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RECIMUNDO VOL. 8. Especial (2024)
et al. (2003), argumenta que "la lengua es
oral es más coloquial, subjetiva, redundan-
te y abierta; con una sintaxis más simple"
(p. 90), y ello favorece este trabajo pues
las comunicaciones cotidianas deben ga-
rantizar una información rápida y depurada
de elementos reiterativos. En virtud de ello,
comunicarse mediante campos semánticos
comprueba que el hablante ha adquirido
destrezas y habilidades comunicativas.
En ese caso, la escuela a través de las asig-
naturas de Lengua y Literatura deben pro-
mover la comunicación participativa dando
como resultados personas más activas a
nivel conversacional. Morillo et al. (2022),
apuestan por "una atención prioritaria a ni-
vel infantil para que el conocimiento que
ellos adquieran sea adecuado y pertinente"
(p. 4485), lo cual es enteramente aceptable
ya que educar bien a nivel de los más pár-
vulos es invertir para siempre garantizando
que esa persona será clave en el avance
científico y humanístico de un sistema social
determinado. En efecto, enseñar la lengua
correctamente es estimular a los hablantes,
de allí que nuestro propósito sea impulsar
los valores lingüísticos y así formar nuevos
y mejores hablantes de la lengua materna.
En todo caso, enseñar a los hablantes a ex-
presarse correctamente significa hacerles
saber sobre su inteligencia y lo que ella les
puede permitir, eso sí, siempre y cuando la
cultiven de manera insistente y con discipli-
na. Después de todo, es un norte que los es-
tudiantes quieran innovar y algo superior que
es apuntar a la originalidad; tal como lo se-
ñala Machado (1977), "se ha enseñado cultu-
ra, pero no se ha enseñado originalidad" (p.
16), destacando así la necesidad de ir más
allá de la simple reproducción de informa-
ción. En función de todo ello, la semántica,
que estudia el significado lingüístico, revela
cómo las emociones y las palabras moldean
nuestra comprensión del mundo.
El lenguaje es una forma de pensamiento,
ya que siempre está presente la percepción
y el procesamiento de significados, al mo-
mento de usar el lenguaje no solo estamos
manejando palabras o sonidos, sino que
estos también nos llevan la interpretación
mental. Ante ello tomaremos en conside-
ración a Schaff (1967), quien afirma que
“el lenguaje es un lenguaje que al mismo
tiempo es pensamiento” (p. 244). Con base
en los dichos, se deduce que el lenguaje
además de ayudarnos con la comunicación
al momento de percibirla en nuestra mente
no solo maneja los conceptos literales, sino
también representaciones empíricas que
llegan a representar un significado.
Para nadie es un secreto que en la actuali-
dad hay métodos de enseñanza de la lec-
tura que lejos de fortalecer tales hábitos de
lectura lo que hacen es llevar a los estu-
diantes a sentir tedio por el agudo arte de
hablar. Solé (2000), dice que “las estrate-
gias de lectura llevan a una obtención de
una meta que permite el accionar del lector,
aunque no lo prescriban en su totalidad ya
que estas no están ligadas a un contenido
especifico sino más bien se adaptan a diver-
sos contextos de lectura” (p. 61). Entonces,
se nos dice que el desarrollo de habilidades
de lectura más avanzada tanto en niños, jó-
venes y adultos se desarrolla en diversos
contextos en los cuales se desarrollan de
modo que las estrategias del lector deben
ser realizadas de forma personalizada para
que el lector sea participe en su propio con-
texto, de allí que un hablante ideal deba ser
un lector acucioso.
La conciencia discursiva y su fortalecimien-
to tiene mucho que ver con la capacidad
imaginativa del hablante, ello será una con-
tribución significativa al momento de elabo-
rar campos semánticos debido a que pro-
porciona las herramientas necesarias para
crear interpretar y adaptar el lenguaje de
maneras complejas y creativas. Según, La-
poujade (1988), “la imaginación es la capa-
cidad de crear imágenes en ausencia del
objeto presente”. (p. 55), es decir podemos
visualizar e imaginar o pensar en cosas que
no estamos viendo, escuchando o experi-
mentando en un momento determinado.
CHULDE PERALTA, E. N. ., BENAVIDES CORREA , S. A. ., AZA SARAGURO, D. A. ., & TOAQUIZA GAVILANES , B. D.