María José García Cedeño a; Jorge Luis Ruperti Delgado b; Karen Lissette Vallejo Gines c; María Concepción Delgado Bravo d
Síndrome metabólico y trastornos nutricionales
Metabolic syndrome and nutritional disorders
Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento. Vol. 3 núm.2, abril, ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 407-431
Recibido: 15/01/2019 Aceptado: 18/02/2019 Publicado: 31/04/2019 Correspondencia: dra.mariajosegc@hotmail.com
El síndrome metabólico es un tema actual y de debate en la comunidad científica; su enfoque es esencial, pues se relaciona con enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes, lo que implica
un mayor riesgo de mortalidad, mientras que, los trastornos nutricionales son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el peso y la comida experimentados por mujeres y hombres. Bajo este contexto, dentro del presente manuscrito se describen aspectos generales donde se destaca apartados tales como: definición del síndrome metabólico, requerimientos nutricionales en la adolescencia, hábitos nutricionales de la adolescencia ecuatoriana, factores que afectan a la nutrición, grupos alimenticios, estado nutricional de los adolescentes en el Ecuador y realidad alimentaria, cada uno de estos apartados cuenta con sustento teórico que ayuda a una mejor comprensión del lector, es decir, todo esto bajo un enfoque bibliográfico.
Metabolic syndrome is a current issue and debate in the scientific community; its approach is essential, since it is related to cardiovascular diseases (CVD) and diabetes, which implies an increased risk of mortality, whereas, nutritional disorders are extreme manifestations of a variety of concerns about weight and food experienced by women and mens. Under this context, within the present manuscript are described general aspects which highlights such sections as: definition of the metabolic syndrome, nutritional requirements in adolescence, nutritional habits of Ecuadorian adolescence, factors that affect nutrition, food groups, nutritional status of adolescents in Ecuador and food reality, each of these sections has theoretical support that helps a better understanding of the reader, that is, all this under a bibliographic approach.
El síndrome metabólico se caracteriza por la presencia de resistencia a la insulina, asociada a trastornos del metabolismo hidrocarbonado, cifras elevadas de presión arterial, alteraciones lipídicas (hipertrigliceridemia, descenso del HDL, presencia de LDL tipo B,
aumento de ácidos grasos libres y lipemia postprandial) y obesidad, constituye un tema actual y de debate en la comunidad científica; su enfoque es esencial, pues se relaciona con enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes, lo que implica un mayor riesgo de mortalidad.
La necesidad energética y nutricional en la adolescencia está basada en la edad cronológica, sin dejar de lado las necesidades en dependencia del desarrollo puberal. Es decir, para el caso de los hombres, el requerimiento nutricional se encuentra entre la ingesta de 1.800 y
3.200 Kcal, mientras que para las mujeres se necesita cumplir con una ingesta de entre 1.600 y
Kcal; todo esto siempre en dependencia de la actividad física que se realice. Entre los principales alimentos que los adolescentes necesariamente tienen que ingerir se encuentran: agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales.
Los hábitos nutricionales de la adolescencia ecuatoriana se encuentra dada por varios grupos alimenticios provenientes de productos de la zona en la que realizan sus actividades cotidianas, es decir, dentro de este grupo se puede destacar: panes y cereales, leguminosas, oleaginosas, frutas y verduras, raíces, tubérculos y plátanos, carnes, huevos, lácteos y derivados, grasas y aceites y, bebidas azucaradas.
Dentro de los factores que afectan la nutrición en la adolescencia se encuentran: factores biológicos (hambre y saciedad, palatabilidad, aspectos sensoriales), factores económicos, factores físicos (nivel educacional, acceso a los alimentos), factores sociales (pertenencia a una clase social, influencia cultural y entorno social), factores psicológicos (estrés y estado de ánimo).
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico (SM) es una entidad clínica controvertida que aparece, con amplias variaciones fenotípicas, en personas con una predisposición endógena, determinada genéticamente y condicionada por factores ambientales. Se caracteriza por la presencia de resistencia a la insulina, asociada a trastornos del metabolismo hidrocarbonado, cifras elevadas de presión arterial, alteraciones lipídicas (hipertrigliceridemia, descenso del HDL, presencia de LDL tipo B, aumento de ácidos grasos libres y lipemia postprandial) y obesidad, con un incremento de la morbimortalidad de origen ateroesclerótico (Albornoz & Pérez, 2012).
Tabla 1. Determinantes de riesgo para el diagnóstico del síndrome metabólico
OMS 1998 | Dislipemia | |
HTA | ≥ 140 – 90 mmHg | |
Obesidad | ||
Microalbuminuria | ||
ATP III 2001 | Obesidad abdominal (perímetro cintura) | |
Triglicéridos | farmacológico | |
HDL | ||
Presión arterial | tratamiento farmacológico | |
Nivel de glucosa en ayunas | farmacológico | |
IDF 2005 | Triglicéridos |
Triglicéridos > 150 mg/dl
Colesterol HDL < 35 o 39 mg/dl en hombres y mujeres
Índice de cintura/cadera > 0.9 – 0.85 en hombres y mujeres
Índice de masa corporal > 30 kg/m2
Excreción urinaria de albúmina = 20 mg/min.
Mujeres: > 88 cm.
Hombres: > 102 cm.
Mujeres: ≥ 150 mg/dl
Hombres: ≥ 150 mg/dl o tratamiento
Mujeres: < 50 mg/dl
Hombres: < 40 mg/dl o tratamiento farmacológico
Mujeres: ≥ 130 / ≥ 85 mmHg
Hombres: ≥ 130 / ≥ 85 mmHg o
Mujeres: ≥ 100 mg/dl
Hombres: ≥ 100 mg/dl o tratamiento
≥ 150 mg/dl o tratamiento especifico
Colesterol | ||
HTA | ||
Glucosa plasmática en ayunas |
Hombres: < 40 mg/dl
Mujeres: < 50 mg/dl o tratamiento especifico
≥ 130 / 85 mmHg o tratamiento hipotensor
≥ 100 mg/dl o diabetes mellitus tipo 2 previamente diagnosticada
El síndrome metabólico (SM) es un tema actual y de debate en la comunidad científica; su enfoque es esencial, pues se relaciona con enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes, lo que implica un mayor riesgo de mortalidad. Se denomina SM al conjunto de alteraciones metabólicas constituido por la obesidad de distribución central, la disminución de las concentraciones del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL), la elevación de las concentraciones de triglicéridos, el aumento de la presión arterial (PA) y la hiperglucemia. El SM se está convirtiendo en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI, dado que va asociado a un incremento de 5 veces en la prevalencia de diabetes tipo 2 (DM2) y de 2-3 veces en ECV y se considera que es un elemento importante en la epidemia actual de estas enfermedades, de forma que se ha convertido en un importante problema de salud pública en todo el mundo (González , 2013).
Requerimientos nutricionales en la adolescencia
Los requerimientos nutricionales hacen alusión a la necesidad de energía y nutrientes que se requiere en las diferentes etapas vitales. Dichas recomendaciones por lo general, funcionan como orientación para el diseño de planes dietéticos saludables. La necesidad energética y nutricional en la adolescencia está basada en la edad cronológica, sin dejar de lado las necesidades en dependencia del desarrollo puberal. Específicamente, en el caso de los hombres el requerimiento nutricional se encuentra entre la ingesta de 1.800 y 3.200 Kcal, mientras que
para las mujeres se necesita cumplir con una ingesta de entre 1.600 y 2.400 Kcal; todo esto en dependencia de la actividad física realizada (Moreno & Galiano, 2015).
Los principales alimentos y elementos que debe ingerir el adolescente según Madruga & Pedrón (2010) se clasifica en los siguientes:
Tabla 2. Alimentos que deben ingerir los adolescentes
Agua | Se estiman en 1-1,5 ml por cada Kcal metabolizada. |
Proteínas | Se consideran en función de la mantención del componente corporal proteico, así como la estimación del crecimiento adecuado. Las proteínas deben contribuir con un 10%-15% de las calorías estimadas en el plan dietético. |
Grasas | Por su gran aporte energético, se convierten en componentes imprescindibles de la ingesta del adolescente. La contribución debe estimarse entre el 30%-35% del total de calorías de la ingesta (grasas saturadas < 10%; ácidos monoinsaturados entre 10%-20%, y poliinsaturados entre 7%-10%; el colesterol ingerido debe ser < 300mg/día). |
Hidratos de carbono | Dicho tipo de alimentos deben constituir entre el 55%-60% del total de calorías de la ingesta, siendo los hidratos de carbono complejos los de mayor consumo. Los hidratos de carbono simple no deben sobrepasar la ingesta del 10%-12% del total calórico estimado. |
Vitaminas | La ingesta no debe exceder las recomendaciones establecidas para las vitaminas riboflavina, tiamina o niacina, vitamina B6, en función del análisis de la ingesta, diversos criterios de adecuación y su relación con el consumo. En el caso del resto de vitaminas se puede extrapolar datos tanto de lactantes como de adultos en función de su peso. |
Hábitos nutricionales de la adolescencia ecuatoriana
Los ecuatorianos por excelencia consumen alimentos de varios grupos alimenticios provenientes de productos de la zona en la que realizan sus actividades cotidianas. Del mismo modo, existe un consumo y mezcla de alimentos de todas las regiones que conforman el estado ecuatoriano, creando una combinación rica en carbohidratos, proteínas y grasas que por lo general conforman la ingesta diaria. Los principales grupos alimenticios de los ecuatorianos se encuentran conformados por: 1) panes y cereales, 2) leguminosas, 3) oleaginosas, 4) frutas y
verduras, 5) raíces, tubérculos y plátanos, 6) carnes, 7) huevos, 8) lácteos y derivados, 9) grasas y aceites y, 10) bebidas azucaradas (Freire et al., 2014).
Bajo este contexto, a continuación, dentro de la tabla 3, se presenta de forma resumida los grupos alimenticios.
Tabla 3. Grupos alimenticios
Panes y cereales | Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 294 gr., de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 237 gr. |
Leguminosas | Este grupo alimenticio lo conforman los granos tanto en su estado natural como secos (arveja, garbanzo, fréjol, lentejas, habas y similares). Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 49gr., de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 43 gr. |
Oleaginosas | Este grupo alimenticio lo conforman las semillas (maní, avellanas, nuez, almendras, ajonjolí, inclusive las aceitunas). Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 19 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 18 gr. |
Frutas y verduras | Este grupo alimenticio es considerado como una fuente predominante de vitaminas y minerales (frutas regionales como naranja, tomate de árbol, pera, piña, sandia; verduras de la región como espinaca, acelga, apio, zanahoria, tomate, brócoli, coliflor). Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 168 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 184 gr. |
Raíces, tubérculos y plátanos | Este grupo alimenticio lo conforman productos autóctonos como la papa, plátanos, yuca, mellocos, zanahoria blanca, camote, nabo y semejantes. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 140 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 134 gr. |
Carnes y embutidos | Este grupo alimenticio lo conforman productos como la carne de aves, carnes rojas, mariscos, pescado y embutidos. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 154 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 148 gr. |
Huevos | Este grupo lo conforman los huevos de codorniz y gallina. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 49gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 46 gr. |
Lácteos y derivados | Este grupo lo conforman productos como el queso, yogurt y leche. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente |
alrededor de 190 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 177 gr. | |
Grasas y aceites | Este grupo lo conforman productos como la mantequilla, margarina, mayonesa, manteca de cerdo, aceites vegetales (soya, oliva, maíz, girasol, palma) y semejantes. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 17 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 17 gr. |
Bebidas azucaradas | Este grupo lo conforman productos como energizantes, gaseosas y jugos artificiales y naturales con adición extra de azúcar. Los adolescentes comprendidos entre 14 y 18 años consumen diariamente alrededor de 322 gr de estos productos en hombres, mientras que las mujeres consumen alrededor de 265 gr. |
Los datos anteriormente detallados por el estudio ENSANUT-ECU muestran el consumo de alimentos habituales de los adolescentes en sus hogares. Cabe destacar que dicho grupo etario posee una dieta adicional comúnmente conocida como el consumo de comida chatarra.
La comida chatarra brinda un exceso de proteínas, grasas, sodio y un deficiente valor en materia de vitaminas, minerales y fibra. La cantidad calórica de estos alimentos por lo general es elevada y tiene estrecha relación con la obesidad, diabetes, síndromes metabólicos y resistencia a la insulina (Anchali, Collaguazo, & Latorre, 2012)
Los alimentos predilectos de los adolescentes, descritos en un artículo de Diario El Comercio, Quito – Ecuador, denominado “La dieta de los jóvenes va a los extremos: chatarra y vegetarianos” con fecha del 23 de junio del 2014, menciona que los adolescentes buscan los extremos tanto para la comida chatarra que incluye la ingesta de papas y alimentos fritos, hamburguesas y pizzas, como para el vegetarianismo donde se promulga el consumo de frutas, legumbres y hortalizas. La principal razón para adoptar estos nuevos estilos de alimentación adolescente responde a la falta de horarios, así como a la influencia de las cadenas de comida
rápida que poblaron el país en los últimos 10 años. Los sitios que expenden comida chatarra se encuentran cerca de universidades, instituciones educativas y sitios con concurrencia adolescente que bajo el <<enganche>> de los precios económicos en dichos productos logran expender de forma rápida y eficaz cumpliendo su cometido. Por el contrario, un deficiente vegetarianismo puede conllevar un déficit, e incluso trastornos alimenticios similares a los ocasionados por el consumo de comida chatarra. Es necesario extender controles periódicos en los adolescentes en cuanto a la ingesta y adopción de este tipo de nuevas tendencias alimenticias; “Los hábitos extremos se van a reflejar cuando sean mayores”
Factores que afectan a la nutrición en la adolescencia Factores biológicos
El notable decrecimiento de la actividad física en la adolescencia se encuentra determinado por los factores biológicos (Molina & Andrade, 2016). Los principales factores biológicos que afectan a la nutrición en los adolescentes son: 1) el hambre y la saciedad, 2) palatabilidad y, 3) los aspectos sensoriales (Dip, 2017).
cantidad de alimentos o el volumen de las porciones pueden ser un signo de saciedad importante, por lo general los individuos no son conscientes de la cantidad que las porciones deben contener y como consecuencia, existe una ingesta excesiva de energía innecesaria.
Factores económicos
El principal factor económico que influye en la nutrición adolescente es el costo y accesibilidad a los alimentos. Diversos estudios han demostrado que grupos poblacionales con bajos ingresos tienden a seguir una alimentación desequilibrada con la ingesta de frutas y verduras en poca cantidad. Del mismo modo, el poseer mayor cantidad de dinero no significa una alimentación de calidad. Los alimentos cuando se encuentran disponibles fuera de su origen suelen tener un precio elevado (Dip, 2017).
Los niveles de ingreso familiares se asocian directamente con niveles de desnutrición, así como la migración de las familias del campo a la ciudad se relacionen también con desnutrición (Velásquez, 2008).
Factores físicos
Los principales factores físicos que determinan la alimentación adolescente son: 1) el nivel educacional, 2) el acceso a los alimentos (Dip, 2017).
Factores sociales
Los principales factores sociales que determinan la nutrición adolescente son: 1) la pertenencia a una clase social, 2) la influencia cultural y, 3) el entorno social.
Muchas enfermedades encuentran su desarrollo en uno de los factores denominado <<dieta>>. Un desequilibrio alimenticio puede generar un sinnúmero de enfermedades degenerativas y crónicas (Ansorena et al., 2003).
Dos terceras partes de los habitantes en el mundo específicamente en su infancia, han sufrido por lo menos un episodio de desnutrición. Generalmente esto sucede en países subdesarrollados donde la salud de la población se encuentra afectada (UNICEF, 2004).
Factores psicológicos
Los principales factores psicológicos que determinan la nutrición adolescente son: 1) el estrés y, 2) el estado de ánimo.
Grupos alimenticios
Tradicionalmente los alimentos se los han clasificado en diferentes grupos de acuerdo a la necesidad latente por ejemplo se los puede clasificar por su procesamiento industrial, su origen, su composición entre otras. Siendo los más conocidos: 1) tubérculos harinosos; 2) azúcares; 3) cereales; 4) verduras; 5) legumbres, semillas y frutos secos; 6) carnes, pescado, huevos y otras fuentes de proteínas; 7) aceites y grasas; 8) frutas (Padilla, 2011). Sin embargo, debido a los cambios en la dieta tradicional y la accesibilidad de diferentes alimentos en el mercado se ha implementado una clasificación oportuna para valorar de la mejor forma la calidad de la nutrición de las personas. De tal forma, un grupo de trabajo en Sao Paulo (Brasil) ha elaborado
una clasificación en base a la naturaleza, extensión y propósito del procesamiento llamado clasificación NOVA. La cual es una herramienta ahora validada por la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas y la Organización Panamericana de la Salud (Monterio et al., 2016).
Esta nueva clasificación comprende 3 grupos: 1) alimentos listos para el consumo, procesados o ultra procesados, son productos desbalanceados nutricionalmente, por motivo de implementación de aceites, sal o azúcar; entre los cuales tenemos: a) algunos tipos de carne y pescado procesados, b) queso al que se le añade sal, c) leguminosas enlatadas o embotelladas y conservadas en salmuera, frutas en almíbar, y d) pescado conservado en aceite; 2) productos no procesados o muy poco procesados, los que son porciones de animales inmediatamente después de faenados o productos que están compuestos por vegetales luego de la recolección o cosecha y entre estos se encuentran: a) carne fresca o congelada, b) leche fresca o pasteurizada y yogur, c) cereales integrales, d) frutas frescas congeladas o jugos de frutas sin azúcar, e) verduras frescas y congeladas, f) las raíces enteras o peladas y g) tubérculos, nueces y semillas sin sal, té y café; y
3) ingredientes culinarios procesados, finalmente son alimentos de bajo costo refinados, molidos o hidrolizados, generalmente usados para cocinar o mejorar el sabor de las comidas, entre ellos se incluyen: a) aceites vegetales, b) grasas animales, c) sacarosa, d) harinas y pastas (elaboradas con harina y agua) (Crovetto, Uauy, Martins, Moubarac, & Monteiro, 2014).
En base a esto cabe destacar que en Ecuador se ha implementado un sistema de etiquetado en la parte delantera de todos los alimentos procesados, en forma de barras horizontales de color verde, amarillo y rojo que indica la concentración baja, media o alta respectivamente de azúcar, sal o grasa. Con el objetivo de proporcionarle al consumidor información nutricional sobre estos productos procesados, con el fin de contar con un mecanismo
que ayude a la población a elegir alimentos más saludables y mejorar el control del sobrepeso y obesidad existentes en nuestra nación (Freire, Waters, & Rivas, 2017).
Estado nutricional de los adolescentes en el Ecuador
El estado nutricional se refiere a la situación dada entre el gasto energético y el consumo de alimentos del individuo, la misma resulta de al menos tres elementos: 1) los culturales que guardan relación con los hábitos dietéticos 2) los biológicos donde los requerimientos nutricionales varían de acuerdo a la etapa de la vida y 3) situación socioambiental que se relaciona a la disponibilidad y facilidad para adquirir los alimentos (Bergel, Florencia, & Edith, 2017). Los adolescentes y niños son un grupo de especial interés ya que en esta etapa es donde se establecen las conductas que llevaran hasta su vida adulta como se ha mencionado anteriormente (Lavielle, Pineda, Jáuregui, & Castillo, 2014). La adolescencia en particular es la etapa donde el niño se convierte en adulto y para la OMS está comprendida entre los 10 y 19 años (Valdés, Álvarez, Espinosa, & Palma, 2011).
Por lo mencionado anteriormente, en Ecuador en los últimos años ha mostrado interés por atender las necesidades de este grupo etario, implementando diferentes programas de salud pública de nutrición, alimentación entre otras (Salazar, 2016). En adolescentes en particular se documentado distintos problemas nutricionales: (talla baja, sobrepeso, obesidad), registrándose un exceso de peso en el 22% de los adolescentes (sobrepeso del 13,7%; obesidad del 7,5%) (Freire et al., 2013) y, en otra investigación similar revela que el 21,2% tienen exceso de peso, observándose que estos datos se mantienen con mínimas diferencias (Yépez, Carrasco, & Baldeón, 2008). A diferencia con estudios internacionales, donde la tendencia nutricional de la
población es el sobrepeso y obesidad, provocado por la transición nutricional por la que cursan las sociedades actuales (Cossio et al., 2014), resultando en cambios de la dieta cotidiana de las personas, retirándose alimentos o grupos de ellos, privando a los jóvenes de macro y micronutrientes, lo que en última instancia podría resultar en deficiencias de nutrientes y riesgos para la salud durante la adolescencia y en la vida posterior (Bosanac, Šanko, Gajdoš, & Colić, 2016).
De tal modo esto llevan a que la población tenga una malnutrición creciente, este término se refiere a la alteración que puede ocasionar tanto problemas de desnutrición como de obesidad, siendo el desequilibrio de la ingesta adecuada de nutrientes en relación a las demandas requeridas por el organismo (Ravasco, Anderson, & Mardones, 2010). Este preámbulo nos ayuda a resaltar que en Ecuador al igual que otros países en vías de desarrollo presentan tanto exceso de peso como desnutrición, esta última repercute en problemas de talla baja para la edad, registrándose una prevalencia en adolescentes ecuatorianos de 12 a 19 años de 19,1%, encontrándose una mayor prevalencia en las mujeres 20,8%, que el observado en varones 17, 9% (Freire et al., 2014).
Realidad alimentaria
En la actualidad, se destaca la importancia de lograr una alimentación saludable en los distintos grupos de edad, y el Instituto de medicina de Estados Unidos sugiere que los macronutrientes se deben dividir en: (1) carbohidratos 45-65%; (2) proteínas 10-35%; (3) grasas
20-35%; (4) Ácidos grasos poliinsaturados n-6 (5-10%); (5) Ácidos grasos poliinsaturados n-3 (0,6-1,2) (Freire et al., 2014). Asimismo, una dieta equilibrada consta de 4 a 5 raciones durante el día en la cual el desayuno y la comida entre el desayuno y el almuerzo deben aportar el 25% de
las calorías del día, la comida del almuerzo el 30%, la comida de la media tarde entre el 15- 20% y la cena entre el 25 y 30% respectivamente (Zambrano, Colina, Valero, Herrera, & Valero, 2013). Bajo estos parámetros diversos estudios evidencian que los adolescentes no cumplen con las recomendaciones establecidas para una dieta saludable (Palenzuela, Pérez, Pérula, Fernández,
& Maldonado, 2014).
Por su parte, la realidad de nuestro país es particular de acuerdo a los datos registrados en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT-ECU) proyecto realizado a gran escala y donde se invirtió cinco millones de dólares para su realización, trabajo que se realizó en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (MSP) y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) donde hasta la fecha es el registro más grande realizado en territorio ecuatoriano.
En este trabajo la mayor parte de la población cumple con los requerimientos sugeridos para el consumo habitual de calorías totales en la dieta, la que se distribuye en: (1) proteínas, (2) hidratos de carbono y (3) lípidos, con una excepción de las grasas saturadas que mostro un exceso del 12% del total de calorías de la dieta, frente al 10% recomendado. Por otro lado, en el análisis del consumo cotidiano de alimentos en comparación con los requerimientos nutricionales se evidenció que el consumo de proteínas no fueron los suficientes en el 6% del total de la población, y en un análisis demográfico por subregión la Sierra Rural mostró una mayor deficiencia en el consumo de proteínas 11%, aunque esto no indica un problema de salud pública. En la ingesta de carbohidratos, el 29% de la población a nivel nacional presenta un exceso de consumo de este macronutriente, y con relación al quintil económico el más pobre fue el que consumía mayor cantidad de carbohidratos. En cuanto al consumo de grasas totales se observó que el 23% de la población no cumple con los requerimientos establecidos. El consumo de fibra fue de 10 gramos al día que resulta un poco bajo en relación a los 19-38 gramos al día
que requiere el organismo. En resumen, el consumo de macronutrientes en el país se asocia al desarrollo económico y a la urbanización en donde se consume más proteínas y grasas en zonas rurales, y sectores de menor economía presentan mayor consumo de carbohidratos.
Por otro lado, los micronutrientes como el hierro muestran que la población ecuatoriana tiende a consumirlo de forma deficiente. Finalmente como conclusión los investigadores revelan que el Ecuador forma parte de la pandemia de la obesidad y sobrepeso donde la prevalencia alcanza el 26% en los adolescentes, y en cuanto a la realidad alimentaria del país revela que el arroz es el alimento con mayor exceso de consumo, el cual es el que más contribuye a la ingesta diaria de hidratos de carbono y proteínas, por su parte el pan constituye el alimento que más contribuye al consumo diario de grasas debido a su preparación tradicional, y el consumo de frutas y verduras se encuentra por debajo de las recomendaciones promulgadas por OMS (Freire et al., 2014).
Esto pone en evidencia que actualmente la dieta ecuatoriana es desequilibrada con preferencia hacia alimentos con alta densidad energética y pobre consumo de frutas y verduras, importantes para una alimentación saludable, la que se asocia a la prevención de varias enfermedades (Blázquez, López, Rabanales, López, & Jiménez, 2016).
El síndrome metabólico (SM) es una entidad clínica controvertida que aparece, con amplias variaciones fenotípicas, en personas con una predisposición endógena, determinada genéticamente y condicionada por factores ambientales pues se relaciona con enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes, lo que implica un mayor riesgo de mortalidad. Se denomina SM al conjunto de alteraciones metabólicas constituido por la obesidad de distribución central, la
disminución de las concentraciones del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (c- HDL)
Los requerimientos nutricionales hacen alusión a la necesidad de energía y nutrientes que se requiere en las diferentes etapas vitales. Dichas recomendaciones por lo general, funcionan como orientación para el diseño de planes dietéticos saludables. La necesidad energética y nutricional en la adolescencia está basada en la edad cronológica. Los ecuatorianos por excelencia consumen alimentos de varios grupos alimenticios provenientes de productos de la zona en la que realizan sus actividades cotidianas. Del mismo modo, existe un consumo y mezcla de alimentos de todas las regiones que conforman el estado ecuatoriano, creando una combinación rica en carbohidratos, proteínas y grasas que por lo general conforman la ingesta diaria
Los alimentos predilectos de los adolescentes, descritos en un artículo de Diario El Comercio, Quito – Ecuador, denominado “La dieta de los jóvenes va a los extremos: chatarra y vegetarianos” con fecha del 23 de junio del 2014, menciona que los adolescentes buscan los extremos tanto para la comida chatarra que incluye la ingesta de papas y alimentos fritos, hamburguesas y pizzas, como para el vegetarianismo donde se promulga el consumo de frutas, legumbres y hortalizas.
Factores que afectan a la nutrición en la adolescencia, los factores biológicos, hambre y saciedad, palatabilidad, aspectos sensoriales, factores económicos, factores físicos, nivel educacional, acceso a los alimentos, factores sociales, influencia cultural, entorno social, factores psicológicos, estrés y estado de ánimo, donde el más representativo es el estrés la atención psicológica de la vida actual modifica los comportamientos que afectan la salud del individuo
(ejercicio físico, elección de alimentos, consumo de tabaco, consumo de alcohol). Individuos sometidos a estrés suelen comer más de lo habitual y en su caso contrario, menos de los normal. Diversos estudios muestran que, si el estrés se prolonga en el tiempo, aparecen efectos desfavorables en cuanto al aumento de peso, desbalance alimenticio determinando un riesgo cardiovascular.
En la actualidad, se destaca la importancia de lograr una alimentación saludable en los distintos grupos de edad, y el Instituto de medicina de Estados Unidos sugiere que los macronutrientes se deben dividir en: (1) carbohidratos 45-65%; (2) proteínas 10-35%; (3) grasas
20-35%; (4) Ácidos grasos poliinsaturados n-6 (5-10%); (5) Ácidos grasos poliinsaturados n-3 (0,6-1,2) (Freire et al., 2014). Asimismo, una dieta equilibrada consta de 4 a 5 raciones durante el día en la cual el desayuno y la comida entre el desayuno y el almuerzo deben aportar el 25% de las calorías del día, la comida del almuerzo el 30%, la comida de la media tarde entre el 15- 20% y la cena entre el 25 y 30% respectivamente.
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