Mariela
del Pilar Bedoya Paucar a; Rosa Piedad Morán Asencio b; Galo Enrique
Estupiñan Vera c.
Nivel nutricional y régimen alimenticio de pacientes
con insuficiencia renal crónica
de un centro de diálisis de Chile
Nutritional level and food
regime of patients with chronic renal
insufficiency of
a
Chile dialysis center
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3, septiembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 243-274
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.243-274
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/520
Código UNESCO: 3205 Medicina Interna
Tipo de Investigación: Artículo de Revisión
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 15/05/2019 Aceptado:
23/06/2019 Publicado: 30/09/2019
Correspondencia: mariela.bedoyap@ug.edu.ec
a. Magister
en
Enfermería, Licenciada en Enfermería;
Universidad
de Guayaquil; Guayaquil, Ecuador;
b. Especialista en Enfermería en Cuidados Críticos, Licenciada en Enfermería; Universidad de Guayaquil;
Guayaquil, Ecuador; rosa.moranas@ug.edu.ec
c. Magister en Sistemas
Integrados de
Gestión, Químico
y
Farmacéutico,
Tecnólogo
Pedagógico
en
Informática; Universidad de Guayaquil; Guayaquil, Ecuador; galo.estupinanv@ug.edu.ec
RESUMEN
Uno de los principales
aparatos
funcionales del
organismo humano
es el urinario.
Este
se encarga
de tomar las sustancias principales de los alimentos y expulsar los desechos a través de la orina.
Uno de estos organismos son los riñones que se
encargan de filtrar la sangre, regular la presión
arterial y el
equilibrio ácido/base. Al no
tener un buen control de este procedimiento se empieza a
padecer
de daño renal que se manifiesta en diferentes enfermedades a través de la
cantidad y frecuencia de
segregación de
orina por este organismo. Por ello, cuando los riñones dejan de funcionar se habla de insuficiencia renal crónica, la cual, hoy es un problema de salud pública que
tiende a tomar dimensiones de epidemia
y tiene un grave impacto en la calidad de la vida del
paciente y garantizarle el desarrollo de sus actividades cotidianas adecuadamente, debe recibir tratamiento mediante un proceso de diálisis que le permite eliminar los líquidos y
sustancias de desecho del organismo. Ante esto, le corresponde
al
paciente tener una alimentación balanceada que le ayude a mejorar integralmente,
pues, al tener una
dieta inapropiada aumenta el número
de complicaciones y conduce a su deterioro progresivo. Ante esto, las unidades de diálisis
establecidas en Chile, tienen como objetivo que el paciente
alcance un estado nutricional adecuado y le
permita controlar la azoemia, con el fin de reducir sus efectos para así retrasar la progresión de la insuficiencia renal. En consecuencia, su régimen alimenticio
debe ser equilibrado, variado, adecuado en energía, ordenado, adaptado y complementado que les garantice un nivel
nutricional funcional a las exigencias
del organismo
para
cumplir con sus tareas. La metodología
del
artículo en curso, corresponde a la investigación de tipo documental, recogida la información de diferentes
fuentes bibliográficas disponibles en medios electrónicos y llegar a las conclusiones.
Palabras Claves: Insuficiencia renal; Diálisis;
Nivel nutricional; Régimen alimenticio.
ABSTRACT
One of the main functional
devices of the human organism is
the urinary tract. It takes care of
taking the main substances from
the food and expelling the waste through the urine. One of these organisms is the kidneys that filter blood, regulate blood pressure and acid/base balance. By not
having a good control of this procedure, you begin to suffer from kidney damage that manifests in different diseases through the amount and frequency of urine segregation by this organism.
Therefore, when the kidneys stop working there is talk of chronic kidney failure, which, today, is a public health problem that tends to take epidemic dimensions and has a serious impact on the quality of life of the patient and guarantee the development of
their act adequately, you
should be treated through a dialysis process that allows you to remove fluids and waste substances from your
body. Faced with this, it is up to the patient to have a balanced diet that helps him to improve fully,
because, having an inappropriate diet increases the number of complications and leads to their
progressive deterioration. In view of this, the dialysis units established
in Chile, aim to reach an
adequate nutritional status and allow them to control azoemia, in order to reduce its effects in order to delay the progression of renal failure. Consequently, its diet must be balanced, varied, and
adequate in energy, ordered, adapted and supplemented to ensure a functional nutritional level to the
requirements of the body to carry out its tasks. The methodology of the article in progress corresponds
to the research of documentary type, collected the information from different
bibliographic sources available in electronic
means and reach the conclusions.
Key
Words: Renal failure; Dialysis; Nutritional level; Food
regimen.
Introducción.
Al hacer referencia a la insuficiencia renal, se entiende que es una enfermedad crónica reconocida recientemente como un problema de salud pública global,
por su carácter epidémico y complicaciones devastadoras que produce. En Chile el número de pacientes en diálisis crónica
(una terapia de sustitución renal de alto costo),
ha experimentado un aumento de más de 30
veces
en
los últimos 25 años. Estos pacientes habitualmente
emergen de
una población mayor con
enfermedades renales crónica,
cuya prevalencia
se estima en
10%.
No obstante, se hace común, la información disponible acerca de las enfermedades renales crónicas en etapas previas a diálisis es escasa, pues, permanece como una enfermedad
subdiagnosticada y de referencia tardía. Su falta de reconocimiento precoz produce consecuencias,
la declinación de la función renal se asocia directamente a la acumulación de complicaciones,
que devienen en un pronóstico adverso. Durante su evolución
silenciosa estas enfermedades, el
paciente puede experimentar progresión renal y morbimortalidad cardiovascular. Estudios recientes muestran que la
probabilidad de que
el
paciente con ERC fallezca de complicaciones cardiovasculares es
mucho mayor que la
progresión
a falla renal terminal.
Al respecto, Flores, Alvo, Borja, Morales, Vega y otros (2015), definen a las enfermedades crónicas renales como
aquellas
caracterizadas por tener
Una
velocidad de filtración Glomerular (VFG) <60 mL/mln/1,73 m2, y/o la presencia de
daño renal, independiente de la causa, por 3 meses o más. Una VFG <60 ml/min/1,73 m2 por sí sola define las enfermedades, porque implica la pérdida de al menos la mitad de la función renal,
lo que ya se asocia a complicaciones. (p.137)
De
acuerdo
con
esta definición, se
entiende que toda persona al ser
diagnosticado en
función a esta velocidad de
filtración, presenta
una enfermedad renal crónica, de allí, la
importancia que las naciones busquen alternativas viables para
introducir en los respectivos centros de salud, una atención primaria fundamental, mediante la cual, se logre el diagnóstico previo de la misma, para luego establecer planes de controles que ayuden a los individuos a
reconocer posibles acciones que le pueden llevar a tener una insuficiencia renal crónica y
en
ese sentido, asumir
la diálisis como vía para mejorar su
calidad de vida.
Por lo tanto, durante la evaluación primaria
es
relevante que el médico tratante
incluya durante el diagnóstico,
exija al paciente un examen de orina que haga posible confirmar y
cuantificar la proteinuria, debe hacerse una evaluación diagnóstica que incluya historia y
examen físico acabado, investiga la presencia de
diabetes, hipertensión,
enfermedades del colágeno,
insuficiencia cardíaca y otras. Debe evaluarse la función renal y
realizar un examen de orina completo en búsqueda de
alteraciones
urinarias (microhematuria, cilindros)
que sugieran nefropatía primaria. Pues, el paciente con proteinuria debe ser referido al nefrólogo para elaborar
una estrategia de estudio y tratamiento
adecuado. Se ha demostrado que la interconsulta
nefrológica logra aminorar
la velocidad de pérdida de función renal en
pacientes con
proteinuria.
En esta dirección,
Flores, Alvo, Borja, Morales, Vega y otros (ob.cit) precisan que los individuos
normales:
Excretan pequeñas cantidades de proteína en la orina, habitualmente menos de 100 mg/día,
que consiste principalmente de albúmina (40%), globulinas de bajo peso molecular (20%) y otras
proteínas de origen tubular y del tracto urinario (40%). La proteinuria no es más que la excreción
de proteína urinaria mayor de 150
mg/día.
(140).
De
lo indicado por los autores, se puede decir que a medida que las personas aumentan la excreción de proteína, se
convierte en individuos caracterizados por la presencia de
una insuficiencia renal crónica, que
amerita
la valoración dado que, el riñón realiza varias funciones interrelacionadas: regulación del metabolismo hidrosalino y ácido-base, control de la presión
arterial, depuración de
productos nitrogenados, producción de eritropoyetina, activación de
vitamina D, que
dependen de
la velocidad de
filtración glomerular la unidad de evaluación de
la función renal.
En
función a las ideas anteriores, la presencia de un diagnóstico
amplio que
garantice al
paciente valorar su situación de salud vinculada con la insuficiencia renal, representan un proceso continuo; pues, estos pacientes tratan de aceptar su nueva imagen y adaptar su estilo de vida. En
tal sentido, Pérez, Salas, León, y
López (2019), indica que el tratamiento de diálisis los pacientes con enfermedad renal deben someterse a diálisis regular, enfrentan dificultades para mantener sus empleos, vida social, flexibilidad financiera, limitación de líquidos y alimentos”. (p. 1077). Es
decir, complejidad y naturaleza crónica de las enfermedades afectan la calidad de vida de los
pacientes con insuficiencia renal crónica, su salud y reducen sus expectativas de vida. Por lo tanto,
necesitan un régimen alimenticio que les
permita mantener un nivel nutricional que le apoye durante
su tratamiento y al mismo tiempo le facilite sus
actividades diarias.
Cabe
destacar que, el paciente con insuficiencia
renal crónica
en
tratamiento con diálisis, suele sufrir cambios psicológicos, sociales, en su estilo de vida y también, que no sólo le afectan
a él, sino a toda su familia. Es por este motivo, que es trascendental estudiar el régimen alimenticio,
con
el fin de ofrecerle un nivel nutricional cónsono a sus propios requerimientos. Tal como lo
indica,
Sandoval (2019)
los pacientes con insuficiencia
renal crónica, “deben
aprender
qué
comer y cómo alimentarse para gozar del placer de la comida sin poner en peligro su bienestar y salud”.
(p.18). En otras palabras, cuando los pacientes con insuficiencia renal crónica, se
encuentran en tratamiento
de diálisis, deben entender el significado que posee para ellos,
mantener una dieta alimenticia
caracterizada por la combinación de proteínas, hidratos de carbono, grasas,
vitaminas,
minerales, agua, entre otros.
De allí, que la respectiva combinación balanceada y
adaptada a los requerimientos alimenticios
necesitados por los pacientes sometidos a diálisis, como resultado de una insuficiencia renal crónica, deben tener
presente la necesidad de
establecer un plan encargado de ayudarlos a
lograr la respectiva organización de cada uno de los grupos alimenticios y con ello, satisfacer sus
necesidades, esto hará posible continuar
con sus actividades
diarias, laborales y sociales. Pues, va a
existir un nivel nutricional equilibrado encargado de proporcionarle mejoras en aquellas posibles complicaciones
cardiovasculares, frenar la progresión de la enfermedad, además, hace posible cumplir una dieta
apetecible que
encaje en la medida
de lo posible con su estilo de vida.
Los aspectos citados en párrafos anteriores, permiten destacar
su importancia
para
el desarrollo de este artículo, además, ofrecen nuevos conocimientos pertinentes a
los tópicos por analizar y así introducen una proyección de la dinámica investigativa, que hace posible entender
Método.
Una
de las exigencias de todo proceso investigativo encargado de
interpretar en forma crítica
las características básicas de
un problema determinado, es encontrar el método adecuado que le ofrezca condiciones viables para dar continuidad a las etapas subsiguientes que determinan
a la investigación para con ello
fijar los alcances
científicos, insertarlos en el
estudio propuesto.
En tal sentido, Ruiz (2017) define al método como “estilos de
trabajo particulares de cada disciplina y las formas de investigación que se utilizarán para resolver un problema específico de indagación”. (p.69). Por lo tanto,
en
el contexto investigativo donde se encuentra insertado el
presente artículo, se selecciona el método dialéctico, mediante el cual se
puede generar contradicciones
de los elementos propios y presente
en el
problema de estudio.
Al respecto, Uribe (2019) sostiene
que en el campo documental “no es sólo descubrir una realidad; sino clasificarla de ella con claridad las
estructuras compuestas que la forman”. (p.
65). Es decir, separar todas aquellas percepciones encargadas de
proyectar hacia la valoración de la realidad e interpretar
sus posibles relaciones para
así construir un nuevo hecho investigativo.
Tipo
de
Investigación.
Los elementos inherentes a un problema que reúne
condiciones para
su exploración e indagación, se convierte en un factor esencial para
vincularlo con un tipo de
estudio. En este
particular, el objetivo
del artículo logra fijar una postura
haca lo documental, apoyado en Uribe (ob.cit) “permite
obtener conocimientos a partir del análisis de datos que han sido recolectados o analizados en
otras investigaciones”. (p.64).
Según
la conceptualización dada por Uribe, se puede
deducir que, mediante
la ubicación científica bajo lo documental, permitirá revisar
e interpretar
aquellos aportes previos dados por
otros investigadores a fin de cumplir las tareas involucradas en este procedimiento científico, para
así elaborar de manera sistemática y organizada las
conclusiones generales del artículo.
Fuentes Documentales
Así como es fundamental tener claridad en cuanto al método y tipo de investigación, se hace determinante encontrar las diferentes fuentes que servirán de apoyo para construir el cuerpo teórico del artículo. Para Ruiz (ob.cit) las técnicas
documentales “sirven para darle testimonio fiel a las
ideas contenidas en un
texto”. (p.56). En otras palabras, su utilización hace posible
seguir
en forma estructurada la presentación
de las ideas contenidas
en el
análisis científico.
De
lo expuesto anteriormente, se valora la importancia de cumplir con la lectura reflexiva
inicial como una fuente documental que dará oportunidad a los textos seleccionados
llevarlos hacia una reflexión de los mismos a fin de captar su sentido general y proyectar los argumentos
hacia el interés investigativo.
Técnicas de
Recolección de Información
Con base a los argumentos anteriores, se puede acotar
que para el desarrollo de
este contenido de investigación, se tomará en cuenta su naturaleza metodológica, para así llevar a cabo
la selección de técnicas bibliográficas apropiadas para
elaborar con exactitud las interpretaciones
requeridas. Según Uribe (ob.cit)
las técnicas de
recolección de información “forman un
conjunto de tareas apoyadas en la revisión de contenidos que permiten elaborar nuevos conocimientos. (p.
70).
Al tomar en consideración esta última
conceptualización, se puede resaltar
que, el investigador parte principalmente de una revisión previa, luego organiza los contenidos de interés desde una visión argumentativa e interpretativa, para describir cada hecho y fijar su posición reflexiva
ante cada hecho. Esto les dará la respectiva flexibilidad a las tareas investigativas, para finalmente
apoyar
el discurso que
indicará su actuación
vinculante con
el tema.
Resultados
Una
vez
incorporada cada una de
las técnicas consideradas como herramientas para dar la
respectiva fundamentación al trabajo, se organizan sus contenidos en función a la necesidad investigativa, lo cual es presentado a continuación bajo criterios descriptivos, encargados de apoyar las
reflexiones
argumentativas
que
se requieren
en su desarrollo.
Insuficiencia
Renal
La Insuficiencia
Renal Crónica Terminal somete al paciente a múltiples limitaciones,
sin lugar a dudas la capacidad de trabajar es una de éstas, a lo que se agrega en nuestro país la realidad
socioeconómica, que
combina ausencia de soporte
social, altos niveles de
desocupación y disminución o carencia de ingresos familiares. Por todo esto es que se ve a diario, una grave afectación en la calidad de vida de los pacientes a través de aspectos tales como estado nutricional,
fallas en la
autoestima, depresión, imposibilidad de adquirir
medicamentos, acceder a estudios complementarios, sostener
a sus familias y otras.
En este sentido, Leung 2003 (citado por Pérez, Salas, León, y López ob.cit), la insuficiencia renal crónica (IRC) es una enfermedad irreversible y progresiva donde el cuerpo no puede
mantener el equilibrio metabólico y electrolítico resultando en uremia, acidosis metabólica, anemia, desequilibrios electrolíticos y
trastornos endocrinos. Sus principales causas son la diabetes,
la hipertensión, glomerulonefritis y enfermedad
de riñón poliquístico.
Por ello, los patrones de morbilidad y mortalidad por enfermedad en todo el mundo están cambiando, tanto en el mundo desarrollado como en el emergente. En todo el siglo 20, las enfermedades infecciosas fueron la principal causa de muerte y de discapacidad. No obstante, en
este siglo, no contagioso, las enfermedades no infecciosas
se han convertido
en la principal causa de
mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Este cambio se refleja en el tipo de enfermedades
que causan insuficiencia renal crónica y en
su presentación y progresión.
En
esta dirección, Pérez, Salas, León, y López (ob.cit) indica que la enfermedad renal
crónica (ERC):
Es una condición
común en que hay una pérdida de la función renal con el tiempo.
La ERC está asociada con mayores riesgos de varias comorbilidades; incluyendo la enfermedad cardiovascular y
la insuficiencia renal crónica. La enfermedad renal crónica es un problema de
salud pública mundial
emergente. (p.1080)
Según
lo planteado, se precisa que los pacientes que presentan insuficiencia renal crónica, están direccionado a mantener mayores riesgos donde los
cardiovasculares son determinantes, además, debido a la proyección que la misma ha alcanzado en el tiempo, se convierte en una enfermedad de salud pública, por lo cual, cada país, debe asumir de forma precisa y
coherente su
respectiva intervención oportuna a fin
de ofrecerle a la
ciudadanía su respectiva consideración.
Por lo tanto,
la enfermedad renal crónica significa que sus riñones están dañados y no
pueden filtrar la sangre como deberían. Este daño puede
ocasionar que los desechos se
acumulen
en
su cuerpo y
causen otros problemas que podrían perjudicar su salud. La diabetes y
la hipertensión arterial son las causas más comunes de enfermedad renal crónica. Es decir, el daño
renal se produce lentamente durante muchos años. Muchas personas no tienen ningún síntoma
hasta que la enfermedad renal está muy avanzada. De allí, que mediante los análisis de sangre y
orina son la única manera de saber si usted
tiene enfermedad
renal.
Es importante resaltar que, la enfermedad renal en etapa
final, también denominada enfermedad de los riñones en etapa final, se presenta cuando la enfermedad renal crónica (la pérdida gradual de la función renal) alcanza un estado avanzado.
En la enfermedad renal en etapa
final, los riñones ya no pueden funcionar como deberían para satisfacer las necesidades del cuerpo. Los riñones filtran los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego se excreta en la
orina. Cuando los riñones pierden su capacidad de filtrado, se pueden acumular niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y desechos en el
cuerpo.
De
acuerdo con los planteamientos, se
precisa que
el
daño renal, una
vez que se produce, no se puede revertir. Las posibles
complicaciones pueden afectar
a cualquier parte
del
cuerpo y pueden incluir:
Retención de líquidos,
que produce hinchazón de brazos y piernas, presión arterial
alta o líquido en los pulmones (edema pulmonar). Un aumento repentino de los niveles de potasio en la sangre (hiperpotasiemia) que puede deteriorar el funcionamiento del corazón y
puede ser potencialmente
mortal. Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos (cardiovascular). Huesos
débiles e incremento del riesgo de fracturas. Anemia. Disminución del deseo sexual, disfunción eréctil o fecundidad reducida. Daño al sistema nervioso central que puede producir dificultad para la concentración, cambios en la personalidad o convulsiones. Disminución de la respuesta inmune que
te hace más vulnerable a la infección. Pericarditis, una inflamación de la membrana con forma
de saco que envuelve a tu corazón
(pericardio).
En relación a
estas consideraciones, Sandoval (ob.cit), precisa que
la insuficiencia renal consiste en el deterioro progresivo e irreversible de la función renal. Cuando el filtrado glomerular
- filtrado de la
sangre en el riñón- cae por debajo del 25 al 35% empiezan a aumentar la urea y creatinina, pudiendo estar los pacientes relativamente asintomáticos
o bien presentando anemia, hipertensión arterial, poliuria y nicturia. Al caer el filtrado glomerular cae por debajo del 15% aproximadamente empiezan a aparecer los signos del síndrome urémico.
Figura N° 1 Clasificación
de Enfermedad
Renal Crónica
Fuente: Sandoval (ob.cit)
En el mundo se estima que 195 millones de
mujeres sufren de ERC con 600 mil muertes
por esta causa, situándose como la octava causa
de mortalidad para ellas. Esta
enfermedad tiene
una prevalencia aproximada de 12% en hombres y de 14% en mujeres. En Chile, en ellas llega a
14,5%, mientras que en ellos a 7,4%. En relación a Chile, se puede indicar que
existe una prevalencia estimada en un 14,5%, en mujeres, mientras que los
hombres representan el 7,4%.
Estos datos, llevan a entender que la
Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una pérdida
progresiva de la función renal en los cuales va disminuyendo la capacidad
de eliminar
desechos, concentrar
la orina, mantener el balance de sustancias en la sangre y de conservar equilibrio de metabolitos y
hormonas. (Sandoval, ob.cit,
p. 8).
Según
lo descrito, el daño de los riñones es irreversible que finalmente requiere tanto diálisis como un trasplante de riñón para poder sobrevivir. Es decir, cuando una persona es debidamente diagnosticada con insuficiencia renal crónica, diálisis o un trasplante renal para poder vivir. También puedes optar por no someterte a la diálisis ni al trasplante y recibir atención
farmacológica para controlar los síntomas con el objetivo de lograr la mejor calidad de vida posible por el tiempo que viva. Los tratamientos no pueden curar la enfermedad renal, pero
pueden retrasarla, entre ellos se encuentran: los medicamentos hipertensivos, controlar
de azúcar en la sangre, para reducir los lípidos. Dado que, la enfermedad renal crónica aún puede empeorar con el
tiempo y conducir a la insuficiencia renal, donde los riñones fallas, siendo determinante el uso de
diálisis o un trasplante de riñón como medida final.
Es importante resaltar que los, indicadores de salud pública a nivel mundial y nacional muestran un alarmante y
progresivo aumento del número de pacientes con enfermedad renal
crónica (ERC), asociado a la elevada prevalencia de patologías como la hipertensión
arterial y
diabetes mellitus. La ERC puede progresar a insuficiencia renal crónica y tiene un mayor riesgo
de enfermedad cardiovascular y
mortalidad. Particularmente en Chile, los indicadores
epidemiológicos señalan una prevalencia de ERC en la población general de 2,7%, y un incremento del número de pacientes en hemodiálisis crónica
de 12,7 pacientes por millón de
personas. (Sandoval ob.cit, p. 12).
Gráfico
N° 1 Prevalencia de la Insuficiencia Renal Crónica por
Sexo
y Edad Chile
Fuente: Sandoval (ob.cit)
Según
los datos presentados, se puede observar que la tendencia aumenta
en la medida que la persona
se ubica en más de setenta años, aunque su crecimiento tiene
un inicio a los sesenta
años, para así, entender que en la medida que los individuos llegan a una edad mayor, en ese mismo
sentido, los factores de las enfermedades renales crónicas comienzan a tener mayor influencia negativa.
Diálisis en un Centro
de Chile
Cuando los
riñones están sanos, limpian
su sangre. También
producen hormonas que
mantienen sus huesos fuertes y
su sangre sana. Cuando los riñones fallan, es necesario un tratamiento para sustituir el trabajo que ellos realizaban. A menos que reciba un trasplante de riñón
necesitará de un tratamiento llamado diálisis. Existen dos tipos principales de diálisis. Ambos tipos
filtran la sangre para eliminar los desechos peligrosos del cuerpo, exceso de sal y agua. La hemodiálisis usa
una máquina. A veces es llamada
riñón artificial. Es importante,
ir en forma
frecuente a una clínica especial para recibir el tratamiento varias veces a la semana.
La diálisis peritoneal usa la membrana que recubre el abdomen,
llamada membrana peritoneal, para filtrar la sangre.
La diálisis es un tratamiento para
ayudar a filtrar la sangre mediante el cual se filtran los desechos y
los líquidos de la sangre para que las personas con falla de los riñones se sientan mejor
y puedan llevar una vida normal. Sin embargo, al pensar en diálisis, muchas personas sienten
miedo, y el miedo les impide aprender sobre el procedimiento. En realidad, muchos pacientes se
sorprenden al descubrir
lo bien que funciona la diálisis y lo bien que se sienten con el tratamiento.
Asimismo, la diálisis peritoneal suena como algo complicado, pero en realidad es muy simple. En este tipo de diálisis se usa el revestimiento del abdomen,
o barriga, para filtrar la sangre. Este
revestimiento se llama membrana peritoneal y actúa como un riñón
artificial. Durante el tratamiento se coloca
un líquido especial en el abdomen
que absorbe los productos de desecho de
la sangre cuando esta pasa
a través de los pequeños vasos sanguíneos del peritoneo. Luego, se
extrae el líquido junto con los desechos. La
diálisis peritoneal se hace en la casa del paciente.
Muchas personas
optan por hacer
este tratamiento de noche,
mientras duermen.
Según
lo planteado, la diálisis puede ser
necesaria por diferentes motivos, pero la más frecuente es la incapacidad
de los riñones para
filtrar adecuadamente los productos de desecho
de la sangre
(insuficiencia renal). La funcionalidad renal puede disminuir rápidamente (llamada lesión
renal aguda o insuficiencia renal aguda), o bien
los riñones pueden perder lentamente
su capacidad de filtrar los productos de
desecho (llamada enfermedad renal crónica o insuficiencia renal crónica).
En
las personas con insuficiencia renal, los médicos recomiendan la
diálisis cuando los análisis de sangre muestran que los riñones ya no pueden filtrar adecuadamente los productos de
desecho y su acumulación causa problemas. Si se trata de lesión renal aguda, los médicos continúan con la diálisis hasta que los resultados de
los análisis de sangre indican que
la persona ha recuperado la función renal adecuada. Para las personas con enfermedad renal crónica, la
diálisis puede utilizarse como una terapia a largo plazo o como medida
temporal hasta que la
persona pueda recibir un riñón trasplantado. La diálisis a corto plazo o la de urgencia también
pueden utilizarse para
eliminar
líquidos, determinados fármacos
o venenos del
organismo.
Tomar la decisión de comenzar
un proceso de diálisis de
larga
duración no es fácil, pues, esta decisión significa
un cambio en el estilo de vida de la persona, que incluye
el
hecho de depender de una máquina para mantenerse con vida. Sin embargo, para la mayor parte de las personas, un programa de diálisis eficaz proporciona una calidad de vida aceptable. La mayoría de las personas sometidas a diálisis pueden seguir una
dieta tolerable, tienen una
presión arterial
normal y evitan la progresión del daño neural, la anemia grave (una disminución del número de
glóbulos rojos en la sangre, que transportan oxígeno a las células del organismo) y otras
complicaciones peligrosas.
En razón de lo anterior, Pérez, Salas, León y
López (ob.cit), precisan que cuando las personas tienen una
mala alimentación, es un factor importante de la calidad de vida
porque aumenta la tasa de morbilidad y mortalidad reduce la actividad
física. La desnutrición, pérdida
de peso y posterior aumento de la pérdida de energía de estos pacientes se presenta con fatiga,
malestar y agotamiento. Mientras tanto, hay una mayor susceptibilidad a las infecciones como reservas de proteínas y grasas corporales se encuentran en niveles bajos. Problemas de desnutrición como la anorexia, debido auremia, hipoalbuminemia y disminución de la ingesta de proteína, parece estar exacerbada por la presencia de síntomas depresivos. De allí, la importancia de considerar durante la realización del tratamiento por diálisis, un efectivo régimen alimenticio que le proporcione al paciente el nivel nutricional requerido para
la realización de sus actividades diarias.
Nivel Nutricional y Régimen Alimenticio
La alimentación es importante
porque ayuda a mejorar
la salud de
los seres humanos.
Los nutrientes pasan por los diferentes sistemas orgánicos de las personas extrayendo las vitaminas y
minerales necesarios. El resto del alimento empieza a ser digerido y
transformado por diversos órganos que cumplen dicha función. Uno de estos sistemas es el urinario. Este
aparato urinario
comprende los riñones, la uretra, la vejiga urinaria y
los uréteres. Los riñones forman parte
fundamental de este sistema y es un parámetro fundamental para la calidad de vida de las personas. Los riñones son un órgano par de
color
pardo rojizo que se hallan en la parte
posterior
del
peritoneo, a ambos lados de la columna vertebral. Tienen una superficie lisa que presenta una
profunda depresión en su borde
interno denominada hilio renal. Cachofeiro, Lahera, &
Tresguerres,
1999, (citado
por Villao, Vásquez, Pérez y Padovani
2019).
Como no existe un patrón único
para la nutrición en pacientes en diálisis, el diagnóstico
de malnutrición debe apoyarse en varios parámetros en un paciente concreto. El parámetro nutricional más importante es el contenido proteico corporal, por lo tanto, los pacientes deben seguir una dieta rica
en
proteínas. “Los requerimientos proteicos de los pacientes en diálisis parecen ser mayores
que en los individuos normales…la
recomendación proteica es de 1,2 g/Kg/día como mínimo. La calidad de la proteína
también es importante…” (Riella & Martins, (citado por Torres, Romo y Gómez 2019).
Ahora bien, los alimentos
ricos en proteínas generalmente
tienen alto contenido
de fósforo y potasio; en los pacientes en tratamiento
de diálisis el aumento
en los niveles de fósforo
es perjudicial para su
salud, ya que producen
calcificación
en las venas y arterias.
En
conclusión, la
dieta de un paciente con tratamiento
diálisis debe
estar basada en
alimentos ricos en proteínas y bajos en fósforo. Además, debe hacerse un seguimiento nutricional,
bioquímico y antropométrico, lo que hace de la historia clínica, de los exámenes de laboratorio y
del
examen físico un instrumento de medición y
control. Este seguimiento se realiza para
garantizar la calidad de vida del paciente
y alargar su esperanza de vida. “Para prevenir la desnutrición, es importante efectuar el seguimiento del estado
nutricional. Por lo tanto, los pacientes deben ser evaluados al comienzo del programa de diálisis y cada cuatro a seis meses” Riella & Martins, 2004. (citado por Torres, Romo y Gómez ob.cit ).
Los pacientes con insuficiencia renal crónica en
tratamiento
de diálisis requieren cuidado
complementario en el hogar, debido a que en el centro de salud reciben tratamiento
médico, psicológico y social; pero estos son procedimientos que deben ser acompañados de la labor que se realiza en casa, con el estilo de vida, con las actividades cotidianas y con la alimentación. La alimentación del paciente con IRC debe tener un alto contenido proteico y bajo contenido en fósforo,
por lo que la presente
investigación supone que una
dieta
con estas características se relaciona positivamente con el
estado nutricional del paciente con
tratamiento de diálisis.
Cabe destacar que, durante
la realización de la diálisis, se presentan diferentes efectos
colaterales, citados por Opazo, Razeto y Huanca (2016), precisa los siguientes: La Toxicidad
Urémica: se debe a la escasa o nula eliminación renal de solutos de bajo, mediano y
alto peso
molecular; siendo las moléculas de menor tamaño las de pequeño peso molecular a
las que se les ha atribuido un papel fundamental en la
sintomatología de la uremia. En los pacientes en diálisis
el
aclaramiento de estos solutos está íntimamente relacionado
con: a) la superficie y eficacia depuradora de la membrana de diálisis (expresada como el coeficiente de transferencia de masa de urea (KoA); b) los flujos de sangre y líquido de diálisis, y c) fundamentalmente del tiempo de
duración
de la sesión de diálisis.
Asimismo, Hiperkalemia en HD: El Potasio (K+) es el catión de mayor presencia en el espacio intracelular (98 %)
y en
el
espacio extracelular (2 %).
La
homeostasis del K+ resulta de la excreción
renal y la regulación de su transporte entre los compartimientos
intra y extracelular, los principales reguladores son la insulina, las catecolaminas, el estado ácido base y la osmolaridad
sérica. Del K+ ingerido diariamente se excreta entre el 80-95% vía urinaria y 5-20% por la vía fecal. Cuando el índice de
filtración glomerular (IFG) desciende a menos de
15 ml/minuto
disminuye la excreción renal de K+, resultando esencial la intervención nutricional con énfasis de la reducción de la ingesta de potasio en la dieta. En HD se estima como valores deseables de potasio sérico entre 3,5 y 5,0 mEq/L. Los pacientes con escasa o ninguna función renal, sobre todo
los anúricos son propensos a desarrollar Hiperkalemia, en casos severos, puede precipitar arritmias fatales.
La concentración de K+ en el líquido de diálisis varía entre
1-3 mEq/L, en función de la situación clínica del paciente y los niveles séricos
de K+, en
caso de hiperkalemia con
significado clínico se preferirá usar concentrados con K+ bajo; y de baño con concentraciones
incluso más altas que
3 mEq/L. Es importante mencionar
además que
podemos optimizar las pérdidas de
K+ por las heces y para ello debemos asegurar que los pacientes tengan deposiciones diarias, incluso
podemos utilizar resinas
de intercambio. Frente
a un paciente con hiperkalemia persistente en HD debemos hacer un interrogatorio con énfasis en: ingesta oral de K+, uso de fármacos (como IECA,
ARA2), pérdidas sanguíneas por deposiciones,
estado de
acidosis entre otras.
De igual manera, se encuentra Hipervolemia y Sodio en HD: Producto de la pérdida de la
función renal y
la incapacidad del organismo de poder regular su medio interno, en los pacientes
con
ERC-T en HD, tiende a producirse ganancia de
volumen con incremento del agua corporal
total tanto del compartimento intracelular como del extracelular,
expresándose
en
síntomas y signos
clínicos
como disnea,
ortopnea, edema,
ingurgitación yugular, hipertensión
arterial (volumen dependiente) e incluso, situaciones graves de edema pulmonar agudo y compromiso del sistema nerviosos central.
El Na+ en el baño de diálisis oscila entre 135-145 mEq/L, y la concentración utilizada va
a depender de las condiciones clínicas del paciente, ya
sea del agua
corporal total, de
la presión arterial y sobretodo de la ganancia de peso interdiálisis. Durante la HD hay que extraer el agua y
la sal acumuladas entre dos sesiones
de diálisis. El componente de pérdida difusiva del Na+ es más importante durante
la diálisis con baños hiposódicos; sin embargo, ello conlleva una
deshidratación extracelular y sobrehidratación intracelular, no deseables. Cuando el Na+ del baño
es
similar al del agua plasmática el proceso difusivo cesa, la pérdida de agua y sal se realizan por mecanismos convectivos. El Na+ es importante en la estabilidad cardiovascular es necesario
establecer un balance dialítico
exacto para evitar efectos adversos.)
El tipo de alimento consumido
influye también en el proceso inflamatorio del paciente en HD, porque
el
aumento del consumo de los alimentos procesados sometidos
a altas temperatura por
tiempo prolongado desarrolla productos finales de Glicación (AGEs) y
productos finales de Lipoxidación (ALEs)
como consecuencia de la
reactividad de
los H. de C., proteínas, lípidos y otros componentes. La ingesta continuada de AGEs y
ALEs contribuye al acúmulo corporal de
estos productos e influyen negativamente en el sistema inmunológico, la respuesta inflamatoria y la resistencia a la enfermedad a través de la
interacción con los denominados
receptores
de
AGEs (RAGE).
Los cambios en el estilo de vida tales como menos actividad física, estrés y
la transición desde el consumo de alimentos naturales no procesados a alimentos procesados ricos en calorías y alimentos modificados, con una reducción significativa en la ingesta de fibra vegetal, antioxidantes, ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) de la serie
Omega 3, la abundante ingesta
de ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans. El gran consumo de alimentos de alto índice glicémico (IG): productos azucarados y con elevado contenido en almidones. Los procesos industriales que tienen como objetivo hacer que los alimentos sean más seguros, más aromáticos y con más color, tales como el calentamiento (reacción de Maillard), la irradiación y la ionización, todos ellos en combinación con la sobrenutrición, contribuyen de
manera
significativa a la producción y a la exposición y acumulación en el cuerpo de AGEs y ALEs.
Los pacientes con enfermedades renales crónicas moderada tienen concentraciones aumentadas hasta 5 veces de radicales libres de glicación en el plasma
y en los pacientes con ERC-
T con terapia en PD alrededor de 18 veces y
aquellos que están en HD aumenta hasta 40 veces. En
enfermedades tales como la DM, enfermedad vascular y
ERC;
todas ellas responden con una considerable reducción en los marcadores de inflamación y
disfunción vascular, cuando se suministra una dieta
baja en AGEs. (20). Las
medidas
dietéticas para reducir las
AGEs/ALEs
Pérdidas de Nutrientes en el Dializado: Pueden ser un factor importante de desnutrición, se pierde principalmente aminoácidos (a.a.), proteínas y
vitaminas hidrosolubles. En cada sesión de
HD de
bajo flujo se pierde 5 a 8 g de a.a. libres y
4 a
5 g de a.a. ligados. Las variaciones del área de superficie de las diferentes membranas dializadoras y
de las velocidades del flujo sanguíneo podrían influir en las pérdidas de a.a. en el dializado. La reutilización de los filtros y su procesamiento con sustancias químicas como el hipoclorito de
Na pueden provocar
un aumento
en
las pérdidas proteicas debido al aumento
de la permeabilidad de las membranas. La sangre retenida en el filtro se estima entre 5 a 10 ml lo que puede corresponder a una pérdida proteica de 0,6 a 1,4 g por sesión de diálisis, las cuales pueden verse aumentada por filtros obstruidos o con fugas.
Las
Pérdidas de Vitaminas
Hidrosolubles en Diálisis: no son grandes, esto se debe al hecho que
las concentraciones plasmáticas de estas son pequeñas y sus pesos moleculares son elevados.
Las
mayores pérdidas son de vits. B1,
B2,
y B6, B12, se Vit C y Ac. Fólico.
Las pérdidas
de Vits. Hidrosolubles en el dializado pueden compararse con las que tienen normalmente por medio de la
orina. La suplementación oral es necesaria además por la baja ingesta de
verduras y frutas crudas, y el remojo y la cocción de los
alimentos que utiliza para reducir
su contenido de K+ y P+.
Mal Nutrición y Balance Nitrogenado en Diálisis: La malnutrición calórico-proteica y
la emaciación son comunes en el paciente en ERC-T y
aunque los procedimientos asociados a la terapia dialítica, como bioincompatibilidad de la membrana y
pérdida de nutrientes, pueden
contribuir a la malnutrición, ésta es común incluso
antes del inicio de la terapia de reemplazo renal
(TRR). De causa multifactorial, comprende alteraciones en el metabolismo proteico
energético, alteraciones hormonales e ingesta alimentaria
deficiente, debido principalmente a la
anorexia, náuseas y vómitos
asociados a estados de toxicidad
urémica. Varias
enfermedades como la DM y
la enfermedad vascular difusa
(caquexia vascular), así como las afecciones superpuestas (pericarditis, infecciones, insuficiencia cardiaca congestiva) pueden contribuir
a la desnutrición.
La caquexia en enfermedades renales crónica
está caracterizada por el catabolismo proteico. La síntesis de proteínas se mantiene sin cambio mientras que la degradación proteica está
aumentada, mecanismo generado a través de la activación del sistema ubiquitín proteasoma. Las complicaciones asociadas a esta enfermedad incluyendo acidosis metabólica, resistencia a la insulina, inflamación y aumento de la producción de glucocorticoides y angiotensina II, todos activan el sistema ubiquitín
proteasoma provocando la degradación
de proteínas musculares
Al tomar en consideración los diferentes efectos que se agregan en el paciente dializado, es importante considerar que los mismos tienen riesgo de desnutrición por ingesta inadecuada de nutrientes, pérdida
proteica a través del dializado, inflamación, acidosis metabólica o cambios
hormonales. Se estima una malnutrición proteico-energética
de aproximadamente el 20-50% de estos pacientes, lo que hace que mantener el equilibrio nutricional sea
un objetivo prioritario del
plan de cuidados de los mismos.
La
valoración continua del
estado nutricional permitirá controlar el estado del paciente y
detectar precozmente las posibles desviaciones nutricionales, al mismo
tiempo que servirá para hacer prevención de las complicaciones de la insuficiencia renal y
del
estado general de salud
del
paciente asociadas a la desnutrición.
En
esta misma dirección Flores,
Alvo, Borja, Morales, Vega y otros (2015), destacaron
en su estudio que la malnutrición
es un problema que afecta
a un 40-50% de los
pacientes que tienen enfermedad renal crónica con tratamiento
de hemodiálisis, situación que provoca infecciones,
mala cicatrización de heridas, pérdida muscular, e incluso un incremento de la mortalidad de estos pacientes. Esta
población se clasifica en riesgo de desnutrición, debido a la pérdida de nutrientes en la dializada y mala educación sanitaria, aumentando el riesgo con la edad avanzada y dosis inadecuada de hemodiálisis que pueden provocar hipoalbuminemia.
De
acuerdo con los diferentes problemas adversos que registra el paciente de diálisis en Chile, para lograr una mejor calidad de vida es importante considerar lo citado por F lores, Alvo, Borja, Morales, Vega y otros
(ob.cit), incorporar lo
siguiente:
Proteínas: sirven para la construcción y
renovación de las células y tejidos.
Son imprescindibles para
el
correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Durante la diálisis se pierden
proteínas, por lo que debe
reponerlas con la alimentación. La ingesta de proteínas recomendada para
un paciente de hemodiálisis
es de 1,0- 1,2 g/kg
de peso cada día. Aproximadamente el 50% deben ser
de
alto valor biológico.
Hidratos de Carbono: Son la principal fuente
de energía del organismo. Existen dos tipos
de hidratos de carbono: Simples (o de absorción rápida): azúcar, miel, caramelos, bollería, pasteles,
chocolates. Complejos (o de
absorción lenta): arroz, pasta, patata, cereales, legumbres. Es mejor tomar hidratos de carbono complejos y evitar los simples que favorecen subidas de colesterol,
triglicéridos, obesidad,
entre otros.
Grasas: Son la
principal reserva energética del cuerpo. Existen dos tipos de grasas: - Saturadas: se encuentran en alimentos de
origen animal (embutidos, huevo, lácteos enteros,
mantequilla, etc.). Su consumo está relacionado con las enfermedades cardiovasculares. Insaturadas: se encuentran en pescados
y alimentos de origen vegetal (aceite de oliva, de semillas,
margarinas vegetales, etc.).
Su consumo protege de las enfermedades
cardio-vasculares.
Vitaminas: Tienen una función reguladora, actuando en
diferentes acciones del metabolismo. Son esenciales para la vida y debe incluirlas en su alimentación. En cada sesión de hemodiálisis se pierde cierta cantidad de vitaminas
hidrosolubles. Existen preparados vitamínicos que en caso necesario serán pautados por su nefrólogo. Por otra parte, el riñón es el encargado de activar
la vitamina D
procedente de los alimentos, para así, poder absorber el calcio de la comida. Cuando el riñón no funciona, no se activa esta vitamina y no se puede utilizar el calcio presente en
los alimentos. Existen medicamentos que aportan vitamina D activa para mejorar la absorción del calcio.
Minerales: Su presencia
en
la dieta es necesaria para una correcta alimentación. Sodio: Es el principal componente de la sal de
mesa. Los riñones son los encargados de
eliminarlo.
Si
no funcionan se acumula en el organismo, provocando retención de agua. Ese líquido acumulado
puede producir hinchazón (piernas, párpados, etc.), tensión arterial elevada, insuficiencia cardiaca
y edema de pulmón. Como norma general, al realizar diálisis,
debe seguir una dieta pobre en sal
(entre 1.300 y 1.700 mg. de sodio al
día).
Potasio: Es un mineral necesario para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Los
riñones son los encargados de eliminar el exceso de
potasio del organismo. Cuando no funcionan se
acumula en la sangre. Su exceso en el organismo produce: hormigueos, calambres, debilidad muscular, arritmias e
incluso parada cardiaca, por
lo que puede convertirse
en
el componente más peligroso de la alimentación. El potasio se encuentra en la mayoría de los alimentos, pero sobre todo
en frutas, verduras, legumbres y frutos
secos.
Para
su control, como es
un mineral soluble en agua, parte del potasio de algunos alimentos (patatas, verduras, legumbres, etc.) lo puede
eliminar haciendo
remojo y doble cocción.
Calcio y Fósforo: Son el principal componente de los huesos. Ambos minerales trabajan
juntos, en equilibrio. Un
exceso de fósforo en la sangre, produce una salida de calcio los huesos.
Así, los huesos se descalcifican, se hacen más frágiles y se pueden fracturar. El exceso de calcio y fósforo en sangre, forma pequeños depósitos minerales en el organismo. Según donde se localicen
estos depósitos, puede haber
diferentes problemas de salud.
Agua: El agua es esencial
para la vida y el buen funcionamiento del organismo. Cuando se realiza tratamiento
de hemodiálisis la cantidad
de orina desciende
e incluso puede dejar de orinar. Así,
entre dos sesiones
de diálisis, aumenta el peso corporal debido a
la acumulación de líquidos.
Esta ganancia de peso
debe ser
de 1,5 a 2,5 kg.
Como máximo.
Figura N° 2 Régimen Alimenticio
de Pacientes en Diálisis
Fuente: Flores,
Alvo, Borja, Morales,
Vega y otros (ob.cit)
Estos últimos autores, complementan la
necesidad de
lograr incrementar el nivel proteico que
los pacientes debe tener, para lo cual, es relevante combinar en cada comida una serie de alimentos que le permitirán tener el régimen alimenticio ajustado a las posibles situaciones manifestadas durante el tratamiento
de diálisis.
Figura N° 3 Pirámide de Diálisis
Fuente: Flores,
Alvo, Borja, Morales, Vega y otros (ob.cit)
Conclusiones
Los aspectos citados a
continuación, se encuentran relacionados con las valoraciones
que el investigador precisa desde su propia
percepción, donde las fuentes teóricas han sido básicas para
finalmente expresar
las ideas generales del hecho investigativo.
El paciente con insuficiencia renal crónica que recibe tratamiento
con
diálisis, suele sufrir cambios psicológicos,
sociales, en
su estilo de vida y también
en su vida espiritual,
que no sólo le afectan a él, sino a toda su familia. Es por este motivo, que
es
trascendental en la
calidad de vida
de este tipo de pacientes, que tengan una alimentación adecuada y
balanceada, donde la
combinación de los diferentes alimentos, se haga de manera efectiva para reducir aquellas posibles situaciones relacionadas con algunas enfermedades desencadenantes debido a la misma enfermedad
preexistente.
Es importante acotar que, el paciente chileno, que asiste al tratamiento
de diálisis, se puede indicar que ha producido un efecto mayor sobre la duración de la sobrevida de estos pacientes. Sin embargo, en sistemas cada vez más influenciados por el aspecto económico y el alto costo de los tratamientos, en algunas oportunidades se pone en duda la justificación
de los mismos y queda aún pendiente
dilucidar su verdadero impacto sobre otro
aspecto fundamental como es la calidad de
vida del paciente con insuficiencia renal crónica.
Como consecuencia
existe un interés creciente en el desarrollo de
metodologías para cuantificar el efecto tanto de
la patología, como de
las medidas terapéuticas aplicadas sobre
esta calidad de vida. Estas metodologías varían desde aquellas basadas en la apreciación objetiva
de un observador externo, hasta
las que toman en cuenta
al
paciente como fuente subjetiva del impacto
provocado por la enfermedad en su vida cotidiana. Esta última forma, en la cual el propio
paciente es la fuente de información, se
considera hoy como
la verdaderamente
válida.
Debido que, el paciente
con insuficiencia renal crónica
en
diálisis, suele sufrir cambios psicológicos, sociales, en
su estilo de vida
y también en su vida espiritual, que no sólo le afectan a él,
sino a toda su familia.
Algunas personas
aceptan el hecho de
tener una enfermedad
renal y que necesitarán tratamiento
para el resto de sus vidas. Otros en cambio, pueden tener problemas para ajustarse
a los desafíos que la enfermedad implica. Durante el curso de la enfermedad,
habitualmente
afloran sentimientos de
culpa, negación, rabia, depresión, frustración que
son difícilmente comprendidos y
aceptados por el paciente y sus familiares. Es muy importante saber
Otro
aspecto de
interés, durante el tratamiento
de diálisis que registran los pacientes, es la desnutrición como resultado a la pérdida de proteína y minerales esenciales para mantener su
estatus de vida. Es allí,
donde se destaca la necesidad de mantener un régimen alimenticio caracterizado por la combinación de proteínas, hidratos de carbono, minerales, entre
otros elementos, que le ofrezcan los nutrientes que requieren para lograr un nivel de nutrición ajustada a las condiciones físicas u orgánicas caracterizadoras en cada paciente. Además, es importante
continuar con investigaciones enmarcadas en la alimentación, con el fin de
dar mayores
informaciones capaces de mejorar
la calidad de
vida de las personas que asisten al tratamiento
de diálisis.
Referencias
Bibliográficas
Flores, J, Alvo, M, Borja, H, Morales, J, Vega, J, Zuñiga, C, Muiller, H y Munzenmayer, J. (2015).
Enfermedad Renal Crónica. Médica de Chile,
137(1), 137-177.
Pérez Rodríguez,
L.,
Espinosa Sánchez, N.,
López Contreras, N., & Pesantes Merchán, D. (2019).
Nutrición: Tratamiento para la gastritis. RECIMUNDO, 3(2), 120-137.
Ruiz,
A. (2017). Introducción a los
Métodos. Caracas: Universidad Central de Venezuela.
Sandoval, V. (2019). Guía de Alimentación
en Pacientes con Insuficiencia Renal. Gipuzkoa:
Hospital Universitario
Donostia.
Uribe,
T. (2019). Análisis e Interpretación. México:
Trillas.
Villao, A, Vásquez, A, Pérez, N y Padovani, A. (2019). La sepsis como causa de daño renal.
RECIMUNDO,
3(2),
628-650.