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RECIMUNDO VOL. 8 N°2 (2024)
Introducción
Desde hace varias décadas, la cirugía ha ex-
perimentado importantes avances que han
supuesto una disminución de los riesgos y
mejora de los resultados en gran número de
procedimientos destinados a tratar diversas
enfermedades; ello a pesar de que, cada
vez con más frecuencia, utilizamos técnicas
más complejas en pacientes más difíciles.
Esta excelente evolución se debe en buena
parte al desarrollo de técnicas anestésicas
y analgésicas sofisticadas, a los esfuerzos
por disminuir el estrés operatorio y, en de-
finitiva, a la generalización de un enfoque
más filosófico que clínico basado funda-
mentalmente en reducir al máximo los efec-
tos que el trauma quirúrgico ejerce sobre el
paciente: Lo primero no hacer daño (1).
La CMI es un enfoque para realizar tareas
quirúrgicas minimizando el daño causado
al paciente y que ha tenido un crecimiento
importante desde mediados de los años 90.
Este tipo de cirugía consiste en la realiza-
ción de intervenciones quirúrgicas median-
te pequeñas incisiones en el cuerpo de un
paciente, lo que presenta diferentes venta-
jas con respecto a la cirugía convencional
abierta. Los procedimientos de CMI evolu-
cionan buscando minimizar el daño al pa-
ciente, como en el caso de la laparoscopía
convencional donde, en general, se practi-
can varios orificios en la pared abdominal
del paciente para insertar trocares que per-
miten al cirujano introducir instrumentos qui-
rúrgicos dentro de la cavidad abdominal. La
cavidad abdominal alberga varios aparatos
y sistemas de mayor o menos complejidad
quirúrgica. Debido a la amplia variedad de
intervenciones que se pueden practicar al
realizar una cirugía del abdomen, es facti-
ble que al enfrentarse a complicaciones se
puedan encontrar infinidades de acuerdo al
sistema afectado y así mismo al órgano en
cuestión (2).
Como la cirugía más frecuente es la colecis-
tectomía laparoscópica y está claramente
establecida en los protocolos internaciona-
PLÚA MARCILLO, W. E., LUNA PANIMBOZA, V. S., PINCAY LUCAS, A. F., & TAPIA RANGEL, J. C.
les que es la vía para utilizar, así las otras ci-
rugías como la histerectomía, colectomías,
entre otras se ha ido ganando espacio en la
cirugía laparoscópica, reflejando benéficos
en los pacientes, también en el sistema de
salud al presentar menos días de hospita-
lización. Es indispensable la actualización
de los equipos quirúrgicos tanto de recur-
sos humanos como de instrumentos para
poder satisfacer la demanda de hoy en día
en las cirugías de las diferentes patologías
que afectan a nuestros pacientes (3).
La cirugía de pared constituye una de las
categorías quirúrgicas más frecuentes en
cualquier hospital a día de hoy. Siempre ha
sido una cirugía con alta capacidad de en-
trar en los criterios de ambulatorización, con
las grandes ventajas que esto supone para
el paciente y para el centro sanitario. En-
contramos en la actualidad una necesidad
de volver a plantear todas las posibilidades
ante el gran desarrollo que está teniendo la
cirugía de pared abdominal. Han aparecido
nuevas técnicas laparo-endoscópicas, nue-
vos materiales que pueden ayudar a la me-
jora de resultados, antiguas técnicas que se
han renovado e incluso se han adaptado a
la robótica. Dentro de todos estos avances
cabe preguntar si la CMA sigue siendo la
gran aliada de esta cirugía tan prevalente
o si las nuevas técnicas anatómicas de re-
paración y laparo-endoscópicas/robóticas
cambiarán la forma habitual de tratar la hos-
pitalización de estos pacientes (4).
Metodología
Para llevar a cabo la presente revisión bi-
bliográfica, se realizó una búsqueda ex-
haustiva en bases de datos científicas como
PubMed, Scopus y Google Scholar, utilizan-
do palabras clave como "cirugía laparos-
cópica", "pared abdominal", "indicaciones"
y "beneficios". Se seleccionaron artículos
publicados entre 2010 y 2023, priorizando
estudios clínicos, revisiones sistemáticas y
metaanálisis. La evaluación de los artículos
se llevó a cabo mediante la lectura crítica
de los resúmenes y, en caso de relevancia,