Víctor
Fernando Guaranda Sornoza a;
Lilian Del Jesús Aguilar
Ponce b; María
Magdalena Tóala Zambrano c;
Diana Katherine Zambrano Ponce d
La universidad y las
tecnologías
de la información y la comunicación
(TIC) en
la innovación educativa
The university
and information and communication
technologies (ICT) in
educational innovation
Revista Científica
Mundo de la Investigación
y el Conocimiento.
Vol. 3 núm.3, septiembre,
ISSN: 2588-073X, 2019, pp. 1513-1538
DOI: 10.26820/recimundo/3.(3).septiembre.2019.1513-1538
URL: http://recimundo.com/index.php/es/article/view/643
Código UNESCO: 5802 Organización y Planificación
de la Educación
Tipo de Investigación: Artículo Científico
Editorial Saberes del
Conocimiento
Recibido: 15/05/2019 Aceptado:
23/06/2019 Publicado: 30/09/2019
Correspondencia: vicogs24@gmail.com
a. Ingeniero en Computación y Redes, Economista, Magister en Tecnologías de la información Docente de la
Universidad Estatal
del Sur de Manabí; victor.guaranda@unesum.edu.ec, vicogs24@gmail.com
b. Economista, Licenciada en Análisis de Sistemas, Magister en Auditoría Integral; Docente de Unidad Educativa
Fiscal Quince de Octubre, Representante de Graduados ante
OCS
UNESUM, Presidente de la Red de graduados UNESUM; lilita24guilar@hotmail.com, lilian.aguilar.gov.ec
c. Ingeniera Civil, Magister en
Seguridad y Salud Ocupacional; Auditor Interno de Sistemas de Gestión Integrados en ISO 9001:2015, ISO 14001:2015, ISO 45001:2018 por la UIDE, Perito Calificado de la Función Judicial,
Docente de la Universidad Estatal del Sur de Manabí magda2787@hormail.com
d. Economista; Investigador Independiente; dianaj1982@hotmail.com
RESUMEN
En
el presente trabajo nos proponemos explorar
el
proceso de las tecnologías de la información y
la comunicación, en la universidad como parte
de la
innovación educativa
para
la sociedad del conocimiento, visualizando la
incorporación de manera gradual las
TIC en el salón de clases que específicamente corresponde a lo relacionado con el uso de las computadoras a la laptop y
a las tabletas, se experimenta un vertiginoso cambio tecnológico que
no tiene
horizonte de detención y
redes telemáticas en la
universidad. Permitiendo el acceso a la información que
comprende el desarrollo de procesos cognitivos accediendo el alumno a distinguir, prevalecer y evaluar las actividades académicas investigativas y
socioculturales de sus respectivos entornos y conceptualmente el conjunto de conocimientos, metodologías de la ciencia, las buenas prácticas es un modelo que permite enfocar los procesos de cara a la optimización de los resultados. Desde esta perspectiva, las instituciones
que siempre están en proceso de aprendizaje, reúnen las mejores
condiciones para sistematizar, experimentar y
evaluar sus prácticas y la integración de la
innovación educativa radica en un proceso multidimensionado en el cual intervienen factores económicos, sociales, culturales, políticos, ideológicos y psicológicos que vincula a otros niveles
contextuales desde
las aulas universitarias cuya
variabilidad en el éxito o fracaso de
las innovaciones depende de los actores participantes al darle forma a los
cambios propuestos.
Palabras Claves: Tecnologías de la Información y la Comunicación, Innovación Educativa, Buenas
Prácticas, Aulas Universitarias, Actores
Participantes.
ABSTRACT
In the present work we propose to explore the process of information and communication technologies, in the university
as
part of educational innovation
for the knowledge society, visualizing the gradual incorporation of ICT in the classroom that specifically corresponds As regards the use of laptops
and laptops, there is a rapid technological change that has no horizon of detention and telematic networks in the university. Allowing access to information that includes
the development of cognitive processes accessing the student to
distinguish, prevail and evaluate the academic and sociocultural research activities of their respective environments
and conceptually the set of knowledge, methodologies of science, good practices is a model that allows to focus the processes in order to optimize the results. From this perspective, institutions that are always in the process of learning, meet the best conditions to systematize, experiment and evaluate their practices and the integration of educational innovation lies in a multidimensional process
in which economic, social, cultural factors intervene , political, ideological
and
psychological that links to other contextual levels from university classrooms whose variability in the success or failure of
innovations depends on the participating actors in shaping the proposed
changes.
Key Words: Information and
Communication Technologies, Educational Innovation, Good
Practices, University Classrooms, Participating Actors.
Introducción.
La adhesión de la tecnología de la información y comunicación en
el aula es parte importante de
la educación, tiene mucho que ver sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros
mismos, indiscutiblemente que información no es lo mismo textualmente lo referente a conocimiento, de hecho el conocimiento siempre contiene información, mucho más cuando en la actualidad es
transcendental el manejo de la información, misma que se
está incrementando aceleradamente en el
mundo.
La incorporación de
otras tecnologías al ámbito escolar, como el libro,
el
cine o el televisor, fueron procesos caracterizados por la estabilidad. El libro, desde su incorporación en el siglo XVII,
sigue siendo uno de los ejes de trabajo pedagógico; el cine y la televisión ofrecen elementos
claramente definidos para su incorporación en el trabajo del aula. Por su parte, las TIC cada
vez
más forman parte del sistema de pensamiento y acceso a la información de los niños y jóvenes,
quiénes están más proclives a
reconocer los pequeños cambios que cada
innovación tecnológica
trae consigo, Díaz, (2013).
A lo largo de la historia la información ha sido escasa y de difícil acceso.
Desde la invención de la escritura, la más rica información estuvo depositada
en
textos que eran accesibles sólo para
una pequeña minoría, incluso hasta entrado el siglo XIX en que
todavía los niveles de
analfabetismo eran extraordinariamente altos alrededor
del
mundo. Recién con la
imprenta
se produce una verdadera revolución, al quedar la escritura registrada en textos de fácil reproducción. Pero también el libro y los periódicos demoran en masificarse y sólo en las últimas décadas
experimentan
una explosión, Brunner, (2000),
La introducción de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo se considera un factor clave para el progreso y el desarrollo, lo cual ha contribuido a impulsar numerosas iniciativas
tanto en el ámbito internacional, BECTA, (2010) y EDUNET,
(2008).
El
contexto tecnológico de la educación ha sido aún más estable que los contextos de
información y conocimiento. Desde la invención de la imprenta en adelante, la escuela se ha
acomodado tecnológicamente con el broadcasting del profesor, el texto, el lápiz, la tiza y el
pizarrón. Sólo tardíamente se agregaron el retroproyector y, después, la TV y el VCR. Todo esto ha
empezado a cambiar rápida y profundamente con la difusión global de las NTIC, Brunner, (2000a), (2000b).
Se
han suscitado críticas frente a los desafíos que se plantean por la introducción de las
Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TIC) en
las aulas,
Carmona e Ibáñez, (2011).
A fines del siglo XX se inicia el proceso de virtualización de las universidades con la incorporación en forma gradual de tecnologías de la información (TIC)
como el uso de
computadoras y
redes telemáticas en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en la administración y gestión de las instituciones de Educación Superior. Este fenómeno se debe a la difusión de las
TIC, el desarrollo de
entornos cada vez más amigables, el abaratamiento en los costos de producción y comercialización, el crecimiento
de Internet a nivel global, Alberdi, (2014).
Es relativamente fácil reconocer que estas tecnologías han cambiado la manera de pensar y
las habilidades de
los alumnos, reconocer que el trabajo escolar ya no puede limitarse a la clase
frontal, al libro, pizarrón y cuaderno. Los niños y jóvenes de hoy viven en un ambiente multimedia,
son el resultado de un proceso de formación en el que están multiestimulados: imágenes, colores,
ruidos, incluso —por qué no decirlo— un cierto grado de adrenalina en sus relaciones, Díaz, (2013).
La preocupación por el desarrollo
de la educación superior
en el mundo de hoy y por
ende
de los docentes que atienden el sistema ha sido una de las constantes en los inicios del presente siglo,
puesto que cada vez va cobrando más fuerza la
necesidad de
contar con personal altamente
formado que atienda los exigentes requerimientos de la sociedad del conocimiento y
la información. Uno de los puntos de partida ha sido el proceso de Bolonia implementado por la Unión Europea desde los inicios del milenio, Villavicencio,
(2013).
Las TIC responden a lo
que se denomina la era de la
información, son una ventana al cúmulo de conocimientos
globales; pero la información que se obtiene a través de las TIC en estricto sentido no es conocimiento, sino que es necesario realizar una serie de estrategias para que el sujeto
desarrolle la capacidad de identificar informaciones que sean rigurosas y realice una interacción con esa información que le permita reconstruirla en procesos internos que sólo él puede realizar.
Esto constituye un reto cuando la escolarización ha
priorizado la memorización, la repetición de frases establecidas, que en el caso de las TIC se expresa en actividades de copiar y pegar información, no de considerarla
un referente para una tarea un poco más compleja, que consiste en encontrarle sentido y significado, en hacerla propia, Díaz, (2013).
La demanda de un mayor apoyo y cualificación de los docentes para favorecer sus tareas en
estos nuevos escenarios tecnológicos, también
son numerosas las investigaciones que subrayan las
ventajas que ofrecen. Entre ellas, nuevas posibilidades para la comunicación entre los
distintos miembros de la comunidad educativa, Davies y Mercchant, (2009), Del Moral y
Villalustre, (2007),
(2011).
Si en los años sesenta el transistor permitió desarrollar el radio portátil y las primeras grabadoras de cassette,
para los ochenta su evolución permitía mayor portabilidad a partir del
walkman, desplazado en los noventa por el diskman y en el 2000 por el MP3 y
por
el iPod. Más
acentuada ha sido la evolución de
los equipos genéricamente
denominados teléfonos móviles o celulares. De ser solamente
un instrumento de interconexión telefónica han pasado a constituirse en pequeños equipos
de información que contienen múltiples
aplicaciones (cámara, conexión inalámbrica, diversos servicios de mensajería, agenda, etcétera). La computación también
muestra acelerados cambios, desde la PC de escritorio,
a la laptop y a las tabletas, se experimenta un vertiginoso cambio
tecnológico que no tiene horizonte
de detención. Díaz, (2013).
Los cambios culturales en la sociedad actual están íntimamente vinculados con las nuevas
tecnologías de la información, estas tecnologías tienen un impacto significativo no sólo en
la producción de bienes
y servicios sino en el conjunto de las relaciones
sociales. La acumulación de
información, la velocidad en la
transmisión, la superación de
las limitaciones espaciales, la utilización
simultánea de múltiples medios
(imagen,
sonido, texto) son, entre otros,
los elementos que explican la enorme fertilidad de cambio que presentan estas nuevas tecnologías; Tedesco, (2000).
Si admitimos la necesidad de mano de obra
cualificada y la necesidad de formación continua
(fundamentalmente relacionada
con
los continuos cambios propiciados por la evolución
tecnológica, la utilización, gestión y administración de la información, etc.) como elementos claves
de esta era digital, la introducción de nuevas tecnologías en las universidades debe ser considerada
medio privilegiado para
alcanzar
estos objetivos, Salinas,
(2008).
Las
TIC se deben usar de manera apropiada, con un sentido que permita desarrollar sociedades
más democráticas e inclusivas, de modo que fortalezcan la colaboración, la creatividad y la distribución más justa del conocimiento científico y contribuyan a una educación más equitativa y de
calidad para todos,
Unesco, (2013).
Las
tecnologías informáticas experimentan una constante evolución, un cambio permanente y acelerado que no se
había experimentado
previamente en la historia
de la humanidad. Lo que
es nuevo en un momento deja de serlo con una rapidez insospechada, en este sentido es prácticamente imposible estar
en
la punta tecnológica en forma persistente. La evolución de los sistemas
informáticos es tan rápida que
no deja de sorprendernos
permanentemente, Díaz, (2013).
Metodología.
La presente
investigación científica
tiene
como punto de vista específico, la revisión de
literatura más cercana sobre la investigación como soporte en las nuevas tecnologías de la
información y comunicación (TIC). Para la realización de la actual investigación, se consideró,
información confiable sobre trabajos plasmados, tratados en este tema, se utilizó información
bibliográfica, consultas electrónicas, misma que se la obtuvo de libros
electrónicos, artículos
científicos y revistas.
Desarrollo.
Las TIC en la innovación educativa de la universidad
La Universidad, de este modo, cuenta con una población más amplia,
geográficamente
dispersa, con franjas etarias diferentes, niveles de formación diferentes, por lo que debe promover innovaciones que le permitan cumplir con las funciones de transmitir conocimientos y facilitar los medios para adquirirlos, crear conocimientos mediante la investigación y
extender saberes a la sociedad acordes al
contexto político, económico,
social y cultural, Alberdi, (2014).
Nos encontramos ante un cambio cercano a la universidad (lo investigamos, lo desarrollamos, lo
promovemos,), pero al mismo tiempo existe la
creencia de que no la contaminará. Por ello, la
universidad se encuentra en una situación paradójica: Por una parte, está cercana y es una parte de
esta revolución de
la información, mientras que, por otra, representando de
alguna manera el segmento más conservador de la sociedad, es lenta en adoptar
nuevas vías de tratar
con
la información y
con
la tecnología. Parece necesario, en este sentido, un compromiso institucional
de aplicación de las TIC a la docencia universitaria. Con todo lo que ello implica, Salinas, (2008).
Los procesos de
innovación relacionados con
las
mejoras en
los procesos de enseñanza- aprendizaje implican cambios relacionados con: La incorporación de nuevos materiales,
nuevos comportamientos y prácticas de enseñanza y nuevas creencias y concepciones, Fullan y Stiegelbauer,
(1991).
La innovación educativa implica cambios significativos y
deliberados asociados a una necesidad sentida, en la que
determinados dispositivos tecnológicos pueden ofrecer diferentes
soluciones, Willis, (2003).
Las
TIC puede
contribuir al desarrollo local al interconectar centros educativos separados
geográficamente para aunar esfuerzos y difundir
las actividades y experiencias que realizan a
través de sus propias
comunidades de
aprendizaje, Del
Moral y Villalustre,
(2011a).
Los procesos de innovación respecto a la utilización de las TIC en la docencia suelen partir,
la mayoría de las veces, de las disponibilidades y soluciones tecnológicas existentes. Sin embargo,
una equilibrada visión del fenómeno debería llevarnos a la integración de las innovaciones
tecnológicas en el contexto de la tradición de nuestras instituciones.
No podemos olvidar la idiosincrasia de cada una de las instituciones al integrar las TIC en los procesos de la enseñanza superior, tampoco
que la dinámica de la
sociedad puede dejarnos al margen, Salinas,
(2008).
El concepto de innovación está hoy más que nunca ligado al de Tecnologías de la Información y de la Comunicación.
El siglo pasado tuvo un desarrollo acelerado especialmente en sus últimas
décadas, y la década pasada, primera de este siglo, ha demostrado un crecimiento en innovaciones y creaciones al ritmo que le impone la competencia entre poderosas empresas multinacionales de toda
índole en un planeta globalizado y con enormes retos a enfrentar para evitar su deterioro y asegurar
su sostenibilidad, Trejo, et
al. (2014).
La innovación educativa es: “una propuesta de plan y su desarrollo, con el fin de cambiar y
mejorar algún aspecto educativo concreto, dígase currículo, gestión de las relaciones interpersonales o de formación, etc… Se trata, por tanto, de una acción planificada, que implica la
existencia de un
cambio no madurativo, evolutivo o casual; sino de
un
cambio perseguido, planifi¬cado y desarrollado con
intencionalidad”, De la Torre,
(1985).
La innovación no es tan solo un producto sino, y sobre todo, un proceso y una actitud o
posicionamiento ante el hecho educativo. Si la innovación se considera simplemente como un
producto final se corre el
riesgo de caer
en
la rutina y en la instalación de prácticas o modelos
que en su día pudieron significar una
ruptura, pero
que
no lo son al momento actual,
Arias, (2014).
Este
proceso, permite considerar a la innovación, aclara que esto supone
"...un cambio cualitativo significativo respecto a la situación inicial en los componentes
o estructuras
esenciales del sistema
o proceso educativo. La innovación supone, también,
partir de lo vigente para transformarlo",
Arias,
(2014).
La integración de las tecnologías en la educación implica tener en cuenta la relación que ha
de establecerse entre el uso de nuevos medios y la innovación educativa. “La diferenciación de las sucesivas etapas por las
que atraviesa
el
docente ante la integración de
las TIC, puede resultar de utilidad, tanto para realizar diagnósticos de las situaciones
en las que nos encontramos, como para
diseñar estrategias formativas”, García,
(2008).
La
innovación educativa es: “una sucesión cronológica
de hechos, cambios de estrategias y
actitudes, un proceso de solución de problemas y una visión del proceso como un sistema abierto” Havelock y Huberman, (1980).
La introducción de la informática en la educación provoca diversos impactos. Acelera
la expansión de la enseñanza superior
porque la vinculación TIC proceso enseñanza/aprendizaje incrementa la generación de conocimientos innovadores
y una mayor relación entre los alumnos y estos y los profesores, como asimismo aumenta los vínculos de los actores anteriores y la
comunidad. Todo ello en el marco de nuevas metodologías que permitan la colaboratividad,
el desarrollo de proyectos, la creatividad y
la
resolución de problemas, entre otras. Pero influirán,
además, en la formación de
los docentes, en la elección de
nuevos lugares formativos,
enfoques didácticos,
en el
rol de los alumnos, en las estrategias comunicativas,
Yanes,
(2013).
La verdadera innovación no radica
en
la mera incorporación de las tecnologías en las aulas,
sino en su utilización didáctica como medio para favorecer el aprendizaje. Las escuelas, entre ellas las ubicadas en un entorno
rural, han incorporado de forma masiva las nuevas tecnologías, al tiempo que las han insertado en el currículum, conscientes de la importancia y oportunidades que éstas
pueden ofrecer, Del Moral, et al.
(2014).
La formación en competencia con las nuevas TIC.
Las universidades necesitan formar
ciudadanos que estén prepara¬dos para hacer uso de todo el ecosistema tecnológico que existe, de
manera que estén a su vez en capacidad de
responder a las exigencias del siglo XXI y participar activamente en el desarrollo económico, social y cultural, Area, (2010).
El docente del siglo XXI debe ser altamente competente en el diseño, el desarrollo y la
valoración de ambientes de aprendizaje, en los cuales se puedan emplear herramientas y
recursos tecnológicos de manera formativa y pertinente, de modo que se aproveche el potencial informativo,
comunicativo y motivador que tienen, Marqués, (1996).
Frola, define las competencias como “Un
hacer
frente
a una necesidad de la persona
en
un contexto determinado, con capacidad para
poner en práctica todos
sus recursos -conceptuales,
procedimentales y actitudinales-, que resuelva con criterios de calidad y sea evaluable”, Frola,
(2011).
No podemos volver a caer en los errores cometidos en las décadas precedentes, pero tampoco
sucumbir al influjo de la máquina todopoderosa. La utilización pertinente de las TIC debe
ayudarnos
a formar más, formar mejor, formar de otra manera, Salinas, (2008).
La competencia no es estática, pues es algo más que conocer y tener una habilidad sobre un
dominio particular; implica asimilar, reflexionar, construir, desarrollar, regu¬lar y usar las destrezas, los saberes y las capacidades para aprender y mejorar el desempeño y la práctica, Carvajal y Hermán, (2014).
El docente competente en el empleo de las TIC será aquel que sepa qué, cómo y cuándo
enfrentar
las situaciones que le plantea su labor educativa, siendo capaz de reaccionar ante la complejidad y la incertidumbre del
acontecer cotidiano del
aula, Carneiro, et al. (2009).
Según
Díaz, (2013). El primer cambio importante que se crea con la incorporación de las TIC
es
el abandono de
la clase frontal. La
clase que se estructura en torno a
alguien que desempeña
la función de poseer el saber, cuya tarea es transmitirla de manera más o menos clara, con algunos apoyos visuales, fijos o móviles. Habitualmente es el profesor el responsable de
esta tarea, pero también la puede asignar a los estudiantes para que sean ellos los encargados de
estudiar y presentar un tema, mostrando en general un dominio incipiente
del
mismo e incluso algunos errores conceptuales,
que en
varios casos son aclarados
por el docente.
Si bien desde el movimiento de la educación activa se insistió en trabajar en función del interés de los alumnos, la presencia y persistencia del modelo de clase frontal ha permanecido en las aulas por
más de un centenar de años, desde el surgimiento de las críticas de la escuela activa a fines del
siglo XIX. Más aún, podemos sostener que todas las llamadas innovaciones
o reformas educativas que se han realizado desde esos años tienen como foco cuestionar la enseñanza libresca, el aprendizaje memorístico. Díaz,
(2013).
Lugo
y Rossi, (2003), expresan: “En la actualidad nuestra sociedad le demanda a la educación superior
en
particular que se articule con el escenario presentado, alejándose de una mirada
endogámica. Por
ello las instituciones que miran al futuro están diseñando e
implementando nuevas formas de organización y gestión de sus ofertas, incorporando la innovación tecnológica para poder hacer frente a los nuevos desafíos y a los nuevos problemas. Es así que la nueva Educación Superior deberá
poder ofrecer una formación básica de calidad que favorezca la
adquisición de competencias para seguir aprendiendo toda la vida y para operar en la
Sociedad, al mismo tiempo que promueva continuas adaptaciones a nuevos contextos con el plus de la adquisición
de las Nuevas
Tecnologías”.
González y García, (2010), resaltan la importancia y la necesidad
de introducir y emplear las
TIC en el contexto universitario, pues representan un apoyo para
el
docente al permitirle
mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y
su práctica pedagógica. De la misma manera, consideran
que ante las innovaciones derivadas de
las TIC, la comunidad educativa universitaria debe promover y facilitar propuestas que formen y
capaciten al cuerpo docente de manera dinámica,
interactiva y pedagógica, y a su vez, estimulen el
interés y la participación activa de educadores y estudiantes
en el
uso pedagógico de
estas herramientas.
La aplicación de
las TIC a acciones de
formación bajo la concepción de enseñanza
flexible,
abren
diversos frentes
de cambio y renovación
a considerar:
· Cambios en
las
concepciones (cómo funciona en
aula, definición
de los procesos
didácticos, identidad del docente,
etc.).
· Cambios en los recursos básicos: Contenidos (materiales, etc.…), infraestructuras (acceso a redes, etc.…), uso abierto de estos recursos (manipulables por el profesor, por el
alumno;….)
· Cambios en
las prácticas de los profesores y de los alumnos.
Para ello deben ponerse en juego una variedad de tecnologías de la comunicación que
proporcionen la flexibilidad necesaria para cubrir necesidades individuales y sociales, lograr entornos
de aprendizaje
efectivos, y para lograr
la interacción
profesor-alumno, Salinas, (2008).
Las
tecnologías de la información y la comunicación no son ninguna panacea ni fórmula
mágica, pero
pueden mejorar la vida de todos los habitantes del planeta.
Se disponen de herramientas para llegar a los Objetivos de desarrollo del milenio, de instrumentos que harán
avanzar la causa de la libertad y la democracia, y de los medios
necesarios para propagar los conocimientos y facilitar la
comprensión mutua, Seijas, (2012).
Ibáñez, (2008), plantea cómo, desde la web 2.0, pueden enumerarse varios aportes que
sutilmente van configurando nuevos paradigmas de enseñanza que benefician
la labor docente y los procesos formativos: 1. Producción individual de contenidos (esto es, el auge
del
contenido generado por el usuario individual), y promover el rol de profesores y estudiantes como creado¬res activos del conocimiento; 2. Aprovechamiento del poder
de la
comunidad, es decir, aprender con y de
otros usuarios, compartiendo conocimiento (auge del software social); 3. Aprovechar la
arquitectura de la participación de los servicios web 2.0; 4. Utilización de herramientas sen¬cillas e intuitivas sin necesidad
de conocimientos
técnicos; 5. Apertura: trabajar con estándares abiertos,
uso de software libre, utilización de contenido abierto, remezcla de datos y espíritu de innovación;
6. Creación de comunidades
de aprendizaje caracterizadas
por un tema o dominio compartido
por los usuarios; y 7. Efecto red: pasar
del
trabajo individual a
la cooperación entre iguales.
Debe tenerse en cuenta que estamos inmersos en una sociedad de la información y que el mundo
educativo no puede
vivir de espaldas a ella. Las nuevas Tecnologías proporcionan materiales educativos con valor
añadido, facilitan
la comunicación y la búsqueda de información, favorecen el acceso a la educación
a personas con desventajas físicas o sociales y desarrollan
nuevas destrezas en los alumnos, Fernández,
(2001).
Las
TIC facilitan los contenidos,
median las experiencias de aprendizaje, propician ambientes de
aprendizaje idóneos, desarrollan habili¬dades y destrezas cognitivas, apoyan las estrategias y las metodologías diseñadas por los docentes, y enriquecen las dinámicas evaluativas, Blázquez y Lucero, /2002).
El impacto de
la “Sociedad de
la Información” en el mundo educativo ya se está haciendo sentir con fuerza. Las instituciones educativas, encargadas de proporcionar
esta formación y educación permanente, ahora deben afrontar
la
imprescindible integración de los nuevos instrumentos tecnológicos, deben formar y actualizar los conocimientos y actitudes de los profesores y deben asumir los consiguientes cambios curriculares de los objetivos y contenidos,
metodología y organización, coordinando su actuación con nuevos entornos formales e informales de aprendizaje
que van surgiendo con la aplicación intensiva
de las nuevas tecnologías,
Majo y Marqués, (2002).
Las
diversas modalidades de incorporación de TIC han dado lugar a lo que se denomina educación virtual, basada
en
la telepresencia a través de las redes digitales (Internet o intranets) con sistemas multimediales e hipertextuales (video conferencias, CD–Roms, utilización de correo
electrónico, newsgroups, plataformas virtuales educativas, Web 2.0, blogs). Estos dispositivos permiten
modificar las relaciones
entre los diferentes actores
del
proceso educativo,
posibilitan la creación de entornos informáticos virtuales de aprendizaje donde la interactividad redefine los
roles del educando y del educador dentro del proceso de acceso y producción del conocimiento, borrando los límites del
tiempo y del espacio,
Alberdi,
(2014).
Las
nuevas exigencias sociales, como pueden ser alfabetización tecnológica, formación continua a lo
largo de la vida, así como también los aportes de
los nuevos instrumentos
tecnológicos, se
requiere pensar
en
algunas prospectivas que
definan el perfil de lo que
sería la escuela de futuro y la delimitan en los elementos
imprescindibles para ella que se relacionan con:
contenidos educativos, infraestructuras, internet en el aula, salas de estudio con ordenadores y
conexión a Internet, Portales de contenidos
educativos on-line, Intranet en los centros, y ordenador
e internet en casa
(estos elementos fueron puestos de
manifiesto en el foro virtual que organizó (7/2001) el grupo de trabajo DIM <http://dewey.uab.es/pmarques/dim/forums.htm>,
Majo y Marqués, (2002).
El
campus virtual está constituido por
dos estructuras, o más bien por dos metaestructuras:
Una física y otra virtual (o más bien habría que decir lógica, estructural o electrónica, con el mismo
sentido que se utiliza en las expresiones correo electrónico o texto electrónico, pues igual es de real una que la otra). La física está constituida por las redes, servicios y recursos que soportan todo el
entramado de relaciones entre los individuos y
entre los individuos y la información. La virtual
está constituida por el conjunto de relaciones, grupos, individuos,
funciones y relaciones entre
ellos y la información que les es útil para los objetivos
de formación y otros que tienen establecidos.
Después veremos que esto también sucede en otros entornos
de teleformación. Y también está constituido por la confluencia
de ellas, que hacen que el campus virtual tenga naturaleza propia independientemente del lugar y
del
tiempo en que se sitúen cada uno de sus
componentes, Zapata,
(2001).
La formación en nuevas tecnologías debe alcanzar, tanto a alumnos como a profesores. En el
caso de los docentes se deben contemplar, tanto sus necesidades de formación inicial como
permanente. En el ámbito pedagógico, estos últimos deben tener la capacidad para
enseñar a sus alumnos a aprender con las herramientas proporcionadas por las nuevas tecnologías y conocer cómo utilizar las nuevas tecnologías para enseñar su materia, para comunicarse con los alumnos
y para su desarrollo
personal y formativo, Fernández,
(2001).
Otro
de los aspectos se detectan con la
innovación en propuestas educativas que
integran las
TIC como entornos virtuales de aprendizaje es la reconfiguración de los perfiles y
la actividad
docente, si la pensamos en tanto acciones para facilitar
el
aprendizaje en un entorno construido
simbólicamente sobre un soporte digital, esto trae aparejado la necesidad de
conformación de
equipos interdisciplinarios que promuevan el diseño de estrategias y metodologías que contemplen las características
propias del
espacio educativo virtual,
Alberdi, (2014).
Las buenas
prácticas
con
las tecnologías de la
información y la comunicación
Una de las claves para posicionarse en la sociedad del conocimiento está dada por la capacidad de
diseño de nuevas instituciones
que respondan a estas transformaciones y ello demanda cambios en los sistemas educativos de cada país a fin de generar nuevos conocimientos acordes a las problemáticas emergentes, Schiavo, (2006).
La formación en nuevas tecnologías debe alcanzar, tanto a alumnos como a profesores. En el caso de los docentes se deben contemplar, tanto sus necesidades de formación inicial como
permanente. En el ámbito pedagógico, estos últimos deben tener la capacidad para
enseñar a sus alumnos a aprender con las herramientas proporcionadas por las nuevas tecnologías y conocer cómo utilizar las nuevas tecnologías para enseñar su materia, para comunicarse con los alumnos
y para su desarrollo
personal y formativo”, Fernández, (2001).
La notable incidencia de
las TIC en las diversas actividades humanas se basa
en
que constituyen tecnologías organizacionales que poseen la capacidad de almacenar y
transmitir una cantidad de información antes impensada, permitiendo un alto grado de interacción entre los usuarios en un espacio tiempo
que ellas mismas generan,
Schiavo,
(2004).
La educación a distancia es un sistema tecnológico de comunicación bidireccional,
que puede ser completa o doble vía, reemplazando la interacción personal en el aula del docente y del
estudiante como medio predominante de enseñanza, por la acción metodología y
conjunta de diversos recursos didácticos así como el apoyo de una organización
y tutoría, que propician en los
estudiantes el aprendizaje independiente
y flexible, García,
(2009).
Dentro de
esta práctica, concebimos a un docente capaz de trabajar con estrategias y
dispositivos de formación fundamentados en un modelo pedagógico que considere momentos de planeación auténtica, en la cual pueda diseñar situaciones
- problema cercanas a
la realidad del
estudiante, orientadas a que éste movilice sus recursos cognitivos para
encontrar soluciones a las situaciones planteadas y
en
ese proceso, tome decisiones y autorregule su aprendizaje, Zabala &
Arnau,
(2008).
Hay un peligro en no trabajar con la totalidad de la experiencia, pues la propensión por el
sesgo sistemático a favor de lo analítico, lo intelectual, es intensa en nuestro medio, pasar por
alto las dimensiones afectivas del aprendizaje, segregar aspectos emocionales de la experiencia para
sólo intelectualizarla,
limita el aprendizaje que nace de ella, Boud, Cohen y Walker, (2011).
Las plataformas para el aprendizaje en línea, según Rendón, (2011), las define
como dispositivos tecnológicos que apoyan tanto
la enseñanza escolarizada en aulas como la que se
produce a distancia y que integran en un sólo programa una amplia gama de funciones para facilitar
la actividad académica conjunta que realizan docentes y alumnos.
Chickering y
Gamson, (1987), establecen siete principios que configuran una buena práctica educativa:
1.
Promueve relaciones entre profesores y alumnos.
2.
Desarrolla dinámicas
de cooperación
entre los alumnos.
3.
Aplica técnicas activas
para el aprendizaje.
4.
Permite procesos de
retroalimentación.
5.
Enfatiza en el tiempo
de dedicación a la tarea.
6.
Comunica altas
expectativas.
7.
Respeta la diversidad de formas
de aprender.
Si a los docentes
se les exige cumplir altos estándares de competencia, quienes insisten en los altos estándares deben, al menos, definir
qué se quiere decir al hablar de altos estándares”. Su clarificación contribuye a una mayor conciencia de lo que constituye una buena práctica y la
manera en que puede cultivarse y garantizarse,
Charlotte,
(2011).
Es evidente
con
el avance de las
tecnologías, que se
está presenciando una nueva escuela: la que
incorpora las tecnologías de la información y la comunicación a sus procesos académicos. Esta
incorporación a los escenarios y las prácticas escolares se produce inicialmente de manera unitaria: los profesores emplean video proyectores para lograr en clase una
transmisión más rica e impactante de
los contenidos temáticos; los alumnos emplean el correo electrónico para comunicarse pronta y efectivamente. Pero más allá, se han venido integrando hardwares y softwares en
una
utilización convergente de
las
tecnologías, sinergia que se traduce
en el aprovechamiento más eficiente de sus posibilidades y en la configuración de un nuevo arsenal técnico y pedagógico,
Rigo y Ávila, (2009).
Estas políticas y programas modifican de facto el trabajo de los alumnos, la perspectiva docente del trabajo escolar, así como las formas de interacción en el aula. Si bien todavía
las TIC no adquieren ciudadanía plena
en
el trabajo escolar, ciertamente podemos reconocer
que ya están
presentes de
alguna
forma
en
la labor educativa. Esto nos lleva a pensar que
el
aula actual es un espacio híbrido, donde coexisten de alguna forma
prácticas ya
formalizadas en el sistema educativo en su manifestación más clásica texto, cuaderno y pizarrón, junto con elementos
electrónicos en sus formas más variadas computadora
(fija
o móvil), proyector (fijo o móvil), en algunos casos acceso a
internet. Así, las TIC están ingresando al aula, en ocasiones de manera
tímida, o bien en forma apresurada y claramente intencional,
Díaz,
(2013).
Mason y Kaye, (1990) señalaban que la aplicación de la comunicación mediada por ordenador
estaba haciendo cambiar la naturaleza y estructura de las instituciones coetáneas de educación a distancia
de diferentes formas, e indicaban
tres implicaciones de dicho uso:
1.
La desaparición de las
distinciones conceptuales entre la educación a distancia
y la educación presencial.
2. El cambio de los roles tradicionales del profesorado, tutores adjuntos y staff administrativo
y de apoyo.
3.
Proporcionar una oportunidad, que nunca existió antes, de crear una red de estudiantes, un
‘espacio’ para el pensamiento colectivo y acceso a los pares para la socialización y el
intercambio
ocasional.
La definición
de Buenas prácticas
es un modelo que permite enfocar los procesos de cara a la optimización de los
re¬sultados. Desde esta perspectiva, las instituciones que siempre están en
proceso de aprendizaje, reúnen las mejores condiciones para sistema¬tizar, experimentar y evaluar
sus prácticas. Este análisis crítico de las propias prácticas es lo que
hace
que sean transferibles a
otros contextos. De Pablos y Jiménez, (2007).
Epper y Bates, (2004), definen las buenas prácticas a partir de cuatro características fundamentales:
1.
Contribuyen a mejorar el desempeño del
proceso.
1. 2. Responden a una experiencia sistematizada, documentada y experimentada. Su diseño
se realiza desde un enfoque innovador.
2.
Aplican métodos de excelencia basados en la innovación.
3.
La categoría de “Buenas prácticas” las hace extrapolables
a otros contextos.
Hablando
de universidad, conviene aclarar, que innovación no siempre es sinónimo de investigación. En efecto, la innovación se refleja en acciones
que producen cambios en las
prácticas, implicando pues, transformación de las prácticas educativas. Se trata de un proceso intencional y planeado, que se sustenta en la teoría y en la reflexión, y que responde a las necesidades de transformación de las prácticas para un mejor logro de los objetivos
de éstas. En la investigación, la
respuesta
al
problema implica generación de conocimiento (teorías, modelos, ideas, materiales,…). Desde esta perspectiva, la investigación educativa se
nos presenta como la forma natural y deseable de llegar a la innovación (transformación de las prácticas), Salinas, (2008).
Cuando en educación superior se considera incorporar las TIC a los procesos educativos, se esta¬blece
el
propósito de innovar en las prácticas pedagógicas a través del uso de
la tecnología, con el fin de comprender y
transformar el saber, el saber hacer y el saber ser de los actores de la educación, Díaz,
(2008).
El uso de las TIC en el salón de clases la posibilidad de aprovechar nuevas opciones de acceso a la información. La
orientación necesaria
en
su desarrollo se puede
obtener
por la claridad de la tarea a realizar, esto
es, por la elección de un problema o un proyecto, así
como por la posibilidad de generar
estrategias de trabajo colaborativo con los alumnos, como pueden ser el intercambio y la puesta en común de los hallazgos con respecto a
la información obtenida, sea en pequeños grupos o en el grupo completo. Compartir la información puede llevar a prácticas de
complementación, de
análisis de diversas
maneras de interpretar un fenómeno, constituirse en una invitación para estudiar diversas escuelas de pensamiento, o para clarificar los conceptos
que estructuran cada una de ellas,
Díaz,
(2013).
Las
diversas modalidades de incorporación de TIC han dado lugar a lo que se denomina educación virtual, basada
en
la telepresencia a través de las redes digitales (Internet o intranets) con sistemas multimediales e hipertextuales (video
conferencias, CD–Roms, utilización de correo electrónico, newsgroups, plataformas virtuales educativas, Web 2.0, blogs).
Estos dispositivos permiten modificar las relaciones entre los
diferentes
actores del proceso educativo, posibilitan la creación de entornos informáticos virtuales de aprendizaje donde la interactividad redefine los
roles del educando y del educador dentro del proceso de acceso y producción del conocimiento, borrando los límites del
tiempo y del espacio,
Alberdi,
(2014).
Dos elementos deben tenerse
claros cuando se incorporan las TIC en el aula, sobre
todo en
aquellas propuestas donde
cada estudiante cuenta con un equipo que puede estar
conectado en línea. El primero guarda relación con la posibilidad de que cada alumno genere estrategias propias
de acceso a la información; la web es una ventana al mundo y los estudiantes tienen muchas habilidades que
les permiten navegar en el mismo. Esto genera que las formas de trabajo
tradicionales, en las que se buscaba concentrar la atención de
los alumnos en el pizarrón o en el
docente, cambien radicalmente
hacia
procesos divergentes donde
cada alumno va accediendo y manejando
la información
que considera pertinente, Díaz, (2013).
Conclusiones.
Las
universidades en la actualidad
tienen un reto importante frente a
las demandas sociales y
nuevos escenarios en la que deben responder, puesto que son ellas las que forman a los científicos, profesionales y
líderes que decidirán de las políticas económicas y públicas nacionales e internacionales. La estructura
académica debe generar una
mejor calidad educativa
orientada a competir.
Generando la formación de
profesionales por
competencias todo esto como estrategia
de desarrollo, es la condición más importante como políticas de desarrollo a nivel local, nacional
e internacional.
Si
bien es verdad todavía
las TIC no adquieren plena vigencia en el trabajo escolar, evidentemente
podemos reconocer que ya están presente de algún modo en la labor educativa. Esto nos
produce pensar que el salón de clase actual es un espacio híbrido, donde simpatizan de alguna forma
prácticas ya establecidas
en
el procedimiento educativo en su expresión clásica tales como
texto, cuaderno y pizarrón, junto con dispositivos electrónicos en sus formas más variadas
computadora, proyector), en algunos casos acceso a internet. Así, las TIC están ingresando al aula, en
ocasiones de manera tímida, o bien en forma apresurada.
Durante los últimos años se han impulsado las tecnologías de la información y
de la
comunicación (TIC), las que se han hecho más necesarias actualmente ya son parte de la vida social así como de la actividad profesional
y porque no decirlo de la educativa, la incorporación de las TIC en el aula de
clases facilitando la posibilidad de aprovechar nuevas opciones o dando
lugar a lo que se denomina educación virtual, con la eventualidad de
que cada alumno genere estrategias propias de acceso a la información. El empleo de las TIC en el salón de clases cada vez
tendrá más presencia cuyo empleo de parte de los estudiantes les permitirá
incursionar en otros
espacios
de la investigación.
La innovación educativa universitaria
se refleja en acciones que
producen cambios en los procesos de enseñanza,
puesto que comprenden la transformación a partir de las buenas prácticas,
supone cambios de estrategias y
actitudes, es un proceso de solución de problemas y
una visión del proceso, en la que los participantes de la actividad educativa sean los estudiantes y los docentes
o tutores que
en
función del perfeccionamiento integral de la educación generan, producen e implementan novedades científicas tecnológicas, procedimientos orientados a
fundamentar la responsabilidad
social de la universidad.
Bibliografía.
Alberdi, M., (2014), Innovación educativa con TIC en la Universidad. Estudio de
caso: Carrera de Comunicación Social, Universidad Nacional de Rosario, RED - Revista de Educación
a Distancia. Número
42.
15, Argentina,
http://www.um.es/ead/red/42
Area, M., (2010), Why offer information and digital competency
training in higher education?,
Revista de
Universidad y Sociedad del Conocimiento
(RUSC), 7(2). http://rusc.uoc.edu/ojs/index.php/rusc/article/view/v7n2-area/v7n2-area-eng
Arias, W. (2014) La innovación educativa Un instrumento de
desarrollo Recuperado de http://www.uaa.mx/direcciones/dgdp/defaa/descargas/innovacion_educativa_octubre.pdf
BECTA, (2010), Extending opportunities, British Educational Communications and Technology
Agency. http://www.becta.org.uk/
Blázquez, F. y Lucero, M., (2002), Los medios y recursos en el proceso didáctico, En Medina A.
y Salvador
F., (coords.), Didáctica
General (pp. 185-218), Madrid:
Pearson Educación.
Boud, D., Cohen, R. y Walker, D., (2011), El aprendizaje a partir de la experiencia: interpretar lo
vital y cotidiano
como fuente de conocimiento,
Ediciones Narcea, S.A. Barcelona.
Brunner, J.J., (2000), Globalización y el futuro de la educación:
tendencias, desafíos
y estrategias, Seminario sobre Prospectiva de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe, UNESCO,
Santiago de Chile.
Brunner, J.J., (2000a), Nuevos escenarios de la educación. Revolución tecnológica y Sociedad de la Información, Santiago: PREAL http://www.preal.cl/
Brunner,
J.J., (2000b), Educación, Globalización y Tecnologías Educacionales, http://www.geocities.com/brunner_cl/global.html
Carmona,
J. J.,
e Ibáñez, L., (2011), Pedagogía crítica y Web
2.0: formación del
profesorado para transformar el aula, Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 14(2). Recuperado de
http://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/revistas/131193230510.pdf
Carneiro, R., Toscano, J. y Díaz, T., (2009), Los desafíos de las TIC para el cambio educativo. Recuperado de http://www.educando.edu.do/files/6613/7875/6220/Los_desafios_delas_TIC_para_elcam-bio_ educativo.pdf
Carvajal, M. y Hermán, L.,
(2014), Evaluación del
proceso de
enseñanza-aprendizaje en
Formación Profesional
para el Empleo, IC Editorial, España.
Charlotte, D.,
(2011), Competencias docentes: desarrollo, apoyo y evaluación,
Programa de
Promoción de la Reforma Educativa en
América Latina y el
Caribe, Santiago
de Chile.
Chickering, Arthur y Gamson, Zelda, (1987), Seven Principles for Good Practice in Undergraduate
Education, American Association for
Higher Education Bulletin (March)
Washington, DC.
Davies, J. A. y Merchant, G., (2009), Web 2.0 for Schools, Learning and Social Participation.
New
York: Peter Lang Publishing, Inc.
Del Moral Pérez, M., Villalustre Martínez, L. y Neira Piñeiro, M., (2014), Oportunidades de las
TIC
para la innovación educativa en las escuelas rurales de Asturias, Aula Abierta 42 (2014) 61-
67, Universidad de
Oviedo, España. www.elsevier.es/aulaabierta
Del Moral, M. E. y Villalustre, L., (2011), Digitalización de las escuelas rurales asturianas:
maestros rurales 2.0 y desarrollo local, Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 5(2). 109-123.
Del Moral, M. E., y
Villalustre, L., (2011a), Las comunidades de práctica en la web 2.0 para la colaboración entre escuelas rurales, Revista
Didáctica,
Innovación y Multimedia (DIM),
20. Recuperado el 02 de
febrero de
2013 de http://dim.pangea. org/revistaDIM20/revista20comunidades.htm
Del Moral, M. E. y
Villalustre, L., (2007), Herramientas de la web 2.0 y desarrollo de proyectos colaborativos
en la escuela
rural, Aula
Abierta, 35(1-2),
105-116.
De
la Torre, S., (1985),
La
innovación educativa, España: Editorial Dykinson.
De
Pablos Pons, J. y
Jiménez Cortés, R., (2007), Buenas prácticas con TIC, apoyadas en las
políticas educativas: claves conceptuales y derivaciones para la formación en competencias,
Revista L.A.
de Tecnología
educativa, 6 (2):
15-28. Málaga.
Díaz B., Ángel, (2013), “TIC en el trabajo del aula. Impacto en la planeación didáctica”, en Revista
Iberoamericana
de Educación Superior (RIES),
México, UNAM-IISUE/Universia, vol. IV, núm.
10, pp. 3-21,
http://ries.universia.net/index.php/ries/article/view/340
Díaz, F., (2008), Educación y nuevas tecnologías de la información y la comunicación:
¿hacia un paradigma educativo innovador?, Revista Electrónica de
Educación Sinéctica, 301(15), 2-15.
Recuperado de
http://www.redalyc.org/ articulo.oa?id=99819167004
Epper, R. y
Bates, A. W., (2004), Enseñar al profesorado cómo usar la tecnología, Buenas
prácticas de instituciones líderes, Editorial UOC, Colección Educación y
Sociedad Red,
Barcelona.
ÉDUNET, (2008),
Introduction:
les
TIC à l’école.
Ministère
de
l’
Education
Nationale.
http://www.educnet.education.fr/primaire/infrastructures/guide_equipement
Fernández, P., (2001), Las nuevas tecnologías en la educació n: aná lisis de modelos de aplicació n,
Departamento de Didáctica y Teoría de la
Educación/ Universidad
Autónoma de Madrid.
Frola
R., P., (2011), Competencias docentes para la evaluación cualitativa del aprendizaje, Editorial Trillas, México .D.F.
Fullan, M. y Stiegelbauer,
S., (1991), The New
Meaning
of Educational Change, London:
Casell.
García Aretio, L., (2009),
Educación a Distancia Hoy, Educación de personas adultas en las fuerzas armadas, D.F. México,
Método Artes Gráficas, S.L.
41-58,
México.
García
Valcarcel, A.
(2008), Tecnología y educación,
Recuperado
de
http://
web.usal.es/~anagv/arti1.htm
González, N. y García, R., (2010), Utilización de las TIC por el profesorado universitario como
recurso
didáctico, Comunicar, 35, 141-148. http://site.ebrary.com/lib/unortesp/reader.action?docID=10625122
Havelock, R.G. y Huberman, A. M., (1980), Innovación y problemas de la educación. Teoría y
realidad
en los países en desarrollo, Ginebra,
Suiza.
Ibáñez, J., (2008), Innovación educativa y uso de las TIC, Sevilla: Universidad Internacional de
Andalucía.
Lugo,
M. y Rossi, M., (2003), Situación presente y perspectivas de desarrollo de los Programas de Educación Superior
Virtual en Argentina. UNESCO, IESAL http://www.unesco.org.ve/estudios/estudiosporprograma.asp?COD=8.
Majo,
J. y Marqués, P.,
(2002), La revolució n
educativa
en la era Internet,
Madrid: CISS Praxis.
Marqués, P., (1996), El Software educativo, Comunicación educativa y nuevas tecnologías, Praxis:
Barcelona.
Mason, R. y
Kaye, T., (1990), Toward a New Paradigm for Distance Education, En Harasim, L.,
(Ed.): Online Education, Perspectives on a New Environment,
Preager,
New York,
15-38.
Rendón, J., (2011), Formación de habilidades y actitudes de pensamiento crítico
en ambientes
virtuales de aprendizaje en la educación universitaria: una revisión bibliográfica, Revista Virtual Universidad Católica
Del Norte, 3435-59.
Rigo, M. y
Ávila, J., (2009), Ambientes virtuales de aprendizaje y educación superior: Una experiencia
semipresencial enseñando metodología de la investigación educativa, X
Congreso Nacional
de Investigación Educativa.
Salinas I., J.,
(2008), Innovación educativa y uso de las TIC, Universidad de las Islas Baleares.
Schiavo, Ester, (2006), “La universidad y los conocimientos emergentes en el espacio tiempo de
las TIC”, En: Albornoz, M. y
Alfaraz, C., (editores): Redes de conocimiento: construcción,
dinámica y gestión,
Buenos
Aires, RICYT-UNESCO.
Schiavo, Ester, (2004), Des réseaux techniques urbains aux Technologies de
la société
de l`information en Atelier National de
Reproduction de Thèses, Université
Charles de Gaulle –
Université de Lille 3, Doctoral Nouveau Régime 03/PA03/0047.
Seijas, M., (2012), Las Tecnologías de la Información y
comunicación y su Impacto sobre la Difusión por Suscripción, Recuperado de http://www.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2013/11723a12.pdf
Tedesco, J.C., (2000), Educar en la sociedad del conocimiento, Fondo de cultura económica, México.
Trejo, M., Llaven, G. y Culebro, Ma., (2014), Retos y desafíos de las TIC y la innovación educativa, Atenas,
vol. 4, núm. 28, pp. 130-143, Universidad de Matanzas
Camilo Cienfuegos
Matanzas, Cuba.
Unesco, (2013),
Situación Educativa de
América Latina y
el
Caribe: Hacia la educación de
calidad
para todos al 2015, Santiago:
OREALC/Unesco.
Villavicencio, Arturo,
(2013),
¿Hacia dónde va
el proyecto
universitario de la Revolución
Ciudadana?: 13 Ediciones, Quito.
Willis, J., (2003), Instructional technologies in schools, En D. L., Johnson y C. D., Maddux (Eds.),
Technology
in Education: A twenty-year retrospective (pp. 11-33), New York: Haworth Press.
Yanes G., J., (2013), Las TIC y
la crisis de la educación. Recuperado de
http://www.virtualeduca.org/documentos/yanez.pdf
Zapata
Ros, M., (2001), Formación abierta y
a distancia a través de redes digitales: Modelos de
redes
de aprendizaje,
http://www.um.es/ead/red/1/modelos.pdf.
Zabala,
A. & Arnau, L., (2008), 11 Ideas clave: como aprender y enseñar competencias (4a reimpresión
ed.), Barcelona,
España: Graó.