Carolina Narcisa Chávez Ruiz a; Luis Fernando Pascual García b; Ximena Melissa

 

Gonzabay Jiménez c; Diana Lilibeth Cruz Yoza d

 

 

 

Parche hemático epidural en el tratamiento de la cefalea postpunción dural

 

 

 

Epidural blood patch in the treatment of post-dural puncture headache

 

 

 

Revista Científica Mundo de la Investigación y el Conocimiento. Vol. 3 núm.3, septiembre, ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 31-46

 

 

DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.31-46

 

URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/509

 

Código UNESCO: 3205 Medicina Interna

 

Tipo de Investigacn: Artículo de Revisión

 

 

 

Editorial Saberes del Conocimiento

 

 

 

Recibido: 15/05/2019            Aceptado: 23/06/2019            Publicado: 30/09/2019

 

 

 

Correspondencia:  carolina_chavezr@outlook.es

 

 

 

 

 

 

a.    Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  carolina_chavezr@outlook.es b.    Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  luispascualgarcia@hotmail.es c.    Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  goxime311@hotmail.com

d.    Médico; Investigador Independiente; Guayaquil, Ecuador;  diana_cruz1993@hotmail.com


 

RESUMEN

 

Los eventos de cefalalgia experimentados posterior a la realización de una anestesia lumbar epidural para el manejo del dolor durante el trabajo de parto y/o cesárea son correlacionados a la eventual perforación de la duramadre, es una de las complicaciones reportadas con mayor frecuencia, el defecto dural se resuelve de forma espontánea casi siempre. Aún pequeñas cantidades de salida del líquido cefalorraquídeo, pueden provocar cuadros migrañosos fuertes y persistentes, refractarios a cuantos tipos de tratamientos analgésicos se puedan aplicar, hasta que no se remueva la causa primaria, constituida por la descompresión del conducto medular y por ende del sistema ventricular cerebral. Existen diversos protocolos del manejo de cefalea postpunción de duramadre, uno de ellos es de manejo conservador, el cual es una estrategia a corto plazo y está basado en la administración de líquidos, reposo en cama, antinflamatorios no esteroideos, morfina epidural, triptanos y cafeína. El parche hemático epidural (PSE) es un procedimiento para tratar el dolor de cabeza causado por la fuga de fluido cefalorraquídeo. Para crear un parche hemático, el médico inyecta una pequeña cantidad de sangre en el espacio epidural alrededor del canal espinal, cerca del sitio de la punción previa. A medida que la sangre se coagula, forma un parche que sella el sitio y detiene la fuga de fluido cefalorraquídeo. En caso de fallo del primer PSE, o si tras un alivio inicial los síntomas reaparecen, se realizará un nuevo PSE, intentando localizar el sitio de la fístula con cisternografía o mielografía para realizar el parche lo más cercano posible a la lesión, otros autores recomiendan aplicar un parche en la región lumbar y si no es efectivo realizar un segundo parche sanguíneo en la zona torácica, demostrando que el parche sanguíneo epidural es un tratamiento eficaz aun cuando no se localice la fuga. La metodología usada es descriptiva, con un enfoque documental, es decir, revisar fuentes disponibles en la red, como google académico, con contenido oportuno y relevante desde el punto de vista científico y actualizado que enriquezca el análisis del tema planteado en este artículo.

 

Palabras Claves: Derrame de Líquido Cefalorraquídeo; Cefalea Post Punción Dural; Parche

 

Hemático Epidural; Migraña; Tratamiento Conservador no Alivia.


 

ABSTRACT

 

 

The events of cephalicgia experienced after performing epidural lumbar anesthesia for pain management during labor and / or caesarean section are correlated to the eventual perforation of the dura, is one of the most frequently reported complications, the defect Dural resolves spontaneously almost always. Even small amounts of cerebrospinal fluid outlet can cause strong and persistent migraine symptoms, refractory to how many types of analgesic treatments can be applied, until the primary cause is removed, consisting of decompression of the medullary canal and hence of the ventricular system cerebral. There are several protocols for the management of post-puncture dural headache, one of which is conservative, which is a short-term strategy and is based on the administration of fluids, bed rest, non-steroidal anti-inflammatory drugs, epidural morphine, triptans and caffeine. The epidural blood patch (PSE) is a procedure to treat the headache caused by the leakage of cerebrospinal fluid. To create a blood patch, the doctor injects a small amount of blood into the epidural space around the spinal canal, near the site of the previous puncture. As the blood coagulates, it forms a "patch" that seals the site and stops the leakage of cerebrospinal fluid. In case of failure of the first PSE, or if after an initial relief the symptoms reappear, a new PSE will be performed, trying to locate the fistula site with cisternography or myelography to make the patch as close as possible to the lesion, other authors recommend apply a patch in the lumbar region and if it is not effective to make a second blood patch in the thoracic area, demonstrating that the epidural blood patch is an effective treatment even  if  the  leak  is  not  located.  The  methodology used  is  descriptive,  with  a  documentary approach that is, reviewing sources available on the web, such as google scholar, with timely and relevant content from the scientific and updated point of view that enriches the analysis of the topic raised in this article.

 

Key Words: Spinal Fluid Effusion; Post-Dural Puncture Headache; Epidural Blood Patch; Migraine; Conservative Treatment Does not Relieve.


 

Introduccn.

 

 

 

Los dolores de cabeza por punción lumbar ocurren frecuentemente en personas que se someten a una punción en la columna vertebral (punción espinal) o a una anestesia intradural. Ambos procedimientos requieren una punción en la membrana dura que recubre la médula espinal y en la raíz de los nervios lumbares y sacros, que se encuentran en la parte inferior de la columna vertebral. La mayoría de los dolores de cabeza por punción se resuelven solos sin ningún tratamiento. Sin embargo, es posible que los dolores de cabeza por punción lumbar intensos que duran más de 24 horas o más necesiten tratamiento.

 

Los síntomas del dolor de cabeza posterior a una punción lumbar son los siguientes:

 

 

 

·    Dolor sordo y pulsátil cuya intensidad varía de leve a incapacitante.

 

·    Dolor que por lo general empeora cuando te sientas o te pones de pie, y que disminuye o desaparece cuando te recuestas.

 

Acudir al médico si siente dolor de cabeza (migraña) después de someterte a una punción lumbar o de recibir anestesia lumbar, en especial si el dolor de cabeza empeora cuando te sientas o te pones de pie. Los dolores de cabeza por punción lumbar son provocados por la pérdida de líquido cefalorraquídeo a través del orificio de punción en la membrana dura (duramadre) que rodea la médula espinal. Esta pérdida disminuye la presión que ejerce el líquido cefalorraquídeo sobre el cerebro y la médula espinal, lo que produce dolor de cabeza.


 

Existen varios tratamientos para combatir este padecimiento desde los más conservadores como té, analgésicos, reposo, entre otros y otros invasivos como el parche hemático epidural que serán abordados en el presente artículo. En raras ocasiones, el paciente podría correr el riesgo de infección en el área de la inyección. Sin tratamiento, el líquido cefalorraquídeo puede continuar filtrándose. Esto puede aumentar el riesgo de infección. Su dolor de cabeza podría conllevar a un coágulo sanguíneo cerca del cerebro.

 

Metodología.

 

 

 

Esta investigación está dirigida al estudio del Parche hemático epidural en el tratamiento de la cefalea postpunción dural. Para realizarlo se usó una metodología tipo descriptiva, con un enfoque documental, es decir, revisar fuentes disponibles en la red, como google académico, con contenido oportuno y relevante desde el punto de vista científico para dar respuesta a lo tratado en el presente artículo y que sirvan de inspiración para realizar otros proyectos. Las mismas pueden ser consultadas al final, en la bibliograa.

 

Resultados.

 

 

 

La médula espinal está rodeada por tres meninges: duramadre, aracnoides y piamadre. Estas  membranas  rodean,  apoyan  y  protegen  la  médula  espinal  y  las  raíces  nerviosas espinales, incluyendo los de la cola de caballo, y contienen el cristosarcoma  filoides (CSF) en la que se suspenden estas estructuras. La  duramadre  espinal;  un  tejido  conectivo  de  colágeno vascularizado  densa  con  algunas  fibras elásticas,  es  la  membrana  más  externa  que  cubre la  médula  espinal. La duramadre  de  la médula se separa del hueso periostio cubierto y los ligamentos que forman las paredes del canal vertebral por el espacio epidural (Rodriguez, 2019).

 

 

Los eventos de cefalalgia experimentados posterior a la realización de una anestesia lumbar epidural para el manejo del dolor durante el trabajo de parto y/o cesárea son correlacionados a la eventual perforación de la duramadre, con una estadística en la paciente obstétrica (0.5 a 2% de los bloqueos epidurales) del total de las pacientes tratadas con este método de anestesia epidural (Ordaz, Diciembre 2018). Es una de las complicaciones reportadas con mayor frecuencia, el defecto dural se resuelve de forma espontánea casi siempre, suele presentar mayor morbilidad en un gran porcentaje de las pacientes afectadas debido a la cefalea postpunción de duramadre, hasta en el 70 a 85% de los casos (dependiendo de las características fisiológicas de cada paciente) y la cual en ocasiones resulta ser incapacitante, extendiendo la duración de la estancia hospitalaria.

 

Los criterios definidos por la International Headache Society para diagstico de CPPD

 

se dividen en 4 y utiliza la clínica del paciente (Carrillo, 2016):

 

 

 

·    Cefalea    intensa,    con    dolor    sordo,   no    pulsante,    generalmente    de   localización frontooccipital, que empeora los primeros 15 minutos después de levantarse y mejora en

15 minutos después de cambiar a posición decúbito supino; con presencia de al menos uno de los siguientes síntomas: rigidez de cuello, tinnitus, hipoacusia, náuseas y/o fotofobia.

·    Que se haya realizado punción lumbar.

 

·    Cefalea dentro de los primeros 5 días posterior a la punción.


 

·    Cefalea que remite dentro de la primera semana o 48 horas posteriores a tratamiento eficaz.

 

Entre las complicaciones comunes se presentan problemas visuales, comúnmente diplopía por disfunción del músculo extraorbicular, parálisis de los nervios intracraneales III, IV y VI, siendo el abducens el más afectado, ya que presenta el trayecto intracraneal más largo. Otra alteración es en la audición como resultado de interferencia entre la interconexión del líquido cefalorraquídeo (LCR) con el espacio perilinfático a través del acueducto coclear.

 

La fisiopatogénesis de la enfermedad consta en una pérdida de líquido falo raquídeo debida al defecto dejado por la accidental perforación de la duramadre con la aguja utilizada para suministrar la sustancia analgésica o anestésica en el espacio epidural, previo a un procedimiento quirúrgico. Aún pequeñas cantidades de salida del líquido cefalorraquídeo, pueden provocar cuadros  migrañosos  fuertes  y  persistentes,  refractarios  a  cuantos  tipos  de  tratamientos analgésicos se puedan aplicar, hasta que no se remueva la causa primaria, constituida por la descompresión del conducto medular y por ende del sistema ventricular cerebral.

 

La sintomatología clásica que se presenta de forma secundaria a punción consiste en cefalea frontooccipital de tipo postural, náusea, vómito, tinnitus, hipoacusia, rigidez de nuca y diplopía, que suele presentarse desde 12 hasta 48 horas después del procedimiento. En algunos estudios se ha encontrado que se presenta con mucha frecuencia cefalea crónica y dolor lumbar posterior asociado a una punción dural con aguja de Tuohy 17 G, por lo que se piensa pueden formar parte de la sintomatología (Ubertini, 2013). Los efectos neurológicos adversos debidos a la  punción  neuroaxial  son  generalmente  transitorios.  Complicaciones  de  tipo  infeccioso (arachnoiditis,  meningitis  y  abscesos)  son  poco  probable  siempre  y  cuando  se  realice  una adecuada antisepsia de la piel previa al procedimiento.


 

 

Existen diversos protocolos del manejo de cefalea postpunción de duramadre, uno de ellos es de manejo conservador, el cual es una estrategia a corto plazo y está basado en la administración de líquidos, reposo en cama, antinflamatorios no esteroideos, morfina epidural, triptanos y cafeína, medidas que no han mostrado evidencia estadísticamente significativa para disminuir la incidencia de cefalea postpunción, a diferencia del tratamiento basado en el parche hemático, que en la actualidad resulta ser más efectivo y que es considerado como el estándar de oro en el tratamiento.

 

En los últimos años, se ha reportado el uso de morfina epidural y administración de pregabalina y gabapentina para la reducción de la gravedad del dolor asociado a punción dural con buenos resultados. Existen también reportes del uso de cosintropina, una forma sintética de la hormona adrenocorticotropa, con la cual se observó en un estudio que se llegó a presentar una disminución de hasta el 30% de las molestias originadas por la punción de duramadre. Sin embargo, ninguno de los tratamientos anteriores ha demostrado tanta efectividad para la remisión de los síntomas como el parche hemático, por tal motivo se podría seguir considerando como el de elección para la remisión definitiva de la sintomatología cuando fracasen las medidas conservadoras o la sintomatología sea muy intensa. La figura N°1 resume el manejo de esta problemática.


 

Figura N° 1. Flujograma propuesto para manejo de pacientes con sospecha de síndrome de hipertensión intracraneal espontánea

 

 

 

 

Fuente: (Vidal, 2018)

 

 

 

El  efecto  terapéutico  posterior  a  la  administración  del  parche  hemático  suele  ser inmediato y se piensa que es condicionado por el aumento transitorio de la presión intracraneal (PIC), la cual se ha establecido tras asociar el aumento del diámetro de la vaina del nervio óptico posterior a la administración de volumen en el espacio epidural, y el efecto a largo plazo tiene que ver con el sellado del defecto dural por la sangre inyectada. (Sesgado, 2011) Existe también la teoría de que el efecto terapéutico único del parche hemático posterior a lesión incidental de duramadre está condicionado únicamente por taponamiento en el defecto dural, el cual se ha precisado mediante resonancia magnética e impide que exista fuga del líquido cefalorraquídeo.


Parche hemático Epidural

 

 

 

El parche hemático epidural (PSE) es un procedimiento para tratar el dolor de cabeza causado por la fuga de fluido cefalorraquídeo. Esta complicación puede ocurrir después de una punción espinal, una anestesia epidural para el trabajo de parto u otro procedimiento que requiera de punción lumbar. Para crear un parche hemático, el médico inyecta una pequeña cantidad de sangre en el espacio epidural alrededor del canal espinal, cerca del sitio de la punción previa. A medida que la sangre se coagula, forma un parche que sella el sitio y detiene la fuga de fluido cefalorraquídeo (Anestesia Chile, 2010).

 

Figura N° 2. Parche Hemático Epidural

 

 

 

 

 

 

Fuente: (Neff, 2015)


 

Antes del procedimiento

 

 

 

·    Su médico le hará una exploración física minuciosa y le explicará los riesgos y beneficios del procedimiento.

·    Informe sobre todas las alergias al médico.

 

·    Deberá firmar un consentimiento informado.

 

·    Consiga que alguien lo transporte hasta su casa.

 

·    Se le indica que no coma ni beba entre 2 y 6 horas antes del procedimiento.

 

·    Si fuera posible, se le indica que deje de tomar aspirina, antiinflamatorios, ciertos suplementos como por ejemplo vitamina E y anticoagulantes 10 días antes del procedimiento. Hable sobre la interrupción de estos medicamentos con su médico.

·    Posiblemente,   se  le  indica   que   evite   ciertos   suplementos   herbarios   antes   del procedimiento, como el aceite de pescado.

·    Tome cualquier otro medicamento de forma habitual.

 

 

 

Descripción del procedimiento

 

 

 

En la sala de operaciones, se insertarán dos vías intravenosas (agujas) en los brazos para administrar medicamentos y líquidos y para extraer sangre. Posiblemente, le administren un sedante para aliviar la ansiedad. Usted se recostará sobre la camilla boca abajo. El médico le limpia e higieniza la espalda. Una máquina para radiografías ayudará al médico a dirigir una pequeña aguja al área donde se está perdiendo el líquido cefalorraquídeo. Se inyectará una solución de contraste y se realizarán más radiograas. El médico extraerá una pequeña cantidad de sangre y la inyecta en el área correcta en la columna. Esto coagula, o sellará, la pérdida.


 

La actividad fibroblástica ocurre dentro de las primeras 48 horas, el depósito de colágeno en 2 semanas y la formación de la cicatriz en tres meses. La cantidad de sangre necesaria para realizar un parche eficaz es variable según los distintos trabajos. Un estudio prospectivo evalúa la  eficacia  de  diferentes  volúmenes  administrados.  Se  recomienda  entre  10  y 15  ml  como volumen suficiente para aumentar la presión de líquido falo raquídeo y prevenir su fuga. Este volumen se puede extender de 8 a 10 segmentos del sitio de la colocación (un promedio de seis segmentos en dirección cefálica y tres caudales), con una magnitud media de 1 segmento espinal por cada 1,6 ml de sangre. Cantidades mayores resultaan innecesarias y podan estar relacionadas con una mayor incidencia de complicaciones y volúmenes menores de 10 ml con un mayor número de fracasos y recurrencia de la cefalea (López, 2003).

 

Cuidados después de la cirugía

 

 

 

En el hospital  (Neff, 2015):

 

 

 

·    Lo llevarán a una sala de recuperación durante unas horas.

 

·    Le indicarán que permanezca acostado y quieto.

 

·    Lo controlarán y le administrarán líquidos por vía intravenosa.

 

·    Después de unas horas, le indicarán que se levante y se desplace lentamente.

 

 

 

En el hogar

 

 

 

Cuando regrese a casa, haga lo siguiente para ayudar a asegurar una recuperación sin problemas:


 

·    Continúe  el  reposo  en  la  cama  y  realice  movimientos  suaves  graduales  durante  las primeras 24 horas.

·    Durante los primeros dos o tres días, evite realizar movimientos bruscos, levantar objetos y realizar actividades físicas agotadoras.

·    Ingiera muchos líquidos. Puede consumir una dieta normal.

 

·    Retome sus actividades según las tolere.

 

·    Asegúrese de seguir las indicaciones del médico.

 

 

 

Después de salir del hospital, comuníquese con su médico si se presenta cualquiera de las siguientes situaciones:

 

·    Dolor o molestias que no desaparecen (después de 24 horas).

 

·    Signos de infección, incluso fiebre y escalofríos.

 

·    Adormecimiento, debilidad o sensaciones inusuales en las extremidades.

 

·    Problemas para orinar o defecar.

 

·    Cuello rígido.

 

 

 

El parche epidural lumbar es efectivo en el 90% de los casos, debiendo esperar al menos

 

24 horas para valorarlo. En caso de fallo del primer PSE, o si tras un alivio inicial los síntomas reaparecen, se realiza un nuevo PSE, intentando localizar el sitio de la fístula con cisternografía o mielografía para realizar el parche lo más cercano posible a la lesión, lo cual ha demostrado tener una mayor efectividad en la resolución de los síntomas. Otros autores recomiendan aplicar un parche en la región lumbar y si no es efectivo realizar un segundo parche sanguíneo en la zona torácica, demostrando que el parche sangneo epidural es un tratamiento eficaz aun cuando no se localice la fuga (Carrillo, 2016).

 

 

Las tasas de éxito más bajas podrían reflejar punciones rales por agujas de mayor calibre. En los estudios obstétricos fue necesario un segundo parche hasta en un 29% de las pacientes. El PHE debería indicarse en los casos de cefalea moderada o severa resistente al tratamiento conservador más allá de las primeras 24-48 horas. El momento óptimo no se ha determinado aunque la actitud expectante incrementa el tiempo de estancia en el hospital y el riesgo de reingreso. El volumen óptimo de sangre autóloga no se ha determinado. La mayoría de los anestesiólogos reconocen que los 2-3 ml de sangre originalmente descritos por Gormley son insuficientes, y se han propuesto volúmenes medios que oscilan entre 7 y 30 ml (Rodriguez,

2019).

 

 

 

Conclusiones.

 

 

 

La  cefalea  postpunción  dural  es  una  complicación  de  la  punción  de  la  duramadre realizada para propósitos diagnósticos o terapéuticos o accidentalmente, como una complicación de la anestesia epidural. Es el resultado de un escape de líquido cefalorraquídeo a través del orificio de la duramadre y los consiguientes niveles de líquido reducidos en el cerebro y la médula  espinal.  El  inicio  se  produce  generalmente  a  los  2  días  como  cefalea  grave  e incapacitante y que empeora normalmente con el movimiento, y estando sentado o de pie, y se alivia en cierto modo estando acostado.

 

La hidratación oral continúa siendo un tratamiento popular para la cefalea postpunción dural y se han probado sustancias como cafeína, cosintropina y sumatriptán. No obstante, el tratamiento conservador es relativamente ineficaz. Por la persistencia y gravedad del malestar conviene aplicar el parche hemático epidural, es un procedimiento para tratar el dolor de cabeza causado por la fuga de fluido cefalorraquídeo. Para crear un parche hemático, el médico inyecta una pequeña cantidad de sangre en el espacio epidural alrededor del canal espinal, cerca del sitio de la punción previa. A medida que la sangre se coagula, forma un parche” que sella el sitio y detiene la fuga de fluido cefalorraquídeo.

 

 

Es  importante  recordar  los  factores  que  propician  la  cefalea  postpunción  dural,  en especial el calibre de la aguja que se utiliza para la anestesia epidural, puede condicionar sintomatología severa. Las nuevas agujas espinales y epidurales están diseñadas para reducir el tamaño del orificio de la duramadre y tratar de disminuir la fuga de líquido cefalorraquídeo. Las tasas de éxito más bajas podrían reflejar punciones dúrales por agujas de mayor calibre.

 

En  raras  ocasiones,  el  paciente  podría  correr  riesgo  de  infección  en  el  área  de  la inyección. Sin tratamiento, el líquido cefalorraquídeo puede continuar filtrándose, esto puede aumentar el riesgo de infección. Su dolor de cabeza podría conllevar a un coágulo sangneo cerca del cerebro. Si la fuga es severa, el paciente corre el riesgo de sufrir de convulsiones y hasta podría morir. Podría requerir de otro procedimiento de parche hemático epidural si la cantidad de líquido cefalorraquídeo que se fugó es grande como se explicó en este artículo. Adicionalmente podría requerir de cirugía para reparar a la duramadre. Acuda a su especialista de  confianza  ante  cualquier  padecimiento  de  salud,  aclare  todas  sus  dudas  referidas  a  las opciones de tratamiento que mejor se adecuen a su padecimiento.


 

Bibliografía.

 

 

 

Anestesia Chile. (19 de Abril de 2010). ¿Qué es un parche de sangre? Obtenido de Anestesia

Chile: https://www.anestesiachile.cl

 

Carrillo, O. (2016). Protocolo de tratamiento para la cefalea postpunción de duramadre. Revista

Mexicana de Anestesiología, 39(3), 205-212.

 

López, F. (2003). Parche sanguíneo epidural como tratamiento de un cuadro de hipotensión intracraneal espontánea. Revista de la Sociedad Española del Dolor, 10(8), 511 - 515.

 

Neff, D. (Junio de 2015). Parche Sanguíneo Epidural. Obtenido de Cancer Care of Western New

York: https://www.cancercarewny.com

 

Ordaz, A. (Diciembre 2018). Volúmenes bajos para la realización de parche hemático como tratamiento defi nitivo de la cefalea postpunción de duramadre en pacientes obstétricas mexicanas. Revista Mexicana de Anestesiología Vol. 41. No. 4, 263 - 267 https://www.medigraphic.com.

 

Rodriguez, G. (2019). Tratamiento en pacientes con cefalea postpunción dural. Revista Científica de Investigación actualización del mundo de las Ciencias, 3(3), 821 - 841.

 

Sesgado, M. (2011). Analgesia epidural obstétrica: fallos y complicaciones neurológicas de la técnica. Revista de la Sociedad Española del Dolor,Volumen.18 No.5, http://scielo.isciii.es.

 

Ubertini, A. (2013). Parche hematico epidural en migraña post anestesia epidural y neuro axial:

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Vidal, P. (2018). Parche de sangre epidural torácico, de alto volumen, para el tratamiento del Síndrome de Hipotensión Intracraneana Espontánea secundario a fuga cervical de líquido cefalorraquídeo, ¿mejora el período asintomático?. Reporte de caso. Revista Chilena Anestesiologia, 47(1), 31 - 36.