Gustavo Rodolfo Aragundi
Intriago a; María Cristina Menéndez Palacios b; Zully
Gianella Delgado
Mendoza c; Daniela
Patricia de la Fuente Barahona d
Enfoque epidemiológico en
los procesos de salud pública y atención primaria
de
salud
Epidemiological
approach in the processes of public health and primary health care
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm. 4., diciembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 438-455
DOI: 10.26820/recimundo/3.(4).diciembre.2019.438-455
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/760
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo
de Revisión
© RECIMUNDO; Editorial Saberes del
Conocimiento,
2019
Recibido: 15/09/2019 Aceptado:
23/11/2019 Publicado:
30/12/2019
Correspondencia: janina_510@hotmail.com
a. Médico Cirujano; Universidad Técnica de Manabí; gustavoaragundi@gmail.com;
Portoviejo.
b. Médica Cirujana; Hospital Oscar Jandl, Galápagos; mcmenendezpczs5@gmail.com; Galápagos. c. Medica Cirujana; Hospital General Portoviejo; zully012@hotmail.es; Portoviejo.
d. Médico; Gobierno Provincial de Manabí; daniedelaf@gmail.com; Portoviejo.
RESUMEN
En el presente ensayo con la
relación entre la epidemiología
y políticas públicas, destacando la posición de la epidemiología en el campo de la salud pública, el análisis del impacto de las políticas públicas sobre
el
perfil epidemiológico y las contribuciones de la epidemiología a la baja laico, implementación y evaluación de público las políticas de salud. En el primer título, el ensayo debate los
enlaces entre
la epidemiología y de
la salud pública, los determinantes sociales y el marco de acción política
propuesto por la Comisión de
la OMS sobre determinantes Sociales de la Salud, y
los diferentes enfoques de las políticas de salud. En el segundo
título del ensayo se analiza la reducción de la desnutrición crónica infantil como un ejemplo de las políticas públicas que inciden
en el perfil epidemiológico. El tercer título presenta tres temas estratégicos para la aplicación de
políticas de salud pública: reducción de las desigualdades sociales en salud, promoción
y regulación de los productos y servicios que tienen un impacto sobre la salud de
la salud. El cuarto
título discute las posibilidades y dificultades de combinar
el
conocimiento epidemiológico en el establezcan, la implementación
y evaluación de políticas
públicas.
Palabras Claves: Epidemiología, Políticas públicas,
Políticas
de salud, Políticas sociales.
ABSTRACT
In the present essay
with the relationship between epidemiology
and public policies,
highlighting the position of
epidemiology in the field of
public health, the analysis of the impact of public
policies on the epidemiological profile and the contributions of epidemiology to lay down, implementation and evaluation
of public health policies. In the
first title, the essay
discusses the links between epidemiology and public
health, social determinants and the policy framework
proposed by the WHO Commission on Social Determinants of
Health, and the different approaches to health policies. Health.
In
the second title of the trial, the reduction of chronic child malnutrition is analyzed as an example of public policies that affect the
epidemiological profile.
The third title presents three strategic themes for the application of public health policies: reduction
of social inequalities in health,
promotion and regulation of products and services that have an impact on health health.
The fourth title discusses the possibilities and difficulties of combining
epidemiological knowledge in
establishing, implementing
and evaluating public policies.
Key
Words: Epidemiology, Public policies, Health policies, Social policies.
Introducción.
Las relaciones
entre epidemiologia y las políticas públicas son numerosas. Abordar de manera significativa
un tema tan amplio requiere centrarse en ciertos aspectos; de lo contrario, cualquier análisis de estas relaciones sería
necesariamente
general y proporcionar una mínima contribución
a la mejora de las
prácticas de salud.
Con esta limitación inicial en la mente, el presente artículo se
organiza en torno a
tres temas.
Inicialmente, el lugar de la epidemiología en el campo de
la salud pública en lo que respecta a la práctica será
abordado y se presentará un modelo de determinantes de sociales y niveles de rendimiento, basado en el estudio de la Comisión de
la Organización Mundial de la Salud sobre Determinantes Sociales de salud para informar a las políticas públicas. A continuación,
un ejemplo de cómo las políticas públicas pueden afectar
los perfiles epidemiológicos se analizará, aunque
este impacto no es su objetivo principal o explícita. Por
último, el uso de
la epidemiología en el
desarrollo, implementación y evaluación de
políticas de salud pública
se tratará, destacando dos de los compromisos actuales en el campo de
la salud pública: la reducción de
las desigualdades sociales en la atención sanitaria actuando sobre determinantes sociales y la promoción de la salud,
para el que las funciones reguladoras
del Estado se vuelven
importantes. Hay varios otros usos
de la epidemiología, pero
no van
a ser
los objetos de la discusión
actual.
Metodología.
Para
el desarrollo de este proceso investigativo, se plantea como metodología la encaminada hacia
una orientación científica particular
que se encuentra determinada por
la necesidad de indagar en forma precisa y coherente una situación, en tal sentido (Davila, 2015) define la metodología “como aquellos pasos previos que son seleccionados por el investigador para lograr
resultados favorables que
le ayuden a plantear nuevas ideas”. (p.66)
Lo citado por el autor, lleva
a entender que el desarrollo de
la acción investigativa
busca simplemente coordinar acciones enmarcadas en una revisión bibliográfica con el fin de
complementar ideas previas relacionadas
TITULO
DEL ARTICULO
QUE SE
E4SAT HACIENDO a través de una revisión de literatura, para así finalmente elaborar un cuerpo de consideraciones
generales
que ayuden a ampliar el interés
propuesto.
Tipo
de
Investigación.
Dentro de toda práctica investigativa, se precisan acciones
de carácter metodológico mediante las
cuales, se logra conocer y proyectar los
eventos posibles que la determinan, así como las
características
que hacen del acto
científico un proceso interactivo ajustado
a una realidad posible de ser interpretada. En este sentido, se
puede decir, que la presente investigación corresponde al
tipo
documental, definido
por Castro (2016), “se ocupa del estudio de problemas planteados a nivel
teórico, la información requerida para abordarlos se encuentra básicamente
en materiales impresos,
audiovisuales y /o electrónicos”.
(p.41).
En consideración a esta definición, la orientación metodológica permitió la oportunidad de cumplir con una
serie de actividades inherentes a la
revisión y lectura
de diversos documentos donde se encontraron ideas explicitas relacionadas con los tópicos encargados de identificar a cada característica insertada
en
el estudio. Por lo tanto, se realizaron
continuas interpretaciones con el claro propósito de
revisar
aquellas apreciaciones o investigaciones propuestas por diferentes
investigadores relacionadas con el tema de interés, para
luego dar la respectiva argumentación a los planteamientos, en
función
a las necesidades encontradas en la indagación.
Fuentes
Documentales.
El análisis correspondiente a las características que predomina en el tema seleccionado,
llevan a incluir
diferentes fuentes documentales encargadas de darle el respectivo apoyo y en ese sentido cumplir con la valoración de los hechos a
fin de
generar nuevos criterios que sirven de referencia
a otros procesos investigativos. Para (CASTRO, 2016) las fuentes documentales incorporadas en la investigación documental o bibliográfica, “representa la
suma de materiales sistemáticos que
son revisados en forma
rigurosa y profunda para llegar
a un análisis del fenómeno”. (p.41). Por lo tanto, se procedió a cumplir con la realización de una lectura previa determinada para encontrar
Técnicas para
la Recolección de la
Información.
La
conducción de la investigación para ser
realizada en función a
las particularidades que determinan a
los estudios documentales, tiene como fin el desarrollo de
un conjunto de acciones
encargadas de llevar a la selección de técnicas estrechamente vinculadas con las características del
estudio. En tal sentido, (Bolívar, 2015), refiere, que es “una técnica particular para aportar ayuda
a los procedimientos de
selección de las
ideas primarias y secundarias”. (p. 71).
Por ello, se procedió a la utilización del subrayado, resúmenes, fichaje, como parte básica para la revisión y selección de los documentos que presentan el contenido
teórico. Es decir, que
mediante la aplicación de
estas técnicas se
pudo llegar a recoger informaciones en cuanto a
la revisión bibliográfica de los diversos elementos encargados de orientar el proceso de investigación. Tal como lo expresa, (Bolívar, 2015)
“las técnicas documentales
proporcionan las herramientas
esenciales y determinantes para responder a los objetivos formulados
y llegar a resultados efectivos” (p. 58). Es decir, para responder con eficiencia a
las necesidades investigativas, se
introdujeron como técnica de recolección el método inductivo, que hizo
posible llevar
a cabo una valoración de los hechos
de forma particular para llegar a la explicación desde una visión general.
Asimismo, se emplearon las técnicas de análisis de información para la realización de la investigación que fue ejecutada
bajo la dinámica
de aplicar diversos elementos encargados de
determinar el camino a
recorrer por el estudio, según, (Bolívar,
2015) las técnicas de procesamiento de datos en los estudios documentales “son las encargadas de
ofrecer al
investigador la visión o pasos que debe cumplir durante
su ejercicio, cada una de ellas debe estar en correspondencia con el nivel a emplear” (p. 123). Esto indica, que para
llevar a cabo el procesamiento de los datos obtenidos una vez
aplicado las
técnicas seleccionadas, tales como:
fichas de resumen, textual, registros descriptivos
entre otros, los mismos se deben ajustar al nivel
que ha sido seleccionado.
Resultados.
Las relaciones entre Epidemiología
y Políticas Públicas
Para
varios grupos de
rebuscadores en
diferentes partes
del mundo, la epidemiología siempre ha sido parte del movimiento de salud pública y colectiva y nunca ha desarrollado, ya
sea como una disciplina científica o como un
campo de prácticas separado del
campo actualmente conocida como la salud colectiva. En varias partes del mundo la epidemiología clínica no
se encontró adeptos o profesionales, y ha habido mucho apoyo más amplio para una epidemiología (Barreto,
2012).
(Barreto, Por uma epidemiologia
da saúde coletiva., 2008)
hace
hincapié en que, como un componente
básico del campo de la salud pública, epidemiología es responsable de
la generación de conocimiento, la información y la tecnología que se puede utilizar
en
el desarrollo de
políticas de promoción, prevención y control
de los problemas de salud. Sin embargo, las intervenciones en
el
mundo real se limitan no sólo
por la cantidad y calidad de los conocimientos técnicos y
científicos disponibles, sino también por los intereses políticos en juego, es
decir, por los poderes ejercidos
por los diferentes actores presentes en el ámbito social en un momento dado. Por lo tanto,
las relaciones posibles entre cualquier disciplina científica y la acción presentan numerosos retos
políticos, entre
los cuales es la
necesidad de abandonar
la posición relativamente cómoda
de una ciencia capaz de formular preguntas
a favor de uno que también
es capaz de desarrollar soluciones
efectivas.
Figura 1. Marco Conceptual sobre los Determinantes Sociales de la Salud elaborado por la
OMS.
La articulación de los conocimientos epidemiológicos y
las políticas públicas, ya sea en el sector de la salud o no, requiere un modelo comprensivo
del proceso de salud y enfermedad
disuadir a la minería a nivel de toda la sociedad, así como la identificación de los enfoques más
prometedores y las posibles intervenciones.
El modelo desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud permite la identificación de
los factores sociales asociados a las dimensiones de organización social, destacando los procesos responsables de la producción de las desigualdades sociales en salud (WHO, 2007).
Este modelo
tiene la ventaja gráficamente de la articulación de diversas teorías sobre las
desigualdades sociales en salud, entre ellos, en un lugar de gran figura, los determinantes estructurales e intermediarios o mediadores determinantes
de estas desigualdades, destacando la económicos,
social, cultural y aspectos políticos corre peligro en los procesos de producción
y reproducción social. El modelo incorpora las
distintas dimensiones de la estructura social y la estratificación además del propio sistema de salud.
En
el mismo documento de la OMS, los autores presentan un modelo para las políticas públicas, la definición de los diferentes enfoques y niveles de acción dirigidas a modificar
los determinantes sociales y la reducción de las desigualdades: las políticas dirigidas a modificar la estratificación social, actuando en la escala macro social; políticas para reducir la vulnerabilidad y
la disminución
de la exposición
al riesgo y adoptando medidas en una escala intermedia; y
políticas para reducir las consecuencias nocivas a través de acciones en una escala micro social, es decir, directamente en el sector de la salud, se pueden identificar.
Además del modelo
de determinación y un modelo para distinguir diferentes modalidades de
aplicación de las políticas públicas con potencial para reducir las desigualdades sociales, es importante tener en cuenta los diferentes enfoques que han informado el desarrollo de las políticas
de salud debido a que estos enfoques en última instancia, determinar
el
diseño de propuestas de
intervención y tienen un efecto sobre los resultados.
(Frolich & Potvin, 2008) identificaron tres enfoques diferentes para las intervenciones
basadas en la población en materia de salud: el enfoque de riesgo, el enfoque de la población, y el enfoque
basado en vulnerabilidad. El enfoque de riesgo fue formalizado en 1974 en el Informe Lalonde y se basa en la idea de que las interrelaciones
intervenciones
deben centrarse en grupos de población con mayor riesgo de enfermedad o muerte. Por lo tanto,
el
enfoque de riesgo permite un uso más racional
de los recursos escasos normalmente,
lo que aumenta
la relación coste-beneficio dado que
sólo aquellos con una alta probabilidad
de tener un cierto problema estaría sujeto a las intervenciones.
Este enfoque es el objeto de numerosas críticas, sobre todo porque las intervenciones están dirigidas a la modificación del comportamiento individual, lo que conduce a culpar a la víctima, la mínima habilidad para cambiar la distribución de las exposiciones, un pequeño efecto sobre la
dimensión de la población, y un bajo nivel de efectividad, dado que los grupos con mayor
exposición rara vez pueden beneficiarse de las intervenciones.
El enfoque de la población de Rose se basa en la premisa de que la mayoría
de los casos se producen entre los individuos con un nivel medio de exposición y que la intervención masiva, preferiblemente
independiente de las decisiones individuales, siempre resulta en una mayor eficacia porque por llegar a todos indiscriminadamente,
la intervención masa alcanza necesariamente los precios riesgo mayor (Rose, 2002)
Las críticas al enfoque de la población destacan los normalmente altos costos de lograr una cobertura capaz de cambiar
la distribución de los problemas de la población frente al número de
casos evitados de manera efectiva y la posibilidad de mantener las desigualdades sociales, ya que, por ejemplo,
los grupos más vulnerables no podría beneficiarse
debido al acceso limitado a la intervención.
Teniendo
en cuenta estas limitaciones, algunos autores proponen el uso de la base a vulnerabilidad por aproximación como complemento a las estrategias de masas precisamente para
evitar el mantenimiento o la profundización de las desigualdades sociales. Los grupos vulnerables
son definidos sobre la base de características
comunes que constituyen desventajas sociales a lo
largo de sus vidas y una mayor concentración de situaciones
de riesgo.
Por lo tanto, cada política pública puede emplear diferentes
enfoques, utilizando estrategias de particular y diferentes modalidades en función de la dimensión de la organización social tienen la intención de cambio y enfocado en la modificación de los determinantes sociales específicos.
La relación entre la epidemiología y las políticas públicas se puede analizar desde ambos lados de
la ecuación: por un lado, cómo y en qué medida las políticas sociales influyen en el perfil
epidemiológico y, por otro lado, la forma en la epidemiología puede participar en el desarrollo, implementación y la evaluación de políticas públicas.
El impacto de las políticas públicas en el perfil epidemiológico
Una de las principales preocupaciones
en relación con el efecto de los determinantes sociales en la salud pública es la promoción de políticas intersectoriales que se ocupan de los impactos sobre la salud y la reducción de las desigualdades
sociales. Esta preocupación a menudo se
promueve por el lema “La salud en todas las políticas.”
El
logro de este propósito, sin embargo, no es fácil. Sin embargo, hay ejemplos de políticas
públicas que producen resultados positivamente afecta a los perfiles epidemiológicos, a pesar de que
no se han desarrollado con esto en mente, precisamente porque son capaces de modificar
algunos de los principales determinantes sociales implicados en problemas de salud no específicos específico.
La
reducción de la desnutrición infantil en Brasil en los últimos
15 años y la reducción de la desigualdad en la distribución de la malnutrición entre los estratos sociales pueden servir como un
ejemplo del impacto de las políticas públicas en el perfil epidemiológico de la población, aunque
los efectos sobre salud no
estaban en el centro de la formulación de estas políticas.
Un estudio realizado por (Monteiro & Benicio, 2010) con datos
analizados a partir de cuatro
encuestas nacionales entre 1974 y 2007 y mostró una reducción significativa de la desnutrición en niños
brasileños menores de cinco años de edad. En 1974-1975, la prevalencia fue 37,1% (IC: 34,6
a 39,6) con una razón de prevalencia entre el primer y quinto quintil ingreso igual a 4,9, lo que
indica un aumento
de 5 veces en el riesgo de desnutrición entre los niños pobres. La última
encuesta, realizada en 2006-2007, encontró
una prevalencia de 7,1% (CI: 5.7 a 8.5) y una relación
de prevalencia de 2,6. Aunque la desigualdad entre persiste
estratos de ingreso, la diferencia ha
disminuido a la mitad, y la prevalencia global se redujo en más del 80% durante el período.
El aumento del poder adquisitivo de las familias está relacionada principalmente a tres aspectos de la política económica: la reanudación del crecimiento económico brasileño en su
conjunto; la política de bienes (por encima de la acu-se precisan en el período de inflación) aumentos sistemáticos de salarios mínimos; y los programas de transferencia de ingresos, tales como la asignación familiar (Bolsa Familia) y la continuidad de las prestaciones de la Seguridad (Beneficios Providenciaros Continuados) programas.
Tres
aspectos estratégicos.
Aunque contribuye epidemiología para prácticamente todas las políticas de salud pública, tres
cuestiones
sirven como
compromisos
de
salud pública en
la
que
todas
las
disciplinas y conocimientos en el campo de la
salud pública debe converger: la reducción de las desigualdades
sociales en la salud, la promoción de la salud y el estado la regulación de bienes y servicios con consecuencias relacionadas con la salud.
La contribución de la epidemiología para el control de enfermedades y problemas de salud, además de la planificación y la organización
de los servicios de salud, sigue siendo importante. Sin embargo, debido a que estas funciones de la epidemiología constituyen tareas tradicionales del
campo, no van a ser un
tema
de esta reflexión.
(Pellegrini Filho, 2011) sugiere que las políticas de desigualdad
sociales en salud debe ser sostenida por tres pilares: el conocimiento científico para analizar los medios
de producción de las desigualdades y para demostrar la efectividad de las intervenciones dirigidas a modificar estos procesos, coordinación intersectorial
ya que los determinantes son sobre todo fuera del sector de
la salud, y la amplia participación social en el sentido de implicar a la población en la búsqueda de
soluciones a sus propios problemas.
Sin embargo, el propio Pellegrini toma nota de las numerosas dificultades en el desarrollo de políticas para la reducción de las desigualdades sociales, destacando la complejidad de lo social
procesos implicados en la determinación de la salud y la enfermedad y los patrones de desigualdad presente en diferentes poblaciones;
la escasez de estudios sobre la eficacia de las políticas y de la
complejidad de las intervenciones que constituyen una política pública; la escasa documentación de
los efectos y mecanismos
de acción de las políticas macro sociales, el ajuste obligatorio de
políticas a las necesidades y capacidades y prioridades locales; la escasa posibilidad de transferir
experiencias entre diferentes poblaciones;
y las políticas internas de los diversos actores sociales.
Las políticas de promoción de la salud también deben centrarse en los determinantes sociales
del
proceso salud-enfermedad. La transformación de las situaciones que producen enfermedades, como
en
el enfoque de la reducción de las desigualdades sociales, depende de la comprensión de los procesos involucrados
con
las diferentes dimanes de organización social. Muchas de las
iniciativas de promoción de la salud, especialmente los que se basan exclusivamente en los programas de educación para la salud, muestran poca eficacia debido a la intervención está dirigido a las personas, buscando a cambio de comportamiento sin cambiar los procesos o condiciones que contribuyen a esos comportamientos.
Extracción
del centro de atención de la persona y tratar de comprender la complejidad de las
asociaciones entre las diferentes dimensiones de la vida social es esencial para el desarrollo, implementación y evaluar unificación de las políticas de promoción de la salud.
(Barreto, Papel da Epidemiologia no desenvolvimiento do
SUS no Brasil: histórico, fundamentos
e perspectivas., 2012) también
hace hincapié en la necesidad de desarrollar
alternativas de promoción y prevención que tienen un alto
potencial de impacto en la población y que sean técnicamente viables, eficaces para uno o más problemas de salud, social e
individualmente aceptable, y políticamente viable.
Las actividades reguladoras están particularmente
expuestos a todo tipo de presiones
económicas, políticas, sociales y culturales, ya que se ejercen principalmente a través de las herramientas legislativas con rangos amplios e implicaciones
para los sectores de la vida social.
En un sistema democrático basado
en
el respeto a las reglas humanas, políticas de regulación que
normalmente incluyen intervenciones que infringen o restringen libertades individuales
necesariamente deben basarse en la legislación específica que puede asegurar el contexto de la inviolabilidad de los derechos y la puesta en práctica del poder del Estado.
El papel de la epidemiología es importante tanto en la determinación de los mecanismos de nexo y causales que subyacen a la intervención
propuesto y evaluar los impactos logrados. Tecnologías típicas de las prácticas epidemiológicos, como
la vigilancia y monitoreo, pueden ser útiles en la puesta en práctica de estas acciones.
La
contribución de la epidemiología a la elaboración, aplicación y evaluación de políticas de
salud pública.
Como se ha señalado por (Souza & Contandriopoulus,
2004) “La idea de que el uso del conocimiento científico es una práctica recomendada para los tomadores de decisiones” se basa en la suposición de que las políticas formuladas basan en el conocimiento racional será más eficaz y eficiente. Sin embargo, esto no es una tarea fácil de lograr.
Diferentes estudios sobre las relaciones entre investigadores y políticos han identificado
numerosos problemas comunes a los científicos: ingenuidad política; poco conocimiento
del propio proceso político; irreales expectativas
de lo que el conocimiento producido puede alcanzar; desajustes entre el tiempo necesario para la producción de conocimiento y
las necesidades de la
acción práctica; formatos utilizados
en la difusión de los resultados científicos que no son fáciles
de usar; y la falta de consecuencias prácticas claramente definidos, como los costos y los impactos esperados, entre otros.
Por otra parte, desde la perspectiva de los investigadores, el uso de sus resultados, parece más
probable que el conocimiento
producido refiere a riesgos únicos que se pueden gestionar intervenciones
sencillas, cuando tal uso es deseable, cuando se observa la evidencia como parte de un rompecabezas más grande en el que cada parte puede contribuir a la visión de conjunto, y cuando existe una estrecha relación entre los investigadores y
los
responsables políticos.
Sin embargo,
hay una similitud entre los
ciclos de trabajo de los políticos, que
pueden favorecer este tipo de interacción estrecha. El ciclo de la investigación
científica se puede simplificar en cuatro etapas: la construcción
de un problema científico relevante, la formulación
de un
proyecto de investigación, la ejecución de un estudio de investigación, y la evaluación y la
interpretación de los resultados (Jansen, 2010)
El ciclo de trabajo de la formulación de políticas es similar, aunque
con diferentes parámetros. En este caso, las etapas son la identificación de
problemas de relevancia social, política formulación, implementación y evaluación.
La epidemiología puede contribuir a la etapa de la identificación de problemas socialmente
relevantes a través del estudio de la distribución de los problemas de salud y sus determinantes en
los diversos grupos sociales, el suministro de información técnica para apoyar las decisiones políticas, tanto en los movimientos sociales y en el nivel de gubernamental y contribuyendo a otros
tipos de información a tener en cuenta en el proceso de toma de decisiones.
En la etapa de formulación de políticas, el conocimiento epidemiológico de los mecanismos implicados en el desarrollo de problemas de salud y la eficacia o eficiencia de las herramientas de intervención en combinación con la información obtenida de otras ciencias en el campo de la salud
pública y otros campos puede ayudar a los políticos entienden la complejidad del problema y su
contexto, los objetivos fijados, y
seleccionar las intervenciones.
En la etapa de implementación, epidemiología puede contribuir al seguimiento a través de tecnologías de varias, como la vigilancia y control epidemiológico.
Finalmente, en el proceso de evaluación, el conocimiento epidemiológico
puede ser especialmente útil en el análisis de los efectos esperados y alcanzados. (Santos & Victora, 2004) llaman la atención sobre una serie de eventos y etapas que se interpone entre la propuesta de ciertas
intervenciones o políticas de salud y la evaluación de sus efectos o impactos sobre el perfil
epidemiológico de la población. Claramente, para un cambio en el impacto y el perfil epidemiológico que se produzca, es imperativo que el efecto de la política un cambio significativo en práctica. Cuantos sean actores pueden ser modificados
por procesos relacionados a la aplicación
de políticas, que también pueden modificar el perfil epidemiológico
y lo
hacen particularmente difícil la evaluación de desempeño.
Teniendo en cuenta estas dificultades, la evaluación de las políticas de salud pública puede adoptar tres modalidades distintas: autoevaluación, en la que uno trata de demostrar el logro de
ciertas metas y objetivos, como sumar la acción efectiva de la política evaluada; evaluación
de plausibilidad, en el que se presta atención a la demostración de que los objetivos fueron alcanzados por
el programa o políticas evaluadas;
y la
evaluación de la probabilidad, en el que uno busca
estimar la probabilidad estadística de que el programa o la política fue realmente eficaz.
Cada uno de estos pasos presenta retos particulares para el trabajo y la contribución de los epidemiólogos. Partiendo de la idea de que “lo que se mide se realiza,” el establecimiento de prioridades para la acción implica generalmente la respuesta a cuatro cuestiones prácticas: ¿Hay algún problema? ¿Qué sabemos cómo resolverlo? ¿Cuánto costara? ¿Se logrará el impacto esperado?
Tradicionalmente, la contribución de la epidemiologia a responder a la primera pregunta no presenta ninguna dificultad importante porque hay herramientas conceptuales y pragmáticos
para identificar problemas de salud relacionados con los diferentes grupos de población e identificar
sus patrones de distribución, las desigualdades, las tendencias temporales, la magnitud y otras
características.
La contribución epidemiológica para responder a la segunda cuestión, es decir, si los
investigadores saben cómo resolver los problemas identificados, se puede dividir en dos áreas principales: el conocimiento de los procesos de producción de la salud y la enfermedad y la evaluación de la eficacia y la eficiencia de las herramientas de intervención disponibles. Aunque una gran parte de la investigación epidemiológica
actual está dirigido a la producción de
conocimientos en ambas áreas, y la metodología epidemiológica también es útil en ambos casos, queda mucha controversia sobre el sonido-dad del conocimiento producido, dado la naturaleza
observacional de los estudios epidemiológicos, y
sobre la objetividad y neutralidad en los procesos
de evaluación de los riesgos y las medidas de regulación.
Conclusiones.
Este estudio tuvo como objetivo
reflexionar sobre el papel que juega la epidemiología en la
elaboración de políticas de salud pública u otras políticas sociales reafirmando el compromiso político y social de esta disciplina científica y el reconocimiento de la necesidad de articular los conocimientos epidemiológicos
junto con otros conocimientos
para mejorar la salud pública y, en
consecuencia, la calidad de vida.
Se puede encontrar la inspiración destacando el papel potencial del conocimiento
producido para que el presente un regalo menos doloroso y más prometedor para los
hombres de verdad.
Después de todo,
se podría preguntar, “¿qué es lo que la gente realmente busca cuando aspiran a una vida más saludable?” Se cree que lo que la gente realmente quiere es una vida satisfactoria
y significativa en la que son capaces de hacer las cosas que valoran y disfrutar de lo que les da
placer.
Nuestra tarea parece ser reconciliar este deseo de una vida plena, satisfactoria y placentera con
un máximo de salud y un mínimo de injusticia. Esta tarea es todo un
reto, que requerirá todo de la
propia energía y la capacidad combinada con un fuerte compromiso político.
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