postquirúrgico) y la estancia hospitalaria en días (Raventós Busquets, y otros, 2007).
Ahora, en la Figura 5
se muestra el procedimiento quirúrgico de prostatectomía radical
laparoscópica simple para
remover tumores benignos. Este se diferencia por la capacidad de extirpar completamente adenomas prostáticos de gran tamaño, pese a esto posee mayor
morbilidad quirúrgica y postoperatoria siendo una cirugía cuenta con una importante pérdida de sangre y de estadía hospitalaria más prolongada (Castillo,
y otros, 2008).
Figura 5.
Procedimiento quirúrgico de prostatectomía radical laparoscópica. Fuente: (Castillo, y
otros, 2008)
En consecuencia,
estas cirugías tienen un efecto de alto riesgo en toda su aplicación que al no ser
tomando en cuenta puede disminuir la calidad de
vida del paciente. Estos riesgos se toman en consideración antes, durante y después del tratamiento quirúrgico. En los períodos pre
y post operatorios sucede las siguientes complicaciones:
“Entre las complicaciones precoces más frecuentes se encuentran la amenización
aguda por sangrado peroperatorio,
la formación de urinomas
y linfoceles, la
lesión rectal, la neuroapraxia y la infección de
la herida quirúrgica. De
las complicaciones a medio y largo
plazo, las más frecuentes
son la disfunción eréctil y las alteraciones miccionales, siendo éstas últimas las que ocasionan una mayor afectación en
la calidad de vida de los pacientes. Si bien
el
número de pacientes que
presenta incontinencia
tras la cirugía
radical es alto, muchas de
estas incontinencias mejoran durante
los seis primeros meses, pero, a pesar
de esto, es
necesario instaurar un tratamiento que mejore la sintomatología mientras esto sucede y que anticipe
la recuperación”. (Juan
Escudero, y otros, 2006, pág.
992)
Los problemas postoperatorios o efectos secundarios que pueda
tener esta
cirugía de prostatectomía
radical dependen
del desarrollo
de la operación quirúrgica,
la
técnica aplicada y la condición
de salud del paciente. Estos riesgos son la hemorragia,
que en promedio va de 200 ml
a
1500 ml dependiendo de la técnica
quirúrgica y la duración de
la cirugía; y la lesión rectal, que
ocurre en entre
1% a
3% de los pacientes, dependiendo la serie (Santana-Ríos,
y otros, 2010). Aunado a estas complicaciones se encuentra
una
obstrucción intestinal
por hernia incisional (Llorente Abarca, y otros,
2005).
Un factor importante en los riesgos quirúrgicos es la infección en el quirófano. Es por ello, que las medidas protocolares son fundamentales, sumado al tipo de cirugía
que se va a realizar
debido al grado de invasión en el organismo. De las posibles
infecciones que se pueden obtener
esta el desarrollo de los microorganismos, protagonistas de tal eventualidad. Los microorganismos aislados
con mayor frecuencia fueron
los Gram negativos (E.
coliy
E. faecalis) y el
SARM
que es el más frecuente (Díaz-Agero, y otros, 2011). De las 4 técnicas que se pueden aplicar para la extirpación de la glándula prostática es el método
de resección transuretral de la próstata es la que presenta
menor riesgo de padecer complicaciones post
operatorias (Avecillas Segovia, 2017).
Estos riesgos dentro del quirófano pueden aumentar
según la condición
física y estilo de vida del
paciente. Estos parámetros son la obesidad; enfermedad crónica o reciente; enfermedad pulmonar, renal o cardíaca; consumo excesivo de
alcohol; tabaquismo; usar narcóticos u otras drogas que alteran el estado
mental;
consumo de ciertos medicamentos recetados, incluso miorrelajantes y sedantes, antihipertensivos, insulina, betabloqueantes adrenérgicos y cortisona; diabetes; y cirrosis (Avecillas
Segovia, 2017).
Conclusiones.
Uno de los principales órganos del aparato reproductor masculino es la próstata porque ayuda a segregar el semen
para la eyaculación en el coito, aunado a
que permite obstruir la orina en la vejiga en dicho procedimiento. La próstata es un órgano glandular que está ubicado cerca del recto. También es vulnerable a determinadas enfermedades por
lo que
pasa
a ser una de las principales
causas de muerte en los hombres de
avanzada edad
sino toman las precauciones
debidas.
Existen varias enfermedades que pueden atacar a la próstata y que afecta la
calidad de vida del individuo. Estas
son prostatitis, hiperplasia
prostática benigna y el cáncer de próstata. Las primeras dos pueden ser atacadas con
tratamientos farmacológicos y quirúrgicos simples.
La prostatitis es una inflamación del tejido prostático ocurrida por una infección y la
hiperplasia prostática benigna es la inflamación de la glándula prostática que obstruye
a la
vesícula. La
enfermedad con grado maligno es la formación de
tumores que puedes transformarse en
neoplasias.
El cáncer de próstata tiene
una alta incidencia en hombres de la tercera edad, aunque existen
estudios que aparece en hombres jóvenes. La no realización del diagnóstico y
tratamiento incrementa la
tasa de mortalidad entre los varones por lo que su estigma
social permite un incremento de este padecimiento. El cáncer de próstata es un tumor que obstruye el funcionamiento del organismo perdiendo la fuerza y el calibre del chorro miccional, disuria y hematuria. Los síntomas que pueden padecer las personas es un alto grado de dificultad y dolor para orinar, defecar y eyacular. Uno de los principales medios de diagnóstico para corroborar la presencia de neoplasia es el tacto rectal y la medición del antígeno prostático específico (APE).
Ambos son necesarios
uno del otro, pero el más efectivo es el tacto rectal porque podrá determinar si existe un incremento
de volumen en la
glándula o hay alguno otra
malformación. Luego, se procede
a realizar el tratamiento quirúrgico los cuales son Prostatectomía
retropúbica, Prostatectomía
perineal, Linfadenectomía pélvica y Resección transuretral de la próstata (RTUP). Indistintamente, la cirugía que más predomina para una solución
del cáncer es la prostatectomía radical.
Este tratamiento quirúrgico busca extirpar
la glándula prostática debido a la malformación
maligna ocurrida y con el fin de evitar metástasis en otros órganos cercanos. Para un desarrollo
eficaz del tratamiento es
necesario conocer
ciertos parámetros
los cuales son tiempo de la cirugía, condiciones del paciente, grado del tumor, técnica aplicada y condiciones del quirófano. El
cumplimiento de estos parámetros en los estándares de calidad producirá una recuperación
satisfactoria en el paciente
y las complicaciones post operatorias disminuyen, aumentando así la
calidad de vida del paciente. Otro factor que se debe considerar para poder
cumplir con este
principal objetivo son los riesgos a considerar en el proceso quirúrgico. Se debe tener precaución con hemorragia, lesión rectal, obstrucción intestinal por hernia incisional e infección localizada en quirófano
por la presencia de
microorganismos como Gram
negativos y SARM.
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